Inspiración.
En el diccionario de
¿Y los científicos se inspiran? ¿Los
científicos crean? Y este es el nudo gordiano de la cuestión.
Los científicos básicamente, investigan, y a
tenor de los resultados de sus investigaciones, formulan, proponen, teorizan,
inventan y descubren. Pero, ¿Se inspiran, o no se inspiran?
Ciertamente a los científicos, también se les
enciende esa lucecita intelectual o intuitiva, aunque la mayoría de ellos no
cree en la intuición, que les permite el hallazgo de lo que buscan.
Y yo, sigo preguntándome: ¿En qué hemisferio
del cerebro reside la inspiración? ¿Lo sabe alguien?
Se afirma con cierta osadía a mi juicio, que
la creación es producto del hemisferio derecho, ahí radica la intuición, y la
investigación y la capacidad inventiva, tienen su sede en el hemisferio
izquierdo. Doctores tiene la ciencia, y en este caso, la neurociencia. Ellos
sabrán cómo han llegado a estas conclusiones. Yo, solo soy un analfabeto en
esto y en general, un ignorante supino, pero tengo derecho a pensar, y pienso,
que la inspiración es un surgir intelectual y espontáneo que puede darse y se
da, tanto en un creador artístico como en un inventor científico. El creador
literario crea tomando como base la palabra, el músico combinando las notas
musicales, el pintor toma los colores y el paisaje que imagina y el científico,
se mueve a través de las matemáticas, de la física, de la química y en fin, de
lo mucho que tiene a su alcance. Lo que quiero decir es, que la iluminación, la
iluminación intelectual, surge por doquier y a todos sin distinción. No sé si
radica en el hemisferio izquierdo o derecho; está dentro de todos.
¿Y qué es la musa? ¿Es la novia de los poetas?
Musas son, cada una de las nueve deidades, que
presididas por el Dios Apolo, habitaban en el Parnaso griego. Efectivamente, se
decía que inspiraban a los poetas, y luego parece que estas diosas extendieron
su protección a todos los artistas. Hoy, como las musas pertenecen al género
femenino, se humanizan por algunos artistas y se personifican en personas
concretas, que evidentemente, siempre son mujeres de carne y hueso o mujeres
idealizadas. Si se me permite el atrevimiento, yo, como aprendiz de músico,
tengo algunas creaciones inspiradas por más de una musa.
Es cierto certísimo, que las musas de carne y
hueso inspiran; y si se las idealiza, pueden sublimar. Y si no, que se lo
pregunten a Federico Chopin, por ejemplo.
Resumiendo: La inspiración es algo humano,
genial, puede que divinice y nos permite crear, inventar, ingeniar y plasmar.
Tiene su base en el intelecto, y que yo sepa, no surge, no brota en los
animales que van a cuatro patas. Y quiero hacer constar, que no soy
antianimalista.
Madrid septiembre del 2016
Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España.