MUSEO. HOY TOCA PRADO.

 

 Te cuento una de mis experiencias más significativas de mi viaje a España, ¡y por poco me quedo sin ella! Esta no estaba incluida en los tours; pero como no se pudo ir al Escorial, mi amiga Ana Lucía Santiago, se las arregló para ir al museo del Prado y hasta quien nos acompañara, un chico muy amable y atento.

 Hoy toca Prado, es una exposición elaborada especialmente para personas con discapacidad visual a través de la exposición de imágenes en relieve correspondientes a diferentes géneros y estilos artísticos que reflejan la riqueza de sus colecciones.

La pintura religiosa, la mitológica, la escena costumbrista, el retrato y la naturaleza muerta son los géneros que nos presentan.

Por lo general, cuando los videntes van a alguna exposición de artes visuales, les gusta ver los colores, las formas y los matices que los grandes pintores les entregaron a sus obras. Sin embargo, el panorama es completamente distinto para nosotros los ciegos, quienes al no poder siquiera tocar las pinturas, nos perdemos de toda la magia del arte, o eso pasaba hasta que el Museo Nacional del Prado, ubicado en la ciudad de Madrid, España, ideó una forma creativa para acercar el arte a nosotros.

 

La muestra "Hoy toca el Prado" consta de varios cuadros impresos en 3D, de tal forma que la gente con discapacidad visual pueda palpar con sus dedos los distintos relieves.

En total, se encuentran en exhibición seis copias, todas ellas de obras famosas que posee el Prado. Dichas obras son:

 

Noli me tangere, de Correggio.

La fragua de Vulcano, de Velázquez.

El quitasol, de Goya.

La Gioconda, de Leonardo da Vinci.

 Un bodegón, de Van der Hamen.

El caballero de la mano en el pecho, del Greco.

El Museo pone en marcha su primera iniciativa accesible a personas con discapacidad visual a través de la innovación y la tecnología, gracias a las cuales, seis obras, pueden ser tocadas y disfrutadas por los ciegos.

 

 Después de caminar por 35 minutos a paso veloz, y de pasar por pasillos y salas, puertas de seguridad, por fin llegamos a la sala donde estaban colgadas de la pared las 6 obras ya mencionadas. Quiero resaltar el hecho de que no nos cobraron nada, ni tampoco a nuestro acompañante de apoyo.

 

 Nos colocamos nuestra audio guía, la cual te dice primero el nombre del pintor, algunos datos biográficos, explica un poquito el cuadro, que es lo que representa y luego viene lo más emocionante, el recorrido táctil, te indica donde coloques tus manos y con toda calma comienza a guiarnos en la exploración, te describe todos los detalles y los colores; la audio descripción está muy bien hecha ¡De verdad te digo que uno ve la pintura con los dedos!

 La primera obra y para mi gran sorpresa fue la de “Noli Me Tangere”, la pintura de Correggio donde Cristo se aparece ante María Magdalena. Y como algo paradójico se llama No me toques, cuando la exposición se llama Hoy toca prado. Con lo emocionada que estaba al iniciar esta actividad, te diré: ¡Cómo disfruté este primer cuadro! Ver con mis manos el atuendo de lujo que portaba la mujer, un vestido escarlata; pero sobre todo palpar su expresión de sorpresa cuando el Señor se le aparece resucitado y ella ante sus pies queriéndolo abrazar; y Jesús con su rostro sereno y sus vestidos resplandecientes, indicándole con su dedo índice de la mano derecha apuntando hacia el cielo, que no lo tocara.

Casi tiene el tamaño real del original, a una escala del 90%

 

Antonio Allegri (Correggio, h. 1489-1534). El pintor italiano Antonio Allegri nació probablemente en Correggio, una pequeña localidad del norte de Italia no muy distante de Regio, Emilia y Parma, de donde tomó su sobrenombre. Aunque tenía un tío pintor, parece haber recibido su formación artística en Mantua.

“El quitasol” de Goya. Esta se me hizo tan tierna,

es un chico tapando con su sombrilla verde A una muchacha joven sentada, luciendo una falda blanca, a sus pies un perrito negro con cinta roja, una estola rodeándola, un abanico cerrado en su mano. La chica expresa una gran serenidad; además la mirada directa de la joven sonriendo al espectador, a quien presume el posible galanteo. Todas las miradas convergen en el rostro de la joven, matizado por una sombra filtrada de suaves tonos verdes creados por el color de la sombrilla.

 

Esta pintura se me quedó muy gravada, porque según la descripción de los colores, es un cuadro muy luminoso y contrastado de vivos tonos.

 

¡Qué crees, hasta las varillas de la sombrilla se pueden palpar!

El cuadro está al 80% del original

 Un bodegón de Juan van der Hamen. Con un gran jarrón con muchas flores como: hortensias, un diente de león, tulipanes, orquídeas. Te confieso que en este jarrón me perdí, no pude distinguir la mayoría de las flores (el problema fue mío, no del pintor) También hay frutas y verduras; pero que bien que le toqué su rabito a una cereza.

Juan van der Hamen nació en Madrid en el seno de una familia procedente de los Países Bajos. Su abuelo, su padre y el propio pintor desde 1622, formaron parte de la «guardia flamenca de arqueros», cuerpo de carácter honorario y representativo,

que otorgaba a sus miembros un estatus de nobleza y prestigio social. Creció en un ambiente refinado e intelectual. Fueron los bodegones y las pinturas de flores, las obras que le reportaron fama y un amplio mercado. Pintó para Felipe IV. Y para el cardenal-infante don Fernando y Diego Mesía y Guzmán, marqués de Leganés. Con todo, no pudo acceder, al sueño de todo pintor de su época, el obtener el cargo de pintor real.

 

“La fragua de Vulcano” de Velázquez. Es una pintura mitológica, quizás sea por eso que no me gustó tanto; esta fue la más difícil de palpar porque tiene muchos detalles; está Apolo, que lo rodea una aureola y unos rayos que desprende. Vulcano está de frente, ¡qué crees! ¡A Vulcano se le sienten los pelos del pecho! Se ve otro ayudante de espaldas, un segundo por ahí, con algunas herramientas como un yunque; es más algunas veces me perdí, no podía palpar o distinguir lo que la audio guía me iba indicando.

A una escala del 80%, el cuadro original mide 2.90m.

 

El greco, ese hombre con la mano en el pecho.

Esta pintura fue muy fácil de palpar, porque no tiene muchos detalles. Es un hombre sobrio, con barba, con su mano derecha en el pecho, una vestimenta sobria de color oscuro, una mirada muy expresiva, tanto que ¡hasta las pupilas de los ojos se le pueden tocar!

 

Obra maestra del Renacimiento español y de las más divulgadas de El Greco. Se distingue por la profundidad de su mirada y el naturalismo en el gesto de la mano.

Fue pintada en los primeros años del artista en Toledo y permite un análisis detallado de su estilo, ya que aparecen elementos que lo caracterizan. Por ejemplo, las desproporciones anatómicas pronunciadas, la estilización de la figura.

 

 

La Gioconda de Leonardo da Vinci.

 Entre estos dos, tenemos el contraste entre la figura masculina y femenina. El hombre está en un interior, en un fondo oscuro, neutro, donde no hay nada; mientras que ella está en un paisaje de montañas y cielo. Yo siempre escuché de la Gioconda, pero ni idea de como era, ahora sí puedo describirlo o discutirlo con un vidente, ya que me quedó muy gravado en mi mente el cuadro y el rostro tan enigmático de esta mujer.

Una sonrisa curiosa alrededor de la boca y los ojos; entre burlona y melancólica. La joven parece mirar al espectador, pero también al mismo tiempo mira a lo lejos, o hacia su interior.

De tras de ella el paisaje soñador del fondo, donde además el artista ha dejado mucho más bajo el horizonte de la izquierda que el de la derecha. Tampoco las dos mitades de la cara son del todo iguales; en cambio nos muestra la tranquila armonía de las manos maravillosamente modeladas.

La serenidad tan expresiva de la mujer viene de su interior, que también le imprime belleza física.

 Se dice que Leonardo hacía tocar música durante las sesiones para que la modelo conservara "esta sonrisa extasiada que, al verla, hace pensar en una alegría

más celestial que terrena". Vasari da crédito a la leyenda de un Leonardo enamorado de su modelo y ve en la expresión de la "bellísima Madonna Lisa" una divina melancolía indulgente con la pasión de los hombres.

 

Leonardo trabajó en el retrato durante cuatro años, pero nunca lo consideró terminado y se negó a entregarlo al cliente. El propio pintor manifestó en su época una gran predilección por el retrato de la Gioconda. Se sabe que lo llevaba consigo en sus viajes, es así que llegó a París; Cuando en 1516 fue llamado por Francisco I y, a través de la familia real francesa, fue a parar al Museo del Louvre de París.

 ¿Quién, pues, fue la mujer más famosa en el arte occidental hasta hoy?

Lisa Gherardini (Mona es una abreviatura del italiano Madonna, señora), hija de un fabricante de lanas florentino llamado Antonio Gherardini. A la muerte de su padre, Lisa Gherardini habría sido prometida al hijo menor de Lorenzo el Magnífico; pero al oír el clan de los Médicis ante la invasión francesa,

la joven se habría quedado sola y embarazada. En tan adversas condiciones, Lisa Gherardini habría aceptado desposarse con Francesco del Giocondo, un hombre de mucha más edad que ella a quien debería el sobrenombre de la Gioconda.

La Gioconda es uno de los íconos indiscutibles del arte pictórico de todos los tiempos y una de las obras más copiadas y reinterpretadas de la historia de la pintura.

 Te diré que nos tardamos como 2 horas en explorar estas 6 obras, que a mí me pareció como media hora, pues en verdad que estaba extasiada.

Además de las imágenes tridimensionales, la muestra cuenta con material didáctico adicional como textos en braille, y gafas opacas de cartón para facilitar la experiencia a los videntes.

 

Todos los cuadros que palpamos son de 1.20 de ancho por lo mismo de alto. Esa medida les sugirió la ONCE para que fuera más fácil palpar con las dos manos a lo alto y a lo ancho.

 Yo me preguntaba ¿por qué no nos harían el cuadro de las meninas que es tan bonito y es la obra emblemática de este museo? en vez de el de La fragua de Vulcano. Al salir estaba un encargado de esta área y pues aproveché para preguntarle. Me dijo que ese cuadro era muy difícil de hacerlo accesible porque en esa pintura son muy importantes los espacios, la profundidad, la perspectiva; además de que lleva muchos detalles y personajes.

 

Desarrollado con la colaboración de profesionales con discapacidad visual, este proyecto permite percibir la realidad de la pintura representada para recrearla mentalmente en su conjunto y lograr una percepción emocional de la obra. De esta manera los ciegos obtendremos un mayor disfrute artístico-estético-creativo para explicar, comentar y analizar estas obras del Prado.

Es una técnica de impresión en relieve que consigue reproducir imágenes para tocar. Una forma muy bonita y emocionante para conectarnos con el mundo de las imágenes.

 Ya sé la pregunta que tienes en tu mente: ¿Cómo se hacen estos cuadros? Esto es posible gracias a una técnica llamada didú, es una técnica de reproducción en relieve, ellos trabajan con tintas especiales a las cuales les aplican una luz ultravioleta, donde logran que esas tintas crezcan, consiguen el volumen y la textura, después le dan una especie de impresión en blanco con spray. Igual que se prepara un lienzo antes de pintar, por último se mete a la impresora para tener una impresión a color

¿Cómo se descubrió esta técnica?

 Un fotógrafo de Bilbao, llamado Juan Torre, encargó a una empresa que le hicieran unas reproducciones de sus fotografías para una exposición y se dieron cuenta que cuando le entregaban las pruebas de color, él no las miraba, sino que las tocaba, es que estaba perdiendo la vista; no sé si los videntes han notado que cuando se imprime algo a color, tiene un pequeño relieve, a partir de esa experiencia fueron trabajando esa técnica hasta llegar a lo que tenemos ahora. Con fotografías de alta resolución, y tintas que adquieren volumen y textura. Una vez que esas tintas se han solidificado se vuelven a imprimir, ya con el color encima.

 He aprendido lo importante que son los detalles, los volúmenes, las texturas, las formas que conforman una cara, una montaña, una flor, una silla. Como nunca mis dedos se convirtieron en mis ojos, toda la información que recogieron, me ayudaron un montón a conocer, a componer la imagen que hasta ahora no había podido llegar a mí. Hoy sí puedo discutir con un vidente acerca de pintura, bueno por lo menos de los cuadros que toqué.

 

Autora: Norma Márquez Ávila. Zapopan, Jalisco.

norbautista@gmail.com

 

 

 

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