Parece ser que la
etimologíaa de crisis, procede del griego y esta a su vez, del latín. Según los
diccionarios que yo he consultado, significa entre otras acepciones, cambio; cambio
traumático. Digamos que este significado es el que más me gusta para
desarrollar mi tema o mi mini exposición.
Yo diría que el mundo
está en crisis permanente, porque está cambiando desde que empezó a ser mundo.
Corríjanme; pero creo que fue el griego Heráclito, el que dijo, todo cambia,
nada es. Y efectivamente, todo está cambiando constantemente. Cuando el cambio
se agudiza, se hace traumático, decimos: ¡Hay crisis! ¡Es una crisis!; pero el
cambio es constante.
¿Es una exageración si
digo que todo está en crisis permanente?
¿Y cuando el cambio
tiene efectos beneficiosos, también es crisis?
Convengamos en que
llamamos crisis a un cambio que implica retroceso en el bienestar, en el
progreso y de este modo, nos vamos a entender mucho mejor. Si yo digo: Europa
está en crisis, estoy diciendo que hay un cambio involutivo. ¿Se admite el
vocablo? Y si digo que España no ha salido de una crisis que se produjo en los
años 2007 y 2008, me estoy refiriendo a que hemos involucionado o retrocedido
económica y socialmente. ¿Y por qué? ¿Cuál es la causa de ese retroceso?
Entiendo que el factor
desencadenante de la crisis es el mismo que ha sacudido al mundo
superdesarrollado y supertecnologizado. La burbuja, no. “Las burbujas”, porque
son varias las burbujitas y las burbujazas.
Nosotros, que formamos
parte de ese mundo tan potente, tan rico, donde todo abunda, padecemos ahora el
estancamiento, el atasco producido por una carrera que acabó en un choque
frontal con lo que no podía ser. Es el globo que se infló más de lo que se
podía inflar, y estalló.
Con una industria que
tiene una base poco sólida, con una población vieja, con gran parte de una
banca muy mal gestionada y en fin, con un largo etc. Interminable, hemos dado
con nuestros huesos en el suelo. No estoy exagerando. No hay más que ver, cómo
nuestra gran clase media desaparece, cómo los salarios han bajado y no remontan
y cómo las pensiones prácticamente se han congelado, porque el sistema no puede
tirar más, puesto que el desempleo y el empleo precario, no pueden nutrir este
sistema.
Es claro que las
finanzas que son las que tienen que tirar del carro, parece que vuelven a
ponerse en marcha; pero la deuda es importante, y habrá que esperar a reponer
las ruedas de ese carro. El atasco inmobiliario ha sido de tal magnitud, que
las entidades financieras tienen que soltar muchísimo lastre, ya que son las
que han soportado todo ese peso.
El que exista una
deuda exterior muy fuerte, no debería ser importante, porque eso forma parte
del tráfico mercantil, del comercio exterior, siempre que el país tenga una
base económica y financiera que permita poder pagar. No es tramposo el que
debe, sino el que no paga. Los Estados Unidos se hallan fuertemente endeudados,
pero se pueden permitir ese lujo. Su desempleo es de un cinco por ciento, que
supone un pleno empleo. Nuestra cota de desempleo es casi de un veinte por
ciento.
¿Cuánto tiempo vamos a
tardar en salir del túnel?
Creo que se está
viendo una luz tenue. Parece ser, que aún queda un largo trecho.
¿Cuántos kilómetros?
La cuestión es
recorrerlos sin tropiezo; con seguridad; sabiendo donde se pisa y levantando
bien los pies. No creando señuelos ni falsas ilusiones, y sobre todo,
estimulando a la sociedad para que puedan emprender aquellos que están o pueden
estar en disposición de desarrollar y realizar proyectos. Es importantísimo
estimular la investigación; montar las bases para una educación distinta;
cuidar en serio el sistema público sanitario; Reformar la administración
pública y revisar la constitución.
No es admisible que
más de un cuarenta por ciento de la juventud, se halle en situación de
desempleo.
Vamos a repensar un
país distinto, que sea capaz de terminar de remontar una situación que no ha
sido favorable, y de salir del túnel, que ya falta menos.
Madrid marzo del 2017
Autor: Hilario
Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España.