Que Brasil es la nación del futuro, es algo
que ya se decía cuando yo estudiaba bachillerato o como dicen en América
Latina, cuando yo hacía secundaria. De eso, hace más de sesenta años. Algunos
de los lectores, ni siquiera habían nacido.
El día 6 del pasado mes de agosto de este año
2016, Comenzaron en esta hermosa nación, los 28 juegos olímpicos o la 31
olimpiada de la era moderna. No sé en qué se diferencia una cosa y otra. Yo
pensaba que en la olimpiada se practicaban juegos olímpicos; pero, yo, tal como
lo he visto, lo cuento. Y decía yo, que tal evento comenzó el día 6 del pasado
agosto, y finalizó el día 21 del mismo mes con una clausura espectacular en el
estadio de Maracaná de Río de Janeiro. Por cierto, con media entrada.
Y me propongo resaltar dos cuestiones, que
considero de suma importancia: La primera, la escasa afluencia de público a los
juegos. La segunda, el que el medallero se reparte de manera mayoritaria y
masiva entre los países ricos, como siempre.
Y vamos por partes: Este gran país que es
Brasil, Cuyo régimen político y administrativo es el de una república federal,
Multicultural y multiétnico,
Está
en el actual momento fuertemente convulsionado por los importantes problemas políticos
por los que atraviesa y por la gran desigualdad social y económica de sus
habitantes. Y menos mal, que consiguieron una medalla de oro en el fútbol, que
es la gran pasión nacional. Reitero; la asistencia a los grandes eventos
deportivos, fue un fracaso. Obviamente, a la gente no le interesa la vela, las
piraguas, la gimnasia o la natación. No son deportes de masa. Yo pienso que si
los recintos deportivos no se han llenado en los grandes acontecimientos,
auguro menos éxito aún en la paraolimpiada. Cuando este número de Esperanza
salga al ciberespacio, ya se habrán clausurado los juegos paralímpicos, que
como se sabe es el deporte practicado por las personas discapacitadas. Deporte
de género menor, desde el punto de vista de masas.
La segunda cuestión es, el que el medallero
está copado inequívocamente, por los países ricos riquísimos. Y se me dirá:
¿China o Rusia son países ricos? Bastante más ricos que los que no han obtenido
medallas o han obtenido pocas poquísimas. China o Rusia, no tienen las mejores
rentas per cápita, pero su extensión, su producción y el número de sus
habitantes, permiten una economía importante y dinámica. Los países ricos, son
ricos hasta en el deporte olímpico. El número de medallas a repartir, fue de
más de 960. Yo he visto algo así como 971; pero si divido por tres, esa
división, no es exacta; por tanto tengo que pensar que el número de medallas
debió ser algo así como 969. Esa división por tres, sí que es exacta; pero en
definitiva, ¿Qué más da? Aquí lo que importa es el peso político que
internacionalmente tenga el país organizador, en el momento en que se designa
la sede olímpica correspondiente. Cuando se nominó y se designó a Brasil como
sede olímpica, el expresidente Lula, era una primera figura política de ámbito
mundial. Hoy, ni soñando. No obstante, no quiero concluir sin decir que a pesar
de los pesares, es muy bueno, buenísimo, que la antorcha olímpica, viaje a
Latinoamérica, y vaya a un país como Brasil, rico aunque pobre, de grandísimos
artistas, deportistas, músicos, literatos, hombres de ciencia y de habla
portuguesa que por si alguien no lo sabe, es la sexta lengua del mundo, por
número de hablantes.
Madrid, septiembre del 2016
Autor:
Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España.