CUARTA
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.
Este trabajo, no
pretende en absoluto hacer una ficción de un futuro inmediato que ya estamos
tocando con nuestras manos, ni predecir o profetizar nada que no esté
sucediendo ya. Lo que voy a exponer, son cuestiones que vienen en cascada y que
se suceden de modo rápido e ininterrumpido.
Todas las revoluciones
industriales, tienen como principio una mejora sustancial de la comunicación y
un fortalecimiento y enriquecimiento del medio urbano. El medio rural,
aparentemente se va despoblando, pero a cambio, se tecnifica. Se gana en
higiene y por tanto en salud y en calidad de vida. Aumenta la delincuencia y la
prostitución.
La primera revolución
industrial surge en la segunda mitad del siglo XVIII con la invención de la
máquina de vapor y la implantación incipiente, pero progresiva, del
ferrocarril; la transformación de la marina mercante; la tecnificación de las
explotaciones mineras; el mejoramiento de la siderurgia; la bonanza de la
industria química. Se enriquece el medio urbano con el alcantarillado, si bien
predominan las fosas sépticas o pozos negros. Se alumbran las calles de las
grandes ciudades con farolas de gas y aumenta la población de los núcleos
urbanos.
La segunda revolución
industrial, comienza antes de la mitad del siglo XIX, se interrumpe en 1914,
primera guerra mundial, y reaparece en 1918. Se inventan el automóvil, el
teléfono, la radio y la navegación aérea. En 1929, tenemos la gran depresión
económica, que va a durar hasta 1945, fecha en la que termina la segunda guerra
mundial y ya tenemos la tercera gran revolución industrial, de la que en este
mismo momento, estamos a punto de salir.
La expansión de la
energía nuclear, la televisión, las energías renovables e Internet, son los
cuatro grandes hitos que marcan, y de qué modo, una época histórica.
Naturalmente, no me
olvido del petróleo, que como combustible ha reemplazado en muy buena parte al
carbón. Las energías renovables, debieran relegarle; pero a mi juicio, eso está
todavía lejos de ser un hecho.
Nosotros,
Todos nosotros, somos producto de la presente revolución
industrial. Hemos nacido, crecido y vivido con ella y en ella. Es una auténtica
revolución tecnológica, si bien ya estamos pisando los umbrales de la cuarta
gran era. Esta sí que es la nueva era y ya estamos entrando de lleno en ella
La robótica. ¿Qué es
eso? Pues la verdad es que no lo sé muy bien. Sí parece, que el robot muñeco o
muñeca, va a asumir tareas que en el momento presente ejecuta el ser humano.
¡Pero cuidado! El robot no es solo una máquina con apariencia humana. El robot
es un teléfono inteligente, una calculadora de gran precisión, un lector de
pantalla y también un programa informático capaz de pensar por ti. No es
ninguna ficción, y sí una realidad insoslayable
Ya hay máquinas que
limpian que cocinan, que realizan distintas faenas domésticas y que son capaces
de sustituir a los humanos en multitud de tareas y quehaceres. Solo falta que
piensen y todo a su debido tiempo.
Se avecina un
gravísimo problema: En la primera y segunda revolución industrial, se ha
producido un crecimiento demográfico acompañado de un fuerte incremento de la
actividad laboral. El empleo, aumenta considerablemente. En 1917, Rusia adopta
como régimen político el socialismo en su versión comunista, arrastrando a los
países de su órbita más próxima y garantizando teóricamente el pleno empleo. En
la última década del siglo XX, se desmembra el imperio soviético, y Rusia,
Forma parte del grupo de los países capitalistas y poderosos, porque
militarmente sigue siendo una gran potencia, el número de sus habitantes es
importante y cuenta con una influencia política relevante
En la tercera
revolución, se han sucedido dos grandes y graves depresiones económicas: La de
1929, que duró hasta la finalización de la segunda guerra mundial, 1945, y la
prácticamente actual, puesto que aún no hemos salido de ella, y que nos viene
castigando desde los años 2007-2008. El gravísimo problema que se avecina y que
apuntaba yo más arriba, es que en principio, las máquinas, van a sustituir y
con creces a la mano de obra humana. No solamente a la mano de obra no
cualificada, sino a mucha mano de obra especializada. Las grandes potencias
económicas, ya están pensando en cómo afrontar el problema que acarreará el
gran porcentaje de población en edad laboral desocupada.
Hemos pensado,
inventado y programado los robots, pero el ámbito de su actuación, no le
conocemos. No sabemos con exactitud si en un corto plazo, nos superará o si
desbordará nuestras previsiones. Procesan cantidades ingentes de información a
velocidad endiablada y tienen una memoria, cuya capacidad de almacenamiento es
infinitamente superior a la que tiene el cerebro humano. De momento las
máquinas son tontas, porque responden única y exclusivamente a su programación.
Por ahora, son programadas por el ser humano. ¿Y qué pasará cuando se auto
programen? A título meramente anecdótico, pero significativo, me cuentan que en
las bolsas de comercio, Hoy todas las operaciones financieras se ejecutan
informáticamente, a veces ha sido necesario interrumpir por unos instantes el
funcionamiento de las máquinas porque podían producir una hecatombe económica.
Eso, todavía podemos hacerlo, pero, ¡Cuidadín cuidadín! Que el horno no está para
bollos, como decimos por aquí
Este planeta en el que
habitamos, es una aldea que la informática, ha empequeñecido
extraordinariamente y su hija recién nacida, la robótica, nos va a romper, si
no los está rompiendo ya, los esquemas. Eso quiere decir, que nuestra
concepción de la vida y de las cosas, será otra. Pienso que ganaremos, que todo
será distinto, que nuestra calidad de vida será mejor, pero que cuando comience
en serio la cuarta revolución industrial, en un principio, todo se pondrá patas
arriba, y los que mandan van a tener muchísimos quebraderos de cabeza para
organizar y encajar el nuevo sistema. Nosotros, somos piezas de la máquina
social, a ajustar.
¿Qué pasará con los
viejos? ¿Cuál o cómo será la vida de los discapacitados con grandes deficiencias?
¿Qué por qué me hago estas preguntas? Muy sencillo: Si están pensando qué hacer
con la mano de obra sobrante, ¿Qué pensar de aquella mano de obra que ya no
existe porque ya cumplió su misión o aquellos otros seres que ni han sido mano
de obra ni lo serán?
No soy catastrofista.
Todo lo contrario. Ya indiqué anteriormente que pienso que mejoraremos. No
obstante, pienso que el ajuste social inicial, es complicado. Creo que de todos
modos, el ser humano tiene recursos para superar y de hecho ya ha superado las
distintas etapas históricas que le ha tocado vivir.
¡Viva la cuarta
revolución industrial! ¡Adelante!
Madrid diciembre del
2016
Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España.