Retos
de la implementación de la propuesta Modelo Educativo en México.
En el mes de julio del
presente año, en un mar de turbulencias político-docentes derivado de
El documento de Modelo
Educativo parece ir en la dirección correcta, en tanto que es un insumo para
ampliar las acciones en torno a
Aún y cuando este
documento es el saque inicial para el diálogo, es necesario considerar desde su
inicio, los problemas y estrategias para la implementación del mismo, ya que
sin ello puede llegar a fracasar cualquier iniciativa de intervención, y más
aún si el objetivo es “estructurar una nueva conjugación de los componentes del
sistema educativo” dado que esto implica un cambio en la cultura educativa y
escolar, desde el salón hasta las oficinas de los tomadores de decisiones, lo
cual puede ser el reto más importante. Considerando que el tema de
implementación, es por sí mismo un eje del Modelo, surge un conjunto de
primeras preguntas para llevar a cabo el trabajo hasta las aulas.
Al ser un Modelo que
presenta distintas áreas de intervención, desde aquellas de orden pedagógico,
las de gestión, administración y de liderazgo, ¿cómo será el orden jerárquico
con el que se realizará esta nueva conjugación de componentes, es decir, con
qué componentes comenzar a trabajar? ¿Bajo qué justificación iniciar las
intervenciones de este nuevo modelo?, ¿cómo se financiará su implementación? y
¿si habrá un nuevo esquema de asignación de recursos vigente o habrá cambios en
este componente también?
A la par de
consideraciones iniciales, fruto de los contenidos del documento, se presenta
otra seria de consideraciones a nivel local, en particular el aspecto de
infraestructura escolar como piso mínimo de la oferta educativa.
En
el marco de un Modelo educativo interesado en “estructurar una nueva conjugación de los componentes del
sistema”, y conscientes del gran reto que representa una
reforma de esta envergara, así como de los posibles obstáculos (políticos,
administrativos, financieros y culturales), se contempla, desde la perspectiva
local, que dentro del primer conjunto de metas se proponga la consolidación de
una normalidad mínima en términos de infraestructura escolar, donde todas las
instituciones cuenten con baños/letrinas, bancas y pizarrón, ya que si el
objetivo final es una educación de calidad, basada en los principios de equidad
e inclusión, es imprescindible partir de un piso común en Pro de una justicia
social.
Si bien, existen otros temas clave como la
formación y evaluación de docentes, el contenido curricular y la autonomía
escolar, y considerando que alcanzar la normalidad mínima en infraestructura
representa por sí mismo un reto titánico, el proyecto de infraestructura puede
contribuir a la reivindicación de las acciones de gobierno y de las
instituciones autónomas, por lo que podría estar en el primer grupo de metas a
concretar en la implementación del Modelo. Y Para ello, buscar intervenir desde
el instituto e impulsar que programas como Escuelas al 100 sean totalmente
efectivos (para evitar casos como este http://www.educacionfutura.org/encuentra-inifed-rezagos-en-implementacion-del-programa-escuelas-al-cien/?platform=hootsuite)
y que se amplíen en el corto plazo.
Autor:
Mtro. Daniel Cuellar
Martínez. Tlaxcala, Tlaxcala. México.