Viajar a ciegas.

Primera parte

 

Para aquellas personas ciegas o con baja visión que deban salir del país y no tengan mucha experiencia en desplazarse por el intrincado mundo de los aeropuertos, les propongo conocer algunas experiencias propias y ajenas, que puedan hacerle más fácil y desestresante su vuelo.

 

¿Qué llevar?

Son muchos los productos y ropas que consideramos necesarias para llevar y estar cómodos en el sitio donde nos pensamos alojar.

Aquí inicia la primera decisión en el equipaje de mano: el corta uñas, envases mayores a 100 miligramos con variados productos, bolsas con productos alimenticios fuera de su empaque original, frutas, bebidas gaseosas o alcohólicas que no se adquieran dentro del aeropuerto, se quedarán en el primer puesto de revisión, por estar prohibido su ingreso a la aeronave por motivos de seguridad.

 Tenga sus boletos aéreos, pasaporte y otros documentos siempre en un lugar seguro y fácil de extraer, para mostrarlos y asegúrese de no extraviar ninguno.

Preocúpese por conocer bien la textura, color, tamaño y otras características de su maleta, para que puedan apoyarlo al momento del desembarque.

Me han aconsejado colocarle un listón, calcomanía, candado… y otros signos que hagan más fácil su detección, pero nunca han llegado con la maleta.

NO lleve más prendas de vestir de las necesarias, será una carga inútil y dificultará la elección por colores, así como determinar cual ya fue usada y cual no, por lo que no está demás, tener suficientes bolsas a mano para colocar las prendas usadas, si no tuviera la oportunidad de lavarlas durante su estancia fuera de casa.

Antes de entrar al primer puesto de revisión, es mejor que tome en cuenta el tipo de calzado que usa, pues tendrá que quitárselo una o más veces a lo largo de su permanencia en los aeropuertos.

Es mejor colocar en una bolsa la faja, el reloj, el dinero en monedas, llaves y otros objetos que tendrá que depositar en una canasta para su ingreso personal, de tenerlos con usted, al momento de recogerlos podría sufrir la caída de alguno dañándose o perdiéndose si no se entera.

Si le ofrecen una silla de ruedas no se enoje, ellos saben que usted puede caminar; si el desplazamiento es muy lejano y tiene poco tiempo para hacer conexiones, al ir solo, corre el riesgo de no llegar a tiempo.

Mejor dispóngase a viajar cómodo y seguro, que eso no lo hace menos capaz, permitiéndole a la aerolínea cumplir con el protocolo desarrollado para su seguridad y prevención de accidentes, con implicaciones físicas para usted y económicas para la aseguradora.

Trate de preguntar solo lo necesario, no intente entablar largas conversaciones con el personal, que podrían interpretarse como distractores y convertirlo en sospechoso de lo que se les ocurra, haciéndolo pasar un trago amargo por locuaz.

Mantenga en la bolsa de la camisa o un lugar seguro, el nombre, teléfono y dirección del lugar de destino.

En el aeropuerto de barajas me pasó que la persona que debía recogerme se enfermó a última hora y tuve que abordar un taxi y llegar solo al hotel donde me hospedaría.

El consejo lo tomé de un delegado argentino ante La Unión Mundial de Ciegos en Sudáfrica, donde por una confusión de la organización, llegamos los delegados varias horas antes de la programación que manejaban y con el documento de mi amigo, los funcionarios de la aerolínea Malasia Air lines, se pusieron en contacto con los organizadores locales y en 30 minutos fueron por nosotros.

 

Autor: Roberto Sancho Álvarez. San José, Costa Rica.

Robertosancho27@gmail.com

 

                       

 

                       

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