LA ORUGA Y LA CRISÁLIDA.

 

* "Aquello que para la oruga es el fin del mundo, para el resto del mundo se llama mariposa." Lao- Tsé

 

Viví con emoción, de pequeña, la posesión de una colección de gusanos de seda, que comenzó por una par de ellos y que al recordarlos, aún, siento el tacto, esa suavidad exquisita, el color: amarillos, naranjas, blancos, y el olor tan característico de las cajas.

Me pasaba bastante tiempo observando esa magia.

El tiempo se detenía.

Empecé, por un minúsculo número y fui agrandando los pedidos -me das uno, me das dos- ¡a ver quién tenía más!

Me gustaba mirarlos. Disfrutaba de ello. Mi curiosidad se desbordaba por ver que iba ocurriendo.

 

El pasado mayo, en una revisión rutinaria, el médico me dijo, que el marcador tumoral estaba alto.

Empezamos las pruebas. Yo pensé, que una vez así, lo que viniera, vendría bien.

(Aquí en Andalucía se dice "Si es con barbas, San Antón, y si es sin barbas, la Purísima Concepción")

Esto me indicaba que íbamos a asumirlo. Tocó, la quimioterapia en seis sesiones.

Cinco mudas, como los gusano. Los veintitantos días que duran, son los cinco meses del tratamiento en mi caso.

Desde Mayo a Noviembre. Mudas reales de piel, pelo, cejas y pestañas. Mudas de cambio de piel, real para renovar y generar un segundo estreno.

Mudas internas, y mudas externas de cambio de piel, de cambios del alma.

Para renovar y generar un segundo estreno. Otra mujer, y llevo dos

 

Desde hace siete años, cuando me operaron de un cáncer de pecho, recordé la frase de LAO, que me pareció, siempre maravillosa.

Todos, pasamos por esas fases: larvas, huevos, crisálida y mariposa. A lo largo de la vida y por variados acontecimientos vitales.

 

Permanecí, inactiva, como los huevos, hasta ver, como se iba a desarrollar todo. Ellos se mantienen así, durante el verano, otoño e invierno, y es en primavera, cuando eclosionan las larvas, coincidiendo con el despertar del árbol de cuyas hojas se alimentan, la morera, esas preciosas hojas verdes, que también empiezan en esa misma época del año. Y las devoran con auténtica lujuria.

 

Cuando perdí la piel de las plantas de los pies, era como cuando ellos, mudan, o como cuando se van rehaciendo las uñas. O el nacimiento de cejas y pestañas, que milagro, curvadas y fuertes.

Hay que perder, para ganar.

Asistí a este proceso expectante, y me gustaba como lo observaba desde una posición externa, como si estuviera invitada a eso.

Sería estupendo ver renovarse todo, al final, por tanto pensaba que había que comer muchas hojas de morera y guardar la energía, para disfrutar con el espectáculo en cada momento.

Como yo, con mi cajita de gusanos de gusanos

¿Y mañana que ocurrirá?

Miedo, no, preocupación tampoco. La paz me la producía la oración y la confianza en Dios.

Uno debe procurar controlar su propia vida .Todo acaece según el ritmo vital y no podemos negarnos en esa pérdida de tiempo

Entonces viene el momento más importante en la vida de la oruga. Es preciso, que se transforme en crisálida y precisamente para pasar de una forma adecuada por ese estado de crisálida, hila la famosa seda, va segregando el hilo de finísima y bella seda y va ,envolviéndose en él hasta que queda dentro transformado en crisálida y es dentro del capullo donde tiene lugar la metamorfosis de la crisálida en mariposa. Y seguir el ciclo de nacimiento y muerte.

La seda, el resultado de este sorprendente proceso de metamorfosis, el tacto fino, el color rutilante y la expectativa del objeto final .La Belleza.

-Soy ahora la crisálida.

A día de hoy, han estado bien los resultados y la revisión será, cada tres meses, haciendo un tratamiento de pastillas bloqueadoras de las hormonas, que han estado muy juguetonas, pues…

Este omento, ha coincidido con la carta de Bulmaro y de mi incorporación, encantada, a la revista Esperanza.

Crisálida, vientre de transformación, en espera, como la vida con esperanza, con Esperanza.

 

Autora: Adriana Enriqueta Martínez Pérez. Almería, España.

ea1921@hotmail.com

 

 

 

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