Quién sabe…

Cuando era niño, sí, lo acepto, hace varias décadas, a veces, me emocionaba con algún discurso del presidente de México. Quizás, entonces fui demasiado ingenuo o los oradores manejaban una mejor retórica. Quién sabe....

Hoy, y ya hace varios años, la mayoría de las ocasiones, siento huecas las palabras de los gobernantes en turno.

Nos dicen: "Debemos ser optimistas, porque hay tantos avances en todas las áreas, incluso, reconocidos en el extranjero..."

El otro día, y sin venir al caso, en una reunión de empresarios, el titular del ejecutivo federal, decía, "....no creo que ningún presidente del país, se levante pensando como joder a México...."

A mí, solo se me ocurrió exclamar: ¡Quién sabe....!

En México la cantidad de pobres aumenta día con día. Mientras desde la opulencia muchos de nuestros gobernantes, de todos los niveles, con todo tipo de aspavientos, insisten en ser honestos. Hasta hubo un alcalde, acudiendo a su honradez, señaló: "Si, he robado, pero poquito...."

Ahora, se ha dejado un poco de lado, la frase, "mover a México"; se la cambió por:

"Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho". Dicho promocional, se repite muchas veces durante el día y la noche como estribillo, de una tonada con poca letra.

Examiné algunos libros sobre política para tratar de entender los dichos y la propaganda misma del sistema gubernamental. Cuando ya casi me daba por vencido, y donde menos lo esperaba, encontré algo para explicar tal cuestión. Carlos Salas, en su libro, Trucos para escribir mejor, nos dice:

"Con razón se dice que los políticos solo tienen una regla: “Si no puedes deslumbrar a las masas con tu inteligencia, desconciértalas con estupideces”."

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Autor: José R. Romero González. Mexicali, Baja California, México

Brumario09@gmail.com

 

 

 

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