La Sexualidad, Autoestima Y Proyecto De Vida En Los Adultos Mayores.

 

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO.

 

Unidad De Estudios Superiores Campus Iztacala.

 

Diplomado:

Diagnóstico Integral Al Adulto Mayor Con Enfoque Gerontogeriátrico

 

Tesina:

La Sexualidad, Autoestima Y Proyecto De Vida En Los Adultos Mayores.

 

Lucía Rosalva García Benhumea.

Marzo Del 2016


Mi propósito actual. Para jóvenes de 60 años o más.

 

Lo que me queda de vida...

 

Pertenezco a la generación que tenía un solo mandato: debíamos ser y así lo intentamos, los mejores hijos, los mejores esposos, los mejores padres, los mejores profesionales, etc. Y ahora que ya hice todas esas cosas lo mejor que pude, a veces me gusta estar, salir, viajar sola, a mi ritmo.

 

A veces necesito mucho a mi familia. Y a veces prefiero... no hacer nada...

Ya demostré, cabalmente, quien soy como persona

 

Lo que me queda de vida, intento que sea mío, disfrutándolo con lo que me venga en ganas: viajando, comprando, tomando café con alguien, haciendo lo que me plazca, así sea estar sin hacer nada.

 

Me he dado cuenta que por más que los demás nos amen mucho y seamos importantes para ellos, todos seguirán viviendo cuando no estemos.

 

Por eso ya es tiempo de NUESTRO tiempo, y de dejar de rendir examen en tantos roles con que la vida nos puso a prueba.

 

No pienso dar más examen de nada, eso incluye a mi familia también.

 

Nosotros ya estudiamos, criamos hijos, trabajamos, cuidamos padres, estuvimos presentes cada vez que alguien nos necesitó... ¿acaso después nos van a hacer un monumento donde diga: "a una luchadora, un ser ejemplar y virtuosa"?

 

Seguro que no. Y si de casualidad lo hicieran... ¡estaremos bajo tierra!.

 

Somos una generación que rompió estereotipos, allanamos el camino a los que vinieron después Por librar tantas batallas en soledad hemos sufrido cada uno de nosotros. Por distintas razones. Por eso ya es hora de que empecemos a relajarnos y a divertirnos más.

 

¡No saben lo bien que se siente!

 

Muchas veces me planteo, qué rápido pasó la vida, distraída como estaba, haciendo mil cosas. También me pregunto ¿cuánto nos queda de vida, amigos? No lo sabemos, por suerte nadie lo sabe, sólo nuestro Divino Hacedor conoce nuestro destino.

 

¿Algo cambiará en quienes nos quieren, cuando nos vayamos?

 

No, la vida seguirá igual en nuestra ausencia y hasta tal vez dirán:

“el viejo estaba un poco loco en sus últimos días".

 

Pero nosotros felices igual... porque ya no escucharemos...

Mis estimados amigos, cuídense, no se repriman, aprendan a decir NO cuando quieran decir NO.

Si es necesario y siempre para bien de nuestra salud mental, aprendan a mandar lejos a la gente que no sirve para nada (eso sí, con elegancia es mejor).

 

Ya es hora de discernir a quien le hace bien mi amistad, mi cariño, mi compañía y quien me busca sólo para llenar su aburrimiento, descargar su neurosis o hacerle un servicio...

 

La vida está llena de gente egoísta que solo se satisface a si misma usando a los demás de distintas maneras y para diferentes propósitos.

Huyamos de esos vampiros que nos roban la energía para seguir subsistiendo y juntémonos, cada vez que podamos, con aquellos que nos hacen reír.

Practiquemos nuestra merecida libertad, ya sea quedándonos en la cama todo un día, viendo por TV lo que se nos ocurra, leyendo poesía, biografías interesantes o simples revistas.

 

Qué placer caminar sin apuro ni rumbo fijo, y detenernos en cualquier lugar que nos llame la atención.

 

Por favor, visitemos más seguido a los amigos y amigas positivas, vayamos a lugares nuevos, escuchemos más música, animémonos a pintar, a hacer yoga, meditación, canto, cocinar, idiomas, jardinería, limpiar el carro... lo que más nos guste! Todo sirve y es válido para hacernos sentir bien.

 

 

Profra. Lic. Lucía Rosalva García Benhumea

 

 

Agradecimiento.

 

 

Por este conducto, les reitero todo mi reconocimiento a las chicas y chicos, que colaboraron , con todo su entusiasmo, disposición y energía para contestar, buscar y mandarme las encuestas, respondidas por sus familiares, amigos y por ellas mismas, la difusión y respuesta a través de las redes sociales , no cabe duda que son una herramienta fabulosa que nos puede ahorrar tiempo, distancias y agotamiento, pues les comento que hubo participación de chicos de España, Italia, Alemania, Argentina, Colombia, Uruguay, Perú, Guatemala y sobretodo México, en su mayoría; doy gracias, a los amigos , familiares y sobre todo a las casas club de maestros jubilados del Valle de México, como, a la red tiflofemenina por esa apertura, respuesta y confianza que me hicieron patente a mi petición; chicos y chicas con ceguera en su mayoría, al igual que las personas visuales, que fueron un poco menos pero igual de importantes, dispuestos a generar cambios, que solo con la participación activa y arriesgándose se pueden lograr.

 

Nuevamente gracias alcancé la meta 100 encuestas, conté 284, y todavía siguen llegando, les aseguro que mandaron más de 300 lo cual me satisface y llena de alegría inmensa por saber que allá en el anonimato cuento con gente solidaria, comprometida con las causas sociales y compañerismo, simplemente por apoyar a quien necesita de su colaboración sin ver más allá que otro fin.

 

Reitero mi agradecimiento y reconocimiento a todos y todas las que empujaron con sus encuestas a mi esfuerzo para terminar mi trabajo y alcanzar la meta. La unión, y la disposición hace la fuerza y esa somos todos nosotros unidos.

 

Profra. Lic. Lucía Rosalva García Benhumea.

 


La Sexualidad, Autoestima Y Proyecto De Vida En Los Adultos Mayores.

 


La sexualidad, autoestima y el sentido de vida en los senescentes.

 

Al iniciar este trabajo con personas de edad avanzada, tuve que vencer la natural resistencia que se presentaba a investigar ampliamente los temas sexuales por parte de los terapeutas y de los pacientes. Generalmente estos temas eran contestados ambiguamente o evitados u olvidados.

Vencidas las inhibiciones y prejuicios de carácter personal, así como analizadas las situaciones contra transferenciales, pudimos entrar sistemáticamente en la investigación de la sexualidad de nuestros pacientes pre senescentes y senescentes, habiendo podido comprobar que, aún en casos realmente dificultosos para que ésta pudiera expresarse libremente, puede más la fuerza del instinto persistente, como sexualidad y genitalidad, en casi todos los casos, que la coartación impuesta por las circunstancias adversas en cada ejemplo.

 

a) Ejemplos breves de historiales clínicos de tratamientos psicoanalíticos

 

A continuación, expondré breves historiales clínicos de pacientes de edad avanzada en los que trataré de mostrar cómo el levantamiento de la represión sexual marchó en forma paralela al avance de los adelantos terapéuticos logrados, los que significaron, a mi juicio, un avance en su evolución psicosexual y una consolidación en su maduración yoica.

 

Caso 1: Se trata de un hombre de 69 años, que ha sido tratado por crisis depresivas, a repetición, por diversos psiquiatras y psicoterapeutas. Exageradas defensas obsesivas y gran sentimiento de culpa. Está casado con una mujer mayor que él, con quien "por razones de enfermedad de la esposa", no mantiene relaciones sexuales.

El matrimonio tiene varios hijos adultos, casados, que mantienen una verdadera situación de vigilancia sobre la vida sexual del padre.

Después de un año de tratamiento, pudo reconocer sus grandes necesidades sexuales, que aparecían en fantasías perversas orales autoagresivas y voyeurísticas, que le creaban enorme sentimiento de culpa.

A lo largo del tratamiento y al reconocer su sexualidad distorsionada, al atemperar su super-yo, pudo llegar a establecer relaciones sexuales regulares y, paralelamente a esto, cambiar totalmente su cuadro clínico.

Salir de su depresión, abandonar los psicofármacos, incluyendo los hipnóticos y llevar una vida activa de trabajo. Luego pudo llevar adelante su tratamiento que se prolongó por espacio de cuatro años.

 

Caso 2: Se trata de una mujer de 58 años. Ha tenido un largo tratamiento psicoterapéutico anterior, 24 años de matrimonio. 10 años de separación. 4 hijos adultos. Motivo de su actual consulta: la separación de un hijo varón de 30 años le ha desencadenado un estado conflictivo personal que no sabe cómo afrontar.

Este está íntimamente vinculado a su propia separación, no elaborada en absoluto, y a una situación de vida diaria que transcurre en una completa ambigüedad en la cual se confunden las ligazones económicas, habitacionales y parentales pre-existentes, con situaciones de duelos no elaborados y una identidad actual no perfectamente definida.

La paciente había sido histerectomizada hace 14 años, lo que constituía, para este caso, un antecedente de importancia.

La paciente, a pesar de lo dificultoso de su situación, pudo reconocer y asumir su sexualidad y genitalidad reprimida.

A través de una pareja sexual estable y a lo largo de los tres primeros años de tratamiento, afrontar la disolución final de su primer matrimonio, marchando hacia la consolidación de su propia identidad. Terminar una carrera universitaria inconclusa, cambiar la antigua casa matrimonial, en la cual seguía viviendo una ficción de su antigua familia, en convivencia con dos hijos casados y un hijo soltero, por una casa individual propia.

Separar sus intereses materiales propios y distribuirlos entre sus hijos, de acuerdo a su voluntad y afrontar la conservación de esta nueva pareja con la cual poder ejercer plenamente una genitalidad adulta.

 

b) La sexualidad, los sueños y las transferencias.

 

Caso 3: Mujer de 68 años. Viuda hace 10 años, tiene depresiones recurrentes por las que recibió los más diversos tratamientos. Motivo de consulta actual: severo estado depresivo.

Algunos de sus sueños: "Soñé que estaba en un dormitorio donde había una señora joven, embarazada, que me dijo que Ud. le había encomendado que conversara conmigo sobre mi vida sexual como para que tuviera más facilidad de tratar tales temas. Entraron otras mujeres embarazadas y se movían y cambiaban su ropa con movimientos lentos y sensuales, sin hablar, como lo haría una experta en strip-tease. Yo estaba acurrucada en la cama, angustiada. Sufrí y tuve ganas de llorar".

Otro sueño: "Yo estaba en sesión, acostada y de pronto Ud. se reclinó y medio se deslizó en el sillón, como si se hubiera desmayado.

Llamé a su mucama y me dijo que esto le sucedía a menudo, por la vida disipada que Ud. llevaba".

"Salí y llegamos a una casa donde la mucama era otra, con un peinado en alto, de más edad y que lucía un gran escote del cual emergía un redondo y desnudo seno".

En otra secuencia: "No sé si entré dormida y despierta, serían como las 5 de la mañana. Mi cuarto estaba en penumbra. Me pregunté si yo aceptaría un hombre en mi cama. Si, si se acercara con afecto y ternura. Para mí la penumbra sería una protección, porque es muy diferente mostrar un cuerpo desnudo a los 20 ó 30 años que a los 68".

 

c) Genitalidad y agresión

 

Caso 4: La consulta proviene de un colega, cuyo padre de 77 años de edad, viene observando, desde hace tiempo, una conducta agresiva hacia su esposa, mujer de 72 años, y que ha llegado a las vías de hecho.

El hijo debe viajar y está preocupado por esta situación.

Entrevistado el padre, nos encontramos con un hombre culto, racionalizador, difícil de sacarlo de los temas que él quiere tratar. En una segunda entrevista conseguimos abordar el tema sexual y nos dice con respecto a este tema: "Mi mujer es una puritana, que ni una rodilla me deja acercar". "Yo tengo sueños eróticos y a veces polución". "Otras veces me levanto de la cama y me calmo".

Solicitamos hacer una entrevista con la esposa, la que nos cuenta una larga historia de celos y abortos a repetición.

Se aconsejó algunas entrevistas de pareja que se llevaron a cabo.

Cada uno tomó tratamiento individual, por separado, y al poco tiempo consiguieron reacondicionar la vida de relación de la pareja.

Se hicieron cargo de sus nietos por un período bastante prolongado en ausencia de sus padres, demostrando un comportamiento más ajustado a su realidad.

Las características sexuales y agresivas de las primeras etapas del desarrollo, subsisten a través de los años de la pre senescencia y la senescencia.

Los ancianos tienen que vérselas en esta etapa de su desarrollo con sus pulsiones libidinales y agresivas, al mismo tiempo que afrontan cambios en su estructura yoica y en su ambiente cultural.

Uno de los fenómenos destacados en el anciano, es el que se refiere a la directa expresión de los impulsos y al hecho que sus peticiones son menos propensas al disimulo.

Es más dado a gritar e incluso a expresar su cólera mediante actitudes regresivas orales y anales, reflejadas en la comida exagerada, o anales, como la de ensuciar la cama si se le restringe la atención. Y el gritar, comer en exceso o no comer, o ensuciar, constituyen una expresión casi directa de las pulsiones sin el impedimento, la inhibición, la sustitución o el empleo de los mecanismos racionales que son de apreciar cuando el yo está integrado y los domina.

Dice Freud en "La predisposición a la neurosis obsesiva" (15)... "Comprendemos que esta naturaleza del carácter corresponde a la regresión de la vida sexual al estadio pre genital, en el cual hemos hallado la predisposición a la neurosis obsesiva. Entonces, esa mudanza no sólo sería la precursora de la fase genital sino harto a menudo también su sucesora y su relevo, después que los genitales han cumplido su función".

Entendemos además que gran parte de los impulsos agresivos que se encuentran neutralizados por fusión con componentes libidinosos pueden por de fusión poner al desnudo los primeros.

La historia personal del sujeto muestra cómo se prolonga a través de los años y cómo se descubre a través de los sueños y las transferencias, la persistencia de conflictos edípicos que se realimentan libidinosamente, que se pueden reproducir y que se pueden resolver en la situación transferencial psicoanalítica.

Hay fenómenos actuales de observación común, que bajo diferente fachada, siguen ocultando un mismo conflicto.

En casi todos los Hogares de Ancianos, se sigue manteniendo la separación entre hombres y mujeres, no permitiendo su convivencia, tratando de negar con firmeza la existencia de expresión sexual en el anciano.

Se llega incluso al caso en que las personas de edad callan todo lo relativo a su sexualidad, pues llegan a sentirse mal con sus deseos eróticos en una cultura que en realidad prohíbe o ridiculiza la expresión de tales deseos.

Cuando los afectos se reprimen o prohíben con tanto esmero, la consecuencia suele ser una situación reactiva, pero desplazada hacia otra zona o parte del cuerpo, que se convierte así en zona erógena o erotizada por regresión.

En el anciano es muy común la regresión oral-digestiva y el comienzo de las preocupaciones por los problemas del cuerpo, especialmente: intestinales y digestivos.

El equilibrio sólo puede sobrevenir si se otorga la satisfacción correspondiente que exige el instinto insatisfecho y que es el que provoca la correspondiente carga de ansiedad.

 

d) Importancia de la atemporalidad de lo Inconsciente

Siempre que se produce un estado regresivo, el material reprimido oportunamente puede volverse consciente, y en lo que atañe a los impulsos sexuales puede suceder que en un período de la vida en que resulta inadecuadamente practicable, se hace vigente una vida simbólica psíquica activa, que guarda poca o ninguna relación con la realidad fáctica.

Caso 5: Se trata de una mujer de 63 años. Viuda desde hace 6 meses. Madre de 2 hijos varones adultos. Ha desarrollado una intensa agorafobia que le impide salir sola de su casa. Esta agorafobia está sustentada en un delirio erotomaníaco que consiste en proposiciones sexuales por parte de proveedores y de personas de su amistad que toman contacto con ella.

 

Huérfana de padre a los dos años y de madre a los 5 años, fue criada por unos tíos.

Durante el tratamiento recuerda escenas de tocamiento y exhibicionismo por parte de sus mayores y cuando tenía 10 años el recuerdo de intento de violación significativamente traumático; después de rememorarlo y relatarlo pudimos abordar el tema de sus fantasías sexuales infantiles con mayor soltura.

Poco a poco pudo ir completando su juicio de realidad y distinguiendo lo histórico de lo actual, su fobia de que pudieran agredirla o violarla de pequeña, había vuelto como temor fóbico y deseo a los 63 años.

En "El malestar en la cultura" (16), dice Freud: "Una porción cuantitativa de una actitud, de una moción pulsional, se ha conservado inmutada, mientras que otra ha experimentado el ulterior desarrollo".

Para proseguir más adelante: "Desde que hemos superado el error de creer que el olvido, habitual en nosotros, implica destrucción de la huella mnémica vale decir su aniquilamiento, nos inclinamos a suponer lo opuesto, a saber, que en la vida anímica no puede sepultarse nada de lo que una vez se formó, que todo se conserva de algún modo y puede ser traído a la luz de nuevo en circunstancias apropiadas, por ejemplo, en virtud de una regresión de suficiente alcance".

En 1905, Sigmund Freud escribe "Tres ensayos de teoría sexual". Se quiso ver en este libro una calumnia a la inocencia infantil, pero como dice James Strachey: (...) "No hay duda de que es, junto a la "Interpretación de los Sueños", uno de los aportes más ingentes y originales a los conocimientos del hombre". Freud, encontró, que la razón por la cual durante tanto tiempo fue negada la sexualidad infantil, está basada en el hecho mismo de la "amnesia infantil"... "pocas son las personas capaces de recordar gran cosa de sus primeros tres años de vida, tan decisivos para la formación de su personalidad y en los que el niño puede exhibir las emociones más complicadas".

La opinión vertida por Freud y que sorprendió ampliamente a todos los ambientes científicos de la época, es que el niño tiene sensaciones eróticas desde el comienzo de la vida, que se desarrollan progresivamente más o menos hasta los 4 o 5 años para entrar en un período de relativa calma hasta la pubertad, período de calma, al que usando una expresión de Fliess, llamó Freud período de latencia.

Lo que caracteriza las primeras manifestaciones de la sexualidad es que surgen en realidad junto a importantes funciones corporales, no genitales, tales como la alimentación o la defecación.

Su actividad es auto erótica y su fin, la satisfacción de estímulos; proceden de una zona erógena.

La vida sexual humana se pone de manifiesto poco después del nacimiento con las primeras manifestaciones infantiles.

Es necesario establecer una diferencia entre "lo sexual" y "lo genital": lo sexual es un concepto más amplio y abarcativo que consiste en obtener placer en todas las zonas del cuerpo, capaces de convertirse en zonas erógenas.

Lo genital comprende una determinada zona y función en la que ulteriormente ésta es puesta al servicio de la procreación.

Después de una cierta actividad y al llegar al quinto año, en que alcanzan su máxima actividad las manifestaciones de la sexualidad del niño, éstas entran en un período de relativo reposo, "la latencia", para continuar en la pubertad cual si volvieran a florecer.

En el pre senescente, alrededor de los 50 a 55 años, es muy común la consulta por disminución o temores vinculados a la disminución de su capacidad genésica o viril.

La mujer generalmente un poco antes, aduce que es una edad en que se atemperan sus apetitos sexuales, que se siente aplacada.

El hombre aparece con verdadero incremento de sus ansiedades paranoides con temor franco al envejecimiento, disminución de potencia genital e incremento de las ansiedades de castración.

La pareja se puebla de fantasías de adulterio y engaño mutuo y, cuando se investiga bien el cuadro, lo que está ocurriendo es que uno o ambos cónyuges están pasando por una "latencia secundaria" o "latencia de senescencia", que suele durar de tres a cuatro años y de los cuales, generalmente cuando se sale, también se sale conflictivamente.

Pasado el período de latencia secundaria, se renuevan sus apetencias sexuales y sus requisitorias amorosas, re-comienzan las situaciones celotípicas en la pareja y es común recibir la queja inversa a la anterior. El marido se ha vuelto exigente, se ha convertido en el conquistador de las amigas, etc.

La mujer puede adoptar verdaderas actitudes competitivas, adopta las modas y maquillajes de sus hijas.

A veces pueden observarse verdaderas conductas de desplazamiento, que nos hacen ver cómo el senescente trata de vivir en esta etapa de su vida como una revancha de lo que considera le fue negado en la correspondiente etapa de la juventud o madurez.

Así examinada la sexualidad humana, en la etapa infantil y senescente, extremos polares del desarrollo, nos muestra su existencia y persistencia, con sus diferencias y sus similitudes, pero siempre con su presencia.

Lo que no puede dejar de tenerse siempre presente es que la fuerza de las pulsiones es permanente y poderosa. A cada instante se producen regresiones que nos enfrentan con la atemporalidad de los procesos inconscientes, con la viva energía, en cuanto a libido y agresividad y los correspondientes conflictos que se ponen de manifiesto. Hay que estar, por lo tanto, preparado para enfrentar los problemas referentes a la heterosexualidad, a la homosexualidad y a la bisexualidad, así como a los fenómenos de agresividad y hostilidad, sobre todo los que tienen que ver con los celos y la venganza.

No me encuentro aún en condiciones de contestar ciertas interrogaciones:

Esta latencia secundaria ¿es una reedición de "la latencia" descripta por Freud?

¿Se trata de un fenómeno basado en modificaciones físicas, psíquicas, y/o psicofísicas e influidas por razones culturales?

¿Tratará de poner un dique, que fracasa la mayoría de las veces, para poder sacar mayor provecho del conocimiento y la experiencia del anciano, reservando para los jóvenes el ejercicio de la sexualidad y la procreación?

Sería de lamentar que nuestra era, que se caracteriza por el esclarecimiento y el reinado de una moral sexual liberadora para los jóvenes, impusiera rígidos tabúes para padres y abuelos.

Los hijos, los grupos familiares y, a veces hasta los médicos, desaprueban esta conducta liberal, haciendo sentir a la gente anciana lo suficientemente culpable como para que se desentienda por completo de cualquier actividad sexual.

La capacidad sexual no desaparece con la edad y la disponibilidad de un copartícipe atractivo y complaciente es el factor más importante para lograr mantener una vida sexual satisfactoria.

Las pruebas que disponemos, demuestran que ni las histerectomías ni las prostatectomías, ni las insuficiencias coronarias justifican el abandono de la pulsión sexual que sigue viva y presente.

El anciano necesita convencerse que tener deseos sexuales no es anormal, inusual o inmoral.

Tienen que llegar a comprender los cambios psicológicos y físicos que se producen en "esta edad evolutiva", que no significa la renuncia al placer.

Es mucho lo que ha hecho la sociedad en la orientación de la educación sexual de jóvenes y adolescentes; es necesario que ese esfuerzo se extienda ahora a la educación sexual de los ancianos.

La sublimación y la formación reactiva no pueden ponerse al servicio de la renegación de la sexualidad; sexualidad puesta exclusivamente al servicio de la cultura y de una moral sexual equivocada, como oportunamente señalara Freud en su trabajo de 1908. La psiconeurosis, la depresión y la angustia, son precios demasiado elevados a pagar por estos servicios.

Las palabras pronunciadas por Freud en "Psicología de las masas y análisis del yo" (10), sobre sugestión y libido, me hacen pensar en qué medida la negación de la sexualidad en los ancianos no se halla al servicio de ideales narcisistas de la cultura, que pretenden imponer un modelo de anciano sabio y que sea un dechado de virtudes, las cuales lo harán acreedor de la consideración y el respeto de la masa, sin tomar en cuenta el costoso proceso de represión que esto exige.

Al abordar la temática de la sexualidad en la tercera edad, nos enfrentamos a un doble inconveniente; ahondar en las particularidades de la vejez, suele resultar una tarea agobiante no solo por la falta de información y datos investigados al respecto, también porque la problemática de esta etapa es generalmente abordada desde su carácter negativo, sin valorizar, ni considerar las ganancias y riquezas que alcanza dicha etapa tan aparejada.

Hasta hace pocos años se creía que la menopausia marcaba el final del goce sexual femenino, debido a que se justificaba la sexualidad como necesaria para acceder a la maternidad. Este es el clima en que fueron educadas las mujeres ancianas de hoy y aunque el cambio es lento y progresivo se debe aceptar que la sexualidad en la tercera edad solo se responde al puro deseo de sentir, placer, de gozar, de abrazarse a otro cuerpo y de amar.

 

 

Por tal motivo abarcamos los siguientes temas:

§ Sexualidad en la Tercera Edad.

§ Cambios y factores de la sexualidad en la tercera edad.

§ Mitos, prejuicios y ámbitos de actuación.

 

Sexualidad en la tercera edad.

 

La sexualidad en esta etapa está sujeta a un gran número de agresiones procedentes del bando de la patología, la mediación y la manera especial de las presiones sociales, lo que está claro es que la vivencia de la sexualidad en la vejez es un reflejo de la formación, creencias, actitudes, valores y experiencias vitales acumuladas durante toda la vida.

No solo puede hablarse de anatomía, psicología y actos físicos entre las personas, también se incluyen, cuestiones de identidad, género, personalidad, sentimientos, valores y relaciones. No se trata de imponerles un modelo de sexualidad a las personas mayores, sino de ofrecerle la posibilidad de que se toquen, acaricien, enamoren y vinculen y en todo ello tiene un lugar destacado y explicito la sexualidad, pero no entendida como la actividad orientada exclusivamente al coito como conducta erótica si así lo desean.

Por este motivo se trata de un concepto de sexualidad mucho más amplio al que normalmente es considerado, se trata de disfrutar el placer del contacto corporal y la comunicación, así como la seguridad que produce el sentirse querido y deseado. La sexualidad incluye todas las formas de expresión, desde la aproximación al tacto, la intimidad emocional, la compañía, masturbación y no solamente el coito, una sexualidad en la que el placer es encontrado en la intimidad compartida, en el encuentro y descubrir y ser descubierto es mimarse los cuerpos y en definitiva las múltiples manifestaciones del placer de lo erótico, es esencialmente una forma de comunicación entre las personas de intercambio afectivo de expresión de ternura y de necesidad del otro.

Puede ser definida como una energía vital que está presente en todo el proceso de la vida desde el nacimiento hasta la muerte que en esta etapa de la vida debe continuar siendo una fuente de placer y no una fuente de inquietud y frustración, puesto que la sexualidad es expresada de diferentes maneras según la edad.

La vejez es un proceso que en orden biológico se manifiesta por una disminución genérica del metabolismo; pero es importante tener en cuenta la sociedad en la cual se desarrolla ya que es un proceso biopsicosocial.

En cuba para la sociedad constituye un problema serio de salud al constituir esta un derecho de la población, se trabaja cada vez más en torno a la creación de condiciones óptimas para la atención geriátrica, por otra parte los adelantos de la revolución científico técnica, hacen que la vejez hoy en día tenga características cualitativamente diferentes hasta hace un cuarto de siglo, por ello un hombre o una mujer a los 60 o 65 años en cuba por regla general, tiene un nivel aparencial de mucho menos edad, tal como sucede en países de alto desarrollo.

 

Los estudios realizados en poblaciones mayores de 65 años de numerosos países que después de esa edad se mantiene la actividad sexual en un porciento considerable de casos. Helleger y Mortesen señalan en su trabajo que incluso a los 95 años alrededor de un 40% de las personas estaban interesados en el sexo y alrededor de un 25% mantenían actividad masturbándose.

Brecher encontró en un estudio realizado en 1984 en grupo de mayores de 70 años, el 81% de los casados se mantenían sexualmente activos y la utilización de la masturbación como sustituto se calculó en 22% de los casos.

Se encontró también que los ancianos que actualmente no mantienen relaciones sexuales 6 (22%) conservaron esa práctica después de los 65 años en la siguiente forma dos hasta los 74 años y uno por grupo hasta las siguientes edades 68, 78, 81, y 82 años. En total de 27 entrevistados 12 (44.4%) tuvieron relaciones sexuales más allá de los 65 años y dos viudas 77. 49% refirieron tener deseo intenso una se masturba con frecuencia irregular y otra controla sus deseos pensando que no es natural sentir a esa edad.

Todos estos datos indican claramente que en la tercera edad, hablar de estos aspectos de la sexualidad, no es como algunas personas piensan una utopía.

 

Cambios y factores que se producen en la sexualidad en la tercera edad.

 

Cambios que se producen en el Hombre en la tercera edad:

§ Cambios en el comportamiento y en la respuesta sexual.

§ Más tiempo para lograr la erección, el hombre joven necesita como promedio solo de 15 a 30 segundos y el anciano puede durar hasta 10 minutos.

§ Demora más el tiempo de eyacular, lo cual prolonga más en coito.

§ La erección del hombre de 50 años es menos firme debido a que los vasos sanguíneos no son tan elásticos como antes y los músculos son menos potentes, lo que disminuye la intensidad de erección pero nunca en condiciones de salud le hará perder totalmente la capacidad de un contacto sexual normal.

§ Disminución del eyaculado en cuanto a su volumen y la fuerza con que es expulsado debido a una mejor potencia de los músculos eyaculadores y por lo tanto de sus contracciones durante el orgasmo.

§ El periodo de detumescencia del pene o pérdida de la erección después de la eyaculación se produce con más rapidez, así como el tiempo necesario para lograr la próxima erección. (periodo refractario) se prolonga.

§ La erección pudiera disminuir, perderse o recuperarse en una o múltiples ocasiones durante el acto sexual prolongado y en ocasiones el pene no alcanza una completa ingurgitación hasta el momento antes de la eyaculación.

§ Erección nocturna que en todo hombre se presenta durante las fases de sueños acompañado de movimientos oculares rápidos (fase mor) sobre todo antes de despertarse son menos frecuentes según avanza la edad.

§ En el anciano y en el hombre maduro predomina la excitación producida por tocamientos y caricias sobre las zonas erógenas del cuerpo y la estimulación directa de los genitales. El no lograr la erección satisfactoria o total hasta que la compañera le ocasione directamente los genitales constituyen una expresión de que en estos predominan los reflejos medulares y no una falta de potencia sexual.

§ El hombre de edad avanzada puede gozar perfectamente el coito sin llegar necesariamente al orgasmo.

§ Después de los 60 años se puede eyacular en uno dos de cada tres coitos y esto no ser causa de insatisfacción.

§ Las necesidades de contacto sexual en hombres mayores de 60 años de edad puede limitarse a una o dos veces por semana y ser suficiente para su bienestar

§ En los ancianos también puede perderse la llamada fase de inestabilidad eyaculatoria, esta fase procede en unos escaso segundos a la eyaculación y en ella el hombre se hace consciente de que va a eyacular y no la puede evitar o controlar, el anciano puede eyacular sin este aviso que es producto de contracción de musculatura de las vías seminales pero experimenta la segunda fase del orgasmo sin dificultad.

En el hombre de 50 años disminuye la elevación de los testículos dentro del saco escrotal antes de la eyaculación por acción de los músculos crematerianos.

 

Cambios en la Mujer en la tercera edad:

En el aparato genital, los cambios más significativos son:

§ Los labios menores y mayores pierden elasticidad y se encuentran atrofias progresivas de sus capas dérmicas y epidérmicas, lo mismo que el resto de la vulva.

§ La vagina con su depuración estrogénica tiene menos capacidad para la fluidificación, lo que a su vez facilita infecciones locales, su mucosa se hace más fina y seca, además pierde longitud, se hace más estrecha y menos elástica y reduce su capacidad de distensión.

§ El clítoris tiene mayor dificultad de erección.

Desde el punto de vista endocrino metabólico, los cambios más importantes ocurren durante la menopausia, por el cese de producción de estrógeno que provoca una serie de cambios fisiológicos.

§ Menos intenso el aumento de las mamas y se vuelven menos firmes y más planas.

§ No se observa al principio del coito, los cambios tópicos de los labios mayores, como aplanamiento, separación y elevación y es menos el vaso dilatación de los labios menores.

§ Debilitamiento de la musculatura vaginal y de la zona perineal, por lo que existe. Menos contracción de la vagina durante la fase de plataforma orgásmica.

§ Menos elevación uterina.

§ Contracciones uterinas del orgasmo se hacen más débiles y en ocasiones dolorosas por ser más hepáticas que rítmicas. Sin embargo, estos procesos no eliminan el orgasmo, ni suprimen la sensación de placer y por lo tanto el avance de los años no pone un límite preciso a la sexualidad femenina. Es necesario insistir en que estos cambios se dan en distintos grados y aparecen en tiempo claramente diferente dependiendo de numerosos factores.

§ Disminución del Vello asilar y público.

 

Factores.

Estudios han demostrado que la actividad sexual del anciano está influenciada por un grupo de factores que pueden incluso hacerla desaparecer y cuyos conocimientos es necesario.

 

Factor de Pareja.

Esta es la causa que más provoca abstinencia sexual sobre todo en la mujer, existe mayor tendencia a la viudez en la mujer y la sociedad no aprueba que una anciana trate de buscar una nueva pareja después de enviudar por lo tanto estas mujeres renuncian a la sexualidad.

 

Deterioro de la Relación Matrimonial.

Este factor es uno de los que más se ve en las consultas, como causa de trastornos sexuales en la ancianidad en influye en otros en la monotonía de la relación sexual y en los problemas de la comunicación.

 

Salud.

Innumerables enfermedades mentales y físicas pueden influir negativamente en la sexualidad en la tercera edad, toda enfermedad que afecte el psiquismo, por diferentes mecanismos puede dar al traste con toda actividad sexual, la diabetes mellitus es un ejemplo típico de enfermedad crónica que puede afectar las relaciones en el anciano la artrosis, sobre todo en la mujer puede dificultar la realización del coito.

 

Sexo.

Es muy común que la pauta sexual de la pareja sea impuesta por el hombre dado a que ese es el papel que le asigna la sociedad y se da el caso de que las mujeres puedan quedar por debajo de sus deseos o aceptar la actividad para mantenerse a tono es su pareja.

 

Condiciones Domésticas.

Es muy frecuente en nuestro país que coincidan tres generaciones habitando la misma casa y generalmente los ancianos tienen que compartir habitación con otras personas, pues no se piensa que ellos necesitan privacidad.

 

Jubilación.

Este cambio en su rol social y la preocupación derivada de este cuando no se está preparado para afrontarlo actúa de forma negativa en las relaciones sexuales del anciano.

El envejecimiento en si mismo, no cursa como una enfermedad cuanto más se cuide un individuo menos beba, fume o consuma medicamentos, cuanto menos kilos tenga y más ejercicios físicos haya efectuado, tendría más posibilidad y sin problema y si a esto se le agrega haber tenido un ejercicio gozoso frecuentemente e intenso del erotismo, se arriba a la tercera edad sin inconvenientes funcionales en el área genito sexual.

En la vejez existe mayor experiencia sexual, mayor entendimiento en la interacción con la pareja mayor ternura y sabiduría como en esta etapa de la vida se agudiza el criterio de la realidad, se toma mayor conciencia de lo que se puede y no puede hacerse con el sexo, el erotismo está vigorizado en comparación con el acto sexual propiamente dicho, con una mayor consideración de la pareja al desaparecer los intereses o las preocupaciones reproductivas, al sexualidad en esta etapa de la vida tiene como único fin el dar y recibir placer.

Todo lo planteado anteriormente, indica que en la tercera edad no constituye una utopía, hablar sobre la sexualidad, sino lo contrario una verdad incuestionable, por lo tanto el psicólogo como el profesional de la salud puede contribuir de forma eficaz a la eliminación de tabúes y perjuicios sobre la sexualidad y la vejez, mejorar la calidad de vida de los ancianos y lograr que estas personas estén en condiciones de:

§ Asumir a lo largo de toda su vida su sexualidad de una promesa enriquecedora, placentera y responsable.

§ Desarrollar una auto imagen positiva para sustentar su autoestima y autonomía, asumiéndose en la originalidad de su identidad de género.

§ Poder vivenciar su sexualidad distinguiendo la función reproductiva del placer.

§ Desarrollar la capacidad de sentir, gozar, amar y ser amado.

 

Mitos y Prejuicios.

Ser una persona de la tercera edad no significa estar oprimido sexualmente, las prácticas eróticas en esta etapa no son imposibles fisiológicamente mis despreciables emocionalmente, pero están restringidos por la cultura de la sociedad actual. Se piensa que toda persona mayor de 60 años está incapacitada para sentir placer, deseo e interés sexual.

De hecho, la sola idea de mantener prácticas eróticas entre adultos mayores, se piensa como antiestética, como algo que simplemente no debe ser, por todo ello la problemática de la expresión sexual en la vejez se agarra debido a que en nuestra cultura la sexualidad está asociada con una estética joven, rigorosa y llena de tabúes por estereotipos sociales.

La sexualidad es una de las áreas del comportamiento humano más desconocidas incluso por profesionales solitarios. Las creencias y conceptos erróneos se manifiestan incluso en las historias clínicas donde no se recogen datos sobre la actividad sexual, siempre dicen que los ancianos son sexualmente inactivos y tienen temor ante preguntas de este tipo al no poder responder adecuadamente.

Se afirma que en esta etapa la mera existencia de manifestaciones sexuales de cualquier tipo es sistemáticamente negada, rechazada o dificultada, por gran parte de la sociedad.

En la mayoría de la biografía la vejez es sinónimo de pérdidas, déficit, duelos, crisis, siempre patológicas y formas enriquecedoras, nadie quiere llegar a esta etapa, se desconocen la causa de tal rechazo y la existencias de tales actitudes retrógradas que tienden a rechazar e incluso burlarse y en el mejor de los casos ignorar la existencia de necesidades sexuales en el adulto.

Junto a los mitos y perjuicios coexisten resistencia ante la vejez temores y angustias que contribuyen en la percepción negativa que dicha etapa entraña.

En una sociedad que está envejeciendo progresivamente la sexualidad debería permanecer en una dimensión afectiva, sentimental y relacional durante todo el curso de la existencia, en el respeto del cuerpo y los aspectos peculiares presentes en cada etapa de la vida.

 

Ámbitos de Actuación.

La sexualidad humana es el resultado de la combinación de factores biológicos, sociales y culturales que interactúan continuamente, aunque en el momento de su manifestación uno domine sobre el otro. La sexualidad forma parte de la personalidad constituyendo una forma más de expresión.

 

En el Ámbito Laboral Económico.

La jubilación supone un cambio significativo de este ciclo vital, puesto que exige una reestructuración total de la vida cotidiana y su sistema de relaciones, el hombre se siente poco útil frente a la mujer y su rol de epicentro en el hogar.

Es más frecuente que las mujeres dependan de sus maridos y longevidad, es mayor con lo que su actividad económica se verá reducida.

Por otra parte es más probable que los ancianos varones mantengan la misma clase social que en edades anteriores, lo cual no ocurre en el caso de las mujeres, ya que un factor determinante de la calidad de vida en la vejez será la situación de mercado laboral previo a la jubilación.

 

En el Ámbito Familiar- Pareja- doméstico.

Hay que destacar dos aspectos claves, las mujeres tienen mayor probabilidad de enviudar que los hombres y los cambios en la pareja sexual por la muerte de un miembro tienen efectos negativos sobre la salud en el aspecto financiero.

La viudez tiene sentido diferente para los hombres y para las mujeres, por ser mucho más corrientes en las mujeres. La conducta adecuada para la edad de mujer y hombres viudos, se han constituido en forma muy distintas en gran parte en perjuicio de las mujeres.

Las amistades, la probabilidad de que las mujeres tengan y mantengan relaciones de amistad desde la infancia y adolescencia hasta la vejez es claramente superior, que en los hombres, estos suelen tener amistades de las actividades laborales y del ocio, mientras que ellos se relacionan más con la vecindad o con experiencias vitales compartidas.

La conducta erótica se prolonga durante la tercera edad y solo desaparece con la muerte, la expresión de la sexualidad no solo se reduce a lo genital o coitos, sino que engloba a toda persona y su expresividad.

Hay que tener en cuenta que con la edad se producen una serie de cambios, inductivos en órganos genitales, lo que no significa que no sean actos para responder el placer.

No hay pruebas de que el proceso de envejecimiento, por si mismo determine una disminución del interés sexual, lo que produce es un cambio en las formas de experimentar y disfrutar de las prácticas eróticas.

A pesar de que no está justificada las pérdidas de interés sexual en la vejez existen factores asociados al envejecimiento factores fisiológicos, determinadas enfermedades, factores psicológicos; estereotipos, falsas creencias, miedo, falta de información que pueda obstaculizar el adecuado disfrute de la sexualidad en esta etapa de la vida.

La realidad es que existen factores que pueden enriquecer la erótica de los ancianos, puesto que librados de las preocupaciones y los esfuerzos de profesión, del cuidado de los hijos sin miedo al embarazo, con el tiempo para uno mismo, se podría adoptar un modelo de vida mucho más cómodo y placentero y todo ello contribuirá a que las relaciones eróticas se viesen favorecidas.

Uno de los aspectos fundamentales sería normalizar el tema de la sexualidad, eliminando obstáculos que impiden o dificultan a las personas mayores el hablar sobre el tema convenciendo la comunicación e intercambio de opiniones sobre el mismo y la expresión por parte de las personas mayores de la problemática que pueden vivir en este ámbito de su vida, proporcionar información a las personas mayores sobre los cambios normales que ocurren con el envejecimiento y que pueden generar cambios en la forma de experimentar su sexualidad.

Darle información sobre factores fisiológicos y psicológicos que pueden influir en el inicio y mantenimiento de sus disfunciones o dificultades sexuales, así como de las vías que existen para su posible recuperación.

Facilitar que las personas mayores se reconcilien con su figura corporal y acepten los cambios que supone el proceso de envejecimiento, cambiando los estándares de belleza de la juventud basado en criterios físicos y estéticos por nuevos estándares más realistas y alcanzable basados en los valores de la comunicación, el afecto, la intimidad y la sexualidad.

Potenciar una visión de la sexualidad menos cortar, que reconozca al valor como potenciales fuentes de placer de otros tipos de actividades.

Favorecer la creación de redes sociales adecuadas para las personas mayores que les permitan satisfacer sus necesidades de afecto e intimidad en los casos que haya bajo apoyo social o situaciones de soledad por viudez o separación, etc.

Intervenir en aquellas áreas o problemas como las ya tratadas u otras como las relaciones de pareja el estado de salud o el estrés y la depresión que afectan de forma significativa a las relaciones sexuales.

 

Conclusión

 

Podemos concluir diciendo que la sexualidad no termina con la vejez, sino que surgen una serie de cambios, tanto en el hombre como en la mujer pero eso no influye en que se puedan tener relaciones afectivas y coitales satisfactorias.

Hay ciertas enfermedades que influyen en que hayan cambios en la sexualidad, pero no está determinado que la vejez en sí presente faltas de apetencias sexuales, sino que han sido los mitos o prejuicios o las malas informaciones y algunos patrones culturales que han hecho que esta etapa no se disfrute ampliamente. Lo que hemos podido desmentir al haber trabajado este tema ya que existen una serie de factores que pueden enriquecer la erótica de los ancianos.

Puesto que liberados de las preocupaciones, los esfuerzos de la protección, el cuidado de los hijos, sin miedo a embarazos y con tiempo para uno mismo se podría adoptar un modelo de vida mucho más cómodo y placentero y esto contribuiría a que las relaciones eróticas se vieran favorecidas en esta etapa de la tercera edad.

No quiero pasar por alto, o minimizar el aspecto de la discapacidad en el adulto mayor , situación de vida que le afectará en su estima, manejo de su persona y sobretodo en las relaciones con la familia, amigos y sociedad en general; cierto es que el llegar a esta edad, el anciano comienza a tener enfermedades que pueden llegar a ser incapacitantes y le harán llevar una vida más limitada, de ahí la importancia de que nuestro cuerpo en todos sus aspectos debe ser cuidado desde que vamos teniendo esa responsabilidad de hacerlo ,para llegar a la vejez en forma aceptable para vivirla plenamente, pero en ocasiones hay seres que nacen con la discapacidad, otros la adquieren teniendo que seguir viviendo con ella hasta el final de sus vidas, por lo tanto viene a ser parte de nosotros mismos y se tiene que aprender a vivir y convivir con ella.

Por eso me permito hacer esta puntuación importante en la vida de los ancianos, para comprender y facilitar su existencia, contribuir a que sea más, funcional y plena en la medida que pueda hacerla cada adulto mayor con discapacidad.

Somos conscientes de lo difícil que le resulta a nuestra cultura y a nuestra sociedad abordar el tema de la sexualidad humana en general, por la carga afectiva llena de prejuicios y tabúes. Aún más difícil resulta cuando se trata de la sexualidad de una persona que sufre una discapacidad.

Por ello, el abordaje de este tema exige una visión global e interdisciplinar, en oposición a los planteamientos excluyentes, o una visión parcial cuando se encara este asunto.

Para ello es necesario contemplar las diferentes dimensiones de la sexualidad humana: biológica / conductual / cultural / psicoafectiva / psicosocial y considerar que una manera positiva de vivirla como ser sexuado va a ser la base de una buena salud y calidad de vida de los diferentes miembros de nuestra sociedad (sin distinción de sexo / edad / características especiales o modo de vivir la propia sexualidad). Y es que, como veremos a continuación, las personas que tienen alguna discapacidad pertenecen a una de las minorías a las que se les ha negado por sistema toda posibilidad de resolver sus necesidades afectivas y sexuales.

Si hacemos un repaso histórico podemos decir que hasta los años 50-60 del pasado siglo, las personas con discapacidad vivían segregadas en la familia o en instituciones, y sin ninguna relación con personas del otro sexo que no fueran la familia o los profesionales.

Desde los primeros años de vida necesitamos relacionarnos con otras personas que no sean de nuestra familia y con personas de nuestra edad.

En 1971 los derechos sexuales de las personas con retraso intelectual se garantizan por ley con la Declaración de los Derechos de las Personas con Retraso Mental, si bien estos derechos siguen, en gran medida, sin llegar.

En los años 80-90 comienzan a elaborarse programas de educación sexual dedicados a la información y a la prevención de los riesgos asociados a la actividad sexual de las personas con discapacidad.

La conciencia de que muchas personas con discapacidad sufren abusos sexuales acentuó el énfasis en la educación preventiva.

De un tiempo a esta parte, en nuestra sociedad se viene hablando de normalidad y de integración (escolar, laboral), excepto en el momento de admitir que los discapacitados tienen instintos, deseos y vida sexual. Cuando daban señales de algún interés de carácter sexual, eran tratados como si fueran objetos sexuales. Incluso se llegó a plantear recientemente medidas drásticas como la esterilización sistemática de las personas que sufren deficiencia.

Debemos pensar en un modelo de intervención que parta del respeto por la biografía de la persona discapacitada, incluyendo en ésta sus relaciones familiares y las características del centro donde esté. Desde un enfoque profesional se le deben ofrecer posibilidades de resolver sus necesidades interpersonales y también, si fuera su decisión, las de intimidad sexual.

Para ello debemos estructurar una actuación basada en cuatro ejes:

          Las necesidades interpersonales

          La nueva visión de la sexualidad humana

          Los criterios de salud sexual

          La especificidad de la sexualidad en personas con discapacidad

Es recomendable recurrir a asociaciones de apoyo, en ocasiones específicas con la minusvalía.

Necesidades interpersonales.

Toda persona a lo largo de su ciclo vital tiene similares necesidades interpersonales, que podemos resumir en:

          Necesidad de seguridad emocional y autoestima.

          Necesidad de una red de relaciones sociales más allá de la familia.

          Necesidad de contacto e intimidad afectiva y sexual.

 


Necesidad de seguridad emocional y autoestima.

La seguridad emocional, esto es, saberse aceptado y protegido de manera incondicional, y la autoestima o el saberse digno de ser amado y capaz de amar constituyen la primera y más fundamental de las necesidades interpersonales.

 

Necesidad de amigos.

Desde los primeros años de vida necesitamos relacionarnos con personas diferentes. En la persona con discapacidad se ha de favorecer un 'tercer ambiente', más allá de la familia y del centro escolar.

 

Necesidad de contacto e intimidad afectiva y sexual.

El ser humano siente la necesidad de contacto corporal (tocar y ser tocado, acariciar y ser acariciado, abrazar y ser abrazado) y de intimidad emocional (necesidad de expresar, entender y compartir emociones), necesidad que se resuelve, desde la infancia a la vejez, con los padres, familiares, amigos, pareja e hijos. Las personas con discapacidad que, en el caso de discapacidad psíquica son frecuentemente muy táctiles y menos reprimidos en relación con el contacto corporal, resuelven esta necesidad con los padres y las personas que les cuidan. Pero es frecuente que no puedan resolver sus necesidades de intimidad afectiva y sus necesidades sexuales más explícitas. Con frecuencia el único recurso, a veces también perseguido a pesar de ser natural y saludable, es el de la masturbación, recurso que le permite la satisfacción sexual (excitación y orgasmo), pero no experimentar el contacto y la intimidad con otra persona.

Las limitaciones propias del retraso mental, la sobreprotección familiar, la carencia de entornos en los que relacionarse con los iguales, el no reconocimiento de su necesidad de intimidad sexual, etc., hacen difícil, cuando no imposible, el que las personas con discapacidad tengan una verdadera vida interpersonal.

 

La nueva visión de la sexualidad humana.

Los criterios de salud sexual.

Estos dos ejes son importantísimos y a la vez tan complejos que nos llevan a perdernos muy fácilmente en ellos. debido a su complejidad su propia naturaleza, mitos y tabús que la propia sociedad les ha impuesto, me llevan a reconocer la dificultad del tema para desarrollarlo y expresarme con claridad, no obstante, asumo el reto y trataré de hacerme entender en tan complicado proceso de vida, diciendo:

El problema sexual es uno de los más complejos de la vida humana hasta el punto de que, a veces se opta por no resolverlo con razones y dejar que cada caso encuentre su solución espontánea.

Estamos muy conscientes de la importancia que tiene la salud sexual, tanto en lo mental como en lo físico, para nuestra sensación de bienestar y nuestra capacidad de participar en los dos aspectos más importantes y significativos de la vida humana: capaz de trabajar y de amar. No obstante, la mayor parte de nosotros creemos con conocimientos limitados de lo que se espera en seres humanos sexuados, esto es, qué podemos prever cuando nuestros cuerpos alcancen la madurez biológica y qué esperamos cuando debemos enfrentarnos en sentido emocional con estos cambios. De todo lo que se enseña en la educación básica y universitaria, nada tiene tanta importancia práctica para la vida personal como el conocimiento de la sexualidad humana, pero, más que el conocimiento académico, se deberían priorizar los aspectos emocionales como sentirse cómodo con la propia sexualidad ya que esto acarrea consecuencias perdurables y que no se pueden medir. En términos de la salud mental es urgente comprender con claridad los aspectos biológicos, psicosociales y conductuales de la sexualidad en cada etapa de la existencia humana.

Nuestra incapacidad de ocuparnos de nuestra propia sexualidad en forma coherente y organizada es el reflejo de la confusión general que existe en nuestra sociedad sobre los aspectos sexuales.

La sexualidad es y ha sido una de las áreas del comportamiento humano más desconocida y en la que aún prima muchas veces la anécdota sobre el conocimiento científico. Y si esto es cierto a cualquier edad lo es, especialmente en personas de edad avanzada. La mera existencia de manifestaciones sexuales de cualquier tipo en los ancianos es sistemáticamente negada, rechazada o dificultada por gran parte de la sociedad.

En nuestra sociedad existe un escaso conocimiento sobre este tema, incluso dentro de los profesionales sanitarios. Las creencias y conceptos erróneos se manifiestan incluso en las historias clínicas donde no se recogen datos sobre la actividad sexual. Esto, explicado erróneamente en algunos casos, por el supuesto de que los ancianos son sexualmente inactivos; y en otros, debido a la incomodidad de formular las preguntas o el temor de no poder responder adecuadamente a las dudas que plantee el paciente mayor en este tema.

En una sociedad que está envejeciendo progresivamente, la sexualidad debería permanecer en una dimensión afectiva, sentimental y relacional durante todo el curso de la existencia, en el respeto del cuerpo y a los aspectos peculiares presentes en cada fase de la vida.

Desde hace algunos años estamos asistiendo a un proceso de transición demográfica que obligadamente se debe acompañar de un proceso de revisión de la "cultura de la senilidad" donde se incluye también la variable de la sexualidad. Estamos, además, en la era del reciclaje: todo se recicla, incluso la vejez. Pero, en el área de la sexualidad está el peligro de "reciclar al viejo en un falso (e imposible) joven" con mitos y estereotipos sexuales basados en la prestación, la eficiencia y en la capacidad de identificarse con un joven con prodigiosas capacidades sexuales; concepto muy opuesto al antiguo que relacionaba la sexualidad con la procreación y consideraba al anciano como asexuado quedando excluido debido a la ineficiencia dada por la infertilidad. Pareciera que entre estos dos extremos, la sexualidad negada o la sexualidad impuesta no pudiera existir una imagen sexual en la que los componentes físicos, psicológicos y sociales se combinaran armoniosamente para crear una modalidad sexual específica que acompañe esta etapa de la vida.

 

Definiciones

El término sexualidad significa muchas cosas para distintas personas y diferentes etapas del ciclo vital.

Se define como Salud Sexual Geriátrica a "la expresión psicológica de emociones y compromiso que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, amor, compartir y placer, con o sin coito" (Maslow).

Así en la vejez el concepto de sexualidad se basa fundamentalmente en una optimización de la calidad de la relación, más que en la cantidad de ésta. Este concepto se debe entender en forma amplia, integrando en él, el papel que juega la personalidad, el género, la intimidad, los pensamientos, sentimientos, valores, afinidades, intereses, etc.

La especificación de la sexualidad en personas con discapacidad como último eje fundamental, para los criterios de salud del anciano.

Esta parte no menos importante en el tema a desarrollar, no especifico más, pues se estará tocando y puntualizando a lo largo del desarrollo de toda la temática, tratando de aclarar, que la persona con discapacidad no es más ni menos que cualquier otra persona, con todas sus funciones, sentimientos, deseos, apetitos a cumplir viviéndolos a plenitud y satisfacción según sus propios deseos; simplemente es una persona con una característica que tiene en ella como situación de vida pero que eso lo le impide ser y tener los mismos sentimientos, deseos y necesidades de cualquier otro mortal.

 

Efecto de la salud y la enfermedad en la sexualidad en la vejez

Las comunicaciones científicas concuerdan en que la mala salud física y/o psíquica está unida a una disminución de la libido y a una alteración de la respuesta sexual: toda enfermedad que desfigure el cuerpo o altere negativamente la imagen corporal alterará la conducta sexual disminuyéndola.

 

Efecto de las patologías médicas e incapacidad

 

1. Patología cardiovascular

No existen evidencias de aumento de muertes súbitas durante el coito en relación a la población normal, por tanto, los ancianos con cardiopatía isquémica, con insuficiencia cardíaca o cirugía previa de by-pass no deben evitar las relaciones sexuales sino acomodarlas al máximo posible sin que aparezcan angor o disnea.

2. Hipertensión

En varones con hipertensión la incidencia de impotencia, ya sea por la enfermedad o por efecto secundario a medicamentos, es del 15%. Algún fármaco antihipertensivo tiene un efecto negativo en este campo el cual se debe tener en cuenta a la hora de seleccionar un tratamiento.

En presencia de hipertensión arterial leve o moderada no se debe restringir la actividad sexual.

3. Patología pulmonar

La dificultad en las relaciones sexuales no depende de la propia enfermedad, sino del grado de disnea, hipoxia y tratamiento con corticoides.

 

 

4. Patología neurológica

- Enfermedad cerebrovascular (AVC): la disminución de la autoestima, el déficit motor, los problemas de comunicación y depresión son las causas que producen alteración en la vida sexual. Se ha demostrado que la actividad sexual no es causal de AVC ni que incrementa el déficit neurológico después del AVC.

- Enfermedad de Parkinson: no existe un deterioro en la sexualidad si la sintomatología está controlada: algunos fármacos (anticolinérgicos) pueden alterar las relaciones sexuales.

- Demencia: en períodos moderados y avanzados de la enfermedad se suele acompañar con problemas híper o hiposexualidad; se cree que se deben a alteración de la liberación de neurotransmisores (somatostatina, acetilcolina, TSH, GH) a nivel hipotalámico.

Los ancianos con cualquier forma o grado de incapacidad mental plantean problemas específicos. La hipersexualidad no es rara y puede llegar a producir daños irreparables al propio individuo u otras personas. Por esto es muy importante que los profesionales que atienden a estos pacientes pregunten expresamente por estas conductas ya que muchas veces las familias ocultan este antecedente por vergüenza, retrasando el tratamiento de este.

Otro aspecto frecuente en el demente es la desinhibición, con comportamientos inadecuados en público (exhibición de genitales, tocamientos, masturbaciones), que resultan molestos u ofensivos especialmente dentro de las instituciones o residencias. Se debe redirigir estos comportamientos hacia lugares más privados, sin adoptar conductas punitivas. En las instituciones se procurará que la libertad de expresión sexual no limite el derecho a la intimidad y la libre expresión de otros residentes. En las residencias se debe disponer de un lugar para la intimidad del residente y su pareja, pero, para esto es prioritario educar al personal a cargo de los ancianos en el conocimiento de todo lo que a la sexualidad concierne.

Es importante que se sepa que, aún los ancianos con un grado de incapacidad mental tienen capacidad para sentir placer, y que muchas veces necesitan tocar y ser tocados, sentirse queridos, sentir calor.

 

5. Patología urológica

- ITU (infección del tracto urinario) y uretritis: es más frecuente en mujeres la introducción de bacterias en la uretra durante el coito y está unido a mayor laxitud en el periné por déficit estrogénico.

- Insuficiencia renal crónica: produce alteraciones en la sexualidad secundaria a alteraciones hormonales (FSH, LH, estradiol, prolactina, testosterona).

- Incontinencia urinaria: no existe un deterioro en la sexualidad per se, pero un 45% de los ancianos incontinentes reconocen incontinencia de micción no controlada durante el coito en relación con disconfort psicológico.

 

6. Patología osteoarticular

No disminuye el deseo sexual. Solo requiere que el paciente se adecue a mantener relaciones sexuales que no le produzcan dolor. En algunos ancianos se produce impotencia secundaria a medicamentos (AINES, antipalúdicos).

 

7. Patología endocrina

- Diabetes mellitus: la prevalencia de disfunción sexual es muy alta (65%); su causa es multifactorial (Enfermedad macro y microvascular, polineuropatía, cambios hormonales, infecciones urogenitales).

- Enfermedad tiroidea: más frecuente en el hipotiroidismo, las alteraciones sexuales son secundarias a cambios hormonales (prolactina, estrógenos). Una vez corregida la enfermedad de base se normaliza el déficit en las relaciones sexuales.

 

8. Patología psiquiátrica

- Depresión: uno de los síntomas es la dificultad para mantener relaciones personales, y sexuales, placenteras: a esto se suma el uso de medicamentos que afectan la esfera sexual. Todo lo anterior explica la alta prevalencia de impotencia en ancianos con depresión.

- Psicosis: estos ancianos presentan alteraciones psicopatológicas en la esfera sexual (hipersexualidad, desviaciones sexuales) que necesitan de un tratamiento especializado.

 

9. Cáncer

Es frecuente la patología depresiva y ansiosa, por pérdida de la autoestima y mala imagen corporal.

 

10. Fármacos

Casi en el 25% de los ancianos con disfunción eréctil la causa es medicamentosa. Casi todos los antihipertensivos se han relacionado con impotencia. Los medicamentos más comunes que causan alteraciones de la potencia son los diuréticos tiacídicos, a través de la disminución de las presiones en el pene y de la reducción de la concentración de testosterona y de los valores de esta biodisponible. La disminución de la testosterona y de su fracción biodisponible se acompaña de una disminución de la libido pero no de disfunción eréctil por si misma (los varones jóvenes castrados pueden tener erección). Sin embargo, en algunas personas la mejoría de la libido mediante el tratamiento con testosterona es suficiente para mejorar la falta de interés sexual y los problemas eréctiles.

 

11. Efecto de la patología quirúrgica

La tasa de recuperación de las relaciones sexuales satisfactorias tras la cirugía (histerectomía, mastectomía, prostatectomía, colostomía, cáncer rectal) es variable pero la norma es que se eviten por alteraciones neuroendocrinas, depresión, pérdida de la autoestima, mala imagen corporal. Se requiere de tratamiento psicoterapéutico de grupo para su recuperación.

 

Disfunción sexual en el anciano.

La mayoría de los estudios concluyen que la disminución de la actividad sexual en la vejez se relaciona tanto con los cambios físicos debido al envejecimiento descritos anteriormente la disponibilidad de una pareja y la capacidad de la pareja para mantener relaciones sexuales, la influencia de actitudes y expectativas impuestas por el entorno social, así como con factores psicológicos propios del anciano.

Existen numerosos problemas que impiden que el anciano mantenga una actividad sexual continuada. El primero es la propia actitud del anciano ante lo que son cambios fisiológicos normales. El progresivo alargamiento del período entre las erecciones y la mayor dificultad para conseguirlas puede producir una ansiedad creciente en el hombre, y esta ansiedad perjudicará aún más su capacidad de respuesta sexual. Lo mismo sucede con la dispareunia de introducción en las mujeres debida a la disminución de estrógenos postmenopáusica. Las molestias que pueden sentir provoca ansiedad anticipatoria con el consiguiente riesgo de aumento del dolor, creándose un círculo vicioso difícil de romper.

Puesto que en nuestra sociedad aún se mide la actividad sexual según el coito, y como la frecuencia con que éste es posible en la vejez es menor, muchas parejas de ancianos van optando progresivamente por la abstinencia. De manera que, sin impedimentos físicos, muchas veces, se produce una disminución completa de la actividad sexual.

Si el anciano sufre alguna enfermedad crónica, aunque ésta no afecte directamente a la capacidad sexual, el miedo y la actitud negativa ante los problemas de la edad limitan más la actividad sexual de ambos miembros de la pareja.

La prevalencia elevada de trastornos psicopatológicos en los ancianos como son la depresión o los trastornos de ansiedad y la existencia de estresores, por otra parte muy frecuentes en la vejez, como puedan ser la pérdida de la pareja, el deterioro de la red social y del nivel socioeconómico o la presencia de problemas de salud en la familia, contribuyen también a la aparición de diversas dificultades en la actividad e interés sexual en el anciano.

No hay que olvidar que el cansancio, el estrés y la tensión pueden constituir causas de disfunción sexual a todas las edades. Generalmente la función sexual vuelve a normalizarse cuando los motivos que la afectaban desaparecen, sin embargo, si la persona está demasiado preocupada, el problema puede continuar y también la disfunción.

Otros factores que condicionan el desarrollo de una normal actividad sexual pueden ser las reacciones psicológicas negativas a las modificaciones del cuerpo que envejece, a la jubilación y a los relativos cambios del estilo de vida. En cambio, la vida sexual se enriquece si el anciano vive la relación como un medio para expresar mejor su afecto hacia el otro componente de la pareja. "Sin la ternura, un vínculo profundo y una capacidad real de diálogo, la sexualidad acabará muriendo en la pareja anciana como en la joven".

 

Disfunción sexual de causa orgánica en el anciano

Todas las investigaciones demuestran que con la edad hay una disminución progresiva de la actividad sexual en el individuo sano, causada por la intervención de los cambios fisiológicos normales debidos al envejecimiento en interrelación con los factores psicosociales descritos anteriormente.

Además, se produce un aumento de la prevalencia de disfunciones sexuales debidas a causas médicas, psicológicas y/o como efecto secundario de la medicación administrada. En ocasiones resulta difícil diferenciar los cambios normales relacionados con la edad de los síntomas debidos a patología.

Disfunción eréctil

Signo de impotencia provoca en el anciano gran preocupación, con frecuencia esta alteración se asocia con el envejecimiento debido generalmente al desconocimiento.

Este hecho lleva generalmente a no consultar a los especialistas. En la mayoría de los casos los trastornos en la erección se deben a múltiples factores, siendo el trastorno vascular el factor más frecuente de impotencia en la vejez, debido, entre otros a alteraciones del sistema arterial, síndrome de insuficiencia venosa, etc., con afectación sistémica o solo localizada a nivel genital.

También influyen, como ya se mencionó, la medicación (Tabla IV), los hábitos tóxicos (alcohol, tabaco), trastornos metabólicos y endocrinos, destacando por su alta prevalencia, la diabetes mellitus (en el hombre puede producir no solo alteración de la erección, sino también disminución de la libido), trastornos neurológicos, enfermedades sistémicas (insuficiencia renal, EPOC, insuficiencia cardíaca, cirrosis, cáncer. Todas estas patologías son bastante frecuentes en los ancianos y como enfermedades que afectan a todo el organismo también se van a manifestar con alteraciones sexuales, entre otras razones porque pueden dificultar la capacidad física necesaria para realizar el acto sexual.

Otras enfermedades como la artrosis o la artritis reumatoidea pueden afectar la actividad sexual porque provocan dificultades en la adopción de posturas o movimientos.

 

Disfunción sexual en la mujer

Dada la educación recibida, es difícil que las mujeres mayores consulten por este tipo de problemas. Es necesario que los profesionales de la salud interroguen dirigidamente a las pacientes al respecto porque frecuentemente son situaciones que por desconocimiento se pasan por alto, impidiendo así abordar un factor de gran importancia que mejora considerablemente la calidad de vida.

La Dispareunia o coito doloroso es el síntoma más frecuente dentro de las disfunciones sexuales en la mujer. Aunque la causa más frecuente de su aparición es la disminución de la producción de estrógenos debido a la menopausia, como ocurre en el 30% de los casos en mujeres postmenopáusicas, hay otros trastornos sistémicos que pueden ser origen de esta alteración.

La atrofia vaginal postmenopausia, con disminución de la lubricación de la mucosa, convierte a la vagina en un órgano más susceptible a las lesiones por roce y también a posibles infecciones.

Cualquier enfermedad sistémica, como ocurre en el varón, que produzca debilidad, va a alterar la actividad sexual de manera inespecífica.

Otra molestia importante es la disminución o pérdida del deseo sexual, que parece asociada a una disminución de la producción de andrógenos que ocurre tras la menopausia.

La presencia de incontinencia urinaria, trastorno muy frecuente en mujeres mayores, generalmente multíparas, inhibe el deseo y la respuesta sexual. El 46% de las mujeres que presentan incontinencia urinaria reconoce que este problema altera su actividad sexual.

La histerectomía muchas veces es vivida por la mujer como una pérdida de la femenidad que secundariamente puede llevar a un trastorno depresivo y consecuentemente producir disfunción sexual.

 

Disfunción sexual de origen psicógeno en el anciano

La causa más frecuente es la depresión, responsable del 10% de los casos de impotencia en el anciano. Los psicofármacos que se utilizan en el tratamiento de dichos trastornos pueden también contribuir a empeorar la disfunción sexual, sobre todo los que tienen efectos anticolinérgicos, como algunos antidepresivos y la mayoría de antipsicóticos. Los antidepresivos pueden producir, además de disfunción eréctil en el varón, disminución de la libido y anorgasmia en la mujer.

Otra patología psíquica que puede cursar con alteraciones en la función sexual es el trastorno de ansiedad en cualquiera de sus formas.

Es también frecuente en el varón la aparición de ansiedad anticipatoria respecto a su posible respuesta sexual que le lleva a presentar problemas de potencia sexual de carácter psicógeno.

Muchas veces no es el propio trastorno el que provoca la disfunción sexual; se puede producir una disminución o anulación de la actividad sexual por miedo a la aparición de síntomas como la angina (en pacientes con cardiopatía coronaria) o disnea debido al esfuerzo, sin que existan razones orgánicas para dichas limitaciones.

La impotencia tras la resección transuretral de la próstata por adenoma prostático, que ocurre en el 4-12% de hombres sometidos a esta intervención, suele ser de causa psicógena en la mayoría de los casos.

Algunos cuadros depresivos o trastornos de ansiedad pueden jugar un papel importante en el vaginismo.

 

Tratamiento de la disfunción eréctil

Terapia sexual para ancianos: son pocas las parejas que acuden a las consultas de terapia sexual dedicada especialmente a los ancianos; el mayor porcentaje de los hombres que asiste en busca de ayuda presenta como causa más frecuente problemas de erección (aunque existen parejas con más de 30 o 40 años de casados en que la mujer ha ocultado durante todo ese tiempo una disfunción sexual, como disminución del deseo o ausencia de orgasmo).

 

Tratamientos actuales

Cuando se encuentra una causa, como hipogonadismo con disminución de la libido o depresión, el tratamiento es etiológico. Sin embargo, en la mayoría de los casos puede ser multifactorial y se dispone de diversas alternativas.

Cuando la impotencia es por disminución de la testosterona, está indicada su utilización por vía intramuscular, oral o transdérmica y todas tienen ventajas y desventajas. El cáncer del seno en el hombre y de la próstata son contraindicaciones para su uso.

Existen una serie de medicamentos que son efectivos cuando se inyectan directamente en el pene. Estos son la papaverina, la fentolamina y el Caverjet (prostaglandina E, alprostadil). Son efectivos en el 70-80% de los casos.

Actualmente se cuenta con dos medicamentos por vía oral:

- Citrato de Sildenafilo: Se debe tomar una hora antes del acto sexual. Actúa aumentando el efecto del óxido nítrico que relaja los músculos que hay en el cuerpo cavernoso permitiendo la entrada de sangre al pene. No produce una erección automática, como sí lo hacen los medicamentos que se pinchan en el pene. La dosis recomendada es de 50 mg y el médico ajustará la dosis a 100 mg o 25 mg si se necesita. No se debería utilizar más de una vez en un día.

- Apomorfina: Es la primera droga para la disfunción sexual masculina que actúa a nivel del sistema nervioso central, sobre los mecanismos que producen la erección. A diferencia del Sildenafilo, al no actuar directamente sobre el sistema circulatorio, la apomorfina puede ser utilizada por varones que toman medicamentos vasodilatadores. Se recomienda una dosis de 2 y 3 mg sublinguales.

- Dispositivos de tumescencia por vacío: Actúan por creación de una presión negativa mediante una bomba unida a un tubo de plástico colocada sobre el pene. Producen una erección durante 15 a 30 minutos.

- Tratamiento quirúrgico: Consiste en implantar en el pene varillas que pueden doblarse o inflarse.

Cada uno de los métodos señalados tiene beneficios y problemas y con frecuencia la elección depende del estilo de vida de la persona.

 

Disfunción sexual en la mujer mayor

La mujer mayor puede presentar un trastorno de la fase de deseo, anorgasmia, dispareunia y pérdida de la libido. Sin embargo, la dispareunia es la única que se relaciona claramente con la deficiencia de estrógenos. Es más probable que la pérdida de la libido se relacione con la declinación concomitante en las concentraciones circulantes de testosterona. Una variedad de factores sociales y psicológicos previamente enumerados pueden también contribuir a los trastornos sexuales.

Pfeiffer (1989), uno de los primeros investigadores del comportamiento sexual en la edad madura, encontró que las mujeres postmenopáusicas eran sexualmente activas, pero su participación estaba determinada en gran parte por el interés y disponibilidad de una pareja.

La dispareunia asociada a la menopausia puede ser un factor disuasivo contra el éxito de la actividad sexual (Bachmann y col., 1984).

La dispareunia usualmente asociada con una disminución de la lubricación vaginal es resultado de la declinación menopáusica del estrógeno. Estos síntomas se alivian con la administración de estrógenos exógeno. Studd y col (1977) comunicaron que la terapia con estrógenos equinos conjugados mejoraba el funcionamiento sexual en mujeres con dispareunia debido a vaginitis atrófica. Más recientemente, un estudio de la terapia con estradiol transdérmico, controlado con placebo, Nathorst-Boss y col (1993) comunicaron que al cabo de 12 semanas de tratamiento con parches de estradiol se influía positivamente sobre la satisfacción con la frecuencia sexual, las fantasías sexuales, el grado de placer, la lubricación vaginal y la dispareunia.

 

 

Conclusión

La revisión en la literatura de todos los estudios epidemiológicos confirma que la actividad sexual existe en los ancianos y muchas veces es la norma más que la excepción.

Por lo tanto es incorrecto seguir considerando al anciano como poco interesado en la sexualidad o con escasa actividad sexual. Se puede encasillar como "ageísmo" o "sexismo" la actitud de la sociedad y de los profesionales de la salud que no quieren reconocer esta realidad.

Con una mayor formación académica de los profesionales sanitarios y de la sociedad en general, junto con la realización de programas de educación sexual para los ancianos, se lograría una mayor sensibilización hacia estos aspectos olvidados de los mayores, contribuyendo directamente a una mayor satisfacción y bienestar de muchos ancianos.

De la vida sexual de los ancianos sabemos muy poca cosa. Pero hoy podemos decir que "no hay un límite cronológico después del cual la vida sexual desaparece".

Por lo tanto, el primer paso para una consideración ética sobre el papel de la sexualidad en la vejez pasa ineludiblemente por reconsiderar estas actitudes que, ocultando la existencia del problema, dificultan enormemente su remedio.

 

Sobre la discapacidad.

Por esto me permito nombrar algunos de los mitos y sus realidades sobre la discapacidad en los adultos mayores y ancianos.

 

Mitos y realidades sobre la sexualidad y la discapacidad.

Hay muchos mitos sobre la sexualidad y la discapacidad.

El mito más grande de todos, es que las personas con discapacidad son todas iguales, y que se puede hablar de ellas como un solo grupo. Esto es completamente falso. No hay una cosa que se puede decir de las personas que viven con discapacidad, no todos tienen la misma experiencia o la misma perspectiva. Pero muchas personas con discapacidad son tratadas de la misma manera por el mundo sin discapacidad. Y son estas actitudes, las barreras físicas, emocionales y psicológicas; el mayor obstáculo para la expresión sexual completa.

Mito: Las personas mayores, ancianos y más, con discapacidades y enfermedades crónicas no son sexuales.

Realidad: Todos los seres humanos son sexuales, independientemente de la forma en que expresamos nuestra sexualidad. Las personas con discapacidad se les niega los derechos sexuales, en parte, para mantenerlos fuera de la sociedad en general, y probablemente en parte porque las personas con discapacidad son tratadas como si fueran niños, y los niños también están excluidos de tener derechos sexuales. Las personas que viven con discapacidad son sexuales y expresan su sexualidad de una manera tan diversa como todos los demás, aunque no se llega a ver esto porque la cultura dominante sólo nos muestra una imagen de la expresión sexual.

 

Mito: Las personas (adultos mayores ) con discapacidades y enfermedades crónicas no son deseables.

Realidad: Lo que nos convierte en "sexualmente deseables" es único para cada individuo. Estamos llevados a pensar que el sexo es para la joven y bella, que si no te pareces a una supermodelo, nadie te quiere; o si no puede producir el Punto-G orgasmos múltiples en el momento justo o llevar ser un semental, no eres digno de ir a la cama con otra persona. Ninguno de nosotros suele cumplir con estos estándares, y el deseo se sustenta con una mezcla imprevisible de cosas (mirada, personalidad, valores, etc.).

 

Mito: Hay una manera correcta y una manera incorrecta de tener relaciones sexuales.

Realidad: La verdad es que no hay reglas en cuanto a qué es el sexo (aunque me gustaría sugerir el hecho de que ser consentidas, alagadas, deseadas por la pareja, entre adultos es una de ellas). El sexo no tiene que parecer, sonar, u oler a otra cosa. Algunas personas dicen que el sexo debe ser espontáneo, y que puede ser difícil si se tiene una discapacidad. Pero el hecho es que todos, en mayor o menor medida pensamos y en él.

 

Mito: Las personas de la tercera edad, (adultos mayores) con discapacidad y enfermedades crónicas no pueden tener sexo "real".

Realidad: De ello se deduce que si hay una manera correcta de tener relaciones sexuales, y usted no puede tenerla, entonces no se puede tener sexo real. Es cierto que no todos pueden correr por la playa, rodar en la arena con música de fondo y tener un jugueteo sexual sin despeinar nuestro cabello. También es cierto que no todos queremos hacer eso. La mayoría de nosotros tenemos relaciones sexuales incómodas, torpes, la mayoría de nosotros se masturba mucho más de lo que tiene relaciones sexuales con otras personas, y la mayoría de nosotros no habla de ello. Por lo tanto, pretender que hay un "verdadero" tipo de relaciones sexuales, y de lo contrario, no se puede jugar el juego: Esto es simplemente falso.

 

Mito: Las personas con discapacidad (adultos mayores) son una mala opción para parejas románticas.

Realidad: Las relaciones son difíciles y llenas de compromisos, y una buena relación implica compromiso de igualdad. A las personas que forman pareja con otras personas con discapacidad se les dice suele llamar "nobles"...como si no presentar una discapacidad lo convirtiese en un gran partido. El hecho es que vivir con una discapacidad no significa que se contribuya menos a una relación.

 

Mito: Las personas, adultos mayores con discapacidad tienen preocupaciones más importantes que el sexo.

Realidad: Para algunas personas el sexo es lo más importante en sus vidas. Si usted vive con una discapacidad o enfermedad crónica es probable que tenga gente a su alrededor que le dice que usted tiene cosas más importantes para tratar; que el sexo es un lujo que no puede permitirse. Esta actitud también es sostenida por muchas personas con discapacidad, e incluso algunos activistas con discapacidad afirman que hablar de los problemas interpersonales y la discapacidad es malo porque "fragmenta la causa."

 

Mito: Las personas con discapacidad (adultos mayores) no son sexualmente aventureros. (tienen negado el buscar el amor, a tener sus experiencias amorosas y encontrar la pareja sexual que le gratifique )

Realidad: Vivir con una discapacidad no necesariamente tiene un impacto en sus gustos sexuales o las elecciones (a pesar de que puede tener un impacto en los otros). Se supone que las personas con discapacidad son sexualmente pasivas y no iniciadores. La gente no cree que alguien que usa una silla de ruedas desee ser atado y recibir una palmada, o que un hombre sin piernas guste vestirse como una bailarina. Estos supuestos son falsos, pero encajan con el mito general que dice que lo único que se quiere es ser como todo el mundo, así que si eres diferente, seguro que debes querer tener una vida sexual conservadora, ¿no?¡Incorrecto!

 

 

Mito: Las personas (adultos mayores, ancianos) en las instituciones no deben tener relaciones sexuales.

Realidad: Una de las mayores barreras para el desarrollo de una sexualidad positiva es la falta de privacidad. Esto es más evidente en instituciones como hospitales de rehabilitación, hospicios, hogares de grupo, y hogares de ancianos. La mayoría de las instituciones niegan sistemáticamente a los residentes el derecho a ser sexual. No hay cerraduras en las puertas, no hay privacidad, y se sustenta el supuesto derecho a tratar a las personas como objetos para ser acarreados, hablados y controlados. Éstas son sólo algunas de las formas en que las instituciones dejan claro que la sexualidad no es aceptable. Los derechos sexuales son derechos humanos, y las personas mayores, ancianas con o sin discapacidad que viven en instituciones tienen derecho a ser sexuales en sus propios términos.

 

Mito: El sexo es privado

Realidad: Si usted vive en una institución, o no es capaz de controlar las respuestas de su propio cuerpo, la intimidad es una cosa muy diferente. Se nos dice que el sexo es algo privado, pero una de las fantasías sexuales más comunes es tener sexo en un lugar público. Tener privacidad puede hacer que el sexo sea más fácil.

Si no somos capaces de bloquear las puertas o tenemos que pedir tiempo privado, aun así conservamos el derecho a ser sexuales, y esperar que los que nos rodean nos faciliten la privacidad que necesitamos.

 

Mito: Las personas mayores con discapacidad no son abusadas sexualmente.

Realidad: Si usted no es visto como sexualmente deseable, no será abusado sexualmente, ¿no? mal. Las personas con discapacidad física y mental, suelen ser más propensos a convertirse en víctimas de asalto sexual. Las estadísticas así lo sugieren. Esto abarca el abuso de poder dominante por el personal médico y de rehabilitación, o la violación y otras formas de asalto sexual, el confinamiento forzado, el abuso físico, y mucho más. Por ello es imprescindible el apoyo para la divulgación del abuso, la acción legal, a llevar a cabo y el asesoramiento que aún suelen ser escasos o nulos. Esto es especialmente cierto en las instituciones.

 

Mito: Las personas con discapacidad no necesitan educación sexual.

Realidad: Todos somos sexuales, y todos necesitamos educación. La ignorancia sexual es un obstáculo enorme para todos. Algunas personas creen que la razón para negar a las personas con discapacidad el acceso a la educación sexual; es porque creen que les animará a querer sexo, y esto tendría "riesgos incontrolables".

Socialmente se está de acuerdo en que las personas mayores con discapacidad tienen los mismos derechos que el resto de la población. Sin embargo, cabe preguntarse si ese acuerdo también incluye el derecho a la sexualidad de los adultos mayores con discapacidad

Actualmente debido al desarrollo de la ciencia y la técnica aumenta la esperanza de vida al nacer y con ello el envejecimiento poblacional. Las representaciones que socialmente se tienen de la vejez, así como los cambios físicos y psíquicos que se producen hacen que el adulto mayor se sienta muchas veces alejado de esa sociedad que un día dirigió y construyó, y que aparezcan sentimientos de inutilidad y vacío existencial. La educación en el adulto mayor resulta un proceso saludable y que contribuye a trabajar en base al autodesarrollo, las potencialidades, la autovaloración, el autoconocimiento, todo lo referente a la esfera cognoscitiva y afectiva, propiciando bienestar en el anciano y viéndose como una necesidad de primer orden en nuestros días.

Palabras claves: representaciones sociales, educación, envejecimiento, adulto mayor, autodesarrollo, autoconocimiento, autovaloración. El mundo de hoy se desarrolla vertiginosamente, se presentan avances en la ciencia y la técnica, la medicina, la industria y esto es un aliciente para aquellos que desean vivir más, de hecho la esperanza de vida al nacer ha aumentado y por consiguiente cada día aumenta el envejecimiento poblacional.

Dadas las dimensiones de este fenómeno el incremento de la ancianidad se ha calificado de epidemia moderna, término que muestra la representación que prima acerca de la tercera edad, la vejez no es sinónimo de plaga ni de enfermedad, el anciano constituye parte importante de la sociedad.

Podemos darnos cuenta que el fenómeno del envejecimiento resulta un campo interesante para la investigación. Qué experimentan las personas en esta etapa de la vida, cómo estimularlos, viendo el envejecimiento como un proceso inherente al hombre que ocurre a lo largo de la vida pero que requiere de atención debido a los cambios que se producen y a las representaciones que se tienen de la vejez.

Aflora, entonces, un término importante y es el de educación, las posibilidades que tiene el anciano en esta etapa de la vida contrarrestando cualquier posición desesperanzadora en cuanto a lo que vejez significa.

 

Algunas características de la etapa de la tercera edad:

La vejez es un proceso de cambios determinados por factores fisiológicos, anatómicos, psicológicos y sociales.

La mayoría de las definiciones sobre la vejez enfatizan el aspecto biológico y plantean que es: " un proceso progresivo desfavorable de cambio a nivel fisiológico y anatómico, producto del paso del tiempo y que concluye invariablemente con la muerte"

Para el psicólogo esta definición resulta restringida, pues su interés va más allá de considerar la vejez como una serie de fenómenos conductuales limitantes, o una mayor probabilidad de muerte.

Tradicionalmente la edad cronológica ha constituido el parámetro que determina el inicio de la vejez y se refiere a la edad calendario o número de años que un individuo ha vivido. Sin embargo, esto no constituye el mejor parámetro para determinar cuán productivo y capaz puede ser un sujeto tanto para sí mismo como con su familia y la sociedad.

En los ancianos se puede detectar diferencias individuales debido a características de la personalidad y acentuados por el cúmulo de experiencias de cada cual.

En la vejez se da una reducción de la capacidad funcional del individuo. Puede encontrarse declinación en funciones intelectuales tales como: análisis, síntesis, razonamiento aritmético, ingenio e imaginación, percepción y memoria visual inmediata.

Es importante hacer notar, que el anciano presenta menor deterioro de sus facultades intelectuales siempre y cuando se mantenga activo y productivo, cualquiera que sea la actividad laboral que realice.

En el anciano se incrementa el temor a lo desconocido, porque tener conciencia de las crecientes pérdidas físicas e intelectuales le produce un gran sentimiento de inseguridad. Estos son agravados por pautas culturales que los ubican en una posición desventajosa con respecto al adulto joven, determinando los roles que deben desempeñar.

Otras reacciones negativas que puede sufrir el anciano ante la angustia y frustración provocadas por las pérdidas son la depresión y regresión. La depresión no es necesariamente un síntoma de envejecimiento pero se relaciona con el ámbito social estrecho en que vive el anciano, el cual lo conduce al aislamiento. Esto no se debe necesariamente a que el anciano viva solo, sino a que se le dificulta entablar nuevas relaciones significativas y algunas veces se presenta una rigurosa resistencia a abordar nuevas amistades.

Otra consecuencia más grave es la depresión crónica o la depresión que es recurrente y persistente. La depresión crónica tiene consecuencias físicas y mentales que pueden complicar un problema de salud existente de una persona de edad avanzada y desencadenar nuevas preocupaciones.

Hay pruebas de que algunos cambios corporales naturales asociados con el envejecimiento pueden aumentar el riesgo de que una persona experimente depresión. Estudios recientes sugieren que las bajas concentraciones de folato en la sangre y el sistema nervioso pueden contribuir a la depresión, el deterioro mental y la demencia. Los investigadores también sospechan que puede existir una relación entre la aparición de la depresión en la vejez y la enfermedad de Alzheimer.

Independientemente de la causa, la depresión puede tener efectos físicos alarmantes en las personas mayores. El índice de mortalidad de los hombres y mujeres de la tercera edad que tienen depresión y sentimientos de soledad es mayor que el de aquellos que están satisfechos con sus vidas. Los programas de tratamiento para los pacientes de la tercera edad deprimidos que tienen una enfermedad cardiovascular y otras enfermedades importantes, suelen tomar más tiempo de lo normal y su resultado es menos satisfactorio.

Además, los sentimientos de desesperanza y aislamiento, que suelen alentar ideas suicidas, son más frecuentes entre las personas mayores, en especial aquellas con discapacidades o que están confinadas a hogares de ancianos.

Un riesgo para la vida diaria.

 

La depresión también puede tener otras formas de efectos potencialmente nocivos para la salud de una persona mayor. La depresión puede llevar a hábitos alimenticios que acaben resultando en obesidad, provocando también pérdida considerable del apetito y la reducción de niveles de energía, ocasionando a veces un trastorno conocido como anorexia geriátrica.

Las personas deprimidas de la tercera edad también experimentan índices más altos de insomnio y pérdida de memoria. También tienen tiempos de reacción más prolongados que lo normal, lo que aumenta los riesgos asociados con cocinar, conducir, automedicarse y otras tareas que requieren una atención completa.

 

Qué puede hacer

 

Si bien envejecer es una parte inevitable de la vida, la depresión no debe formar parte de ella. Los investigadores están de acuerdo en que el reconocimiento, el diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden contrarrestar y prevenir las consecuencias emocionales y físicas de la depresión.

 

Estos son algunos aspectos a tener en cuenta al tratar la depresión en una persona mayor:

          Sea consciente de las limitaciones físicas. Aliente a una persona mayor a consultar con un médico antes de hacer cambios en su dieta o emprender una nueva actividad que pueda estresar su resistencia.

 

          Respete las preferencias individuales. Debido a que las personas mayores tienden a ser menos dóciles a los cambios de estilo de vida, pueden ser reacias a adoptar nuevos hábitos o a hacer cosas que otras personas de su edad disfrutan mucho. Un psicólogo que se especialice en problemas de la tercera edad puede ayudar a desarrollar una estrategia individual para combatir la depresión.

 

          Sea diplomático. Una persona mayor con una autoestima frágil puede interpretar expresiones de aliento y estímulo bien intencionadas como una prueba más del deterioro de su estado. Otros pueden molestarse ante cualquier intento de intervención. Un psicólogo puede ayudar a sus amigos y familiares a desarrollar tácticas positivas para lidiar con estos y otros problemas delicados.

Si bien es cierto que todas las edades son portadoras de opiniones sociales, sin dudas la Tercera Edad constituye una etapa de la vida muy influenciada, más bien determinada por la opinión social, por la cultura donde se desenvuelve el anciano. Hasta hoy día la cultura, de una forma u otra, tiende mayoritariamente a estimular para la vejez el sentimiento de soledad, la segregación, limitaciones para la vida sexual y de pareja, y de la propia funcionalidad e integración social del anciano.

Se ha llegado a considerar, además, que los elementos conformadores de identidad son tomados generalmente de los prejuicios negativos que la cultura como tendencia, ha reservado para la vejez. "Soy viejo porque ya me queda menos, soy inútil, incapaz, retirado, final."

Un resultado de depresión e inseguridad puede ser el intento del anciano por regresar a etapas anteriores de la vida. La persona dependiente e insegura en momentos de tensión tenderá a regresar a conductas infantiles y a no realizar esfuerzos constructivos para resolver los problemas.

El anciano experimenta una necesidad creciente de inseguridad, en un momento de la vida en que los recursos físicos y psicológicos están en rápida decadencia. Existe un sentimiento de impotencia para satisfacer las necesidades, lo cual le provoca frustración, miedo e infelicidad.

Aun cuando el anciano evita establecer relaciones afectivas estrechas, intensifica sus vínculos con la familia cercana. Esta representa la fuente principal de ajuste socio-psicológico en el proceso de envejecimiento, debido a que es el medio que ofrece mayores posibilidades de apoyo y seguridad.

El anciano debe valorarse como un individuo que posee un cúmulo preciado de experiencia que puede trasmitir a los jóvenes en el interactuar diario. Debe dársele la oportunidad de seguir siendo parte del sistema productivo en actividades que le permitan sentirse útil.

La tercera edad suele describirse como una época de descanso, reflexión y de oportunidades para hacer cosas que quedaron postergadas mientras uno criaba a los hijos y desarrollaba su carrera.

Lamentablemente, el proceso de envejecimiento no es siempre tan idílico. Acontecimientos de la tercera edad como, por ejemplo, los trastornos médicos crónicos y debilitantes, la pérdida de amigos y seres queridos, y la incapacidad para participar en actividades que antes disfrutaba, pueden resultar una carga muy pesada para el bienestar emocional de una persona que está envejeciendo.

Una persona de edad avanzada también puede sentir una pérdida de control sobre su vida debido a problemas con la vista, pérdida de la audición y otros cambios físicos, así como presiones externas como, por ejemplo, recursos financieros limitados. Estos y otros asuntos suelen dejar emociones negativas como la tristeza, la ansiedad, la soledad y la baja autoestima, que a su vez conducen al aislamiento social y la apatía.

La familia como red social primaria es esencial en cualquier etapa de la vida, es "el primer recurso y el último refugio." La familia como grupo de intermediación entre el individuo y la sociedad, constituye un determinante importante para el presente análisis de la Tercera Edad.

Con relación a la vejez como última etapa, habría que incluir los principales eventos que los autores han descrito para la misma, a saber: la viudez, la abuelita , el papel de los cuidadores del anciano y del anciano como cuidador, la jubilación, y la muerte.

De los cambios más universales, el anciano de hoy se queja de su falta de autoridad, en el núcleo familiar dado por la independencia que van tomando los hijos, la dependencia económica del anciano hacia ellos, la imposibilidad muchas veces de realizar todas las actividades hogareñas que antes realizaba, entre otros factores.

Uno de los cambios de índole social que ocurren en la vejez es la jubilación. Al hombre jubilado le es más difícil reencontrarse en el hogar, y en muchas ocasiones aparecen vivencias de soledad y de pérdida de lugar. La mujer jubilada continúa su rol doméstico que antes compartía con el laboral social y vivencia como un cambio transicional más natural, la pérdida de su status social y su estancia a tiempo completo en el hogar. La jubilación constituye entonces un evento vital a considerar por la familia.

 

Representaciones sociales de la vejez e imagen de sí en el adulto mayor.

La vida de cada persona se enmarca y condiciona por la circunstancia histórico social en que le ha tocado vivir. Nadie vive desligado de la sociedad, sino que está adscrito a un grupo, organización.

El concepto de representación social se encuentra entre los más apropiados al analizar la subjetividad humana.

Según Moscovici (1986) las representaciones sociales no serían opiniones sobre, ni imágenes de, sino más bien teorías de la ciencia colectiva sui géneris, destinadas a interpretar y construir lo real. Lo que se recibe, se reelabora y evoluciona para convertirse en un conocimiento que se utiliza en la vida cotidiana.

Las representaciones sociales son las formas del sentido común. Ellas tienen características específicas: el carácter social de su génesis, el hecho de que es compartido ampliamente y distribuido dentro de una colectividad.

Si se realiza un análisis de diferentes investigaciones que tienen de base la representación social de la vejez como las de Crespi Martins (1997) sobre la representación social acerca de la naturaleza de la vida cotidiana en la vejez, o las de Illhard (1997) sobre el viejismo en tanto prejuicios hacia las personas ancianas, puede notarse que prima una representación generalmente negativa de la vejez, cuanto más ambivalente, pero primando lo pesimista.

Esta representación que la sociedad tiene de la vejez es prejuiciosa y tiene una connotación negativa.

Analicemos, el sujeto en su interacción con el medio es activo, sin embargo la influencia que este ejerce sobre él tiene una enorme connotación si se analiza la representación que socialmente se tiene de la vejez, no resulta imposible encontrar ancianos optimistas y que ven la vejez como una etapa importante en sus vidas, pero para nada podríamos asombrarnos de que pueda existir un predominio de una autovaloración pesimista en la tercera edad, debido a que al estructurarse una representación a nivel social del término vejez que contenga aspectos negativos, innegablemente van a existir un abundante número de contextos de interacción donde el anciano va a entrar en contacto con comportamientos, actitudes, valoraciones, juicios que llevan implícitas esas ideas, tanto en la familia, comunidad, hospitales, en fin a nivel social, sin negar como habíamos dicho anteriormente el carácter activo del sujeto en la interiorización de los fenómenos del medio social.

La imagen de sí mismo es un aspecto importante en relación con la salud y el bienestar humano, la imagen de sí mismo como personalidad y lo que se refiere a la autovaloración.

Fernando González Rey plantea: " Desde nuestro punto de vista la autovaloración es un subsistema de la personalidad que incluye un conjunto de necesidades y motivos, junto con diversas formas de manifestaciones conscientes, la forma esencial en que se manifiestan los elementos integrantes de la autovaloración es un concepto preciso y generalizado del sujeto sobre sí mismo que integra un conjunto de cualidades, capacidades, intereses que participan activamente en la gratificación de los motivos integrantes de la tendencia orientadora de la personalidad, o sea, que están comprometidos en la realización de las aspiraciones más significativas de la persona. En este sentido el contenido de la autovaloración está emocionalmente comprometido con las principales necesidades y motivos de la personalidad y constituye expresión de los mismos."

Los hechos vitales que afectan la autovaloración de la persona producen emociones negativas muy fuertes que se equiparan y sobrepasan en ocasiones a las vivencias negativas de carácter físico.

Si se tiene oportunidad de conversar con ancianos son recurrentes las expresiones que enaltecen el pasado y oscurecen el presente tales como: " Antes cuando yo era joven… ahora que ya no sirvo para nada" , mientras que el futuro parece olvidado. En estudios realizados a adultos mayores se ha analizado que en técnicas proyectivas como el Rotter se presentan frases como : " Mi preocupación principal mi salud, si no hay salud no hay nada", "Sufro mucho", " ¿Mi futuro?...Yo soy el presente, la tercera edad es lo de ahora…en el futuro mis hijos que vivan bien. Sabemos que no somos eternos "

La representación que socialmente se tiene de la vejez influye en la actitud que se asume ante el anciano.

Las actitudes de personas hacia ellos, que pueden ir desde fomentar su dependencia hasta no hacerle mucho caso porque "está hablando demasiado sobre sus fantasías y experiencias de la infancia o juventud" debido a esa adquisición que aparece en la vejez de legar al otro, de autotrascender, influye en la imagen que el anciano construye de sí mismo, el cual al mirarse frente a un espejo nota sus arrugas, su piel menos brillosa, sus cabellos blancos.

 

La educación en la vejez, necesaria

Si se analizan los términos de envejecimiento normal y envejecimiento patológico, así como los factores influyentes en cada uno de estos términos podemos darnos cuenta de que existen factores biológicos, psicológicos y sociales que pueden determinar la presencia de uno u otro tipo de envejecimiento.

Haciendo referencia a los aspectos psicológicos y sociales más significativos podemos decir que en el envejecimiento normal existe desarrollo o desintegración de algunos procesos psíquicos que pueden ser compensados, buen afrontamiento al estrés, teniendo en cuenta los factores estresores que se presentan en esta etapa ( pérdida de salud, limitaciones, aislamiento , soledad ...) , autovaloración positiva , sentido de vida optimista. En el envejecimiento patológico, en este sentido, se presenta la pérdida progresiva e irreversible de procesos psíquicos, mal afrontamiento al estrés, autovaloración negativa, sentido de la vida pesimista, sentimientos de soledad y abandono.

En lo social aparece como normal la sustitución y evolución de roles, apoyo social ( familiar y comunitario) , posibilidades de autonomía, contactos familiares amistosos, existencia de actividades productivas para el anciano, discrepancias intergeneracionales no disruptivas, mientras en el envejecimiento patológico se presenta la pérdida total de roles sin posibilidad de sustitución , ausencia de apoyo social, dependencia involuntaria, inactividad, aislamiento, conflictos intergeneracionales, ausencia de contactos familiares amistosos.

Debemos, entonces, cuestionarnos cuánto podemos hacer para apoyar el desarrollo del anciano en esta etapa, cuánto podemos estimular al adulto mayor para que viva esta etapa llena de cambios desde una perspectiva positiva y enriquecedora y cuanto podemos influir sobre estos factores psicológicos y sociales para lograr la aparición del envejecimiento normal.

Carl Rogers, eminente psicólogo humanista hace planteamientos, que según nuestra opinión, resultan muy importantes, expresa que lo más valioso de la personalidad sería que el sujeto experimentara una consideración positiva incondicional de sí mismo, lo que no plantearía discrepancias entre su valoración y su necesidad de consideración positiva.

Se plantea entonces la necesidad, por todo lo anteriormente planteado y reflexionando sobre las ideas de Carl Rogers, del desarrollo de un proceso de educación en la tercera edad que permita el bienestar del anciano como un ser bio- psico- social, contrarrestando posibles representaciones pesimistas de sí, dirigido además a lograr una autoestima positiva, propiciar el autodesarrollo , la autovaloración adecuada.

Refiriéndonos a las funciones psicológicas del anciano y sus posibilidades de educación, sabemos que en la vejez ocurre que los procesos psíquicos se hacen más lentos, a causa de la merma neuropsicológica que se manifiesta en esta edad. Los trastornos de la memoria, las alteraciones en el pensamiento, la percepción son superados por el interés y la motivación que pueden tener para el aprendizaje, que puede manifestarse más lento pero indudablemente será más significativo para el individuo. Se deben tener en cuenta por tanto aspectos afectivos y motivacionales para el aprendizaje.

La educación en la tercera edad debe partir de que sea ofrecida a los ancianos para conservar su autosuficiencia, la adaptación social, forma de mantener el vínculo con el desarrollo social actual. Debe sentirse informado, como un hombre de su tiempo sobre la evolución del mundo actual. Se debe tener en cuenta la profundización en la búsqueda de métodos idóneos para trasmitir mensajes que enseñen y eduquen, ajustados a la vejez. Además de esto debe demostrarse que la posibilidad de aprender en el hombre existe a lo largo de la vida, en mayor o menor grado.

Mediante la educación en la tercera edad puede lograrse que el anciano se encuentre interesado en el futuro, que se sienta parte de la sociedad, con funciones y roles sociales. Los centros de salud, centros educativos , familias , comunidades son agentes importantes que en su interacción con el anciano pueden trabajar en su estimulación y preparación en esta etapa

Las universidades del adulto mayor tienen un papel fundamental en el proceso de educación del adulto mayor y en la actitud de este hacia la vejez. Buscan crear una cultura del envejecimiento a partir de oportunidades educativas y de autodesarrollo para la tercera edad y mediante este proceso de educación la concientización en el ámbito social del valor de esta etapa.

La educación en el adulto mayor debe ser una educación para aprender a vivir, este es el tema más importante, el desarrollo de las potencialidades humanas es la tarea principal. Analizar preguntas como quién soy, explorando el autoconcepto, cómo enfrentar los problemas es una tarea que no debe olvidar la educación en el adulto mayor.

Reflexionando sobre la base de las ideas de Gustavo Torroella González Mora comparto con él algunas preguntas que llevarían una respuesta importante para el anciano y que deben tenerse en cuenta al desarrollar el proceso educativo para la vida:

 

          Quién soy y cómo soy.

          Cómo debo afrontar y resolver los problemas y frustraciones en mi relación con el mundo.

          ¿Qué sentido u orientación debo darle a la vida? (objetivos, metas, valores)

Es importante que se vea el proceso de educación como posibilidad de lograr salud en el anciano tanto psíquica como físicamente, como la forma de legar elementos técnicos y fomentar en ancianos conceptos y pautas de conducta, derivadas de las propias discusiones, experiencias y confrontación con otros ancianos. Esto resulta de relevancia para la conservación de la salud en el adulto mayor. Es innegable que al presentarse un estado de bienestar físico el sujeto tendrá mayores posibilidades de experimentar bienestar psicológico que si está enfermo y viceversa, de ahí que la educación en el adulto mayor deba tener en cuenta varias esferas de trabajo.

La educación del anciano es una necesidad social y debe ir dirigida al desempeño de nuevos papeles y a la búsqueda de un nuevo espacio en la sociedad

La educación en el adulto mayor constituye en nuestros días un proceso de gran importancia, con ella pueden lograrse un mejor estilo de vida en el anciano donde existan proyectos, esperanzas, conocimiento real de sus potencialidades, de sus valores y hasta dónde puede llegar. Permite preparar al anciano para llevar una vida más saludable tanto física como psíquicamente.

La educación en el adulto mayor permite la inserción del anciano en esa sociedad que un día construyó y de la que se siente apartado. Resulta un modo de lucha contra las representaciones que hoy priman de la vejez y que tanto los limitan, constituyendo así una necesidad de orden social.

La educación en el adulto mayor , una educación para aprender a vivir , es hoy una tarea de primer orden para todos aquellos que desde la familia , la comunidad , el centro de salud , centros educativos interactúen con sujetos en la tercera edad .

 

Cómo hacer para disfrutar de la tercera edad.

 

Hay que evitar el aislamiento y mantenerse en actividad. Mantenerse físicamente activo, alimentarse saludablemente, no fumar, evitar el estrés... La fórmula para disfrutar de una vejez plena y en salud parece sencilla, al menos en teoría. Pero en un mundo en el que la expectativa de vida de la población es cada vez mayor, y más aún en países como la Argentina, donde el proceso de envejecimiento tomará sólo décadas, la fórmula para disfrutar de la cada vez más extensa llamada tercera edad ya no es sólo individual.

 

Por primera vez en la historia de la humanidad, en algún momento de los próximos diez años habrá más personas mayores de 65 años que menores de 5 años. Y mientras los países desarrollados verán que su población mayor de 65 años se incrementará un 50% de aquí a 2030, se espera que en los países en vías de desarrollo ese aumento sea del 140%.

 

"El problema del envejecimiento es que se nos va a venir encima muy rápido en los países en desarrollo. En Europa, la población tardó 100 años en envejecer; acá, eso se va a demorar 20, 25, 30 años, y no vamos a tener todo el tiempo que tuvieron los países desarrollados para prepararse para los problemas del envejecimiento", dijo Alberto Palloni, investigador chileno, actualmente en la Universidad de Wisconsin en Madison, Estados Unidos, donde dirige estudios sobre envejecimiento en América latina.

 

"El envejecimiento poblacional se produjo en los países desarrollados como resultado del crecimiento económico y del bienestar social”, dijo Silvia Gascón, directora de la maestría en Gestión de Servicios en Gerontología del Instituto Universitario ISalud-. En cambio, en nuestros países estamos envejeciendo en situación de pobreza y con redes sociales que no están del todo consolidadas.

 

"Hay un montón de tecnologías que nos falta desarrollar para envejecer bien, desde el cuidado domiciliario o la atención en hogares de día y de noche, hasta la teleasistencia o las residencias de mayores -agregó Gascón-. El problema es que en nuestros países van a coexistir las enfermedades crónicas con las agudas, y los recursos de un ministerio de salud van a estar en tensión entre el dengue y las enfermedades cardiovasculares."

 

 

 

Ahorrar en salud.

 

 

"El envejecimiento de la población no es sólo resultado de una cada vez mayor expectativa de vida al nacer, sino también de una mejora en la expectativa de vida de las personas mayores de 65 años", comentó a LA NACION el doctor Richard Suzman, director del Programa de Investigación Comportamental y Social del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA, según sus siglas en inglés), de los Estados Unidos.

 

"Pero más importante que la expectativa de vida -agregó Suzman- es lo que llamamos expectativa de salud o vida libre de discapacidad." Esto es: esos años extras libres de enfermedades que condicionen la calidad de vida de la persona. Aunque se espera que la expectativa de vida después de los 65 años siga en aumento, no se puede decir lo mismo de la expectativa de vida libre de discapacidad.

 

"Hoy existe una gran preocupación en los Estados Unidos por las generaciones más jóvenes, debido al aumento de las tasas de obesidad y de diabetes –comentó Suzman-. Aunque la expectativa de vida se cree que seguirá creciendo, esto [la epidemia de obesidad y sus afecciones asociadas] afectará la expectativa de vida libre de discapacidad."

 

Los países en desarrollo, como la Argentina, que todavía no se han librado del peso de las enfermedades infecciosas, no están ajenos al avance de las enfermedades no transmisibles, como la obesidad, la diabetes y las afecciones cardiovasculares. Un informe del Banco Mundial estima que las afecciones crónicas pasarán de representar el 44% de las causas de enfermedad al 54% en las próximas dos décadas.

 

"Por eso es tan importante hacer hincapié en la prevención y la promoción de la salud. Así como uno ahorra plata cuando es joven para cuando sea viejo, uno tiene que ahorrar también salud -señaló Gascón-. Si uno tiene hábitos de vida saludables durante la juventud y la adultez, es más probable que disfrute de una vejez libre de discapacidad." ¿Qué entendemos por hábitos de vida saludables?

 

"Evitar el sedentarismo (caminar al menos 40 minutos todos los días), llevar hábitos de alimentación saludables (reducir el consumo de grasas y elevar el de frutas y vegetales, y en las mujeres consumir calcio para prevenir la osteoporosis), no fumar y reducir el consumo de alcohol, principalmente –enumeró Gascón-. Y después, está todo lo psicosocial."

 

 

Evitar el aislamiento.

 

"Hoy hay una toma de conciencia de que gran parte de nuestra salud [en la vejez] está determinada por comportamientos individuales, pero también por factores sociales", señaló Suzman, que visitó recientemente la Argentina para analizar la posibilidad de llevar adelante aquí un estudio longitudinal sobre envejecimiento, en colaboración con sus colegas de ISalud.

 

"Está comprobado que las redes de apoyo, sobre todo las de amigos, permiten mejorar la calidad de vida y la cantidad de años de vida. Por eso, evitar el aislamiento y encontrar espacios para compartir con otros es fundamental", afirmó Gascón.

 

Sin embargo, el creciente aislamiento parece ser una constante en las personas mayores: "Hay una tendencia a que las personas mayores vivan solas –agregó Gascón-; hoy en la Argentina el 50% de los hogares unipersonales son de adultos mayores."

 

Y para muchas de esas personas la vida transcurre en espacios cada vez más acotados, que a veces se reducen al barrio, cuando no a la casa.

 

"Un estudio que realizamos en La Plata revela que las ciudades son muy poco amigables con las personas mayores. No sólo por la falta de infraestructura adecuada de los edificios públicos, sino también en los edificios privados y en los medios de transporte público."

 

"Construimos edificios y casas como si toda la vida fuéramos a ser jóvenes -continuó Gascón-. Por otro lado, nuestro estudio mostró que las personas de más de 75 años, que no tienen dinero para tomar taxis o remises, no pueden salir de su barrio." Aquí lo que pesa no es [sólo] la inseguridad, sino lo poco preparados que están los trasportes públicos para las personas mayores.

 

"Además de evitar el aislamiento -insistió Gascón-, para vivir una vejez digna es fundamental sentirse respetado, sentir que uno sigue contribuyendo a la sociedad a la que pertenece. Y eso puede pasar tanto por encargarse de los nietos como de participar de un proyecto político."

 

Por esto es tan importante el proyecto de vida entre los adultos mayores, de esta manera se le da sentido a sus vidas, teniendo en que ocuparse, seguir desarrollándose y gozando de las dificultades, alegrías, ilusiones, logros e ideas realizadas o no pero con la finalidad de seguir siempre adelante hasta el último día de su existencia , siempre con una idea positiva en sus vidas.

 

 

Por otra parte, diversos estudios dan cuenta que el nivel socioeconómico impacta fuertemente en la calidad de vida que se puede tener en esta etapa, según uno recientemente realizado por el SENAMA, alrededor de la mitad de las personas de tercera edad declaran que sus ingresos no alcanzan a satisfacer plenamente sus necesidades y en segmentos socioeconómicos más bajos, cerca del 82% refiere estar en esta condición, lo cual los expondría a depender de otros familiares o reducir considerablemente su nivel de vida, cambio que se va sumando a los de tener una salud más delicada que requiere mayor gasto en medicamentos y doctores, el que los hijos vayan construyendo sus propias vidas partiendo del hogar y dejándolos en mayor soledad (“nido vacío”), la falta de trabajo y ocupación, la muerte de amistades o de la pareja, que antes podía haber sido el principal apoyo (viudez), la frustración de ir perdiendo la autonomía para hacer todo lo que antes se hacía, entre otros temas que van siendo factor de riesgo para depresiones u otros trastornos.

Es por este motivo que es importante construir un proyecto de vida con sentido, que motive a vivirse y disfrutarse en esta etapa. Así, es aconsejable que las personas de tercera edad puedan mantener algún tipo de ocupación, ya sea en algún trabajo remunerado a tiempo parcial, en un voluntariado donde puedan entregar sus experiencias y cariño a otros, o en algún tema personal como escribir un libro, planear algún viaje o dedicarse activamente a cumplir sueños pendientes.

Es altamente recomendable que el adulto mayor se mantenga haciendo actividad física y no caiga en el sedentarismo, clases de tango, baile entretenido, caminatas suaves llevan a disfrutar bastante, además de fortalecer el sistema inmune. Mantenerse leyendo, jugando cartas, escribiendo, eligiendo menús para cocinar u otras decisiones, el cuidado de las plantas o mascotas, saliendo con amistades antiguas, cultivando nuevas, entre tantas otras acciones pueden ser de gran ayuda para enriquecer la existencia.

 

- Nido vacío: aunque racionalmente se sepa y comprenda que los hijos algún día se irán del hogar para independizarse y/o formar su propia familia, cuando esto sucede finalmente, los padres sienten ciertas aprensiones, esperan lo mejor para su hijo/a, pero a la vez puede existir cierta preocupación por la relación que mantendrán ahora, la soledad en que quedarán, la frecuencia de las visitas, cómo ir regulando la necesidad o dependencia emocional, si el hijo/a que parte podrá “sobrevivir” en el mundo sin ellos al lado, quién los mantendrá “ocupados” ahora…

Por otra parte, muchas parejas se mantienen juntas principalmente por los hijos, por lo que al quedar sin ellos vuelve el cuestionamiento de seguir o no juntos, pudiendo influir en ésta decisión la edad, la convivencia que han logrado tener, las expectativas que se planteen en su proyecto de vida, la salud de cada uno, la gratitud y el compañerismo que hayan desarrollado, además de la autonomía económica y emocional que pudiesen tener como para rehacer su vida independientes en esta etapa.

En esta etapa de cambios es vital integrar y renovar lazos de colaboración y afecto con amistades, entendiendo que los hijos no pueden estar ahí siempre y que necesitan espacio para armar su propia vida, donde los padres deben estar idealmente como apoyo para que ellos sigan creciendo y buscando su felicidad.

 

- Ser abuelos: quienes logran recibir nietos pueden decir que es toda una experiencia… son muchas emociones que se juntan, temores y expectativas, muchos cambios. Algunos dejan claro desde el inicio que ya criaron y que desde ahora solo “mal criarán” o que no harán de cuidadores sino de disfrutadores de los bebés ocasionalmente pues el cansancio los tiene mal y prefieren no tener mayores responsabilidades, otros abuelos considerando el contexto y situaciones laborales, pueden ser un gran apoyo en la crianza, pudiendo incluso vivir con los nietos y haciéndose más cargo de ellos o más cercanos afectivamente que los propios padres, son diversas las maneras de ejercer el rol de abuelo o abuela, pero siempre estarán llenos de desafíos, desde cuánto opinar o involucrarse, cuánto permitir que los padres aprendan por si mismos y tengan sus equivocaciones, a cuán presente se puede estar para el nieto/a que llega, respetando los límites y pautas de crianza que los padres desean tener para su hijo/a.

En este sentido, el lugar que un abuelo/a puede ocupar, depende mucho de cómo los padres irán integrando su figura dentro de la familia, desde el respeto por su experiencia, el modelo que muestran al niño/a sobre cómo tratarlos, los espacios que pueden compartir y otras situaciones. Es clave entender que tener abuelos presentes aporta un beneficio para todos, pues ellos se sienten útiles, con más energías, emocionados y estimulados de ver a un pequeñito crecer, recordando experiencias anteriores de cuando ellos fueron padres, reparando a veces errores cometidos con los hijos a través de los nietos, es una tarea que genera sentido y a su vez puede aportar a los padres en consejos, apoyo, cuidado y cariño, eso sumado al amor y experiencias que el mismo niño recibe. Por eso es de considerar que una cosa es que por diversos motivos los hijos se mantengan distantes de sus padres, pero no por ello se deben cerrar las puertas para que ellos se acerquen a sus nietos y puedan entregarles algo positivo. Muchos padres no tan buenos, pueden llegar a convertirse en buenos abuelos… con precauciones, prudencia y respeto, puede intentarse… no hay que privarse ni privarles de la oportunidad.

 

- Dependencias: Según un estudio que realizó el Centro de Microdatos y el Inta de la U. de Chile, el 10 % de quienes se acercan a los 60 años y el 24,1% de los mayores de 60 años tiene dificultades en su autonomía, necesitando ayuda de otros para hacer tareas cotidianas. En el caso de los mayores de 80 años, la dependencia llegaría a un 65%.

Hoy los adultos mayores alcanzan el 13% de la población, pero esta cifra va en aumento y es poco lo que nos preocupamos de nuestro futuro… Si no trabajamos o somos independientes, no siempre nos preocupamos de pagar cotizaciones en afp o ahorrar para que luego tengamos una pensión que nos de autonomía económica y no necesitemos de familiares que nos mantengan o de ayudas sociales, tampoco somos muy concientes de cuidar nuestro cuerpo, hacer deporte, comer sano, hacer controles médicos preventivos para detectar a tiempo y tratar bien algunas enfermedades, leer o ejercitarnos intelectualmente, mantener lazos afectivos y sociales, entre otras tareas. La mayoría de las veces vivimos más centrados en los temas del momento, no somos previsores y enfrentamos las situaciones cuando llegan, lo cual afecta más nuestra calidad de vida al llegar a la tercera edad y nos hace depender mucho más de otros, siendo los hijos quienes más se llevan esta función de “cuidadores”.

Es clave cuidarse, mantenerse activos y no dejar pasivamente que el deterioro vaya aumentando, sino que tratar de hacer la mayor cantidad de cosas que les sean posibles, aunque requieran ayuda, es mejor hacerlas con apoyo que ir dejando de hacer cosas, pues así cada vez se va restringiendo más y más la vida.

En este sentido, pensando también en los cuidadores y en que los adultos mayores no se sientan culpables de coartar la vida de quienes los quieren ayudar, es que la red familiar y social cobra importancia y debe ser flexible. Hay estudios que indican que el 81 % de quienes cuidan son mujeres, mayormente esposas e hijas, muchas de las cuales no reciben apoyo de otros en esta tarea, situación que puede llegar a ser altamente perjudicial. Esta tarea va limitando sus tiempos libres y se ven restringidas a hacer muchas cosas por su vida, ya que implicaría dejar más solo a quienes cuidan y eso puede ser un riesgo, sobre todo si la dependencia o el grado de salud es delicado. Por este motivo ir turnándose en este rol y que el cuidador pida ayuda a otros para ayudar a quien depende, es fundamental.

La vida no acaba en la tercera edad, por algo hoy estamos hablando de cuarta edad incluso, hay mucho por vivir aún y es importante mantener viva la motivación y el disfrute. Por otra parte, también es importante que el orgullo quede a un lado, es difícil aceptar que ya no se pueden hacer cosas que antes se podían, pero en la vida hay que saber dar y recibir, hay momentos en que damos más y otros en que necesitamos recibir con humildad, como en éste donde la ayuda es más necesaria.

En el último tiempo cada vez han ido apareciendo más personas de tercera edad en la consulta psicológica, pidiendo apoyo en las tareas de adaptación a las nuevas realidades que enfrentan, un acompañamiento, una ayuda para revisar y ordenar todo lo vivido, resolver pendientes y sentirse más en paz, otros vienen a replantearse qué quieren para la vida, a buscar consejos para que paradójicamente sus hijos no dependan tanto de ellos y sentirse más libres para hacer lo que desean, otros vienen incluso con problemas de pareja que los inquietan… mil motivos, pero que van dando cuenta que la vida sigue hasta el último minuto y que al fin y al cabo, vivir siempre va a ser una experiencia maravillosa y llena de desafíos.


Encuesta - ( Adultos mayores de 60 o más )

 

 

Sexo:_____ Edad:_____

 

Contesta simplemente SI O NO y dime con una frase ¿por qué ?

 

 

1.- ¿Tienes Relaciones Sexuales .?

(SI O NO ) ¿por qué ?

 

2.- ¿Tus Relaciones Sexuales Son Ocasionales O Con Una Pareja Estable?

(SI O NO ) ¿por qué ?

 

3.- El ejercer tu sexualidad te hace sentirte, pleno, completo, satisfecho, realizado, etc.?

(SI O NO ) ¿Por qué?

 

 

4.- ¿El vivir tu sexualidad o no, influye en tu autoconcepto, imagen, valoración etc.?

(SI O NO ) ¿por qué ?

 

 

5.- ¿La práctica de tu sexualidad te motiva o limita en tu diario vivir, realización personal

(SI O NO ) ¿por qué ?

 

 

La finalidad de esta sencilla encuesta es para tener un muestreo, de medición sobre la sexualidad, autoestima y proyecto de vida en los adultos mayores de ambos sexos, como complemento de una tesina sobre el diplomado de gerontogeriatría con el tema: “ la sexualidad, estima y proyecto de vida en los adultos mayores” de la Universidad Nacional Autónoma de México, campus Iztacala,

que presenta tu servidora:

 

Profra. Lic. Lucía Rosalva García Benhumea.

 

 

Gráficas De Encuesta

 

 

Descripción de gráficas:

 

Hombres 57%

Mujeres: 43%

 

 

 

Edades.

55 años 23

60 años 35

65 años 30

70 años 7

75 años 3

80 años 3

 

Pregunta 1

 

¿Tienes Relaciones Sexuales?

 

 

Si 48%

No 52%

 

Pregunta 2

 

¿Tus relaciones sexuales son ocasionales o con una pareja estable?

 

Estable 33%

Ocasional 29%

Otro 39%

 

Pregunta 3

 

El ejercer tu sexualidad te hace sentirte, pleno, completo, satisfecho, realizado, etc.?

 

No 45%

Si 55%

 

Pregunta 4

 

¿El vivir tu sexualidad o no, influye en tu autoconcepto, imagen, valoración, etc.?

 

Si 35%

No 65%

 

 

Pregunta 5

La práctica de tu sexualidad te motiva o limita en tu diario vivir, realización personal?

 

Si 72%

No 29%

 

Conclusiones

 

 

1.- Reconocer la importancia de la vida sexual activa en los adultos mayores, como algo natural y existente en los ancianos.

 

2.-El reprimir, negar o sentir que el deseo sexual por parte de los adultos mayores, son prácticas que no les permiten gozar de una salud mental y emocional sana.

 

3.- La sexualidad en los adultos mayores cambia, su práctica, función y desarrollo siendo una fuente de felicidad, y placer que les permitirán vivirse en plenitud.

 

4.- Desechar las ideas que la sexualidad está negada para los adultos mayores, si no, por el contrario es algo que les puede dar, la libertad y seguridad de estar viviendo completos y realizados en sus vidas.

 

5.- El adulto mayor con discapacidad puede y tiene derecho a disfrutar de su vida sexual en sus posibilidades como él lo quiera y lo requiera.

 

6.- El adulto mayor con discapacidad puede llevar una vida sexual como cualquier otra persona sin discapacidad.

 

7.- Como consecuencia de la forma de vivirnos, cultural, social las creencias, y hábitos adquiridos van formando mitos que bloquean la realidad existente, en los adultos mayores o ancianos.

 

8.- Los mitos, a veces son más fuertes que la propia realidad que vive el anciano y eso le lastima, afecta y deteriora su autoestima en afectación de su vida cotidiana.

 

9.- La manera, forma o relación en que el anciano, interactúe con ellos será como se sienta emocional, física y mentalmente pues de esa manera su personalidad y los conceptos que la forman se fortalecerán o afectarán en el desempeño de cada anciano en su diario vivir.

 

10.- Cuando la autoestima, autoconcepto, autovaloración, autoimagen y el autoconocimiento del anciano esté fortalecido, él se vivirá como un adulto mayor sano, en plenitud y con deseos de vivir y gozar los eventos que le presente el estar vivo.

 

 11.- El fortalecer la autoestima del anciano es fundamental para que el, viva y acepte la etapa de vida que vive en alegría, ilusión, fomentando ideas, proyectos y nuevas inquietudes por seguir siendo una persona importante para todos.

 

12-Cuando el adulto mayor, goza de una vida en plenitud siguiendo después de su jubilación o actividades que venía desempeñando durante toda su vida en formación, podrá decir que tiene un proyecto de vida personal.

 

13.- El proyecto de vida en un adulto mayor es de suma importancia, pues esto le permite seguir siendo funcional, independiente y tener una actitud positiva ante la vida.

 

14,- Se tiene que pugnar porque las instituciones del sector salud, los programas de actividades recreativas, deportivas, culturales para esparcimiento del adulto mayor.

 

15,- Cuando el adulto mayor ejerce plenamente toda la funcionalidad de su organismo (su sexualidad ) su autoestima crece en consecuencia se ve reflejada en su actitud ante la vida para seguir desempeñándose , siendo participativo, creativo, emprendedor , fomentando así, su proyecto de vida que lo llevará a ser un hombre en plenitud sano FÍSICA, EMOCIONAL y espiritualmente.

 

16.- Se refleja en las encuestas la relevancia e importancia del tema entre los hombres y las mujeres, por conocer los cambios de su cuerpo en la tercera edad como adultos mayores. (gráfica 1)

 

17.- Se manifiesta entre los 60 y 70 años la preocupación, donde la sexualidad es algo que puede o no marcar sus vidas a futuro. (gráfica 1)

 

18.-Para ambos sexos es importante su sexualidad, sin embargo, las mujeres la ejercen menos, o simplemente no dependen de ella como lo expresan los hombres. (gráfica 2 y 3)

 

 

19.-La sexualidad se transforma a medida que pasan los años en las personas, pero es algo importante que se manifiesta e influye, en las actitudes de las personas. (gráfica 4)

 

20.- La naturaleza está implícita en cada cuerpo, nacemos y morimos con el sexo; la manera, forma o actitud de expresarla manifestarla o cultivarla dependerá de cada individuo, y esa será la forma en que se vivirá la persona disfrutando o lamentándose por estar vivo y añorar el pasado, sabiendo que el mejor momento de sus vidas es el hoy.

 

 

Profra. Lic. Lucía Rosalva García Benhumea.

 

 

Bibliografía

 

1.- Freud, Sigmund: 1898. "La sexualidad en la etiología de las neurosis", Tomo III

2.- "El método psicoanalítico de Freud", 1904, Tomo VII, Obras Completas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1978.

3.- Wolterek, Heinz: "La vejez segunda vida del hombre". Fondo de cultura económica, México, 1962.

4.- Leer más: leer,mas.com

5.-García Simón, T . Ponencia para el ejercicio mínimo: Envejecimiento, un problema social de primer orden, La Habana, Cuba.

6.- González R, F; Valdés C,H .(1994). Psicología Humanista. Actualidad y desarrollo. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.

8.- Prieto R, O; Vega G, E . (1996). Temas de Gerontología. Ciudad de la Habana.

9.- González R, F; Mitjáns M, A. (1989). " La personalidad, su educación y desarrollo". Editorial Pueblo y Educación.

10.- Orosa Fraíz Teresa. (2003). La Tercera edad y la familia. Editorial Félix Varela. La Habana.-

11.- Revista chilena de obstetricia y ginecología2011.

12.- LECTURAS ANEXAS TOMADAS DEL INTERNET:

La vida larga y bella

Por María Eugenia Ludueña

Lydia Lamaison

Amar lo que uno hace

Stella Feigin (82)

Ejemplo de fortaleza

 

 

ANEXOS

 

Referencia

La vida larga y bella

Por María Eugenia Ludueña

 

La doctora entra en la habitación a tomarle la presión. La sorprende encontrar a una mujer de 80 años con sonrisa de niña, peinada de peluquería y con un camisón paquetérrimo.

--Tuteame, nena, que si no me haces sentir mayor –pide la paciente.

-Pero ¡qué lindo camisón! –le dice la doctora mientras le acomoda el tensiómetro.

--¿Te gusta ¿Lo usé en mi noche de bodas?

-Ay, hubiera jurado que era nuevo.

--¡Pero si es nuevo! Mi noche de bodas fue hace dos semanas.

 

Podría ser parte del guion de la película Elsa y Fred, que protagoniza la uruguaya China Zorrilla, pero es un pedacito de la vida real, donde una cantidad nunca antes vista de personas se prepara para alargar su vida hasta edades impensadas, con una jovialidad y lucidez que en otras épocas sólo eran imaginables en la ciencia ficción.

Habrá que actualizar el lenguaje. El que diga “viejo” atrasa. Ahora se habla de longevos saludables, adultos mayores que llegan a los 80 con la mente ágil y el espíritu joven de Elsa, o de China Zorrilla. El cine lo pinta con candor: las investigaciones lo confirman con rigor. En el reciente Festival de Ciencias de la Asociación británica para el Avance de la Ciencia, el profesor Ian Robertson, decano de Investigación en Neurociencias del Trinity Collage, desató el murmullo mundial cuando afirmó que “la nueva edad adulta oscila entre los 50 y los 80 años, antes que se instale la vejez propiamente dicha”. El XVIII Congreso Mundial de Gerontología, realizado en junio pasado en Río de Janeiro, también aportó noticias: el principal determinante de un envejecimiento exitoso no es un punto fijo, sino el curso de la vida”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

China Zorrilla (83)

Cambiar de gustos

 

“Soy una vieja atípica, lo sé”, dice China Zorrilla a su manera, en ese equilibrado tono que va desde el humor a la acidez. “Tengo 83 años y vivo en un mundo que hace todo para que la gente parezca más joven; todo está pensado para los jóvenes, la música, la televisión, el cine”.

-¿Usted cree que vivimos en una sociedad en la que no está permitido ser “viejo”?

--Es como si alguien dijera que hay que esconderlos, como si no te perdonaran las marcas de la vida. Tengo una definición para la vejez.

--¿Cuál es?

--Envejecer es nada más que cambiar de gustos.

 

Está convencida de que la vejez es distinta para cada uno y que hay que respetar los tiempos y las vivencias de cada uno. “Tengo amigas de mi misma edad o menores que prefieren quedarse en casa, tranquilas, tomando té, porque necesitan sentirse cómodas –explica-. Mi caso es especial, porque mi trabajo me enriquece. No soy un ejemplo de nada, por eso digo que soy atípica. ¿A cuanta gente de mi edad llaman para hacer un protagónico en cine o encarnar a una mujer asesina en la televisión ¿Amo mi profesión, necesito de ella para vivir, en todo su sentido”?

Nació con el nombre de Concepción Sorrilla de San Martín, en Uruguay, y en su carrera como actriz ha hecho de todo, hasta protagonizar una historia de amor entre dos octogenarios, Elsa y Fred. “Se ha generado un boca en boca muy interesante con la película –dice rápidamente-; es maravilloso porque no sólo se acerca a verla gente mayor, sino jóvenes que parecen descubrir que nosotros, los viejos, aún sentimos, vivimos y también amamos. Y que podemos ser embusteros, como Elsa, que se quitó años. No somos descartables”.

 

 

Amar lo que uno hace

Por Lydia Lamaison

 

 

El año pasado, brilló en El libro de Ruth, la obra teatral de Mario Diament; ahora, su entusiasmo está puesto en los ensayos de la reposición de Parecen ángeles, de Jorge Medina. A los 91 años, además, Lidia Lamaison espera volver pronto a la TV. No ha parado de trabajar como actriz desde 1938. Sin interrupción desde hace 67 años.

“El único secreto es mantenerse activa, porque así se mantiene activa la mente y sano el cuerpo –dice la actriz de ojos claros-. Yo amo actuar, para mí es un placer, no un trabajo. Hay que amar la vida. El que le encuentra un sentido encuentra también la forma de mantenerse bien”.

El concepto incluye una mirada sobre la vivencia de los días que corren: “Yo no pienso en el pasado. Vivo y disfruto el presente. Como decía Rilke, a los recuerdos no hay que amontonarlos sino seleccionar los mejores”.

“Me adapto a los jóvenes, y no al revés –focaliza-. Por mi trabajo tengo la suerte de conocer mucha gente joven e interesante. También hay que adaptarse a los tiempos. Yo no le tengo miedo a la tecnología, y tomo lo que me sirve. ¿El celular? Sí, es un buen ejemplo”.

 

 

Stella Feigin (82)

Ejemplo de fortaleza

 

Stella Knyszinska de Feigin tiene una frase que ha sido una muletilla:

“¡Coraje, Stella, vamos!”, dice en voz alta, como repitió en las situaciones más dramáticas. Es un ejemplo de fortaleza. Y de cómo las cosas que pasan no producen por sí mismas un impacto, es la persona la que las decodifica, las acepta o anuda las venas del corazón. Polaca, sobreviviente del Holocausto, salvó su vida en más de una oportunidad, se casó con otro sobreviviente y juntos vinieron a la Argentina a empezar de cero. Viuda desde hace 16 años, vive sola. Tuvo dos hijos, Felisa y Simón. Hace unos años falleció Felisa y eso la entristece. Pero dice: “No hay que bajar los brazos. Siempre fui de darle para adelante. Yo voy, vengo, salgo, miro alrededor y me digo: “Mirá que sos corajuda”.

Recorrió el mundo. Recuerda cada evento con memoria prodigiosa: día, año y mes. Habla cinco idiomas y toma clases de francés “para no perder fluidez”.

Tiene amigas en Nueva York, Los Ángeles y Australia. “Gracias a las tarjetas telefónicas baratas, hablamos mucho”, dice. Cuando se mira al espejo, le parece increíble tener 82 años: “Me siento joven, buena onda, no soy hincha, no repito veinte veces lo mismo, no hablo de enfermedad. Si estoy mal, me quedo en casa. Creo que no hay problemas pavos: las pavadas no son problemas”. Opina que es una mujer “One, tho, three, siempre lista”. Va a la acción. Le gusta escuchar. Y hace planes: en estos días, se va a anotar en unas clases de yoga.

 

 

De Nosotras “Ahora” 2006.

 

 

La bella vejez

Una señora, bien equilibrada y orgullosa, de 92 años de edad, cada mañana para las 8 en punto, estaba con su cabello peinado al estilo de peluquería y un maquillaje perfectamente aplicado, aun sabiendo que ella era casi ciega. Se mudó hoy a un asilo de ancianos. Su marido de 90 años, recientemente había muerto, obligando a que esta mudanza se hiciera; después de su fallecimiento.

Después de muchas horas de esperar pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonríe muy dulcemente cuando le avisaron que su habitación estaba lista. Mientras ella maniobraba su andador al ascensor, yo le daba una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana: Me encantan, dijo ella con el entusiasmo de un chiquillo de 8 años al que acaban de mostrar un nuevo cachorro.

Sra. Jones, usted aún no ha visto el cuarto... sólo espere.

Eso no tiene nada que ver, dijo ella. La felicidad es algo que uno decide con anticipación. El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, no depende en cómo este arreglado el lugar, depende en como yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría. Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme... Estas son mis posibilidades: puedo pasarme el día en cama enumerando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que ya no funcionan, o puedo levantarme de la cama y agradecer por las que si funcionan. Cada día es un regalo, y por el tiempo que mis ojos se abran me enfocarían en el nuevo día y en las memorias felices que he guardado en mi mente, solo por este momento en mi vida.

La vejez es como una cuenta bancaria... uno extrae de lo que había depositado en ella. Entonces, mi consejo para ti sería que deposites gran cantidad de felicidad en la cuenta bancaria de tus recuerdos. Gracias por lo que has hecho para llenar mi banco de memorias, sigo depositando. Recuerda las simples 5 reglas para ser feliz:

1. Libera tu corazón de odio.

2. Libera tu mente de preocupaciones.

3. Vive humildemente.

4. Da más.

5. Espera menos.

 

 Iris Apfel.

La dama que se viste como el jazz.

Referente de la moda en el mundo, a los 94 años es la imagen de varias marcas. "Algunas personas hacen un gran esfuerzo por ser diferentes. Yo no".

Por Juana Libedinsky. LA NACION.

NUEVA YORK

Tener a un equipo de filmación siguiéndote durante un año por supuesto que es intrusivo, pero cómo negar que también es halagador, a mi tierna edad, ser una estrellita geriátrica."

Quien eso sostiene es Iris Apfel, de 94 años. Mucho antes de la popularización del street-style y las blogueras especializadas, antes de Instagram y todo tipo de medios sociales, Iris Apfel fue la madre (o abuela o bisabuela) de la individualidad radical en la moda.

Apfel fue la primera mujer no sólo en usar jeans socialmente, sino también en mezclarlos con ropa eclesiástica antigua que conseguía en Europa y adornos tribales africanos. Es la inventora del estilo hi-lo que mezcla la alta costura con lo producido en masa, el vintage y lo artesanal, y que ahora es un look que confiere tanto más prestigio social que estar de pies a cabeza en Oscar de la Renta. Con sus anteojos a lo Mr Magoo como marca registrada y miles de pulseras y collares, Apfel ya fue tapa de revistas, tuvo coffe-tables books dedicados a ella, una célebre exposición en el Metropolitan Museum of Arty -casi más importante- vidrieras en el gran santuario fashion, las tiendas departamentales Bergdorf Goodman. Como modelo, es la imagen de marcas de ropa, accesorios y hasta emprendimientos inmobiliarios de lujo. En los últimos años, parecería que nada puede ser verdaderamente cool en los Estados Unidos si no es bendecido por Iris Apfel. Sin embargo, con el documental Iris que acaba de estrenarse en el circuito comercial con un éxito de crítica rotundo, Apfel va camino a ser, por primera vez, una it girl -por llamarla de alguna manera-, que trasciende las fronteras.

"Hoy hay pocas mejores formas de pasar 80 minutos en el cine que viendo Iris, un film que, de manera deliciosa, nos fuerza a abrir los ojos a la vida, el amor, a los anteojos con personalidad, las pulseras del tamaño de las ruedas de una bicicleta y el arte de hacer una entrada grandiosa", se entusiasmó

The New York Times.

Iris Barrel nació en Queens un 29 de agosto de 1921 y estudió Arte en la Universidad de Nueva York y en la Universidad de Wisconsin. Aprendió sobre la moda trabajando en la biblia de la industria; el Women's Wear Daily. En 1948 conoció y enseguida se casó con Carl Apfel. "Él tenía onda, era adorable y sabía cocinar comida china, no había forma de que yo consiguiese un mejor candidato", explica. Con Carl, que en agosto cumple 101 años, fundaron Old World

Weavers, fábrica textil que manejaron juntos hasta que se retiraron en 1992.

 

Una vez jubilada, Apfel encontró que tenía el tiempo y los medios económicos para dedicarse a su amor por la ropa y los accesorios, convirtiendo esto en un arte en el que ella era, evidentemente, siempre el lienzo en blanco. Pero más que de la plástica, ella prefiere describirse con una metáfora de la música: dice que se viste como el jazz.

"Porque el jazz es improvisación y eso es exactamente lo que hago -subraya-. Tomo algunas cosas y las mezclo con otras que son inesperadas. Funciona de la misma manera que en el jazz se puede hacer una disgresión con notas que no deberían estar allí, pero al ponerlas juntas en la melodía todo cierra."

De cualquier manera, Apfel claramente sabe cuándo hay que mantenerse fiel a lo que el compositor original quiso. De 1950 a 1993, Iris estuvo a cargo de los proyectos de decoración de interiores de la Casa Blanca de nueve presidentes, de Truman a Clinton. Pero como ella misma aclara, esto suena más excitante de lo que realmente es. "No se hace ningún tipo de decoración. Una restauración histórica perfecta es simplemente reproducir lo más fielmente posible lo que estaba. Que puede ser la cosa más espantosa del mundo."

De la restauración de una de las primeras casas de Teddy Roosevelt, recuerda que "era siniestro. Todo era de color pus, pero lo teníamos que mantener exacto.

Es decir, no te contratan para convertir el ambiente en bonito. Pero, a la vez, sería terrible si las primeras damas pudieran intentar mejorar la decoración", le dijo a The Palm Beach Post en el estilo directo que la caracteriza.

Justo antes de lanzar su carrera en el séptimo arte, Aprfel entró en el mundo académico. En 2012, a los 90, fue contratada como profesora visitante de la Universidad de Texas en Austin. "Todos me preguntan -dice respecto de sus alumnos- cómo pueden tener un estilo. Eso no lo puedo contestar. Cada uno tiene que conocerse a sí mismo y expresarse de la mejor manera posible. Pero si no, no pasa nada. La fashion police no te va a llevar."

Una de sus frases se convirtió en latiguillo del film: "Es mejor ser feliz que estar bien vestido". Es evidente que Apfel era candidata natural a protagonizar un documental fascinante. Pero ella tenía sus dudas. "Amo la ropa, amo vestirme, pero no es esa mi vida. Tenía miedo de aparecer como una fashionista cabeza hueca, lo cual no soy, y afortunadamente no pasó", dice en referencia a la cinta que acaba de llegar a los cines, dirigida por Albert Maysles.

Jennifer Ash Rudick, una joven productora, estaba dispuesta a todo para convencerla. Y cada minuto con Apfel le ratificaba que era una personalidad única cuya historia había que contar en la pantalla. "Fui con Iris, a quien conocía hacía un tiempo, a ver un documental en el West Village -cuenta Ash Ruddick a La Nación revista-. Queríamos tomar un snack antes del film, y el lugar más cercano con mesas y servicio rápido era el McDonald's. La senté a Iris, y antes de levantarme a comprar el almuerzo al mostrador, veo que saca un sándwich envuelto en nylon de su cartera y me ofrece la mitad. Iris, tenemos que pedir algo, tenemos la mejor mesa del lugar, le dije. Volvió a abrir su cartera y sacó entonces dos saquitos de té. Pedí agua caliente, sugirió.

Cuenta Ash Ruddick que mientras todo esto pasaba, la gente se amontonaba afuera de la ventana del Mc Donald´s para mirar en total fascinación y descaro a Iris como si fuera una vidriera y luego se desvivían por saludarla.

"Igual llegamos a tiempo al documental -continúa-, que era un retrato filmado. Después le dije: Iris, que te parecería si filmáramos un retrato sobre tu persona. Depende de quién lo haga, si encontrás alguien en quien pueda confiar, lo consideraría. Fui y me reuní con los Maysles y, en cuanto Albert e Iris se conocieron fue bastante evidente que film o no film, serían amigos."

Maysles, el decano de los documentalistas según el Times y "quien mejor maneja la cámara de todo Estados Unidos", como dijo Jean-Luc Godard, es en sí mismo una figura de culto. Con su hermano David realizaron obras cumbre del cinema verité americano como Gimme Shelter, sobre un recital de los Rolling Stones donde murió un fan y, naturalmente, Grey Gardens, donde retrataron la vida de la tía y la sobrina de Jackie Kennedy excéntricas que vivían aisladas del mundo en una casa abandonada en Los Hamptons.

"Admiro a la gente que hace su propia cosa. Es lindo hacer tu propia cosa si tenés una propia cosa para hacer", resumió Apfel respecto de por qué le gustó Albert Maysles. Maysles justo falleció en marzo último (David varios años antes), lo que le dio al film Iris, que en el fondo trata sobre la tercera edad, un particular significado y urgencia.

Esta redactora conoció a Apfel y Maysles en un cóctel en la casa de Ash Ruddick en 2014. La reunión tenía unas pocas personas del mundo del cine que habían hecho el peregrinaje hasta esa punta de Long Island para participar del Hamptons Film Festival, donde se presentaba la obra. También estaba una buena parte del establishment wasp de la zona, amigos de la dueña de casa del distinguidísimo club de tenis del balneario.

Los tragos se servían acompañados de servilletas donde se habían impreso algunas de las frases más contraculturales de Iris, así como su mantra de more is more and less is a bore (más es más y menos es un bodrio). Sin embargo, sentada tranquilamente en una esquina de un sofá y vestida en colores oscuros con los múltiples collares e innumerables pulseras discretamente al tono, Apfel participaba tranquilamente de la velada mimetizada con el entorno patricio.

Con su voz de chica lista ex fumadora de Queens mucho más suave que en el film, tuvo tiempo de charlar con esta redactora y hasta preguntarle dónde comprar buenos accesorios gauchescos si alguna vez viajaba a la Argentina.

"Iris siempre dice que hay que vestirse para uno mismo -señaló Ash Ruddick-. Fue sorprendente, hasta para mí, cuán poco -ni yo ni nadie del equipo de filmación-se preocupó por lo que llevábamos puesto cuando estábamos con Iris. Podía aparecer en jeans y camiseta, lo cual solía hacer, y siempre iba a encontrar algún elemento para elogiar. Realmente no juzga a nadie. Creo que al pasar tanto tiempo con ella me volví más segura para vestirme para mí misma y para la ocasión. Iris, aunque siempre creativa y original, tiene también un gran sentido de lo que es apropiado."

"No trato de ser anticonvencional -subraya Apfel-. Algunas personas hacen un gran esfuerzo por ser diferentes. Yo no. Yo hago lo que quiero hacer y espero que esté dentro de ciertos límites. Soy una gran creyente en estar a la altura de las circunstancias", dijo. De hecho, Iris considera que hay que tener siempre algún tipo de marco de referencia. "Tengo muchos problemas con la ropa sin estructura y con una parte del arte contemporáneo, cuando la gente piensa que puede hacer lo que se le cante."

En la actualidad, Apfel se la pasa viajando para los distintos estrenos del film, con Carl siempre a su lado, incluso cuando va en sus célebres expediciones de shopping. "Nunca me gustaron los diamantes y las grandes joyas estilo Harry Winston, sino la bijouterie teatral o de colores, de distintas culturas, o producidas en masa. Carl, claramente, es un hombre afortunado", suele decir. En esta nueva etapa de su vida están todo el tiempo rodeados de jovencitas lindas del ambiente del cine y de la moda, e Iris aclara que su marido también es afortunado en otro -políticamente incorrecto- sentido: "Una mujer es tan vieja como luce cuando alguien la mira -concluye-, pero un hombre no es viejo hasta que no deja de mirar".

 

 

Cómo hacer para disfrutar de la tercera edad.

 

Hay que evitar el aislamiento y mantenerse en actividad.

 

Mantenerse físicamente activo, alimentarse saludablemente, no fumar, evitar el estrés... La fórmula para disfrutar de una vejez plena y en salud parece sencilla, al menos en teoría. Pero en un mundo en el que la expectativa de vida de la población es cada vez mayor, y más aún en países como la Argentina, donde el proceso de envejecimiento tomará sólo décadas, la fórmula para disfrutar de la cada vez más extensa llamada tercera edad ya no es sólo individual.

Por primera vez en la historia de la humanidad, en algún momento de los próximos diez años habrá más personas mayores de 65 años que menores de 5 años. Y mientras los países desarrollados verán que su población mayor de 65 años se incrementará un 50% de aquí a 2030, se espera que en los países en vías de desarrollo ese aumento sea del 140 por ciento.

"El problema del envejecimiento es que se nos va a venir encima muy rápido en los países en desarrollo. En Europa, la población tardó 100 años en envejecer; acá, eso se va a demorar 20, 25, 30 años, y no vamos a tener todo el tiempo que tuvieron los países desarrollados para prepararse para los problemas del envejecimiento", dijo Alberto Palloni, investigador chileno, actualmente en la Universidad de Wisconsin en Madison, Estados Unidos, donde dirige estudios sobre envejecimiento en América latina.

"El envejecimiento poblacional se produjo en los países desarrollados como resultado del crecimiento económico y del bienestar social -dijo Silvia Gascón, directora de la maestría en Gestión de Servicios en Gerontología del Instituto Universitario ISalud-. En cambio, en nuestros países estamos envejeciendo en situación de pobreza y con redes sociales que no están del todo consolidadas".

"Hay un montón de tecnologías que nos falta desarrollar para envejecer bien, desde el cuidado domiciliario o la atención en hogares de día y de noche, hasta la teleasistencia o las residencias de mayores -agregó Gascón-. El problema es que en nuestros países van a coexistir las enfermedades crónicas con las agudas, y los recursos de un ministerio de salud van a estar en tensión entre el dengue y las enfermedades cardiovasculares."

 

Ahorrar en salud.

"El envejecimiento de la población no es sólo resultado de una cada vez mayor expectativa de vida al nacer, sino también de una mejora en la expectativa de vida de las personas mayores de 65 años", comentó a LA NACION el doctor Richard Suzman, director del Programa de Investigación Comportamental y Social del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA, según sus siglas en inglés), de los Estados Unidos.

"Pero más importante que la expectativa de vida -agregó Suzman- es lo que llamamos expectativa de salud o vida libre de discapacidad." Esto es: esos años extras libres de enfermedades que condicionen la calidad de vida de la persona. Aunque se espera que la expectativa de vida después de los 65 años siga en aumento, no se puede decir lo mismo de la expectativa de vida libre de discapacidad. "Hoy existe una gran preocupación en los Estados Unidos por las generaciones más jóvenes, debido al aumento de las tasas de obesidad y de diabetes –comentó Suzman-. Aunque la expectativa de vida se cree que seguirá creciendo, esto [la epidemia de obesidad y sus afecciones asociadas] afectará la expectativa de vida libre de discapacidad."

Los países en desarrollo, como la Argentina, que todavía no se han librado del peso de las enfermedades infecciosas, no están ajenos al avance de las enfermedades no transmisibles, como la obesidad, la diabetes y las afecciones cardiovasculares. Un informe del Banco Mundial estima que las afecciones crónicas pasarán de representar el 44% de las causas de enfermedad al 54% en las próximas dos décadas.

"Por eso es tan importante hacer hincapié en la prevención y la promoción de la salud. Así como uno ahorra plata cuando es joven para cuando sea viejo, uno tiene que ahorrar también salud -señaló Gascón-. Si uno tiene hábitos de vida saludables durante la juventud y la adultez, es más probable que disfrute de una vejez libre de discapacidad." ¿Qué entendemos por hábitos de vida saludables?

"Evitar el sedentarismo (caminar al menos 40 minutos todos los días), llevar hábitos de alimentación saludables (reducir el consumo de grasas y elevar el de frutas y vegetales, y en las mujeres consumir calcio para prevenir la osteoporosis), no fumar y reducir el consumo de alcohol, principalmente –enumeró Gascón-. Y después, está todo lo psicosocial."

 

Evitar el aislamiento.

"Hoy hay una toma de conciencia de que gran parte de nuestra salud [en la vejez] está determinada por comportamientos individuales, pero también por factores

sociales", señaló Suzman, que visitó recientemente la Argentina para analizar la posibilidad de llevar adelante aquí un estudio longitudinal sobre envejecimiento,

en colaboración con sus colegas de ISalud.

"Está comprobado que las redes de apoyo, sobre todo las de amigos, permiten mejorar la calidad de vida y la cantidad de años de vida. Por eso, evitar el aislamiento y encontrar espacios para compartir con otros es fundamental", afirmó Gascón. Sin embargo, el creciente aislamiento parece ser una constante en las personas mayores: "Hay una tendencia a que las personas mayores vivan solas –agregó Gascón-; hoy en la Argentina el 50% de los hogares unipersonales son de adultos mayores." Y para muchas de esas personas la vida transcurre en espacios cada vez más acotados, que a veces se reducen al barrio, cuando no a la casa.

"Un estudio que realizamos en La Plata revela que las ciudades son muy poco amigables con las personas mayores. No sólo por la falta de infraestructura adecuada de los edificios públicos, sino también en los edificios privados y en los medios de transporte público."

"Construimos edificios y casas como si toda la vida fuéramos a ser jóvenes -continuó Gascón-. Por otro lado, nuestro estudio mostró que las personas de más de 75 años, que no tienen dinero para tomar taxis o remises, no pueden salir de su barrio." Aquí lo que pesa no es [sólo] la inseguridad, sino lo poco preparados que están los trasportes públicos para las personas mayores.

"Además de evitar el aislamiento -insistió Gascón-, para vivir una vejez digna es fundamental sentirse respetado, sentir que uno sigue contribuyendo a la sociedad a la que pertenece. Y eso puede pasar tanto por encargarse de los nietos como de participar de un proyecto político."

 

¿Adultos mayores?

 

Una historia que se repite en las consultas de la gente Por la sicoanalista Eva Giberti

 

Si el lector o la lectora tiene menos de 60 años este tema quizá no le pertenece porque, como decimos de entrecasa, se trata de los viejos, de los “abuelos” como la sensiblería tilinga de algunos conductores de los medios insiste en cotizarlos sin saber si ese adulto tiene o no nietos, si sufre por no tenerlos o si los tiene y es como si no existieran; la gente de la tercera edad, los ancianos, en fin, un guión que abarca los setenta años, los ochenta y más. Los de setenta años ni remotamente se sienten miembros de esa cohorte, pero las reiteradas visitas al médico les imponen una realidad.

 

Podemos sumar a quienes tienen más de ochenta años y también noventa si bien esos diez años de diferencia pueden marcar territorios disímiles. Sin embargo, comparten una situación que escucho narrar cada vez con más frecuencia, en consultas que aparentemente nos hablarían de depresión. Siempre es la misma historia, y arrecia en las fiestas de cumpleaños y en las festividades clásicas, navidades, finales de año. Mesa reunida con los hijos, nietos y amigos de los hijos. Conversaciones surtidas, entrecruzadas, donde todos y todas intervienen. Ameno encuentro, cordial, simpático sin la menor intención de excluir a alguien. Pero ese alguien, que participa en presencia, está sentado o sentada, escuchando sin que le sea posible intercalar un comentario. De repente ¿se volvió tonta o tonto? ¿Ha dejado de leer? ¿De escuchar la radio? ¿Está obnubilado y en otro mundo, se comporta como un vegetal? No, nada de eso. Es la misma persona de siempre pero ha encallado en la edad que los otros comensales no alcanzaron aun y no imaginan que existe. Porque esa persona sentada con ellos, continúa siendo la misma en los afectos y el respeto que le tienen, pero ahora no es una tripulante de esa nave que los otros pilotean con sus ideas, sus opiniones, su tremebunda información y sus certezas adultas y juveniles. Todos conocen a esos nuevos grupos musicales, a esos actores que arrasan en la tevé, se han enterado de las últimas noticias políticas y lo comentan todo vertiginosamente, intercambiando comentarios, alguna discusión pero siempre entre ellos, construyendo un túnel invisible por donde transita la época actual. Donde no puede introducirse quien tiene ochenta años aunque le sobren comentarios y disponga de alguna información o punto de vista.

 

Involuntariamente queda excluido/a en un silencio de ausencia mortal que ninguno hubiese querido provocarle, pero esa persona está allí, inerte, repleta de palabras posibles pero que no interesan porque no cuajan en el ritmo vertiginoso de las idas y venidas entre los comensales. Pueden ser ideas interesantes pero no están en el contexto que los otros adultos, hijos, nietos, amigos comparten cotidianamente y al cual quien tiene 70, 80 o más no logra adherirse. Puede disponer de contenidos múltiples y valiosos, cosas para decir, pero se supone que hablará desde otra época, desde cuando era joven, y eso ya no funciona.

 

No existe el menor atisbo de discriminar a ese comensal, sencillamente se lo desconoce como sujeto dialogal y el diálogo es aquella sustancia que permite que las cosas aparezcan, se transparenten. El comensal sentado sin diálogo, por muy amado que sea en esa familia se endurece como si fuera una cosa porque la cosa no piensa ni dice. Los temas y problemas del ser se convierten en problemas del decir, que es lo que no atina a hacer el viejo o la vieja que además, no puede dejar de pensar en el pequeño dolor que lo aqueja en ese momento o recordar la pastilla que deberá ingerir dentro de media hora. No lo hace porque no hay pausa para escucharlo o preguntarle y entonces en la consulta dicen: “No les interesa lo que yo les diga, en realidad yo no les intereso, me invitan porque no quieren dejarme solo...” Las escenas de ese encuentro transcurren contra las expectativas del anciano invitado, los diversos sucesos se enuncian de manera imprevista si bien lógica para quienes hablan y ese imprevisto posiciona al adulto mayor como espectador de una puesta de teatro de la que no participa, aunque es uno de los protagonistas. Ese invitado/espectador se encuentra adherido a u mismo como observador silencioso, posición que lo afecta y puede generar furia o desconsuelo. Ingresa en una peripecia, algo raro, que inicialmente lo asombra porque es desconocido y le sucede en medio de personas, cosas, circunstancias conocidas (su familia) a la que va acostumbrándose con los años (Aristóteles consideraba la peripecia una ironía del destino). Ha aprendido a estar callado donde siempre se lo escuchó o donde siempre se la consultó y ahora pasa inadvertido/a en la hora del diálogo, siempre bien atendido en su dieta o en el brindis general.

 

Como se trata de una situación aprendida, los jubilados crearon sus propios clubes superadores de los bancos de las plazas, sus propios viajes en conjuntos armoniosos restallantes de conversaciones acordes con quienes se reconocen como semejantes. Pero algunos no concurren a estas agrupaciones y esperan ser escuchados en sus familias, en sus mundos de siempre. Quizá, por ser lo más difícil, sea ésta la etapa en la que se inaugura el remanso, cuando el agua se mece a sí misma, se escucha a sí misma; los adultos mayores se dan cuenta que podrían decirle a los otros que ellos continúan fluyendo, que están allí, y no sólo para que los atiendan y acompañen al médico, sino para dialogar. No se atreven a rescatar la presencia simbólica que la palabra incluye. Porque quizá no se sientan seguros con su lenguaje, con la velocidad de sus ideas, con la articulación de sus palabras. Pero la palabra de los viejos y de las viejas está allí, omitirla en las invitaciones familiares y en la vida es una indiferencia que merece revisarse. La palabra humana que le escamoteamos al otro y la escucha saturada por lo innecesario de cada día que anula o posterga la presencia simbólica del otro, son amarga insignia de estos tiempos.

 

Camino a la libertad

Libertad es la capacidad de visualizar un futuro mejor y concentrar nuestra atención, nuestra pasión y nuestras decisiones en ese futuro.

Es dominar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones y dirigirlos correctamente.

Es poder sacrificar lo inmediato y lo cómodo por algo mayor y mejor.

Es decidir hacer lo necesario para que el futuro exista.

 

Libertad es crecer, pero no a expensas de otro. Es crecer en paciencia, en perseverancia, en amor, en fe, en confianza, en seguridad, y en la capacidad de producir resultados a través de una vida dirigida, por uno mismo, hacia objetivos dignos.

Si la libertad de uno o de unos, produce opresión en otros, entonces no es libertad, sino un capricho egocentrista.

Este capricho lleva a irrespetar, dominar y controlar la vida de otros trayendo destrucción y violando los principios de la vida.

 

La libertad real produce respeto a la vida, y es regida y gobernada por principios y leyes. Es por esto, que las personas más libres son las que más se conocen y más se sujetan a producir resultados en sus vidas conforme a sus propósitos y sus razones de ser.

Entendemos hoy a los héroes, que se levantan cada día cumpliendo con sus metas, negándose a sí mismos en pro de sus propósitos, sabiendo que Dios es el protector y determinante del futuro de los que deciden vivir la libertad de ser lo que nacieron para ser.

 

Decisiones contundentes se están tomando en los corazones; decisiones que determinan el futuro.

Es tiempo de crear un camino nuevo hacia un futuro posible, es tiempo de saber que cada uno de nosotros puede hacer la diferencia.

La libertad sin sacrificio y esfuerzo no existe. Los errores del pasado crean el temple y el carácter necesarios para construir algo mejor. Nuestras decisiones diarias determinan ese futuro.

Si hoy decidimos respetar, amar, dar gracias y luchar por lo que creemos, mañana será diferente. Haremos tangible la verdad, la justicia y la libertad para nosotros y para una nueva generación.

 

Tu vida cambia en el momento que tomas una decisión íntegra, acorde y comprometida. La fuerza y el poder de una decisión y de sus consecuencias residen dentro de ti.

En otras palabras, ya la posees. Cuando decides lo que quieres encontrarás un camino, estarás determinando el éxito de tu decisión.

Tomar una decisión es comprometerte con el resultado, sin vacilación, sin pensar en otra posibilidad. Mientras más tomas decisiones, más habilidad tendrás en tomar decisiones acertadas. La repetición conduce a la habilidad: sé consistente y perseverante con tu decisión.

 

 

Reflexión Final:

 

La lectura de estas notas, me lleva a reflexionar sobre las personas en este caso de la tercera edad, que han llegado con esa actitud, consciencia y deseo (proyecto de vida) por haber tenido la constancia, capacidad y paciencia de ir mejorando, construyendo y cambiando todo lo que no era provechoso ni de utilidad en el desarrollo o construcción de sus vidas. Lo cual les permitió, llegar a la tercera edad con alegría y entusiasmo por vivirla y terminar su existencia en plenitud y satisfacción de haber pasado por ella y sobre todo haber dejado huella a su paso.

 

Autora: Profra. Lic. Lucía Rosalva García Benhumea. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México.

rosalva.benhumea@gmail.com 

 

 

 

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