Astrología y astronomía.

 

 Invirtamos el orden: ¿Qué es la astronomía y qué es la astrología?

 Sigamos invirtiendo el orden, porque así somos nosotros de ordenados. Definimos la astrología como el estudio que permite conocer la posición y el movimiento de los astros, mediante los cuales se puede conocer el futuro y el carácter de la persona de que se trate. ¡Nada más y nada menos!

 Definiremos la astronomía, como la ciencia que trata de los astros, su movimiento y las leyes que los rigen. Ninguna de las dos definiciones, es mía; que conste. En esto como en muchas otras cuestiones tan complicadas, procuro copiar.

 Y sigo preguntando: ¿Y en qué se diferencian la una de la otra?

 Pues, vayamos por partes: La astronomía es una ciencia hija de la astrología, por mucho que lo nieguen los astrónomos, que ahora se vienen llamando astrofísicos o cosmólogos, según los casos. La astronomía ni se ocupa, ni se preocupa ni le importa nada que tenga que ver con los humanos. Esto, en principio, porque más adelante veremos que sí que se ocupa y mucho. La astrología tiene que ver con la interactuación entre los astros y los humanos. Los astros, y los planetas, ejercen fuerza sobre los seres de carne y hueso e influyen en sus trayectorias vitales, determinando sus temperamentos y sus caracteres. La persona, desde que nace hasta que muere, está condicionada por el signo zodiacal en que estuviese el sol en el momento de su nacimiento. ¿Algo complicado verdad? Aparentemente, sí. Voy a tratar de ser capaz de explicarlo:

 Los caldeos, que son los antiguos pueblos mesopotámicos, Mucho antes de que naciera Jesús de Nazaret, inventaron la astrología. Eran pueblos que se fijaban en el firmamento y concebían a la tierra y a sus habitantes, como centro del universo. Conocían las constelaciones que tenían y tienen formas muy variadas. Formaban y forman figuras como animales o escenas variadas. Aries o el carnero, tauro                                           o el toro, géminis o los gemelos, cáncer o el cangrejo, leo o el león, libra, que es una balanza, virgo que es la virgen, sagitario, que es el saetero, el flechero o arquero, capricornio o cuerno de cabra, acuario o aguador y piscis o los peces. Estas denominaciones que han sido rebautizadas en latín, los babilonios no sabían ni conocían el latín, responden, ya lo hemos dicho anteriormente, corresponden a las figuras que adoptan a simple vista en el firmamento las constelaciones del zodiaco.

 Los caldeos concibieron un círculo, 360grados, donde representaron doce signos que simbolizan las doce constelaciones. El sol recorre cada signo y tarda en recorrerlo treinta grados. Se establecen doce tipologías que corresponden a los doce signos representados en el círculo. En ese círculo también representaremos nueve planetas, y tomaremos como planetas a la luna y el sol. Faltan Neptuno, que se descubre en el siglo XVIII, Urano, siglo XIX y Plutón, siglo XX. Naturalmente, estos descubrimientos traen como consecuencia una gran corrección en la astrología.

 Cuando nacemos, habremos de tener en cuenta la posición que ocupa el sol con respecto a los signos del zodiaco representados en el círculo. El signo donde esté el sol en el momento de nuestro nacimiento, será el signo que rija nuestra vida y el que determine nuestros actos hasta nuestra muerte. Ahí, según la astrología, estamos inscritos y escritos. El signo que en ese momento esté en la parte superior del círculo, es nuestro signo dominante y el signo que esté en la parte inferior del círculo, debajo del sol, por tanto, será nuestro descendente. El tinglado es importante y respetable.

 No quiero dar más detalles ni ser más extenso porque nos vamos a perder, si no nos hemos perdido ya. Lo que sí quiero decir, es que estos datos y este sistema, que como todo en la vida, es convencional, trata de establecer doce tipologías, podrían ser catorce o veinte, en las que se definen doce modos o maneras de ser o estar, desde que se nace hasta que se muere, basándose en la fuerza que ejerce el cosmos en el ser humano y que puede ser determinante. Los astrólogos modernos dicen que los astros inclinan, pero no deciden. Decidimos nosotros, si bien los astros van a condicionar nuestra decisión. Esto, plantea una vez más, el eterno problema de la libertad y la predestinación.

 Somos víctimas, producto o consecuencia de las circunstancias en las que estamos inmersos

La astronomía, hija de la astrología, igual que la química es hija de la alquimia, Estudia el cosmos y sus leyes. Los cosmólogos y astrofísicos en el momento actual, intentan saber, entre otras muchas cosas, si estamos o no estamos solos en el universo mundo. Tenemos la evidencia, tanto creyentes, agnósticos como ateos, de nuestra inmensa pequeñez. Por ahora, de nuestra gran soledad. La tierra, es una gotita de agua flotando en el universo infinito y desconocido. Se supone, que puede haber vida en otros planetas fuera del sistema solar al que nosotros pertenecemos. Este planetita que es la tierra, tiene las condiciones idóneas para nuestra habitabilidad. Y si en este extrarradio de nuestra galaxia podemos vivir nosotros, ¿Por qué no puede haber vida, otras vidas en la inmensidad del universo? La cuestión es vivir bien con ellas y en ellas.

 Madrid marzo del 2018

 

Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, .España.

hilario-conchi@hotmail.com

 

 

 

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