UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE
MÉXICO.
Unidad De Estudios Superiores Campus
Iztacala.
Diplomado:
Diagnóstico Integral Al Adulto Mayor
Con Enfoque Gerontogeriátrico
Tesina:
Lucía Rosalva García Benhumea.
Marzo Del 2016
Mi propósito actual. Para jóvenes de
60 años o más.
Lo que me queda de vida...
Pertenezco a la generación que tenía
un solo mandato: debíamos ser y así lo intentamos, los mejores hijos, los
mejores esposos, los mejores padres, los mejores profesionales, etc. Y ahora
que ya hice todas esas cosas lo mejor que pude, a veces me gusta estar, salir,
viajar sola, a mi ritmo.
A veces necesito mucho a mi familia.
Y a veces prefiero... no hacer nada...
Ya demostré, cabalmente, quien soy
como persona
Lo que me queda de vida, intento que
sea mío, disfrutándolo con lo que me venga en ganas: viajando, comprando,
tomando café con alguien, haciendo lo que me plazca, así sea estar sin hacer
nada.
Me he dado cuenta que por más que
los demás nos amen mucho y seamos importantes para ellos, todos seguirán
viviendo cuando no estemos.
Por eso ya es tiempo de NUESTRO
tiempo, y de dejar de rendir examen en tantos roles con que la vida nos puso a
prueba.
No pienso dar más examen de nada,
eso incluye a mi familia también.
Nosotros ya estudiamos, criamos
hijos, trabajamos, cuidamos padres, estuvimos presentes cada vez que alguien nos
necesitó... ¿acaso después nos van a hacer un monumento donde diga: "a una
luchadora, un ser ejemplar y virtuosa"?
Seguro que no. Y si de casualidad lo
hicieran... ¡estaremos bajo tierra!.
Somos una generación que rompió
estereotipos, allanamos el camino a los que vinieron después Por librar tantas
batallas en soledad hemos sufrido cada uno de nosotros. Por distintas razones.
Por eso ya es hora de que empecemos a relajarnos y a divertirnos más.
¡No saben lo bien que se siente!
Muchas veces me planteo, qué rápido
pasó la vida, distraída como estaba, haciendo mil cosas. También me pregunto
¿cuánto nos queda de vida, amigos? No lo sabemos, por suerte nadie lo sabe,
sólo nuestro Divino Hacedor conoce nuestro destino.
¿Algo cambiará en quienes nos quieren,
cuando nos vayamos?
No, la vida seguirá igual en nuestra
ausencia y hasta tal vez dirán:
“el viejo estaba un poco loco en sus
últimos días".
Pero nosotros felices igual...
porque ya no escucharemos...
Mis estimados amigos, cuídense, no
se repriman, aprendan a decir NO cuando quieran decir NO.
Si es necesario y siempre para bien
de nuestra salud mental, aprendan a mandar lejos a la gente que no sirve para
nada (eso sí, con elegancia es mejor).
Ya es hora de discernir a quien le
hace bien mi amistad, mi cariño, mi compañía y quien me busca sólo para llenar
su aburrimiento, descargar su neurosis o hacerle un servicio...
La vida está llena de gente egoísta
que solo se satisface a si misma usando a los demás de distintas maneras y para
diferentes propósitos.
Huyamos de esos vampiros que nos
roban la energía para seguir subsistiendo y juntémonos, cada vez que podamos,
con aquellos que nos hacen reír.
Practiquemos nuestra merecida
libertad, ya sea quedándonos en la cama todo un día, viendo por TV lo que se nos
ocurra, leyendo poesía, biografías interesantes o simples revistas.
Qué placer caminar sin apuro ni
rumbo fijo, y detenernos en cualquier lugar que nos llame la atención.
Por favor, visitemos más seguido a los
amigos y amigas positivas, vayamos a lugares nuevos, escuchemos más música,
animémonos a pintar, a hacer yoga, meditación, canto, cocinar, idiomas,
jardinería, limpiar el carro... lo que más nos guste! Todo sirve y es válido
para hacernos sentir bien.
Profra. Lic. Lucía Rosalva García
Benhumea
Agradecimiento.
Por este conducto, les reitero todo
mi reconocimiento a las chicas y chicos, que colaboraron , con todo su
entusiasmo, disposición y energía para contestar, buscar y mandarme las
encuestas, respondidas por sus familiares, amigos y por ellas mismas, la
difusión y respuesta a través de las redes sociales , no cabe duda que son una
herramienta fabulosa que nos puede ahorrar tiempo, distancias y agotamiento,
pues les comento que hubo participación de chicos de España, Italia, Alemania,
Argentina, Colombia, Uruguay, Perú, Guatemala y sobretodo México, en su
mayoría; doy gracias, a los amigos , familiares y sobre todo a las casas club
de maestros jubilados del Valle de México, como, a la red tiflofemenina por esa
apertura, respuesta y confianza que me hicieron patente a mi petición; chicos y
chicas con ceguera en su mayoría, al igual que las personas visuales, que
fueron un poco menos pero igual de importantes, dispuestos a generar cambios,
que solo con la participación activa y arriesgándose se pueden lograr.
Nuevamente gracias alcancé la meta
100 encuestas, conté 284, y todavía siguen llegando, les aseguro que mandaron
más de 300 lo cual me satisface y llena de alegría inmensa por saber que allá
en el anonimato cuento con gente solidaria, comprometida con las causas
sociales y compañerismo, simplemente por apoyar a quien necesita de su
colaboración sin ver más allá que otro fin.
Reitero mi agradecimiento y
reconocimiento a todos y todas las que empujaron con sus encuestas a mi
esfuerzo para terminar mi trabajo y alcanzar la meta. La unión, y la
disposición hace la fuerza y esa somos todos nosotros unidos.
Profra. Lic. Lucía Rosalva García
Benhumea.
La sexualidad, autoestima y el
sentido de vida en los senescentes.
Al iniciar este trabajo con personas
de edad avanzada, tuve que vencer la natural resistencia que se presentaba a
investigar ampliamente los temas sexuales por parte de los terapeutas y de los
pacientes. Generalmente estos temas eran contestados ambiguamente o evitados u
olvidados.
Vencidas las inhibiciones y
prejuicios de carácter personal, así como analizadas las situaciones contra
transferenciales, pudimos entrar sistemáticamente en la investigación de la
sexualidad de nuestros pacientes pre senescentes y senescentes, habiendo podido
comprobar que, aún en casos realmente dificultosos para que ésta pudiera
expresarse libremente, puede más la fuerza del instinto persistente, como
sexualidad y genitalidad, en casi todos los casos, que la coartación impuesta
por las circunstancias adversas en cada ejemplo.
a) Ejemplos breves de historiales
clínicos de tratamientos psicoanalíticos
A continuación, expondré breves
historiales clínicos de pacientes de edad avanzada en los que trataré de
mostrar cómo el levantamiento de la represión sexual marchó en forma paralela
al avance de los adelantos terapéuticos logrados, los que significaron, a mi
juicio, un avance en su evolución psicosexual y una consolidación en su
maduración yoica.
Caso 1: Se trata de un hombre de 69
años, que ha sido tratado por crisis depresivas, a repetición, por diversos
psiquiatras y psicoterapeutas. Exageradas defensas obsesivas y gran sentimiento
de culpa. Está casado con una mujer mayor que él, con quien "por razones
de enfermedad de la esposa", no mantiene relaciones sexuales.
El matrimonio tiene varios hijos
adultos, casados, que mantienen una verdadera situación de vigilancia sobre la
vida sexual del padre.
Después de un año de tratamiento,
pudo reconocer sus grandes necesidades sexuales, que aparecían en fantasías
perversas orales autoagresivas y voyeurísticas, que le creaban enorme
sentimiento de culpa.
A lo largo del tratamiento y al
reconocer su sexualidad distorsionada, al atemperar su super-yo, pudo llegar a
establecer relaciones sexuales regulares y, paralelamente a esto, cambiar
totalmente su cuadro clínico.
Salir de su depresión, abandonar los
psicofármacos, incluyendo los hipnóticos y llevar una vida activa de trabajo.
Luego pudo llevar adelante su tratamiento que se prolongó por espacio de cuatro
años.
Caso 2: Se trata de una mujer de 58
años. Ha tenido un largo tratamiento psicoterapéutico anterior, 24 años de
matrimonio. 10 años de separación. 4 hijos adultos. Motivo de su actual
consulta: la separación de un hijo varón de 30 años le ha desencadenado un
estado conflictivo personal que no sabe cómo afrontar.
Este está íntimamente vinculado a su
propia separación, no elaborada en absoluto, y a una situación de vida diaria
que transcurre en una completa ambigüedad en la cual se confunden las ligazones
económicas, habitacionales y parentales pre-existentes, con situaciones de
duelos no elaborados y una identidad actual no perfectamente definida.
La paciente había sido
histerectomizada hace 14 años, lo que constituía, para este caso, un
antecedente de importancia.
La paciente, a pesar de lo
dificultoso de su situación, pudo reconocer y asumir su sexualidad y
genitalidad reprimida.
A través de una pareja sexual
estable y a lo largo de los tres primeros años de tratamiento, afrontar la
disolución final de su primer matrimonio, marchando hacia la consolidación de
su propia identidad. Terminar una carrera universitaria inconclusa, cambiar la
antigua casa matrimonial, en la cual seguía viviendo una ficción de su antigua
familia, en convivencia con dos hijos casados y un hijo soltero, por una casa
individual propia.
Separar sus intereses materiales
propios y distribuirlos entre sus hijos, de acuerdo a su voluntad y afrontar la
conservación de esta nueva pareja con la cual poder ejercer plenamente una
genitalidad adulta.
b) La sexualidad, los sueños y las
transferencias.
Caso 3: Mujer de 68 años. Viuda hace
10 años, tiene depresiones recurrentes por las que recibió los más diversos
tratamientos. Motivo de consulta actual: severo estado depresivo.
Algunos de sus sueños: "Soñé
que estaba en un dormitorio donde había una señora joven, embarazada, que me
dijo que Ud. le había encomendado que conversara conmigo sobre mi vida sexual
como para que tuviera más facilidad de tratar tales temas. Entraron otras
mujeres embarazadas y se movían y cambiaban su ropa con movimientos lentos y
sensuales, sin hablar, como lo haría una experta en strip-tease. Yo estaba acurrucada
en la cama, angustiada. Sufrí y tuve ganas de llorar".
Otro sueño: "Yo estaba en
sesión, acostada y de pronto Ud. se reclinó y medio se deslizó en el sillón,
como si se hubiera desmayado.
Llamé a su mucama y me dijo que esto
le sucedía a menudo, por la vida disipada que Ud. llevaba".
"Salí y llegamos a una casa
donde la mucama era otra, con un peinado en alto, de más edad y que lucía un
gran escote del cual emergía un redondo y desnudo seno".
En otra secuencia: "No sé si
entré dormida y despierta, serían como las 5 de la mañana. Mi cuarto estaba en
penumbra. Me pregunté si yo aceptaría un hombre en mi cama. Si, si se acercara
con afecto y ternura. Para mí la penumbra sería una protección, porque es muy
diferente mostrar un cuerpo desnudo a los 20 ó 30 años que a los 68".
c) Genitalidad y agresión
Caso 4: La consulta proviene de un
colega, cuyo padre de 77 años de edad, viene observando, desde hace tiempo, una
conducta agresiva hacia su esposa, mujer de 72 años, y que ha llegado a las
vías de hecho.
El hijo debe viajar y está
preocupado por esta situación.
Entrevistado el padre, nos
encontramos con un hombre culto, racionalizador, difícil de sacarlo de los
temas que él quiere tratar. En una segunda entrevista conseguimos abordar el
tema sexual y nos dice con respecto a este tema: "Mi mujer es una
puritana, que ni una rodilla me deja acercar". "Yo tengo sueños
eróticos y a veces polución". "Otras veces me levanto de la cama y me
calmo".
Solicitamos hacer una entrevista con
la esposa, la que nos cuenta una larga historia de celos y abortos a
repetición.
Se aconsejó algunas entrevistas de
pareja que se llevaron a cabo.
Cada uno tomó tratamiento
individual, por separado, y al poco tiempo consiguieron reacondicionar la vida
de relación de la pareja.
Se hicieron cargo de sus nietos por
un período bastante prolongado en ausencia de sus padres, demostrando un
comportamiento más ajustado a su realidad.
Las características sexuales y
agresivas de las primeras etapas del desarrollo, subsisten a través de los años
de la pre senescencia y la senescencia.
Los ancianos tienen que vérselas en
esta etapa de su desarrollo con sus pulsiones libidinales y agresivas, al mismo
tiempo que afrontan cambios en su estructura yoica y en su ambiente cultural.
Uno de los fenómenos destacados en
el anciano, es el que se refiere a la directa expresión de los impulsos y al
hecho que sus peticiones son menos propensas al disimulo.
Es más dado a gritar e incluso a
expresar su cólera mediante actitudes regresivas orales y anales, reflejadas en
la comida exagerada, o anales, como la de ensuciar la cama si se le restringe
la atención. Y el gritar, comer en exceso o no comer, o ensuciar, constituyen
una expresión casi directa de las pulsiones sin el impedimento, la inhibición,
la sustitución o el empleo de los mecanismos racionales que son de apreciar
cuando el yo está integrado y los domina.
Dice Freud en "La
predisposición a la neurosis obsesiva" (15)... "Comprendemos que esta
naturaleza del carácter corresponde a la regresión de la vida sexual al estadio
pre genital, en el cual hemos hallado la predisposición a la neurosis obsesiva.
Entonces, esa mudanza no sólo sería la precursora de la fase genital sino harto
a menudo también su sucesora y su relevo, después que los genitales han
cumplido su función".
Entendemos además que gran parte de
los impulsos agresivos que se encuentran neutralizados por fusión con
componentes libidinosos pueden por de fusión poner al desnudo los primeros.
La historia personal del sujeto muestra
cómo se prolonga a través de los años y cómo se descubre a través de los sueños
y las transferencias, la persistencia de conflictos edípicos que se realimentan
libidinosamente, que se pueden reproducir y que se pueden resolver en la
situación transferencial psicoanalítica.
Hay fenómenos actuales de
observación común, que bajo diferente fachada, siguen ocultando un mismo
conflicto.
En casi todos los Hogares de
Ancianos, se sigue manteniendo la separación entre hombres y mujeres, no
permitiendo su convivencia, tratando de negar con firmeza la existencia de
expresión sexual en el anciano.
Se llega incluso al caso en que las
personas de edad callan todo lo relativo a su sexualidad, pues llegan a
sentirse mal con sus deseos eróticos en una cultura que en realidad prohíbe o
ridiculiza la expresión de tales deseos.
Cuando los afectos se reprimen o
prohíben con tanto esmero, la consecuencia suele ser una situación reactiva,
pero desplazada hacia otra zona o parte del cuerpo, que se convierte así en
zona erógena o erotizada por regresión.
En el anciano es muy común la
regresión oral-digestiva y el comienzo de las preocupaciones por los problemas
del cuerpo, especialmente: intestinales y digestivos.
El equilibrio sólo puede sobrevenir
si se otorga la satisfacción correspondiente que exige el instinto insatisfecho
y que es el que provoca la correspondiente carga de ansiedad.
d) Importancia de la atemporalidad
de lo Inconsciente
Siempre que se produce un estado
regresivo, el material reprimido oportunamente puede volverse consciente, y en
lo que atañe a los impulsos sexuales puede suceder que en un período de la vida
en que resulta inadecuadamente practicable, se hace vigente una vida simbólica
psíquica activa, que guarda poca o ninguna relación con la realidad fáctica.
Caso 5: Se trata de una mujer de 63
años. Viuda desde hace 6 meses. Madre de 2 hijos varones adultos. Ha
desarrollado una intensa agorafobia que le impide salir sola de su casa. Esta
agorafobia está sustentada en un delirio erotomaníaco que consiste en
proposiciones sexuales por parte de proveedores y de personas de su amistad que
toman contacto con ella.
Huérfana de padre a los dos años y
de madre a los 5 años, fue criada por unos tíos.
Durante el tratamiento recuerda
escenas de tocamiento y exhibicionismo por parte de sus mayores y cuando tenía
10 años el recuerdo de intento de violación significativamente traumático;
después de rememorarlo y relatarlo pudimos abordar el tema de sus fantasías
sexuales infantiles con mayor soltura.
Poco a poco pudo ir completando su
juicio de realidad y distinguiendo lo histórico de lo actual, su fobia de que
pudieran agredirla o violarla de pequeña, había vuelto como temor fóbico y
deseo a los 63 años.
En "El malestar en la
cultura" (16), dice Freud: "Una porción cuantitativa de una actitud,
de una moción pulsional, se ha conservado inmutada, mientras que otra ha
experimentado el ulterior desarrollo".
Para proseguir más adelante:
"Desde que hemos superado el error de creer que el olvido, habitual en
nosotros, implica destrucción de la huella mnémica vale decir su
aniquilamiento, nos inclinamos a suponer lo opuesto, a saber, que en la vida
anímica no puede sepultarse nada de lo que una vez se formó, que todo se
conserva de algún modo y puede ser traído a la luz de nuevo en circunstancias
apropiadas, por ejemplo, en virtud de una regresión de suficiente
alcance".
En 1905, Sigmund Freud escribe
"Tres ensayos de teoría sexual". Se quiso ver en este libro una
calumnia a la inocencia infantil, pero como dice James Strachey: (...) "No
hay duda de que es, junto a la "Interpretación de los Sueños", uno de
los aportes más ingentes y originales a los conocimientos del hombre".
Freud, encontró, que la razón por la cual durante tanto tiempo fue negada la
sexualidad infantil, está basada en el hecho mismo de la "amnesia
infantil"... "pocas son las personas capaces de recordar gran cosa de
sus primeros tres años de vida, tan decisivos para la formación de su
personalidad y en los que el niño puede exhibir las emociones más
complicadas".
La opinión vertida por Freud y que
sorprendió ampliamente a todos los ambientes científicos de la época, es que el
niño tiene sensaciones eróticas desde el comienzo de la vida, que se
desarrollan progresivamente más o menos hasta los 4 o 5 años para entrar en un
período de relativa calma hasta la pubertad, período de calma, al que usando
una expresión de Fliess, llamó Freud período de latencia.
Lo que caracteriza las primeras
manifestaciones de la sexualidad es que surgen en realidad junto a importantes
funciones corporales, no genitales, tales como la alimentación o la defecación.
Su actividad es auto erótica y su
fin, la satisfacción de estímulos; proceden de una zona erógena.
La vida sexual humana se pone de
manifiesto poco después del nacimiento con las primeras manifestaciones
infantiles.
Es necesario establecer una
diferencia entre "lo sexual" y "lo genital": lo sexual es
un concepto más amplio y abarcativo que consiste en obtener placer en todas las
zonas del cuerpo, capaces de convertirse en zonas erógenas.
Lo genital comprende una determinada
zona y función en la que ulteriormente ésta es puesta al servicio de la
procreación.
Después de una cierta actividad y al
llegar al quinto año, en que alcanzan su máxima actividad las manifestaciones
de la sexualidad del niño, éstas entran en un período de relativo reposo,
"la latencia", para continuar en la pubertad cual si volvieran a
florecer.
En el pre senescente, alrededor de
los
La mujer generalmente un poco antes,
aduce que es una edad en que se atemperan sus apetitos sexuales, que se siente
aplacada.
El hombre aparece con verdadero
incremento de sus ansiedades paranoides con temor franco al envejecimiento,
disminución de potencia genital e incremento de las ansiedades de castración.
La pareja se puebla de fantasías de
adulterio y engaño mutuo y, cuando se investiga bien el cuadro, lo que está
ocurriendo es que uno o ambos cónyuges están pasando por una "latencia
secundaria" o "latencia de senescencia", que suele durar de tres
a cuatro años y de los cuales, generalmente cuando se sale, también se sale
conflictivamente.
Pasado el período de latencia
secundaria, se renuevan sus apetencias sexuales y sus requisitorias amorosas,
re-comienzan las situaciones celotípicas en la pareja y es común recibir la
queja inversa a la anterior. El marido se ha vuelto exigente, se ha convertido
en el conquistador de las amigas, etc.
La mujer puede adoptar verdaderas
actitudes competitivas, adopta las modas y maquillajes de sus hijas.
A veces pueden observarse verdaderas
conductas de desplazamiento, que nos hacen ver cómo el senescente trata de
vivir en esta etapa de su vida como una revancha de lo que considera le fue
negado en la correspondiente etapa de la juventud o madurez.
Así examinada la sexualidad humana,
en la etapa infantil y senescente, extremos polares del desarrollo, nos muestra
su existencia y persistencia, con sus diferencias y sus similitudes, pero
siempre con su presencia.
Lo que no puede dejar de tenerse
siempre presente es que la fuerza de las pulsiones es permanente y poderosa. A
cada instante se producen regresiones que nos enfrentan con la atemporalidad de
los procesos inconscientes, con la viva energía, en cuanto a libido y
agresividad y los correspondientes conflictos que se ponen de manifiesto. Hay
que estar, por lo tanto, preparado para enfrentar los problemas referentes a la
heterosexualidad, a la homosexualidad y a la bisexualidad, así como a los
fenómenos de agresividad y hostilidad, sobre todo los que tienen que ver con
los celos y la venganza.
No me encuentro aún en condiciones
de contestar ciertas interrogaciones:
Esta latencia secundaria ¿es una
reedición de "la latencia" descripta por Freud?
¿Se trata de un fenómeno basado en
modificaciones físicas, psíquicas, y/o psicofísicas e influidas por razones
culturales?
¿Tratará de poner un dique, que
fracasa la mayoría de las veces, para poder sacar mayor provecho del
conocimiento y la experiencia del anciano, reservando para los jóvenes el
ejercicio de la sexualidad y la procreación?
Sería de lamentar que nuestra era,
que se caracteriza por el esclarecimiento y el reinado de una moral sexual
liberadora para los jóvenes, impusiera rígidos tabúes para padres y abuelos.
Los hijos, los grupos familiares y,
a veces hasta los médicos, desaprueban esta conducta liberal, haciendo sentir a
la gente anciana lo suficientemente culpable como para que se desentienda por
completo de cualquier actividad sexual.
La capacidad sexual no desaparece
con la edad y la disponibilidad de un copartícipe atractivo y complaciente es
el factor más importante para lograr mantener una vida sexual satisfactoria.
Las pruebas que disponemos,
demuestran que ni las histerectomías ni las prostatectomías, ni las
insuficiencias coronarias justifican el abandono de la pulsión sexual que sigue
viva y presente.
El anciano necesita convencerse que
tener deseos sexuales no es anormal, inusual o inmoral.
Tienen que llegar a comprender los
cambios psicológicos y físicos que se producen en "esta edad
evolutiva", que no significa la renuncia al placer.
Es mucho lo que ha hecho la sociedad
en la orientación de la educación sexual de jóvenes y adolescentes; es
necesario que ese esfuerzo se extienda ahora a la educación sexual de los
ancianos.
La sublimación y la formación
reactiva no pueden ponerse al servicio de la renegación de la sexualidad;
sexualidad puesta exclusivamente al servicio de la cultura y de una moral
sexual equivocada, como oportunamente señalara Freud en su trabajo de 1908. La
psiconeurosis, la depresión y la angustia, son precios demasiado elevados a
pagar por estos servicios.
Las palabras pronunciadas por Freud
en "Psicología de las masas y análisis del yo" (10), sobre sugestión
y libido, me hacen pensar en qué medida la negación de la sexualidad en los
ancianos no se halla al servicio de ideales narcisistas de la cultura, que
pretenden imponer un modelo de anciano sabio y que sea un dechado de virtudes,
las cuales lo harán acreedor de la consideración y el respeto de la masa, sin
tomar en cuenta el costoso proceso de represión que esto exige.
Al abordar la temática de la
sexualidad en la tercera edad, nos enfrentamos a un doble inconveniente;
ahondar en las particularidades de la vejez, suele resultar una tarea agobiante
no solo por la falta de información y datos investigados al respecto, también
porque la problemática de esta etapa es generalmente abordada desde su carácter
negativo, sin valorizar, ni considerar las ganancias y riquezas que alcanza
dicha etapa tan aparejada.
Hasta hace pocos años se creía que
la menopausia marcaba el final del goce sexual femenino, debido a que se
justificaba la sexualidad como necesaria para acceder a la maternidad. Este es el
clima en que fueron educadas las mujeres ancianas de hoy y aunque el cambio es
lento y progresivo se debe aceptar que la sexualidad en la tercera edad solo se
responde al puro deseo de sentir, placer, de gozar, de abrazarse a otro cuerpo
y de amar.
Por tal motivo abarcamos los
siguientes temas:
§ Sexualidad en
§ Cambios y factores de la
sexualidad en la tercera edad.
§ Mitos, prejuicios y ámbitos de
actuación.
Sexualidad en la tercera edad.
La sexualidad en esta etapa está
sujeta a un gran número de agresiones procedentes del bando de la patología, la
mediación y la manera especial de las presiones sociales, lo que está claro es
que la vivencia de la sexualidad en la vejez es un reflejo de la formación,
creencias, actitudes, valores y experiencias vitales acumuladas durante toda la
vida.
No solo puede hablarse de anatomía,
psicología y actos físicos entre las personas, también se incluyen, cuestiones
de identidad, género, personalidad, sentimientos, valores y relaciones. No se
trata de imponerles un modelo de sexualidad a las personas mayores, sino de
ofrecerle la posibilidad de que se toquen, acaricien, enamoren y vinculen y en
todo ello tiene un lugar destacado y explicito la sexualidad, pero no entendida
como la actividad orientada exclusivamente al coito como conducta erótica si
así lo desean.
Por este motivo se trata de un
concepto de sexualidad mucho más amplio al que normalmente es considerado, se
trata de disfrutar el placer del contacto corporal y la comunicación, así como
la seguridad que produce el sentirse querido y deseado. La sexualidad incluye
todas las formas de expresión, desde la aproximación al tacto, la intimidad
emocional, la compañía, masturbación y no solamente el coito, una sexualidad en
la que el placer es encontrado en la intimidad compartida, en el encuentro y
descubrir y ser descubierto es mimarse los cuerpos y en definitiva las
múltiples manifestaciones del placer de lo erótico, es esencialmente una forma
de comunicación entre las personas de intercambio afectivo de expresión de
ternura y de necesidad del otro.
Puede ser definida como una energía
vital que está presente en todo el proceso de la vida desde el nacimiento hasta
la muerte que en esta etapa de la vida debe continuar siendo una fuente de
placer y no una fuente de inquietud y frustración, puesto que la sexualidad es
expresada de diferentes maneras según la edad.
La vejez es un proceso que en orden
biológico se manifiesta por una disminución genérica del metabolismo; pero es
importante tener en cuenta la sociedad en la cual se desarrolla ya que es un
proceso biopsicosocial.
En cuba para la sociedad constituye
un problema serio de salud al constituir esta un derecho de la población, se
trabaja cada vez más en torno a la creación de condiciones óptimas para la
atención geriátrica, por otra parte los adelantos de la revolución científico
técnica, hacen que la vejez hoy en día tenga características cualitativamente
diferentes hasta hace un cuarto de siglo, por ello un hombre o una mujer a los
60 o 65 años en cuba por regla general, tiene un nivel aparencial de mucho
menos edad, tal como sucede en países de alto desarrollo.
Los estudios realizados en
poblaciones mayores de 65 años de numerosos países que después de esa edad se
mantiene la actividad sexual en un porciento considerable de casos. Helleger y
Mortesen señalan en su trabajo que incluso a los 95 años alrededor de un 40% de
las personas estaban interesados en el sexo y alrededor de un 25% mantenían
actividad masturbándose.
Brecher encontró en un estudio
realizado en 1984 en grupo de mayores de 70 años, el 81% de los casados se
mantenían sexualmente activos y la utilización de la masturbación como
sustituto se calculó en 22% de los casos.
Se encontró también que los ancianos
que actualmente no mantienen relaciones sexuales 6 (22%) conservaron esa
práctica después de los 65 años en la siguiente forma dos hasta los 74 años y
uno por grupo hasta las siguientes edades 68, 78, 81, y 82 años. En total de 27
entrevistados 12 (44.4%) tuvieron relaciones sexuales más allá de los 65 años y
dos viudas 77. 49% refirieron tener deseo intenso una se masturba con
frecuencia irregular y otra controla sus deseos pensando que no es natural
sentir a esa edad.
Todos estos datos indican claramente
que en la tercera edad, hablar de estos aspectos de la sexualidad, no es como
algunas personas piensan una utopía.
Cambios y factores que se producen
en la sexualidad en la tercera edad.
Cambios que se producen en el Hombre
en la tercera edad:
§ Cambios en el comportamiento y en
la respuesta sexual.
§ Más tiempo para lograr la
erección, el hombre joven necesita como promedio solo de
§ Demora más el tiempo de eyacular,
lo cual prolonga más en coito.
§ La erección del hombre de 50 años
es menos firme debido a que los vasos sanguíneos no son tan elásticos como
antes y los músculos son menos potentes, lo que disminuye la intensidad de
erección pero nunca en condiciones de salud le hará perder totalmente la
capacidad de un contacto sexual normal.
§ Disminución del eyaculado en
cuanto a su volumen y la fuerza con que es expulsado debido a una mejor
potencia de los músculos eyaculadores y por lo tanto de sus contracciones
durante el orgasmo.
§ El periodo de detumescencia del
pene o pérdida de la erección después de la eyaculación se produce con más
rapidez, así como el tiempo necesario para lograr la próxima erección. (periodo
refractario) se prolonga.
§ La erección pudiera disminuir,
perderse o recuperarse en una o múltiples ocasiones durante el acto sexual
prolongado y en ocasiones el pene no alcanza una completa ingurgitación hasta
el momento antes de la eyaculación.
§ Erección nocturna que en todo
hombre se presenta durante las fases de sueños acompañado de movimientos
oculares rápidos (fase mor) sobre todo antes de despertarse son menos
frecuentes según avanza la edad.
§ En el anciano y en el hombre
maduro predomina la excitación producida por tocamientos y caricias sobre las
zonas erógenas del cuerpo y la estimulación directa de los genitales. El no
lograr la erección satisfactoria o total hasta que la compañera le ocasione
directamente los genitales constituyen una expresión de que en estos predominan
los reflejos medulares y no una falta de potencia sexual.
§ El hombre de edad avanzada puede
gozar perfectamente el coito sin llegar necesariamente al orgasmo.
§ Después de los 60 años se puede
eyacular en uno dos de cada tres coitos y esto no ser causa de insatisfacción.
§ Las necesidades de contacto sexual
en hombres mayores de 60 años de edad puede limitarse a una o dos veces por
semana y ser suficiente para su bienestar
§ En los ancianos también puede
perderse la llamada fase de inestabilidad eyaculatoria, esta fase procede en
unos escaso segundos a la eyaculación y en ella el hombre se hace consciente de
que va a eyacular y no la puede evitar o controlar, el anciano puede eyacular
sin este aviso que es producto de contracción de musculatura de las vías
seminales pero experimenta la segunda fase del orgasmo sin dificultad.
En el hombre de 50 años disminuye la
elevación de los testículos dentro del saco escrotal antes de la eyaculación
por acción de los músculos crematerianos.
Cambios en
En el aparato genital, los cambios
más significativos son:
§ Los labios menores y mayores
pierden elasticidad y se encuentran atrofias progresivas de sus capas dérmicas
y epidérmicas, lo mismo que el resto de la vulva.
§ La vagina con su depuración
estrogénica tiene menos capacidad para la fluidificación, lo que a su vez
facilita infecciones locales, su mucosa se hace más fina y seca, además pierde
longitud, se hace más estrecha y menos elástica y reduce su capacidad de
distensión.
§ El clítoris tiene mayor dificultad
de erección.
Desde el punto de vista endocrino
metabólico, los cambios más importantes ocurren durante la menopausia, por el
cese de producción de estrógeno que provoca una serie de cambios fisiológicos.
§ Menos intenso el aumento de las
mamas y se vuelven menos firmes y más planas.
§ No se observa al principio del
coito, los cambios tópicos de los labios mayores, como aplanamiento, separación
y elevación y es menos el vaso dilatación de los labios menores.
§ Debilitamiento de la musculatura
vaginal y de la zona perineal, por lo que existe. Menos contracción de la
vagina durante la fase de plataforma orgásmica.
§ Menos elevación uterina.
§ Contracciones uterinas del orgasmo
se hacen más débiles y en ocasiones dolorosas por ser más hepáticas que
rítmicas. Sin embargo, estos procesos no eliminan el orgasmo, ni suprimen la
sensación de placer y por lo tanto el avance de los años no pone un límite
preciso a la sexualidad femenina. Es necesario insistir en que estos cambios se
dan en distintos grados y aparecen en tiempo claramente diferente dependiendo
de numerosos factores.
§ Disminución del Vello asilar y
público.
Factores.
Estudios han demostrado que la
actividad sexual del anciano está influenciada por un grupo de factores que pueden
incluso hacerla desaparecer y cuyos conocimientos es necesario.
Factor de Pareja.
Esta es la causa que más provoca
abstinencia sexual sobre todo en la mujer, existe mayor tendencia a la viudez
en la mujer y la sociedad no aprueba que una anciana trate de buscar una nueva
pareja después de enviudar por lo tanto estas mujeres renuncian a la
sexualidad.
Deterioro de
Este factor es uno de los que más se
ve en las consultas, como causa de trastornos sexuales en la ancianidad en influye
en otros en la monotonía de la relación sexual y en los problemas de la
comunicación.
Salud.
Innumerables enfermedades mentales y
físicas pueden influir negativamente en la sexualidad en la tercera edad, toda
enfermedad que afecte el psiquismo, por diferentes mecanismos puede dar al
traste con toda actividad sexual, la diabetes mellitus es un ejemplo típico de
enfermedad crónica que puede afectar las relaciones en el anciano la artrosis,
sobre todo en la mujer puede dificultar la realización del coito.
Sexo.
Es muy común que la pauta sexual de
la pareja sea impuesta por el hombre dado a que ese es el papel que le asigna
la sociedad y se da el caso de que las mujeres puedan quedar por debajo de sus
deseos o aceptar la actividad para mantenerse a tono es su pareja.
Condiciones Domésticas.
Es muy frecuente en nuestro país que
coincidan tres generaciones habitando la misma casa y generalmente los ancianos
tienen que compartir habitación con otras personas, pues no se piensa que ellos
necesitan privacidad.
Jubilación.
Este cambio en su rol social y la
preocupación derivada de este cuando no se está preparado para afrontarlo actúa
de forma negativa en las relaciones sexuales del anciano.
El envejecimiento en si mismo, no
cursa como una enfermedad cuanto más se cuide un individuo menos beba, fume o
consuma medicamentos, cuanto menos kilos tenga y más ejercicios físicos haya
efectuado, tendría más posibilidad y sin problema y si a esto se le agrega
haber tenido un ejercicio gozoso frecuentemente e intenso del erotismo, se
arriba a la tercera edad sin inconvenientes funcionales en el área genito
sexual.
En la vejez existe mayor experiencia
sexual, mayor entendimiento en la interacción con la pareja mayor ternura y
sabiduría como en esta etapa de la vida se agudiza el criterio de la realidad,
se toma mayor conciencia de lo que se puede y no puede hacerse con el sexo, el
erotismo está vigorizado en comparación con el acto sexual propiamente dicho,
con una mayor consideración de la pareja al desaparecer los intereses o las
preocupaciones reproductivas, al sexualidad en esta etapa de la vida tiene como
único fin el dar y recibir placer.
Todo lo planteado anteriormente,
indica que en la tercera edad no constituye una utopía, hablar sobre la
sexualidad, sino lo contrario una verdad incuestionable, por lo tanto el
psicólogo como el profesional de la salud puede contribuir de forma eficaz a la
eliminación de tabúes y perjuicios sobre la sexualidad y la vejez, mejorar la
calidad de vida de los ancianos y lograr que estas personas estén en
condiciones de:
§ Asumir a lo largo de toda su vida
su sexualidad de una promesa enriquecedora, placentera y responsable.
§ Desarrollar una auto imagen
positiva para sustentar su autoestima y autonomía, asumiéndose en la
originalidad de su identidad de género.
§ Poder vivenciar su sexualidad
distinguiendo la función reproductiva del placer.
§ Desarrollar la capacidad de
sentir, gozar, amar y ser amado.
Mitos y Prejuicios.
Ser una persona de la tercera edad no
significa estar oprimido sexualmente, las prácticas eróticas en esta etapa no
son imposibles fisiológicamente mis despreciables emocionalmente, pero están
restringidos por la cultura de la sociedad actual. Se piensa que toda persona
mayor de 60 años está incapacitada para sentir placer, deseo e interés sexual.
De hecho, la sola idea de mantener
prácticas eróticas entre adultos mayores, se piensa como antiestética, como
algo que simplemente no debe ser, por todo ello la problemática de la expresión
sexual en la vejez se agarra debido a que en nuestra cultura la sexualidad está
asociada con una estética joven, rigorosa y llena de tabúes por estereotipos
sociales.
La sexualidad es una de las áreas
del comportamiento humano más desconocidas incluso por profesionales
solitarios. Las creencias y conceptos erróneos se manifiestan incluso en las
historias clínicas donde no se recogen datos sobre la actividad sexual, siempre
dicen que los ancianos son sexualmente inactivos y tienen temor ante preguntas
de este tipo al no poder responder adecuadamente.
Se afirma que en esta etapa la mera
existencia de manifestaciones sexuales de cualquier tipo es sistemáticamente
negada, rechazada o dificultada, por gran parte de la sociedad.
En la mayoría de la biografía la
vejez es sinónimo de pérdidas, déficit, duelos, crisis, siempre patológicas y
formas enriquecedoras, nadie quiere llegar a esta etapa, se desconocen la causa
de tal rechazo y la existencias de tales actitudes retrógradas que tienden a
rechazar e incluso burlarse y en el mejor de los casos ignorar la existencia de
necesidades sexuales en el adulto.
Junto a los mitos y perjuicios
coexisten resistencia ante la vejez temores y angustias que contribuyen en la
percepción negativa que dicha etapa entraña.
En una sociedad que está
envejeciendo progresivamente la sexualidad debería permanecer en una dimensión
afectiva, sentimental y relacional durante todo el curso de la existencia, en
el respeto del cuerpo y los aspectos peculiares presentes en cada etapa de la
vida.
Ámbitos de Actuación.
La sexualidad humana es el resultado
de la combinación de factores biológicos, sociales y culturales que interactúan
continuamente, aunque en el momento de su manifestación uno domine sobre el
otro. La sexualidad forma parte de la personalidad constituyendo una forma más
de expresión.
En el Ámbito Laboral Económico.
La jubilación supone un cambio
significativo de este ciclo vital, puesto que exige una reestructuración total
de la vida cotidiana y su sistema de relaciones, el hombre se siente poco útil
frente a la mujer y su rol de epicentro en el hogar.
Es más frecuente que las mujeres
dependan de sus maridos y longevidad, es mayor con lo que su actividad
económica se verá reducida.
Por otra parte es más probable que
los ancianos varones mantengan la misma clase social que en edades anteriores,
lo cual no ocurre en el caso de las mujeres, ya que un factor determinante de
la calidad de vida en la vejez será la situación de mercado laboral previo a la
jubilación.
En el Ámbito Familiar- Pareja-
doméstico.
Hay que destacar dos aspectos
claves, las mujeres tienen mayor probabilidad de enviudar que los hombres y los
cambios en la pareja sexual por la muerte de un miembro tienen efectos
negativos sobre la salud en el aspecto financiero.
La viudez tiene sentido diferente
para los hombres y para las mujeres, por ser mucho más corrientes en las
mujeres. La conducta adecuada para la edad de mujer y hombres viudos, se han
constituido en forma muy distintas en gran parte en perjuicio de las mujeres.
Las amistades, la probabilidad de
que las mujeres tengan y mantengan relaciones de amistad desde la infancia y
adolescencia hasta la vejez es claramente superior, que en los hombres, estos
suelen tener amistades de las actividades laborales y del ocio, mientras que
ellos se relacionan más con la vecindad o con experiencias vitales compartidas.
La conducta erótica se prolonga
durante la tercera edad y solo desaparece con la muerte, la expresión de la
sexualidad no solo se reduce a lo genital o coitos, sino que engloba a toda
persona y su expresividad.
Hay que tener en cuenta que con la
edad se producen una serie de cambios, inductivos en órganos genitales, lo que
no significa que no sean actos para responder el placer.
No hay pruebas de que el proceso de
envejecimiento, por si mismo determine una disminución del interés sexual, lo
que produce es un cambio en las formas de experimentar y disfrutar de las
prácticas eróticas.
A pesar de que no está justificada
las pérdidas de interés sexual en la vejez existen factores asociados al
envejecimiento factores fisiológicos, determinadas enfermedades, factores
psicológicos; estereotipos, falsas creencias, miedo, falta de información que
pueda obstaculizar el adecuado disfrute de la sexualidad en esta etapa de la
vida.
La realidad es que existen factores
que pueden enriquecer la erótica de los ancianos, puesto que librados de las
preocupaciones y los esfuerzos de profesión, del cuidado de los hijos sin miedo
al embarazo, con el tiempo para uno mismo, se podría adoptar un modelo de vida
mucho más cómodo y placentero y todo ello contribuirá a que las relaciones
eróticas se viesen favorecidas.
Uno de los aspectos fundamentales
sería normalizar el tema de la sexualidad, eliminando obstáculos que impiden o
dificultan a las personas mayores el hablar sobre el tema convenciendo la
comunicación e intercambio de opiniones sobre el mismo y la expresión por parte
de las personas mayores de la problemática que pueden vivir en este ámbito de
su vida, proporcionar información a las personas mayores sobre los cambios
normales que ocurren con el envejecimiento y que pueden generar cambios en la
forma de experimentar su sexualidad.
Darle información sobre factores
fisiológicos y psicológicos que pueden influir en el inicio y mantenimiento de
sus disfunciones o dificultades sexuales, así como de las vías que existen para
su posible recuperación.
Facilitar que las personas mayores
se reconcilien con su figura corporal y acepten los cambios que supone el
proceso de envejecimiento, cambiando los estándares de belleza de la juventud
basado en criterios físicos y estéticos por nuevos estándares más realistas y
alcanzable basados en los valores de la comunicación, el afecto, la intimidad y
la sexualidad.
Potenciar una visión de la sexualidad
menos cortar, que reconozca al valor como potenciales fuentes de placer de
otros tipos de actividades.
Favorecer la creación de redes
sociales adecuadas para las personas mayores que les permitan satisfacer sus
necesidades de afecto e intimidad en los casos que haya bajo apoyo social o
situaciones de soledad por viudez o separación, etc.
Intervenir en aquellas áreas o
problemas como las ya tratadas u otras como las relaciones de pareja el estado
de salud o el estrés y la depresión que afectan de forma significativa a las
relaciones sexuales.
Conclusión
Podemos concluir diciendo que la
sexualidad no termina con la vejez, sino que surgen una serie de cambios, tanto
en el hombre como en la mujer pero eso no influye en que se puedan tener
relaciones afectivas y coitales satisfactorias.
Hay ciertas enfermedades que
influyen en que hayan cambios en la sexualidad, pero no está determinado que la
vejez en sí presente faltas de apetencias sexuales, sino que han sido los mitos
o prejuicios o las malas informaciones y algunos patrones culturales que han
hecho que esta etapa no se disfrute ampliamente. Lo que hemos podido desmentir
al haber trabajado este tema ya que existen una serie de factores que pueden
enriquecer la erótica de los ancianos.
Puesto que liberados de las
preocupaciones, los esfuerzos de la protección, el cuidado de los hijos, sin
miedo a embarazos y con tiempo para uno mismo se podría adoptar un modelo de
vida mucho más cómodo y placentero y esto contribuiría a que las relaciones
eróticas se vieran favorecidas en esta etapa de la tercera edad.
No quiero pasar por alto, o
minimizar el aspecto de la discapacidad en el adulto mayor , situación de vida
que le afectará en su estima, manejo de su persona y sobretodo en las
relaciones con la familia, amigos y sociedad en general; cierto es que el
llegar a esta edad, el anciano comienza a tener enfermedades que pueden llegar
a ser incapacitantes y le harán llevar una vida más limitada, de ahí la
importancia de que nuestro cuerpo en todos sus aspectos debe ser cuidado desde
que vamos teniendo esa responsabilidad de hacerlo ,para llegar a la vejez en
forma aceptable para vivirla plenamente, pero en ocasiones hay seres que nacen
con la discapacidad, otros la adquieren teniendo que seguir viviendo con ella
hasta el final de sus vidas, por lo tanto viene a ser parte de nosotros mismos
y se tiene que aprender a vivir y convivir con ella.
Por eso me permito hacer esta
puntuación importante en la vida de los ancianos, para comprender y facilitar
su existencia, contribuir a que sea más, funcional y plena en la medida que
pueda hacerla cada adulto mayor con discapacidad.
Somos conscientes de lo difícil que
le resulta a nuestra cultura y a nuestra sociedad abordar el tema de la
sexualidad humana en general, por la carga afectiva llena de prejuicios y
tabúes. Aún más difícil resulta cuando se trata de la sexualidad de una persona
que sufre una discapacidad.
Por ello, el abordaje de este tema
exige una visión global e interdisciplinar, en oposición a los planteamientos
excluyentes, o una visión parcial cuando se encara este asunto.
Para ello es necesario contemplar
las diferentes dimensiones de la sexualidad humana: biológica / conductual /
cultural / psicoafectiva / psicosocial y considerar que una manera positiva de
vivirla como ser sexuado va a ser la base de una buena salud y calidad de vida
de los diferentes miembros de nuestra sociedad (sin distinción de sexo / edad /
características especiales o modo de vivir la propia sexualidad). Y es que,
como veremos a continuación, las personas que tienen alguna discapacidad
pertenecen a una de las minorías a las que se les ha negado por sistema toda
posibilidad de resolver sus necesidades afectivas y sexuales.
Si hacemos un repaso histórico
podemos decir que hasta los años 50-60 del pasado siglo, las personas con
discapacidad vivían segregadas en la familia o en instituciones, y sin ninguna
relación con personas del otro sexo que no fueran la familia o los
profesionales.
Desde los primeros años de vida
necesitamos relacionarnos con otras personas que no sean de nuestra familia y
con personas de nuestra edad.
En 1971 los derechos sexuales de las
personas con retraso intelectual se garantizan por ley con
En los años 80-90 comienzan a
elaborarse programas de educación sexual dedicados a la información y a la
prevención de los riesgos asociados a la actividad sexual de las personas con
discapacidad.
La conciencia de que muchas personas
con discapacidad sufren abusos sexuales acentuó el énfasis en la educación
preventiva.
De un tiempo a esta parte, en
nuestra sociedad se viene hablando de normalidad y de integración (escolar,
laboral), excepto en el momento de admitir que los discapacitados tienen
instintos, deseos y vida sexual. Cuando daban señales de algún interés de
carácter sexual, eran tratados como si fueran objetos sexuales. Incluso se
llegó a plantear recientemente medidas drásticas como la esterilización
sistemática de las personas que sufren deficiencia.
Debemos pensar en un modelo de
intervención que parta del respeto por la biografía de la persona
discapacitada, incluyendo en ésta sus relaciones familiares y las
características del centro donde esté. Desde un enfoque profesional se le deben
ofrecer posibilidades de resolver sus necesidades interpersonales y también, si
fuera su decisión, las de intimidad sexual.
Para ello debemos estructurar una
actuación basada en cuatro ejes:
• Las
necesidades interpersonales
• La
nueva visión de la sexualidad humana
• Los
criterios de salud sexual
• La
especificidad de la sexualidad en personas con discapacidad
Es recomendable recurrir a
asociaciones de apoyo, en ocasiones específicas con la minusvalía.
Necesidades interpersonales.
Toda persona a lo largo de su ciclo
vital tiene similares necesidades interpersonales, que podemos resumir en:
• Necesidad
de seguridad emocional y autoestima.
• Necesidad
de una red de relaciones sociales más allá de la familia.
• Necesidad
de contacto e intimidad afectiva y sexual.
Necesidad de seguridad emocional y
autoestima.
La seguridad emocional, esto es,
saberse aceptado y protegido de manera incondicional, y la autoestima o el
saberse digno de ser amado y capaz de amar constituyen la primera y más
fundamental de las necesidades interpersonales.
Necesidad de amigos.
Desde los primeros años de vida
necesitamos relacionarnos con personas diferentes. En la persona con
discapacidad se ha de favorecer un 'tercer ambiente', más allá de la familia y
del centro escolar.
Necesidad de contacto e intimidad
afectiva y sexual.
El ser humano siente la necesidad de
contacto corporal (tocar y ser tocado, acariciar y ser acariciado, abrazar y
ser abrazado) y de intimidad emocional (necesidad de expresar, entender y
compartir emociones), necesidad que se resuelve, desde la infancia a la vejez,
con los padres, familiares, amigos, pareja e hijos. Las personas con
discapacidad que, en el caso de discapacidad psíquica son frecuentemente muy
táctiles y menos reprimidos en relación con el contacto corporal, resuelven
esta necesidad con los padres y las personas que les cuidan. Pero es frecuente
que no puedan resolver sus necesidades de intimidad afectiva y sus necesidades
sexuales más explícitas. Con frecuencia el único recurso, a veces también
perseguido a pesar de ser natural y saludable, es el de la masturbación,
recurso que le permite la satisfacción sexual (excitación y orgasmo), pero no
experimentar el contacto y la intimidad con otra persona.
Las limitaciones propias del retraso
mental, la sobreprotección familiar, la carencia de entornos en los que
relacionarse con los iguales, el no reconocimiento de su necesidad de intimidad
sexual, etc., hacen difícil, cuando no imposible, el que las personas con
discapacidad tengan una verdadera vida interpersonal.
La nueva visión de la sexualidad
humana.
Los criterios de salud sexual.
Estos dos ejes son importantísimos y
a la vez tan complejos que nos llevan a perdernos muy fácilmente en ellos.
debido a su complejidad su propia naturaleza, mitos y tabús que la propia
sociedad les ha impuesto, me llevan a reconocer la dificultad del tema para
desarrollarlo y expresarme con claridad, no obstante, asumo el reto y trataré
de hacerme entender en tan complicado proceso de vida, diciendo:
El problema sexual es uno de los más
complejos de la vida humana hasta el punto de que, a veces se opta por no
resolverlo con razones y dejar que cada caso encuentre su solución espontánea.
Estamos muy conscientes de la
importancia que tiene la salud sexual, tanto en lo mental como en lo físico,
para nuestra sensación de bienestar y nuestra capacidad de participar en los
dos aspectos más importantes y significativos de la vida humana: capaz de
trabajar y de amar. No obstante, la mayor parte de nosotros creemos con
conocimientos limitados de lo que se espera en seres humanos sexuados, esto es,
qué podemos prever cuando nuestros cuerpos alcancen la madurez biológica y qué
esperamos cuando debemos enfrentarnos en sentido emocional con estos cambios.
De todo lo que se enseña en la educación básica y universitaria, nada tiene
tanta importancia práctica para la vida personal como el conocimiento de la
sexualidad humana, pero, más que el conocimiento académico, se deberían
priorizar los aspectos emocionales como sentirse cómodo con la propia
sexualidad ya que esto acarrea consecuencias perdurables y que no se pueden
medir. En términos de la salud mental es urgente comprender con claridad los
aspectos biológicos, psicosociales y conductuales de la sexualidad en cada
etapa de la existencia humana.
Nuestra incapacidad de ocuparnos de
nuestra propia sexualidad en forma coherente y organizada es el reflejo de la
confusión general que existe en nuestra sociedad sobre los aspectos sexuales.
La sexualidad es y ha sido una de
las áreas del comportamiento humano más desconocida y en la que aún prima
muchas veces la anécdota sobre el conocimiento científico. Y si esto es cierto
a cualquier edad lo es, especialmente en personas de edad avanzada. La mera
existencia de manifestaciones sexuales de cualquier tipo en los ancianos es
sistemáticamente negada, rechazada o dificultada por gran parte de la sociedad.
En nuestra sociedad existe un escaso
conocimiento sobre este tema, incluso dentro de los profesionales sanitarios.
Las creencias y conceptos erróneos se manifiestan incluso en las historias
clínicas donde no se recogen datos sobre la actividad sexual. Esto, explicado
erróneamente en algunos casos, por el supuesto de que los ancianos son
sexualmente inactivos; y en otros, debido a la incomodidad de formular las
preguntas o el temor de no poder responder adecuadamente a las dudas que
plantee el paciente mayor en este tema.
En una sociedad que está
envejeciendo progresivamente, la sexualidad debería permanecer en una dimensión
afectiva, sentimental y relacional durante todo el curso de la existencia, en
el respeto del cuerpo y a los aspectos peculiares presentes en cada fase de la
vida.
Desde hace algunos años estamos
asistiendo a un proceso de transición demográfica que obligadamente se debe
acompañar de un proceso de revisión de la "cultura de la senilidad"
donde se incluye también la variable de la sexualidad. Estamos, además, en la
era del reciclaje: todo se recicla, incluso la vejez. Pero, en el área de la
sexualidad está el peligro de "reciclar al viejo en un falso (e imposible)
joven" con mitos y estereotipos sexuales basados en la prestación, la
eficiencia y en la capacidad de identificarse con un joven con prodigiosas
capacidades sexuales; concepto muy opuesto al antiguo que relacionaba la
sexualidad con la procreación y consideraba al anciano como asexuado quedando
excluido debido a la ineficiencia dada por la infertilidad. Pareciera que entre
estos dos extremos, la sexualidad negada o la sexualidad impuesta no pudiera
existir una imagen sexual en la que los componentes físicos, psicológicos y
sociales se combinaran armoniosamente para crear una modalidad sexual
específica que acompañe esta etapa de la vida.
Definiciones
El término sexualidad significa
muchas cosas para distintas personas y diferentes etapas del ciclo vital.
Se define como Salud Sexual
Geriátrica a "la expresión psicológica de emociones y compromiso que
requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación
de confianza, amor, compartir y placer, con o sin coito" (Maslow).
Así en la vejez el concepto de
sexualidad se basa fundamentalmente en una optimización de la calidad de la
relación, más que en la cantidad de ésta. Este concepto se debe entender en
forma amplia, integrando en él, el papel que juega la personalidad, el género,
la intimidad, los pensamientos, sentimientos, valores, afinidades, intereses,
etc.
La especificación de la sexualidad
en personas con discapacidad como último eje fundamental, para los criterios de
salud del anciano.
Esta parte no menos importante en el
tema a desarrollar, no especifico más, pues se estará tocando y puntualizando a
lo largo del desarrollo de toda la temática, tratando de aclarar, que la
persona con discapacidad no es más ni menos que cualquier otra persona, con
todas sus funciones, sentimientos, deseos, apetitos a cumplir viviéndolos a
plenitud y satisfacción según sus propios deseos; simplemente es una persona
con una característica que tiene en ella como situación de vida pero que eso lo
le impide ser y tener los mismos sentimientos, deseos y necesidades de
cualquier otro mortal.
Efecto de la salud y la enfermedad
en la sexualidad en la vejez
Las comunicaciones científicas
concuerdan en que la mala salud física y/o psíquica está unida a una
disminución de la libido y a una alteración de la respuesta sexual: toda
enfermedad que desfigure el cuerpo o altere negativamente la imagen corporal
alterará la conducta sexual disminuyéndola.
Efecto de las patologías médicas e
incapacidad
1. Patología cardiovascular
No existen evidencias de aumento de
muertes súbitas durante el coito en relación a la población normal, por tanto,
los ancianos con cardiopatía isquémica, con insuficiencia cardíaca o cirugía
previa de by-pass no deben evitar las relaciones sexuales sino acomodarlas al
máximo posible sin que aparezcan angor o disnea.
2. Hipertensión
En varones con hipertensión la
incidencia de impotencia, ya sea por la enfermedad o por efecto secundario a
medicamentos, es del 15%. Algún fármaco antihipertensivo tiene un efecto
negativo en este campo el cual se debe tener en cuenta a la hora de seleccionar
un tratamiento.
En presencia de hipertensión
arterial leve o moderada no se debe restringir la actividad sexual.
3. Patología pulmonar
La dificultad en las relaciones
sexuales no depende de la propia enfermedad, sino del grado de disnea, hipoxia
y tratamiento con corticoides.
4. Patología neurológica
- Enfermedad cerebrovascular (AVC):
la disminución de la autoestima, el déficit motor, los problemas de
comunicación y depresión son las causas que producen alteración en la vida
sexual. Se ha demostrado que la actividad sexual no es causal de AVC ni que
incrementa el déficit neurológico después del AVC.
- Enfermedad de Parkinson: no existe
un deterioro en la sexualidad si la sintomatología está controlada: algunos
fármacos (anticolinérgicos) pueden alterar las relaciones sexuales.
- Demencia: en períodos moderados y
avanzados de la enfermedad se suele acompañar con problemas híper o
hiposexualidad; se cree que se deben a alteración de la liberación de
neurotransmisores (somatostatina, acetilcolina, TSH, GH) a nivel hipotalámico.
Los ancianos con cualquier forma o
grado de incapacidad mental plantean problemas específicos. La hipersexualidad
no es rara y puede llegar a producir daños irreparables al propio individuo u
otras personas. Por esto es muy importante que los profesionales que atienden a
estos pacientes pregunten expresamente por estas conductas ya que muchas veces
las familias ocultan este antecedente por vergüenza, retrasando el tratamiento
de este.
Otro aspecto frecuente en el demente
es la desinhibición, con comportamientos inadecuados en público (exhibición de
genitales, tocamientos, masturbaciones), que resultan molestos u ofensivos
especialmente dentro de las instituciones o residencias. Se debe redirigir
estos comportamientos hacia lugares más privados, sin adoptar conductas
punitivas. En las instituciones se procurará que la libertad de expresión
sexual no limite el derecho a la intimidad y la libre expresión de otros
residentes. En las residencias se debe disponer de un lugar para la intimidad
del residente y su pareja, pero, para esto es prioritario educar al personal a
cargo de los ancianos en el conocimiento de todo lo que a la sexualidad
concierne.
Es importante que se sepa que, aún
los ancianos con un grado de incapacidad mental tienen capacidad para sentir
placer, y que muchas veces necesitan tocar y ser tocados, sentirse queridos,
sentir calor.
5. Patología urológica
- ITU (infección del tracto
urinario) y uretritis: es más frecuente en mujeres la introducción de bacterias
en la uretra durante el coito y está unido a mayor laxitud en el periné por
déficit estrogénico.
- Insuficiencia renal crónica: produce
alteraciones en la sexualidad secundaria a alteraciones hormonales (FSH, LH,
estradiol, prolactina, testosterona).
- Incontinencia urinaria: no existe
un deterioro en la sexualidad per se, pero un 45% de los ancianos incontinentes
reconocen incontinencia de micción no controlada durante el coito en relación
con disconfort psicológico.
6. Patología osteoarticular
No disminuye el deseo sexual. Solo
requiere que el paciente se adecue a mantener relaciones sexuales que no le
produzcan dolor. En algunos ancianos se produce impotencia secundaria a
medicamentos (AINES, antipalúdicos).
7. Patología endocrina
- Diabetes mellitus: la prevalencia
de disfunción sexual es muy alta (65%); su causa es multifactorial (Enfermedad
macro y microvascular, polineuropatía, cambios hormonales, infecciones
urogenitales).
- Enfermedad tiroidea: más frecuente
en el hipotiroidismo, las alteraciones sexuales son secundarias a cambios
hormonales (prolactina, estrógenos). Una vez corregida la enfermedad de base se
normaliza el déficit en las relaciones sexuales.
8. Patología psiquiátrica
- Depresión: uno de los síntomas es
la dificultad para mantener relaciones personales, y sexuales, placenteras: a
esto se suma el uso de medicamentos que afectan la esfera sexual. Todo lo
anterior explica la alta prevalencia de impotencia en ancianos con depresión.
- Psicosis: estos ancianos presentan
alteraciones psicopatológicas en la esfera sexual (hipersexualidad,
desviaciones sexuales) que necesitan de un tratamiento especializado.
9. Cáncer
Es frecuente la patología depresiva
y ansiosa, por pérdida de la autoestima y mala imagen corporal.
10. Fármacos
Casi en el 25% de los ancianos con
disfunción eréctil la causa es medicamentosa. Casi todos los antihipertensivos
se han relacionado con impotencia. Los medicamentos más comunes que causan
alteraciones de la potencia son los diuréticos tiacídicos, a través de la
disminución de las presiones en el pene y de la reducción de la concentración
de testosterona y de los valores de esta biodisponible. La disminución de la
testosterona y de su fracción biodisponible se acompaña de una disminución de
la libido pero no de disfunción eréctil por si misma (los varones jóvenes
castrados pueden tener erección). Sin embargo, en algunas personas la mejoría
de la libido mediante el tratamiento con testosterona es suficiente para
mejorar la falta de interés sexual y los problemas eréctiles.
11. Efecto de la patología
quirúrgica
La tasa de recuperación de las
relaciones sexuales satisfactorias tras la cirugía (histerectomía, mastectomía,
prostatectomía, colostomía, cáncer rectal) es variable pero la norma es que se
eviten por alteraciones neuroendocrinas, depresión, pérdida de la autoestima,
mala imagen corporal. Se requiere de tratamiento psicoterapéutico de grupo para
su recuperación.
Disfunción sexual en el anciano.
La mayoría de los estudios concluyen
que la disminución de la actividad sexual en la vejez se relaciona tanto con
los cambios físicos debido al envejecimiento descritos anteriormente la
disponibilidad de una pareja y la capacidad de la pareja para mantener
relaciones sexuales, la influencia de actitudes y expectativas impuestas por el
entorno social, así como con factores psicológicos propios del anciano.
Existen numerosos problemas que
impiden que el anciano mantenga una actividad sexual continuada. El primero es
la propia actitud del anciano ante lo que son cambios fisiológicos normales. El
progresivo alargamiento del período entre las erecciones y la mayor dificultad
para conseguirlas puede producir una ansiedad creciente en el hombre, y esta
ansiedad perjudicará aún más su capacidad de respuesta sexual. Lo mismo sucede
con la dispareunia de introducción en las mujeres debida a la disminución de
estrógenos postmenopáusica. Las molestias que pueden sentir provoca ansiedad
anticipatoria con el consiguiente riesgo de aumento del dolor, creándose un
círculo vicioso difícil de romper.
Puesto que en nuestra sociedad aún
se mide la actividad sexual según el coito, y como la frecuencia con que éste
es posible en la vejez es menor, muchas parejas de ancianos van optando
progresivamente por la abstinencia. De manera que, sin impedimentos físicos,
muchas veces, se produce una disminución completa de la actividad sexual.
Si el anciano sufre alguna enfermedad
crónica, aunque ésta no afecte directamente a la capacidad sexual, el miedo y
la actitud negativa ante los problemas de la edad limitan más la actividad
sexual de ambos miembros de la pareja.
La prevalencia elevada de trastornos
psicopatológicos en los ancianos como son la depresión o los trastornos de
ansiedad y la existencia de estresores, por otra parte muy frecuentes en la
vejez, como puedan ser la pérdida de la pareja, el deterioro de la red social y
del nivel socioeconómico o la presencia de problemas de salud en la familia,
contribuyen también a la aparición de diversas dificultades en la actividad e
interés sexual en el anciano.
No hay que olvidar que el cansancio,
el estrés y la tensión pueden constituir causas de disfunción sexual a todas
las edades. Generalmente la función sexual vuelve a normalizarse cuando los
motivos que la afectaban desaparecen, sin embargo, si la persona está demasiado
preocupada, el problema puede continuar y también la disfunción.
Otros factores que condicionan el
desarrollo de una normal actividad sexual pueden ser las reacciones
psicológicas negativas a las modificaciones del cuerpo que envejece, a la
jubilación y a los relativos cambios del estilo de vida. En cambio, la vida
sexual se enriquece si el anciano vive la relación como un medio para expresar
mejor su afecto hacia el otro componente de la pareja. "Sin la ternura, un
vínculo profundo y una capacidad real de diálogo, la sexualidad acabará
muriendo en la pareja anciana como en la joven".
Disfunción sexual de causa orgánica
en el anciano
Todas las investigaciones demuestran
que con la edad hay una disminución progresiva de la actividad sexual en el
individuo sano, causada por la intervención de los cambios fisiológicos
normales debidos al envejecimiento en interrelación con los factores
psicosociales descritos anteriormente.
Además, se produce un aumento de la
prevalencia de disfunciones sexuales debidas a causas médicas, psicológicas y/o
como efecto secundario de la medicación administrada. En ocasiones resulta
difícil diferenciar los cambios normales relacionados con la edad de los
síntomas debidos a patología.
Disfunción eréctil
Signo de impotencia provoca en el
anciano gran preocupación, con frecuencia esta alteración se asocia con el
envejecimiento debido generalmente al desconocimiento.
Este hecho lleva generalmente a no
consultar a los especialistas. En la mayoría de los casos los trastornos en la
erección se deben a múltiples factores, siendo el trastorno vascular el factor
más frecuente de impotencia en la vejez, debido, entre otros a alteraciones del
sistema arterial, síndrome de insuficiencia venosa, etc., con afectación
sistémica o solo localizada a nivel genital.
También influyen, como ya se
mencionó, la medicación (Tabla IV), los hábitos tóxicos (alcohol, tabaco),
trastornos metabólicos y endocrinos, destacando por su alta prevalencia, la
diabetes mellitus (en el hombre puede producir no solo alteración de la
erección, sino también disminución de la libido), trastornos neurológicos,
enfermedades sistémicas (insuficiencia renal, EPOC, insuficiencia cardíaca,
cirrosis, cáncer. Todas estas patologías son bastante frecuentes en los
ancianos y como enfermedades que afectan a todo el organismo también se van a
manifestar con alteraciones sexuales, entre otras razones porque pueden
dificultar la capacidad física necesaria para realizar el acto sexual.
Otras enfermedades como la artrosis
o la artritis reumatoidea pueden afectar la actividad sexual porque provocan
dificultades en la adopción de posturas o movimientos.
Disfunción sexual en la mujer
Dada la educación recibida, es
difícil que las mujeres mayores consulten por este tipo de problemas. Es
necesario que los profesionales de la salud interroguen dirigidamente a las
pacientes al respecto porque frecuentemente son situaciones que por
desconocimiento se pasan por alto, impidiendo así abordar un factor de gran
importancia que mejora considerablemente la calidad de vida.
La atrofia vaginal postmenopausia,
con disminución de la lubricación de la mucosa, convierte a la vagina en un
órgano más susceptible a las lesiones por roce y también a posibles
infecciones.
Cualquier enfermedad sistémica, como
ocurre en el varón, que produzca debilidad, va a alterar la actividad sexual de
manera inespecífica.
Otra molestia importante es la
disminución o pérdida del deseo sexual, que parece asociada a una disminución
de la producción de andrógenos que ocurre tras la menopausia.
La presencia de incontinencia
urinaria, trastorno muy frecuente en mujeres mayores, generalmente multíparas,
inhibe el deseo y la respuesta sexual. El 46% de las mujeres que presentan
incontinencia urinaria reconoce que este problema altera su actividad sexual.
La histerectomía muchas veces es
vivida por la mujer como una pérdida de la femenidad que secundariamente puede
llevar a un trastorno depresivo y consecuentemente producir disfunción sexual.
Disfunción sexual de origen
psicógeno en el anciano
La causa más frecuente es la
depresión, responsable del 10% de los casos de impotencia en el anciano. Los
psicofármacos que se utilizan en el tratamiento de dichos trastornos pueden
también contribuir a empeorar la disfunción sexual, sobre todo los que tienen
efectos anticolinérgicos, como algunos antidepresivos y la mayoría de
antipsicóticos. Los antidepresivos pueden producir, además de disfunción
eréctil en el varón, disminución de la libido y anorgasmia en la mujer.
Otra patología psíquica que puede
cursar con alteraciones en la función sexual es el trastorno de ansiedad en
cualquiera de sus formas.
Es también frecuente en el varón la
aparición de ansiedad anticipatoria respecto a su posible respuesta sexual que
le lleva a presentar problemas de potencia sexual de carácter psicógeno.
Muchas veces no es el propio
trastorno el que provoca la disfunción sexual; se puede producir una
disminución o anulación de la actividad sexual por miedo a la aparición de
síntomas como la angina (en pacientes con cardiopatía coronaria) o disnea
debido al esfuerzo, sin que existan razones orgánicas para dichas limitaciones.
La impotencia tras la resección
transuretral de la próstata por adenoma prostático, que ocurre en el 4-12% de hombres
sometidos a esta intervención, suele ser de causa psicógena en la mayoría de
los casos.
Algunos cuadros depresivos o
trastornos de ansiedad pueden jugar un papel importante en el vaginismo.
Tratamiento de la disfunción eréctil
Terapia sexual para ancianos: son
pocas las parejas que acuden a las consultas de terapia sexual dedicada
especialmente a los ancianos; el mayor porcentaje de los hombres que asiste en
busca de ayuda presenta como causa más frecuente problemas de erección (aunque
existen parejas con más de 30 o 40 años de casados en que la mujer ha ocultado
durante todo ese tiempo una disfunción sexual, como disminución del deseo o
ausencia de orgasmo).
Tratamientos actuales
Cuando se encuentra una causa, como
hipogonadismo con disminución de la libido o depresión, el tratamiento es
etiológico. Sin embargo, en la mayoría de los casos puede ser multifactorial y
se dispone de diversas alternativas.
Cuando la impotencia es por
disminución de la testosterona, está indicada su utilización por vía intramuscular,
oral o transdérmica y todas tienen ventajas y desventajas. El cáncer del seno
en el hombre y de la próstata son contraindicaciones para su uso.
Existen una serie de medicamentos
que son efectivos cuando se inyectan directamente en el pene. Estos son la
papaverina, la fentolamina y el Caverjet (prostaglandina E, alprostadil). Son
efectivos en el 70-80% de los casos.
Actualmente se cuenta con dos
medicamentos por vía oral:
- Citrato de Sildenafilo: Se debe
tomar una hora antes del acto sexual. Actúa aumentando el efecto del óxido
nítrico que relaja los músculos que hay en el cuerpo cavernoso permitiendo la
entrada de sangre al pene. No produce una erección automática, como sí lo hacen
los medicamentos que se pinchan en el pene. La dosis recomendada es de 50 mg y
el médico ajustará la dosis a 100 mg o 25 mg si se necesita. No se debería
utilizar más de una vez en un día.
- Apomorfina: Es la primera droga
para la disfunción sexual masculina que actúa a nivel del sistema nervioso
central, sobre los mecanismos que producen la erección. A diferencia del
Sildenafilo, al no actuar directamente sobre el sistema circulatorio, la
apomorfina puede ser utilizada por varones que toman medicamentos
vasodilatadores. Se recomienda una dosis de 2 y 3 mg sublinguales.
- Dispositivos de tumescencia por
vacío: Actúan por creación de una presión negativa mediante una bomba unida a
un tubo de plástico colocada sobre el pene. Producen una erección durante
- Tratamiento quirúrgico: Consiste
en implantar en el pene varillas que pueden doblarse o inflarse.
Cada uno de los métodos señalados
tiene beneficios y problemas y con frecuencia la elección depende del estilo de
vida de la persona.
Disfunción sexual en la mujer mayor
La mujer mayor puede presentar un trastorno
de la fase de deseo, anorgasmia, dispareunia y pérdida de la libido. Sin
embargo, la dispareunia es la única que se relaciona claramente con la
deficiencia de estrógenos. Es más probable que la pérdida de la libido se
relacione con la declinación concomitante en las concentraciones circulantes de
testosterona. Una variedad de factores sociales y psicológicos previamente
enumerados pueden también contribuir a los trastornos sexuales.
Pfeiffer (1989), uno de los primeros
investigadores del comportamiento sexual en la edad madura, encontró que las
mujeres postmenopáusicas eran sexualmente activas, pero su participación estaba
determinada en gran parte por el interés y disponibilidad de una pareja.
La dispareunia asociada a la
menopausia puede ser un factor disuasivo contra el éxito de la actividad sexual
(Bachmann y col., 1984).
La dispareunia usualmente asociada
con una disminución de la lubricación vaginal es resultado de la declinación
menopáusica del estrógeno. Estos síntomas se alivian con la administración de
estrógenos exógeno. Studd y col (1977) comunicaron que la terapia con
estrógenos equinos conjugados mejoraba el funcionamiento sexual en mujeres con
dispareunia debido a vaginitis atrófica. Más recientemente, un estudio de la
terapia con estradiol transdérmico, controlado con placebo, Nathorst-Boss y col
(1993) comunicaron que al cabo de 12 semanas de tratamiento con parches de
estradiol se influía positivamente sobre la satisfacción con la frecuencia
sexual, las fantasías sexuales, el grado de placer, la lubricación vaginal y la
dispareunia.
Conclusión
La revisión en la literatura de
todos los estudios epidemiológicos confirma que la actividad sexual existe en
los ancianos y muchas veces es la norma más que la excepción.
Por lo tanto es incorrecto seguir
considerando al anciano como poco interesado en la sexualidad o con escasa
actividad sexual. Se puede encasillar como "ageísmo" o
"sexismo" la actitud de la sociedad y de los profesionales de la
salud que no quieren reconocer esta realidad.
Con una mayor formación académica de
los profesionales sanitarios y de la sociedad en general, junto con la
realización de programas de educación sexual para los ancianos, se lograría una
mayor sensibilización hacia estos aspectos olvidados de los mayores, contribuyendo
directamente a una mayor satisfacción y bienestar de muchos ancianos.
De la vida sexual de los ancianos
sabemos muy poca cosa. Pero hoy podemos decir que "no hay un límite
cronológico después del cual la vida sexual desaparece".
Por lo tanto, el primer paso para
una consideración ética sobre el papel de la sexualidad en la vejez pasa
ineludiblemente por reconsiderar estas actitudes que, ocultando la existencia
del problema, dificultan enormemente su remedio.
Sobre la discapacidad.
Por esto me permito nombrar algunos
de los mitos y sus realidades sobre la discapacidad en los adultos mayores y
ancianos.
Mitos y realidades sobre la
sexualidad y la discapacidad.
Hay muchos mitos sobre la sexualidad
y la discapacidad.
El mito más grande de todos, es que
las personas con discapacidad son todas iguales, y que se puede hablar de ellas
como un solo grupo. Esto es completamente falso. No hay una cosa que se puede
decir de las personas que viven con discapacidad, no todos tienen la misma experiencia
o la misma perspectiva. Pero muchas personas con discapacidad son tratadas de
la misma manera por el mundo sin discapacidad. Y son estas actitudes, las
barreras físicas, emocionales y psicológicas; el mayor obstáculo para la
expresión sexual completa.
Mito: Las personas mayores, ancianos
y más, con discapacidades y enfermedades crónicas no son sexuales.
Realidad: Todos los seres humanos
son sexuales, independientemente de la forma en que expresamos nuestra
sexualidad. Las personas con discapacidad se les niega los derechos sexuales,
en parte, para mantenerlos fuera de la sociedad en general, y probablemente en
parte porque las personas con discapacidad son tratadas como si fueran niños, y
los niños también están excluidos de tener derechos sexuales. Las personas que
viven con discapacidad son sexuales y expresan su sexualidad de una manera tan
diversa como todos los demás, aunque no se llega a ver esto porque la cultura
dominante sólo nos muestra una imagen de la expresión sexual.
Mito: Las personas (adultos mayores
) con discapacidades y enfermedades crónicas no son deseables.
Realidad: Lo que nos convierte en
"sexualmente deseables" es único para cada individuo. Estamos
llevados a pensar que el sexo es para la joven y bella, que si no te pareces a
una supermodelo, nadie te quiere; o si no puede producir el Punto-G orgasmos
múltiples en el momento justo o llevar ser un semental, no eres digno de ir a
la cama con otra persona. Ninguno de nosotros suele cumplir con estos
estándares, y el deseo se sustenta con una mezcla imprevisible de cosas
(mirada, personalidad, valores, etc.).
Mito: Hay una manera correcta y una
manera incorrecta de tener relaciones sexuales.
Realidad: La verdad es que no hay
reglas en cuanto a qué es el sexo (aunque me gustaría sugerir el hecho de que
ser consentidas, alagadas, deseadas por la pareja, entre adultos es una de
ellas). El sexo no tiene que parecer, sonar, u oler a otra cosa. Algunas
personas dicen que el sexo debe ser espontáneo, y que puede ser difícil si se
tiene una discapacidad. Pero el hecho es que todos, en mayor o menor medida
pensamos y en él.
Mito: Las personas de la tercera
edad, (adultos mayores) con discapacidad y enfermedades crónicas no pueden
tener sexo "real".
Realidad: De ello se deduce que si
hay una manera correcta de tener relaciones sexuales, y usted no puede tenerla,
entonces no se puede tener sexo real. Es cierto que no todos pueden correr por
la playa, rodar en la arena con música de fondo y tener un jugueteo sexual sin
despeinar nuestro cabello. También es cierto que no todos queremos hacer eso.
La mayoría de nosotros tenemos relaciones sexuales incómodas, torpes, la
mayoría de nosotros se masturba mucho más de lo que tiene relaciones sexuales
con otras personas, y la mayoría de nosotros no habla de ello. Por lo tanto,
pretender que hay un "verdadero" tipo de relaciones sexuales, y de lo
contrario, no se puede jugar el juego: Esto es simplemente falso.
Mito: Las personas con discapacidad
(adultos mayores) son una mala opción para parejas románticas.
Realidad: Las relaciones son
difíciles y llenas de compromisos, y una buena relación implica compromiso de
igualdad. A las personas que forman pareja con otras personas con discapacidad
se les dice suele llamar "nobles"...como si no presentar una discapacidad
lo convirtiese en un gran partido. El hecho es que vivir con una discapacidad
no significa que se contribuya menos a una relación.
Mito: Las personas, adultos mayores
con discapacidad tienen preocupaciones más importantes que el sexo.
Realidad: Para algunas personas el
sexo es lo más importante en sus vidas. Si usted vive con una discapacidad o
enfermedad crónica es probable que tenga gente a su alrededor que le dice que
usted tiene cosas más importantes para tratar; que el sexo es un lujo que no
puede permitirse. Esta actitud también es sostenida por muchas personas con
discapacidad, e incluso algunos activistas con discapacidad afirman que hablar
de los problemas interpersonales y la discapacidad es malo porque
"fragmenta la causa."
Mito: Las personas con discapacidad
(adultos mayores) no son sexualmente aventureros. (tienen negado el buscar el
amor, a tener sus experiencias amorosas y encontrar la pareja sexual que le
gratifique )
Realidad: Vivir con una discapacidad
no necesariamente tiene un impacto en sus gustos sexuales o las elecciones (a
pesar de que puede tener un impacto en los otros). Se supone que las personas
con discapacidad son sexualmente pasivas y no iniciadores. La gente no cree que
alguien que usa una silla de ruedas desee ser atado y recibir una palmada, o
que un hombre sin piernas guste vestirse como una bailarina. Estos supuestos
son falsos, pero encajan con el mito general que dice que lo único que se
quiere es ser como todo el mundo, así que si eres diferente, seguro que debes
querer tener una vida sexual conservadora, ¿no?¡Incorrecto!
Mito: Las personas (adultos mayores,
ancianos) en las instituciones no deben tener relaciones sexuales.
Realidad: Una de las mayores
barreras para el desarrollo de una sexualidad positiva es la falta de
privacidad. Esto es más evidente en instituciones como hospitales de
rehabilitación, hospicios, hogares de grupo, y hogares de ancianos. La mayoría
de las instituciones niegan sistemáticamente a los residentes el derecho a ser
sexual. No hay cerraduras en las puertas, no hay privacidad, y se sustenta el
supuesto derecho a tratar a las personas como objetos para ser acarreados,
hablados y controlados. Éstas son sólo algunas de las formas en que las
instituciones dejan claro que la sexualidad no es aceptable. Los derechos
sexuales son derechos humanos, y las personas mayores, ancianas con o sin
discapacidad que viven en instituciones tienen derecho a ser sexuales en sus
propios términos.
Mito: El sexo es privado
Realidad: Si usted vive en una
institución, o no es capaz de controlar las respuestas de su propio cuerpo, la
intimidad es una cosa muy diferente. Se nos dice que el sexo es algo privado,
pero una de las fantasías sexuales más comunes es tener sexo en un lugar público.
Tener privacidad puede hacer que el sexo sea más fácil.
Si no somos capaces de bloquear las
puertas o tenemos que pedir tiempo privado, aun así conservamos el derecho a
ser sexuales, y esperar que los que nos rodean nos faciliten la privacidad que
necesitamos.
Mito: Las personas mayores con
discapacidad no son abusadas sexualmente.
Realidad: Si usted no es visto como
sexualmente deseable, no será abusado sexualmente, ¿no? mal. Las personas con
discapacidad física y mental, suelen ser más propensos a convertirse en
víctimas de asalto sexual. Las estadísticas así lo sugieren. Esto abarca el
abuso de poder dominante por el personal médico y de rehabilitación, o la
violación y otras formas de asalto sexual, el confinamiento forzado, el abuso
físico, y mucho más. Por ello es imprescindible el apoyo para la divulgación
del abuso, la acción legal, a llevar a cabo y el asesoramiento que aún suelen
ser escasos o nulos. Esto es especialmente cierto en las instituciones.
Mito: Las personas con discapacidad
no necesitan educación sexual.
Realidad: Todos somos sexuales, y
todos necesitamos educación. La ignorancia sexual es un obstáculo enorme para
todos. Algunas personas creen que la razón para negar a las personas con
discapacidad el acceso a la educación sexual; es porque creen que les animará a
querer sexo, y esto tendría "riesgos incontrolables".
Socialmente se está de acuerdo en
que las personas mayores con discapacidad tienen los mismos derechos que el
resto de la población. Sin embargo, cabe preguntarse si ese acuerdo también
incluye el derecho a la sexualidad de los adultos mayores con discapacidad
Actualmente debido al desarrollo de
la ciencia y la técnica aumenta la esperanza de vida al nacer y con ello el
envejecimiento poblacional. Las representaciones que socialmente se tienen de
la vejez, así como los cambios físicos y psíquicos que se producen hacen que el
adulto mayor se sienta muchas veces alejado de esa sociedad que un día dirigió
y construyó, y que aparezcan sentimientos de inutilidad y vacío existencial. La
educación en el adulto mayor resulta un proceso saludable y que contribuye a
trabajar en base al autodesarrollo, las potencialidades, la autovaloración, el
autoconocimiento, todo lo referente a la esfera cognoscitiva y afectiva,
propiciando bienestar en el anciano y viéndose como una necesidad de primer
orden en nuestros días.
Palabras claves: representaciones
sociales, educación, envejecimiento, adulto mayor, autodesarrollo,
autoconocimiento, autovaloración. El mundo de hoy se desarrolla vertiginosamente,
se presentan avances en la ciencia y la técnica, la medicina, la industria y
esto es un aliciente para aquellos que desean vivir más, de hecho la esperanza
de vida al nacer ha aumentado y por consiguiente cada día aumenta el
envejecimiento poblacional.
Dadas las dimensiones de este
fenómeno el incremento de la ancianidad se ha calificado de epidemia moderna,
término que muestra la representación que prima acerca de la tercera edad, la
vejez no es sinónimo de plaga ni de enfermedad, el anciano constituye parte
importante de la sociedad.
Podemos darnos cuenta que el
fenómeno del envejecimiento resulta un campo interesante para la investigación.
Qué experimentan las personas en esta etapa de la vida, cómo estimularlos,
viendo el envejecimiento como un proceso inherente al hombre que ocurre a lo
largo de la vida pero que requiere de atención debido a los cambios que se
producen y a las representaciones que se tienen de la vejez.
Aflora, entonces, un término
importante y es el de educación, las posibilidades que tiene el anciano en esta
etapa de la vida contrarrestando cualquier posición desesperanzadora en cuanto
a lo que vejez significa.
Algunas características de la etapa
de la tercera edad:
La vejez es un proceso de cambios
determinados por factores fisiológicos, anatómicos, psicológicos y sociales.
La mayoría de las definiciones sobre
la vejez enfatizan el aspecto biológico y plantean que es: " un proceso
progresivo desfavorable de cambio a nivel fisiológico y anatómico, producto del
paso del tiempo y que concluye invariablemente con la muerte"
Para el psicólogo esta definición
resulta restringida, pues su interés va más allá de considerar la vejez como
una serie de fenómenos conductuales limitantes, o una mayor probabilidad de
muerte.
Tradicionalmente la edad cronológica
ha constituido el parámetro que determina el inicio de la vejez y se refiere a
la edad calendario o número de años que un individuo ha vivido. Sin embargo,
esto no constituye el mejor parámetro para determinar cuán productivo y capaz
puede ser un sujeto tanto para sí mismo como con su familia y la sociedad.
En los ancianos se puede detectar
diferencias individuales debido a características de la personalidad y
acentuados por el cúmulo de experiencias de cada cual.
En la vejez se da una reducción de
la capacidad funcional del individuo. Puede encontrarse declinación en
funciones intelectuales tales como: análisis, síntesis, razonamiento
aritmético, ingenio e imaginación, percepción y memoria visual inmediata.
Es importante hacer notar, que el
anciano presenta menor deterioro de sus facultades intelectuales siempre y
cuando se mantenga activo y productivo, cualquiera que sea la actividad laboral
que realice.
En el anciano se incrementa el temor
a lo desconocido, porque tener conciencia de las crecientes pérdidas físicas e
intelectuales le produce un gran sentimiento de inseguridad. Estos son
agravados por pautas culturales que los ubican en una posición desventajosa con
respecto al adulto joven, determinando los roles que deben desempeñar.
Otras reacciones negativas que puede
sufrir el anciano ante la angustia y frustración provocadas por las pérdidas
son la depresión y regresión. La depresión no es necesariamente un síntoma de
envejecimiento pero se relaciona con el ámbito social estrecho en que vive el
anciano, el cual lo conduce al aislamiento. Esto no se debe necesariamente a
que el anciano viva solo, sino a que se le dificulta entablar nuevas relaciones
significativas y algunas veces se presenta una rigurosa resistencia a abordar
nuevas amistades.
Otra consecuencia más grave es la
depresión crónica o la depresión que es recurrente y persistente. La depresión
crónica tiene consecuencias físicas y mentales que pueden complicar un problema
de salud existente de una persona de edad avanzada y desencadenar nuevas
preocupaciones.
Hay pruebas de que algunos cambios
corporales naturales asociados con el envejecimiento pueden aumentar el riesgo
de que una persona experimente depresión. Estudios recientes sugieren que las
bajas concentraciones de folato en la sangre y el sistema nervioso pueden
contribuir a la depresión, el deterioro mental y la demencia. Los
investigadores también sospechan que puede existir una relación entre la
aparición de la depresión en la vejez y la enfermedad de Alzheimer.
Independientemente de la causa, la
depresión puede tener efectos físicos alarmantes en las personas mayores. El
índice de mortalidad de los hombres y mujeres de la tercera edad que tienen
depresión y sentimientos de soledad es mayor que el de aquellos que están
satisfechos con sus vidas. Los programas de tratamiento para los pacientes de
la tercera edad deprimidos que tienen una enfermedad cardiovascular y otras
enfermedades importantes, suelen tomar más tiempo de lo normal y su resultado
es menos satisfactorio.
Además, los sentimientos de
desesperanza y aislamiento, que suelen alentar ideas suicidas, son más
frecuentes entre las personas mayores, en especial aquellas con discapacidades
o que están confinadas a hogares de ancianos.
Un riesgo para la vida diaria.
La depresión también puede tener
otras formas de efectos potencialmente nocivos para la salud de una persona
mayor. La depresión puede llevar a hábitos alimenticios que acaben resultando
en obesidad, provocando también pérdida considerable del apetito y la reducción
de niveles de energía, ocasionando a veces un trastorno conocido como anorexia
geriátrica.
Las personas deprimidas de la
tercera edad también experimentan índices más altos de insomnio y pérdida de
memoria. También tienen tiempos de reacción más prolongados que lo normal, lo
que aumenta los riesgos asociados con cocinar, conducir, automedicarse y otras
tareas que requieren una atención completa.
Qué puede hacer
Si bien envejecer es una parte
inevitable de la vida, la depresión no debe formar parte de ella. Los
investigadores están de acuerdo en que el reconocimiento, el diagnóstico y el
tratamiento tempranos pueden contrarrestar y prevenir las consecuencias
emocionales y físicas de la depresión.
Estos son algunos aspectos a tener
en cuenta al tratar la depresión en una persona mayor:
• Sea
consciente de las limitaciones físicas. Aliente a una persona mayor a consultar
con un médico antes de hacer cambios en su dieta o emprender una nueva
actividad que pueda estresar su resistencia.
• Respete
las preferencias individuales. Debido a que las personas mayores tienden a ser
menos dóciles a los cambios de estilo de vida, pueden ser reacias a adoptar
nuevos hábitos o a hacer cosas que otras personas de su edad disfrutan mucho. Un
psicólogo que se especialice en problemas de la tercera edad puede ayudar a
desarrollar una estrategia individual para combatir la depresión.
• Sea
diplomático. Una persona mayor con una autoestima frágil puede interpretar
expresiones de aliento y estímulo bien intencionadas como una prueba más del
deterioro de su estado. Otros pueden molestarse ante cualquier intento de
intervención. Un psicólogo puede ayudar a sus amigos y familiares a desarrollar
tácticas positivas para lidiar con estos y otros problemas delicados.
Si bien es cierto que todas las
edades son portadoras de opiniones sociales, sin dudas
Se ha llegado a considerar, además,
que los elementos conformadores de identidad son tomados generalmente de los
prejuicios negativos que la cultura como tendencia, ha reservado para la vejez.
"Soy viejo porque ya me queda menos, soy inútil, incapaz, retirado,
final."
Un resultado de depresión e
inseguridad puede ser el intento del anciano por regresar a etapas anteriores
de la vida. La persona dependiente e insegura en momentos de tensión tenderá a
regresar a conductas infantiles y a no realizar esfuerzos constructivos para
resolver los problemas.
El anciano experimenta una necesidad
creciente de inseguridad, en un momento de la vida en que los recursos físicos
y psicológicos están en rápida decadencia. Existe un sentimiento de impotencia
para satisfacer las necesidades, lo cual le provoca frustración, miedo e
infelicidad.
Aun cuando el anciano evita
establecer relaciones afectivas estrechas, intensifica sus vínculos con la
familia cercana. Esta representa la fuente principal de ajuste
socio-psicológico en el proceso de envejecimiento, debido a que es el medio que
ofrece mayores posibilidades de apoyo y seguridad.
El anciano debe valorarse como un
individuo que posee un cúmulo preciado de experiencia que puede trasmitir a los
jóvenes en el interactuar diario. Debe dársele la oportunidad de seguir siendo
parte del sistema productivo en actividades que le permitan sentirse útil.
La tercera edad suele describirse
como una época de descanso, reflexión y de oportunidades para hacer cosas que
quedaron postergadas mientras uno criaba a los hijos y desarrollaba su carrera.
Lamentablemente, el proceso de
envejecimiento no es siempre tan idílico. Acontecimientos de la tercera edad
como, por ejemplo, los trastornos médicos crónicos y debilitantes, la pérdida
de amigos y seres queridos, y la incapacidad para participar en actividades que
antes disfrutaba, pueden resultar una carga muy pesada para el bienestar
emocional de una persona que está envejeciendo.
Una persona de edad avanzada también
puede sentir una pérdida de control sobre su vida debido a problemas con la
vista, pérdida de la audición y otros cambios físicos, así como presiones
externas como, por ejemplo, recursos financieros limitados. Estos y otros
asuntos suelen dejar emociones negativas como la tristeza, la ansiedad, la
soledad y la baja autoestima, que a su vez conducen al aislamiento social y la
apatía.
La familia como red social primaria
es esencial en cualquier etapa de la vida, es "el primer recurso y el
último refugio." La familia como grupo de intermediación entre el
individuo y la sociedad, constituye un determinante importante para el presente
análisis de
Con relación a la vejez como última
etapa, habría que incluir los principales eventos que los autores han descrito
para la misma, a saber: la viudez, la abuelita , el papel de los cuidadores del
anciano y del anciano como cuidador, la jubilación, y la muerte.
De los cambios más universales, el
anciano de hoy se queja de su falta de autoridad, en el núcleo familiar dado
por la independencia que van tomando los hijos, la dependencia económica del
anciano hacia ellos, la imposibilidad muchas veces de realizar todas las
actividades hogareñas que antes realizaba, entre otros factores.
Uno de los cambios de índole social
que ocurren en la vejez es la jubilación. Al hombre jubilado le es más difícil
reencontrarse en el hogar, y en muchas ocasiones aparecen vivencias de soledad
y de pérdida de lugar. La mujer jubilada continúa su rol doméstico que antes
compartía con el laboral social y vivencia como un cambio transicional más
natural, la pérdida de su status social y su estancia a tiempo completo en el
hogar. La jubilación constituye entonces un evento vital a considerar por la
familia.
Representaciones sociales de la
vejez e imagen de sí en el adulto mayor.
La vida de cada persona se enmarca y
condiciona por la circunstancia histórico social en que le ha tocado vivir.
Nadie vive desligado de la sociedad, sino que está adscrito a un grupo,
organización.
El concepto de representación social
se encuentra entre los más apropiados al analizar la subjetividad humana.
Según Moscovici (1986) las
representaciones sociales no serían opiniones sobre, ni imágenes de, sino más
bien teorías de la ciencia colectiva sui géneris, destinadas a interpretar y
construir lo real. Lo que se recibe, se reelabora y evoluciona para convertirse
en un conocimiento que se utiliza en la vida cotidiana.
Las representaciones sociales son
las formas del sentido común. Ellas tienen características específicas: el
carácter social de su génesis, el hecho de que es compartido ampliamente y
distribuido dentro de una colectividad.
Si se realiza un análisis de
diferentes investigaciones que tienen de base la representación social de la
vejez como las de Crespi Martins (1997) sobre la representación social acerca
de la naturaleza de la vida cotidiana en la vejez, o las de Illhard (1997)
sobre el viejismo en tanto prejuicios hacia las personas ancianas, puede
notarse que prima una representación generalmente negativa de la vejez, cuanto
más ambivalente, pero primando lo pesimista.
Esta representación que la sociedad
tiene de la vejez es prejuiciosa y tiene una connotación negativa.
Analicemos, el sujeto en su
interacción con el medio es activo, sin embargo la influencia que este ejerce
sobre él tiene una enorme connotación si se analiza la representación que
socialmente se tiene de la vejez, no resulta imposible encontrar ancianos
optimistas y que ven la vejez como una etapa importante en sus vidas, pero para
nada podríamos asombrarnos de que pueda existir un predominio de una
autovaloración pesimista en la tercera edad, debido a que al estructurarse una
representación a nivel social del término vejez que contenga aspectos
negativos, innegablemente van a existir un abundante número de contextos de
interacción donde el anciano va a entrar en contacto con comportamientos,
actitudes, valoraciones, juicios que llevan implícitas esas ideas, tanto en la
familia, comunidad, hospitales, en fin a nivel social, sin negar como habíamos
dicho anteriormente el carácter activo del sujeto en la interiorización de los
fenómenos del medio social.
La imagen de sí mismo es un aspecto
importante en relación con la salud y el bienestar humano, la imagen de sí
mismo como personalidad y lo que se refiere a la autovaloración.
Fernando González Rey plantea:
" Desde nuestro punto de vista la autovaloración es un subsistema de la
personalidad que incluye un conjunto de necesidades y motivos, junto con
diversas formas de manifestaciones conscientes, la forma esencial en que se
manifiestan los elementos integrantes de la autovaloración es un concepto
preciso y generalizado del sujeto sobre sí mismo que integra un conjunto de
cualidades, capacidades, intereses que participan activamente en la gratificación
de los motivos integrantes de la tendencia orientadora de la personalidad, o
sea, que están comprometidos en la realización de las aspiraciones más
significativas de la persona. En este sentido el contenido de la autovaloración
está emocionalmente comprometido con las principales necesidades y motivos de
la personalidad y constituye expresión de los mismos."
Los hechos vitales que afectan la
autovaloración de la persona producen emociones negativas muy fuertes que se
equiparan y sobrepasan en ocasiones a las vivencias negativas de carácter
físico.
Si se tiene oportunidad de conversar
con ancianos son recurrentes las expresiones que enaltecen el pasado y
oscurecen el presente tales como: " Antes cuando yo era joven… ahora que
ya no sirvo para nada" , mientras que el futuro parece olvidado. En
estudios realizados a adultos mayores se ha analizado que en técnicas
proyectivas como el Rotter se presentan frases como : " Mi preocupación
principal mi salud, si no hay salud no hay nada", "Sufro mucho",
" ¿Mi futuro?...Yo soy el presente, la tercera edad es lo de ahora…en el
futuro mis hijos que vivan bien. Sabemos que no somos eternos "
La representación que socialmente se
tiene de la vejez influye en la actitud que se asume ante el anciano.
Las actitudes de personas hacia
ellos, que pueden ir desde fomentar su dependencia hasta no hacerle mucho caso
porque "está hablando demasiado sobre sus fantasías y experiencias de la
infancia o juventud" debido a esa adquisición que aparece en la vejez de
legar al otro, de autotrascender, influye en la imagen que el anciano construye
de sí mismo, el cual al mirarse frente a un espejo nota sus arrugas, su piel
menos brillosa, sus cabellos blancos.
La educación en la vejez, necesaria
Si se analizan los términos de envejecimiento
normal y envejecimiento patológico, así como los factores influyentes en cada
uno de estos términos podemos darnos cuenta de que existen factores biológicos,
psicológicos y sociales que pueden determinar la presencia de uno u otro tipo
de envejecimiento.
Haciendo referencia a los aspectos
psicológicos y sociales más significativos podemos decir que en el
envejecimiento normal existe desarrollo o desintegración de algunos procesos
psíquicos que pueden ser compensados, buen afrontamiento al estrés, teniendo en
cuenta los factores estresores que se presentan en esta etapa ( pérdida de
salud, limitaciones, aislamiento , soledad ...) , autovaloración positiva ,
sentido de vida optimista. En el envejecimiento patológico, en este sentido, se
presenta la pérdida progresiva e irreversible de procesos psíquicos, mal
afrontamiento al estrés, autovaloración negativa, sentido de la vida pesimista,
sentimientos de soledad y abandono.
En lo social aparece como normal la
sustitución y evolución de roles, apoyo social ( familiar y comunitario) ,
posibilidades de autonomía, contactos familiares amistosos, existencia de
actividades productivas para el anciano, discrepancias intergeneracionales no
disruptivas, mientras en el envejecimiento patológico se presenta la pérdida
total de roles sin posibilidad de sustitución , ausencia de apoyo social,
dependencia involuntaria, inactividad, aislamiento, conflictos
intergeneracionales, ausencia de contactos familiares amistosos.
Debemos, entonces, cuestionarnos cuánto
podemos hacer para apoyar el desarrollo del anciano en esta etapa, cuánto
podemos estimular al adulto mayor para que viva esta etapa llena de cambios
desde una perspectiva positiva y enriquecedora y cuanto podemos influir sobre
estos factores psicológicos y sociales para lograr la aparición del
envejecimiento normal.
Carl Rogers, eminente psicólogo
humanista hace planteamientos, que según nuestra opinión, resultan muy
importantes, expresa que lo más valioso de la personalidad sería que el sujeto
experimentara una consideración positiva incondicional de sí mismo, lo que no
plantearía discrepancias entre su valoración y su necesidad de consideración
positiva.
Se plantea entonces la necesidad,
por todo lo anteriormente planteado y reflexionando sobre las ideas de Carl
Rogers, del desarrollo de un proceso de educación en la tercera edad que
permita el bienestar del anciano como un ser bio- psico- social,
contrarrestando posibles representaciones pesimistas de sí, dirigido además a
lograr una autoestima positiva, propiciar el autodesarrollo , la autovaloración
adecuada.
Refiriéndonos a las funciones
psicológicas del anciano y sus posibilidades de educación, sabemos que en la
vejez ocurre que los procesos psíquicos se hacen más lentos, a causa de la
merma neuropsicológica que se manifiesta en esta edad. Los trastornos de la
memoria, las alteraciones en el pensamiento, la percepción son superados por el
interés y la motivación que pueden tener para el aprendizaje, que puede
manifestarse más lento pero indudablemente será más significativo para el
individuo. Se deben tener en cuenta por tanto aspectos afectivos y
motivacionales para el aprendizaje.
La educación en la tercera edad debe
partir de que sea ofrecida a los ancianos para conservar su autosuficiencia, la
adaptación social, forma de mantener el vínculo con el desarrollo social
actual. Debe sentirse informado, como un hombre de su tiempo sobre la evolución
del mundo actual. Se debe tener en cuenta la profundización en la búsqueda de
métodos idóneos para trasmitir mensajes que enseñen y eduquen, ajustados a la
vejez. Además de esto debe demostrarse que la posibilidad de aprender en el
hombre existe a lo largo de la vida, en mayor o menor grado.
Mediante la educación en la tercera
edad puede lograrse que el anciano se encuentre interesado en el futuro, que se
sienta parte de la sociedad, con funciones y roles sociales. Los centros de
salud, centros educativos , familias , comunidades son agentes importantes que
en su interacción con el anciano pueden trabajar en su estimulación y
preparación en esta etapa
Las universidades del adulto mayor
tienen un papel fundamental en el proceso de educación del adulto mayor y en la
actitud de este hacia la vejez. Buscan crear una cultura del envejecimiento a
partir de oportunidades educativas y de autodesarrollo para la tercera edad y
mediante este proceso de educación la concientización en el ámbito social del
valor de esta etapa.
La educación en el adulto mayor debe
ser una educación para aprender a vivir, este es el tema más importante, el
desarrollo de las potencialidades humanas es la tarea principal. Analizar
preguntas como quién soy, explorando el autoconcepto, cómo enfrentar los
problemas es una tarea que no debe olvidar la educación en el adulto mayor.
Reflexionando sobre la base de las
ideas de Gustavo Torroella González Mora comparto con él algunas preguntas que
llevarían una respuesta importante para el anciano y que deben tenerse en
cuenta al desarrollar el proceso educativo para la vida:
• Quién
soy y cómo soy.
• Cómo
debo afrontar y resolver los problemas y frustraciones en mi relación con el
mundo.
• ¿Qué
sentido u orientación debo darle a la vida? (objetivos, metas, valores)
Es importante que se vea el proceso
de educación como posibilidad de lograr salud en el anciano tanto psíquica como
físicamente, como la forma de legar elementos técnicos y fomentar en ancianos
conceptos y pautas de conducta, derivadas de las propias discusiones,
experiencias y confrontación con otros ancianos. Esto resulta de relevancia para
la conservación de la salud en el adulto mayor. Es innegable que al presentarse
un estado de bienestar físico el sujeto tendrá mayores posibilidades de
experimentar bienestar psicológico que si está enfermo y viceversa, de ahí que
la educación en el adulto mayor deba tener en cuenta varias esferas de trabajo.
La educación del anciano es una
necesidad social y debe ir dirigida al desempeño de nuevos papeles y a la
búsqueda de un nuevo espacio en la sociedad
La educación en el adulto mayor
constituye en nuestros días un proceso de gran importancia, con ella pueden
lograrse un mejor estilo de vida en el anciano donde existan proyectos,
esperanzas, conocimiento real de sus potencialidades, de sus valores y hasta
dónde puede llegar. Permite preparar al anciano para llevar una vida más
saludable tanto física como psíquicamente.
La educación en el adulto mayor
permite la inserción del anciano en esa sociedad que un día construyó y de la
que se siente apartado. Resulta un modo de lucha contra las representaciones que
hoy priman de la vejez y que tanto los limitan, constituyendo así una necesidad
de orden social.
La educación en el adulto mayor ,
una educación para aprender a vivir , es hoy una tarea de primer orden para
todos aquellos que desde la familia , la comunidad , el centro de salud ,
centros educativos interactúen con sujetos en la tercera edad .
Cómo hacer para disfrutar de la
tercera edad.
Hay que evitar el aislamiento y
mantenerse en actividad. Mantenerse físicamente activo, alimentarse
saludablemente, no fumar, evitar el estrés... La fórmula para disfrutar de una
vejez plena y en salud parece sencilla, al menos en teoría. Pero en un mundo en
el que la expectativa de vida de la población es cada vez mayor, y más aún en
países como
Por primera vez en la historia de la
humanidad, en algún momento de los próximos diez años habrá más personas
mayores de 65 años que menores de 5 años. Y mientras los países desarrollados
verán que su población mayor de 65 años se incrementará un 50% de aquí a 2030,
se espera que en los países en vías de desarrollo ese aumento sea del 140%.
"El problema del envejecimiento
es que se nos va a venir encima muy rápido en los países en desarrollo. En
Europa, la población tardó 100 años en envejecer; acá, eso se va a demorar 20,
25, 30 años, y no vamos a tener todo el tiempo que tuvieron los países
desarrollados para prepararse para los problemas del envejecimiento", dijo
Alberto Palloni, investigador chileno, actualmente en
"El envejecimiento poblacional
se produjo en los países desarrollados como resultado del crecimiento económico
y del bienestar social”, dijo Silvia Gascón, directora de la maestría en
Gestión de Servicios en Gerontología del Instituto Universitario ISalud-. En
cambio, en nuestros países estamos envejeciendo en situación de pobreza y con
redes sociales que no están del todo consolidadas.
"Hay un montón de tecnologías
que nos falta desarrollar para envejecer bien, desde el cuidado domiciliario o la
atención en hogares de día y de noche, hasta la teleasistencia o las
residencias de mayores -agregó Gascón-. El problema es que en nuestros países
van a coexistir las enfermedades crónicas con las agudas, y los recursos de un
ministerio de salud van a estar en tensión entre el dengue y las enfermedades
cardiovasculares."
Ahorrar en salud.
"El envejecimiento de la
población no es sólo resultado de una cada vez mayor expectativa de vida al
nacer, sino también de una mejora en la expectativa de vida de las personas
mayores de 65 años", comentó a
"Pero más importante que la
expectativa de vida -agregó Suzman- es lo que llamamos expectativa de salud o
vida libre de discapacidad." Esto es: esos años extras libres de
enfermedades que condicionen la calidad de vida de la persona. Aunque se espera
que la expectativa de vida después de los 65 años siga en aumento, no se puede
decir lo mismo de la expectativa de vida libre de discapacidad.
"Hoy existe una gran
preocupación en los Estados Unidos por las generaciones más jóvenes, debido al
aumento de las tasas de obesidad y de diabetes –comentó Suzman-. Aunque la
expectativa de vida se cree que seguirá creciendo, esto [la epidemia de
obesidad y sus afecciones asociadas] afectará la expectativa de vida libre de
discapacidad."
Los países en desarrollo, como
"Por eso es tan importante
hacer hincapié en la prevención y la promoción de la salud. Así como uno ahorra
plata cuando es joven para cuando sea viejo, uno tiene que ahorrar también
salud -señaló Gascón-. Si uno tiene hábitos de vida saludables durante la
juventud y la adultez, es más probable que disfrute de una vejez libre de
discapacidad." ¿Qué entendemos por hábitos de vida saludables?
"Evitar el sedentarismo
(caminar al menos 40 minutos todos los días), llevar hábitos de alimentación
saludables (reducir el consumo de grasas y elevar el de frutas y vegetales, y
en las mujeres consumir calcio para prevenir la osteoporosis), no fumar y
reducir el consumo de alcohol, principalmente –enumeró Gascón-. Y después, está
todo lo psicosocial."
Evitar el aislamiento.
"Hoy hay una toma de conciencia
de que gran parte de nuestra salud [en la vejez] está determinada por
comportamientos individuales, pero también por factores sociales", señaló
Suzman, que visitó recientemente
"Está comprobado que las redes
de apoyo, sobre todo las de amigos, permiten mejorar la calidad de vida y la
cantidad de años de vida. Por eso, evitar el aislamiento y encontrar espacios
para compartir con otros es fundamental", afirmó Gascón.
Sin embargo, el creciente
aislamiento parece ser una constante en las personas mayores: "Hay una
tendencia a que las personas mayores vivan solas –agregó Gascón-; hoy en
Y para muchas de esas personas la vida
transcurre en espacios cada vez más acotados, que a veces se reducen al barrio,
cuando no a la casa.
"Un estudio que realizamos en
"Construimos edificios y casas
como si toda la vida fuéramos a ser jóvenes -continuó Gascón-. Por otro lado,
nuestro estudio mostró que las personas de más de 75 años, que no tienen dinero
para tomar taxis o remises, no pueden salir de su barrio." Aquí lo que
pesa no es [sólo] la inseguridad, sino lo poco preparados que están los
trasportes públicos para las personas mayores.
"Además de evitar el
aislamiento -insistió Gascón-, para vivir una vejez digna es fundamental
sentirse respetado, sentir que uno sigue contribuyendo a la sociedad a la que
pertenece. Y eso puede pasar tanto por encargarse de los nietos como de
participar de un proyecto político."
Por esto es tan importante el
proyecto de vida entre los adultos mayores, de esta manera se le da sentido a
sus vidas, teniendo en que ocuparse, seguir desarrollándose y gozando de las
dificultades, alegrías, ilusiones, logros e ideas realizadas o no pero con la
finalidad de seguir siempre adelante hasta el último día de su existencia ,
siempre con una idea positiva en sus vidas.
Por otra parte, diversos estudios
dan cuenta que el nivel socioeconómico impacta fuertemente en la calidad de
vida que se puede tener en esta etapa, según uno recientemente realizado por el
SENAMA, alrededor de la mitad de las personas de tercera edad declaran que sus
ingresos no alcanzan a satisfacer plenamente sus necesidades y en segmentos
socioeconómicos más bajos, cerca del 82% refiere estar en esta condición, lo
cual los expondría a depender de otros familiares o reducir considerablemente
su nivel de vida, cambio que se va sumando a los de tener una salud más
delicada que requiere mayor gasto en medicamentos y doctores, el que los hijos
vayan construyendo sus propias vidas partiendo del hogar y dejándolos en mayor
soledad (“nido vacío”), la falta de trabajo y ocupación, la muerte de amistades
o de la pareja, que antes podía haber sido el principal apoyo (viudez), la
frustración de ir perdiendo la autonomía para hacer todo lo que antes se hacía,
entre otros temas que van siendo factor de riesgo para depresiones u otros
trastornos.
Es por este motivo que es importante
construir un proyecto de vida con sentido, que motive a vivirse y disfrutarse
en esta etapa. Así, es aconsejable que las personas de tercera edad puedan
mantener algún tipo de ocupación, ya sea en algún trabajo remunerado a tiempo
parcial, en un voluntariado donde puedan entregar sus experiencias y cariño a
otros, o en algún tema personal como escribir un libro, planear algún viaje o
dedicarse activamente a cumplir sueños pendientes.
Es altamente recomendable que el
adulto mayor se mantenga haciendo actividad física y no caiga en el
sedentarismo, clases de tango, baile entretenido, caminatas suaves llevan a
disfrutar bastante, además de fortalecer el sistema inmune. Mantenerse leyendo,
jugando cartas, escribiendo, eligiendo menús para cocinar u otras decisiones,
el cuidado de las plantas o mascotas, saliendo con amistades antiguas,
cultivando nuevas, entre tantas otras acciones pueden ser de gran ayuda para
enriquecer la existencia.
- Nido vacío: aunque racionalmente
se sepa y comprenda que los hijos algún día se irán del hogar para
independizarse y/o formar su propia familia, cuando esto sucede finalmente, los
padres sienten ciertas aprensiones, esperan lo mejor para su hijo/a, pero a la
vez puede existir cierta preocupación por la relación que mantendrán ahora, la
soledad en que quedarán, la frecuencia de las visitas, cómo ir regulando la
necesidad o dependencia emocional, si el hijo/a que parte podrá “sobrevivir” en
el mundo sin ellos al lado, quién los mantendrá “ocupados” ahora…
Por otra parte, muchas parejas se
mantienen juntas principalmente por los hijos, por lo que al quedar sin ellos
vuelve el cuestionamiento de seguir o no juntos, pudiendo influir en ésta
decisión la edad, la convivencia que han logrado tener, las expectativas que se
planteen en su proyecto de vida, la salud de cada uno, la gratitud y el
compañerismo que hayan desarrollado, además de la autonomía económica y
emocional que pudiesen tener como para rehacer su vida independientes en esta
etapa.
En esta etapa de cambios es vital
integrar y renovar lazos de colaboración y afecto con amistades, entendiendo
que los hijos no pueden estar ahí siempre y que necesitan espacio para armar su
propia vida, donde los padres deben estar idealmente como apoyo para que ellos
sigan creciendo y buscando su felicidad.
- Ser abuelos: quienes logran recibir
nietos pueden decir que es toda una experiencia… son muchas emociones que se
juntan, temores y expectativas, muchos cambios. Algunos dejan claro desde el
inicio que ya criaron y que desde ahora solo “mal criarán” o que no harán de
cuidadores sino de disfrutadores de los bebés ocasionalmente pues el cansancio
los tiene mal y prefieren no tener mayores responsabilidades, otros abuelos
considerando el contexto y situaciones laborales, pueden ser un gran apoyo en
la crianza, pudiendo incluso vivir con los nietos y haciéndose más cargo de
ellos o más cercanos afectivamente que los propios padres, son diversas las
maneras de ejercer el rol de abuelo o abuela, pero siempre estarán llenos de
desafíos, desde cuánto opinar o involucrarse, cuánto permitir que los padres
aprendan por si mismos y tengan sus equivocaciones, a cuán presente se puede
estar para el nieto/a que llega, respetando los límites y pautas de crianza que
los padres desean tener para su hijo/a.
En este sentido, el lugar que un
abuelo/a puede ocupar, depende mucho de cómo los padres irán integrando su
figura dentro de la familia, desde el respeto por su experiencia, el modelo que
muestran al niño/a sobre cómo tratarlos, los espacios que pueden compartir y
otras situaciones. Es clave entender que tener abuelos presentes aporta un
beneficio para todos, pues ellos se sienten útiles, con más energías,
emocionados y estimulados de ver a un pequeñito crecer, recordando experiencias
anteriores de cuando ellos fueron padres, reparando a veces errores cometidos
con los hijos a través de los nietos, es una tarea que genera sentido y a su
vez puede aportar a los padres en consejos, apoyo, cuidado y cariño, eso sumado
al amor y experiencias que el mismo niño recibe. Por eso es de considerar que
una cosa es que por diversos motivos los hijos se mantengan distantes de sus
padres, pero no por ello se deben cerrar las puertas para que ellos se acerquen
a sus nietos y puedan entregarles algo positivo. Muchos padres no tan buenos,
pueden llegar a convertirse en buenos abuelos… con precauciones, prudencia y
respeto, puede intentarse… no hay que privarse ni privarles de la oportunidad.
- Dependencias: Según un estudio que
realizó el Centro de Microdatos y el Inta de
Hoy los adultos mayores alcanzan el
13% de la población, pero esta cifra va en aumento y es poco lo que nos
preocupamos de nuestro futuro… Si no trabajamos o somos independientes, no
siempre nos preocupamos de pagar cotizaciones en afp o ahorrar para que luego
tengamos una pensión que nos de autonomía económica y no necesitemos de
familiares que nos mantengan o de ayudas sociales, tampoco somos muy concientes
de cuidar nuestro cuerpo, hacer deporte, comer sano, hacer controles médicos
preventivos para detectar a tiempo y tratar bien algunas enfermedades, leer o
ejercitarnos intelectualmente, mantener lazos afectivos y sociales, entre otras
tareas. La mayoría de las veces vivimos más centrados en los temas del momento,
no somos previsores y enfrentamos las situaciones cuando llegan, lo cual afecta
más nuestra calidad de vida al llegar a la tercera edad y nos hace depender
mucho más de otros, siendo los hijos quienes más se llevan esta función de
“cuidadores”.
Es clave cuidarse, mantenerse
activos y no dejar pasivamente que el deterioro vaya aumentando, sino que
tratar de hacer la mayor cantidad de cosas que les sean posibles, aunque
requieran ayuda, es mejor hacerlas con apoyo que ir dejando de hacer cosas,
pues así cada vez se va restringiendo más y más la vida.
En este sentido, pensando también en
los cuidadores y en que los adultos mayores no se sientan culpables de coartar
la vida de quienes los quieren ayudar, es que la red familiar y social cobra
importancia y debe ser flexible. Hay estudios que indican que el 81 % de
quienes cuidan son mujeres, mayormente esposas e hijas, muchas de las cuales no
reciben apoyo de otros en esta tarea, situación que puede llegar a ser
altamente perjudicial. Esta tarea va limitando sus tiempos libres y se ven
restringidas a hacer muchas cosas por su vida, ya que implicaría dejar más solo
a quienes cuidan y eso puede ser un riesgo, sobre todo si la dependencia o el
grado de salud es delicado. Por este motivo ir turnándose en este rol y que el
cuidador pida ayuda a otros para ayudar a quien depende, es fundamental.
La vida no acaba en la tercera edad,
por algo hoy estamos hablando de cuarta edad incluso, hay mucho por vivir aún y
es importante mantener viva la motivación y el disfrute. Por otra parte,
también es importante que el orgullo quede a un lado, es difícil aceptar que ya
no se pueden hacer cosas que antes se podían, pero en la vida hay que saber dar
y recibir, hay momentos en que damos más y otros en que necesitamos recibir con
humildad, como en éste donde la ayuda es más necesaria.
En el último tiempo cada vez han ido
apareciendo más personas de tercera edad en la consulta psicológica, pidiendo
apoyo en las tareas de adaptación a las nuevas realidades que enfrentan, un
acompañamiento, una ayuda para revisar y ordenar todo lo vivido, resolver
pendientes y sentirse más en paz, otros vienen a replantearse qué quieren para
la vida, a buscar consejos para que paradójicamente sus hijos no dependan tanto
de ellos y sentirse más libres para hacer lo que desean, otros vienen incluso
con problemas de pareja que los inquietan… mil motivos, pero que van dando
cuenta que la vida sigue hasta el último minuto y que al fin y al cabo, vivir
siempre va a ser una experiencia maravillosa y llena de desafíos.
Encuesta - ( Adultos mayores de 60 o
más )
Sexo:_____ Edad:_____
Contesta simplemente SI O NO y dime
con una frase ¿por qué ?
1.- ¿Tienes Relaciones Sexuales .?
(SI O NO ) ¿por qué ?
2.- ¿Tus Relaciones Sexuales Son
Ocasionales O Con Una Pareja Estable?
(SI O NO ) ¿por qué ?
3.- El ejercer tu sexualidad te hace
sentirte, pleno, completo, satisfecho, realizado, etc.?
(SI O NO ) ¿Por qué?
4.- ¿El vivir tu sexualidad o no,
influye en tu autoconcepto, imagen, valoración etc.?
(SI O NO ) ¿por qué ?
5.- ¿La práctica de tu sexualidad te
motiva o limita en tu diario vivir, realización personal
(SI O NO ) ¿por qué ?
La finalidad de esta sencilla
encuesta es para tener un muestreo, de medición sobre la sexualidad, autoestima
y proyecto de vida en los adultos mayores de ambos sexos, como complemento de
una tesina sobre el diplomado de gerontogeriatría con el tema: “ la sexualidad,
estima y proyecto de vida en los adultos mayores” de
que presenta tu servidora:
Profra. Lic. Lucía Rosalva García
Benhumea.
Gráficas De Encuesta
Descripción de gráficas:
Hombres 57%
Mujeres: 43%
Edades.
55 años 23
60 años 35
65 años 30
70 años 7
75 años 3
80 años 3
Pregunta 1
¿Tienes Relaciones Sexuales?
Si 48%
No 52%
Pregunta 2
¿Tus relaciones sexuales son ocasionales
o con una pareja estable?
Estable 33%
Ocasional 29%
Otro 39%
Pregunta 3
El ejercer tu sexualidad te hace
sentirte, pleno, completo, satisfecho, realizado, etc.?
No 45%
Si 55%
Pregunta 4
¿El vivir tu sexualidad o no,
influye en tu autoconcepto, imagen, valoración, etc.?
Si 35%
No 65%
Pregunta 5
La práctica de tu sexualidad te
motiva o limita en tu diario vivir, realización personal?
Si 72%
No 29%
Conclusiones
1.- Reconocer la importancia de la vida
sexual activa en los adultos mayores, como algo natural y existente en los
ancianos.
2.-El reprimir, negar o sentir que
el deseo sexual por parte de los adultos mayores, son prácticas que no les
permiten gozar de una salud mental y emocional sana.
3.- La sexualidad en los adultos
mayores cambia, su práctica, función y desarrollo siendo una fuente de
felicidad, y placer que les permitirán vivirse en plenitud.
4.- Desechar las ideas que la
sexualidad está negada para los adultos mayores, si no, por el contrario es
algo que les puede dar, la libertad y seguridad de estar viviendo completos y
realizados en sus vidas.
5.- El adulto mayor con discapacidad
puede y tiene derecho a disfrutar de su vida sexual en sus posibilidades como
él lo quiera y lo requiera.
6.- El adulto mayor con discapacidad
puede llevar una vida sexual como cualquier otra persona sin discapacidad.
7.- Como consecuencia de la forma de
vivirnos, cultural, social las creencias, y hábitos adquiridos van formando
mitos que bloquean la realidad existente, en los adultos mayores o ancianos.
8.- Los mitos, a veces son más
fuertes que la propia realidad que vive el anciano y eso le lastima, afecta y
deteriora su autoestima en afectación de su vida cotidiana.
9.- La manera, forma o relación en
que el anciano, interactúe con ellos será como se sienta emocional, física y
mentalmente pues de esa manera su personalidad y los conceptos que la forman se
fortalecerán o afectarán en el desempeño de cada anciano en su diario vivir.
10.- Cuando la autoestima,
autoconcepto, autovaloración, autoimagen y el autoconocimiento del anciano esté
fortalecido, él se vivirá como un adulto mayor sano, en plenitud y con deseos
de vivir y gozar los eventos que le presente el estar vivo.
11.- El fortalecer la autoestima del anciano
es fundamental para que el, viva y acepte la etapa de vida que vive en alegría,
ilusión, fomentando ideas, proyectos y nuevas inquietudes por seguir siendo una
persona importante para todos.
12-Cuando el adulto mayor, goza de una
vida en plenitud siguiendo después de su jubilación o actividades que venía
desempeñando durante toda su vida en formación, podrá decir que tiene un
proyecto de vida personal.
13.- El proyecto de vida en un
adulto mayor es de suma importancia, pues esto le permite seguir siendo
funcional, independiente y tener una actitud positiva ante la vida.
14,- Se tiene que pugnar porque las
instituciones del sector salud, los programas de actividades recreativas,
deportivas, culturales para esparcimiento del adulto mayor.
15,- Cuando el adulto mayor ejerce
plenamente toda la funcionalidad de su organismo (su sexualidad ) su autoestima
crece en consecuencia se ve reflejada en su actitud ante la vida para seguir
desempeñándose , siendo participativo, creativo, emprendedor , fomentando así,
su proyecto de vida que lo llevará a ser un hombre en plenitud sano FÍSICA,
EMOCIONAL y espiritualmente.
16.- Se refleja en las encuestas la
relevancia e importancia del tema entre los hombres y las mujeres, por conocer
los cambios de su cuerpo en la tercera edad como adultos mayores. (gráfica 1)
17.- Se manifiesta entre los 60 y 70
años la preocupación, donde la sexualidad es algo que puede o no marcar sus
vidas a futuro. (gráfica 1)
18.-Para ambos sexos es importante
su sexualidad, sin embargo, las mujeres la ejercen menos, o simplemente no
dependen de ella como lo expresan los hombres. (gráfica 2 y 3)
19.-La sexualidad se transforma a
medida que pasan los años en las personas, pero es algo importante que se
manifiesta e influye, en las actitudes de las personas. (gráfica 4)
20.- La naturaleza está implícita en
cada cuerpo, nacemos y morimos con el sexo; la manera, forma o actitud de
expresarla manifestarla o cultivarla dependerá de cada individuo, y esa será la
forma en que se vivirá la persona disfrutando o lamentándose por estar vivo y
añorar el pasado, sabiendo que el mejor momento de sus vidas es el hoy.
Profra. Lic. Lucía Rosalva García
Benhumea.
Bibliografía
1.- Freud, Sigmund: 1898. "La
sexualidad en la etiología de las neurosis", Tomo III
2.- "El método psicoanalítico
de Freud", 1904, Tomo VII, Obras Completas, Amorrortu Editores, Buenos
Aires, 1978.
3.- Wolterek, Heinz: "La vejez
segunda vida del hombre". Fondo de cultura económica, México, 1962.
4.- Leer más: leer,mas.com
5.-García Simón, T . Ponencia para
el ejercicio mínimo: Envejecimiento, un problema social de primer orden,
6.- González R, F; Valdés C,H
.(1994). Psicología Humanista. Actualidad y desarrollo. Editorial de Ciencias
Sociales,
8.- Prieto R, O; Vega G, E . (1996).
Temas de Gerontología. Ciudad de
9.- González R, F; Mitjáns M, A.
(1989). " La personalidad, su educación y desarrollo". Editorial
Pueblo y Educación.
10.- Orosa Fraíz Teresa. (2003).
11.- Revista chilena de obstetricia
y ginecología2011.
12.- LECTURAS ANEXAS TOMADAS DEL
INTERNET:
La vida larga y bella
Por María Eugenia Ludueña
Lydia Lamaison
Amar lo que uno hace
Stella Feigin (82)
Ejemplo de fortaleza
ANEXOS
Referencia
La vida larga y bella
Por María Eugenia Ludueña
La doctora entra en la habitación a
tomarle la presión. La sorprende encontrar a una mujer de 80 años con sonrisa
de niña, peinada de peluquería y con un camisón paquetérrimo.
--Tuteame, nena, que si no me haces
sentir mayor –pide la paciente.
-Pero ¡qué lindo camisón! –le dice
la doctora mientras le acomoda el tensiómetro.
--¿Te gusta ¿Lo usé en mi noche de
bodas?
-Ay, hubiera jurado que era nuevo.
--¡Pero si es nuevo! Mi noche de
bodas fue hace dos semanas.
Podría ser parte del guion de la
película Elsa y Fred, que protagoniza la uruguaya China Zorrilla, pero es un
pedacito de la vida real, donde una cantidad nunca antes vista de personas se
prepara para alargar su vida hasta edades impensadas, con una jovialidad y
lucidez que en otras épocas sólo eran imaginables en la ciencia ficción.
Habrá que actualizar el lenguaje. El
que diga “viejo” atrasa. Ahora se habla de longevos saludables, adultos mayores
que llegan a los 80 con la mente ágil y el espíritu joven de Elsa, o de China
Zorrilla. El cine lo pinta con candor: las investigaciones lo confirman con
rigor. En el reciente Festival de Ciencias de
China Zorrilla (83)
Cambiar de gustos
“Soy una vieja atípica, lo sé”, dice
China Zorrilla a su manera, en ese equilibrado tono que va desde el humor a la
acidez. “Tengo 83 años y vivo en un mundo que hace todo para que la gente
parezca más joven; todo está pensado para los jóvenes, la música, la
televisión, el cine”.
-¿Usted cree que vivimos en una
sociedad en la que no está permitido ser “viejo”?
--Es como si alguien dijera que hay
que esconderlos, como si no te perdonaran las marcas de la vida. Tengo una
definición para la vejez.
--¿Cuál es?
--Envejecer es nada más que cambiar
de gustos.
Está convencida de que la vejez es
distinta para cada uno y que hay que respetar los tiempos y las vivencias de
cada uno. “Tengo amigas de mi misma edad o menores que prefieren quedarse en
casa, tranquilas, tomando té, porque necesitan sentirse cómodas –explica-. Mi
caso es especial, porque mi trabajo me enriquece. No soy un ejemplo de nada,
por eso digo que soy atípica. ¿A cuanta gente de mi edad llaman para hacer un
protagónico en cine o encarnar a una mujer asesina en la televisión ¿Amo mi
profesión, necesito de ella para vivir, en todo su sentido”?
Nació con el nombre de Concepción
Sorrilla de San Martín, en Uruguay, y en su carrera como actriz ha hecho de
todo, hasta protagonizar una historia de amor entre dos octogenarios, Elsa y
Fred. “Se ha generado un boca en boca muy interesante con la película –dice
rápidamente-; es maravilloso porque no sólo se acerca a verla gente mayor, sino
jóvenes que parecen descubrir que nosotros, los viejos, aún sentimos, vivimos y
también amamos. Y que podemos ser embusteros, como Elsa, que se quitó años. No
somos descartables”.
Amar lo que uno hace
Por Lydia Lamaison
El año pasado, brilló en El libro de
Ruth, la obra teatral de Mario Diament; ahora, su entusiasmo está puesto en los
ensayos de la reposición de Parecen ángeles, de Jorge Medina. A los 91 años,
además, Lidia Lamaison espera volver pronto a
“El único secreto es mantenerse
activa, porque así se mantiene activa la mente y sano el cuerpo –dice la actriz
de ojos claros-. Yo amo actuar, para mí es un placer, no un trabajo. Hay que
amar la vida. El que le encuentra un sentido encuentra también la forma de
mantenerse bien”.
El concepto incluye una mirada sobre
la vivencia de los días que corren: “Yo no pienso en el pasado. Vivo y disfruto
el presente. Como decía Rilke, a los recuerdos no hay que amontonarlos sino
seleccionar los mejores”.
“Me adapto a los jóvenes, y no al
revés –focaliza-. Por mi trabajo tengo la suerte de conocer mucha gente joven e
interesante. También hay que adaptarse a los tiempos. Yo no le tengo miedo a la
tecnología, y tomo lo que me sirve. ¿El celular? Sí, es un buen ejemplo”.
Stella Feigin (82)
Ejemplo de fortaleza
Stella Knyszinska de Feigin tiene
una frase que ha sido una muletilla:
“¡Coraje, Stella, vamos!”, dice en
voz alta, como repitió en las situaciones más dramáticas. Es un ejemplo de
fortaleza. Y de cómo las cosas que pasan no producen por sí mismas un impacto,
es la persona la que las decodifica, las acepta o anuda las venas del corazón.
Polaca, sobreviviente del Holocausto, salvó su vida en más de una oportunidad,
se casó con otro sobreviviente y juntos vinieron a
Recorrió el mundo. Recuerda cada
evento con memoria prodigiosa: día, año y mes. Habla cinco idiomas y toma
clases de francés “para no perder fluidez”.
Tiene amigas en Nueva York, Los
Ángeles y Australia. “Gracias a las tarjetas telefónicas baratas, hablamos
mucho”, dice. Cuando se mira al espejo, le parece increíble tener 82 años: “Me
siento joven, buena onda, no soy hincha, no repito veinte veces lo mismo, no hablo
de enfermedad. Si estoy mal, me quedo en casa. Creo que no hay problemas pavos:
las pavadas no son problemas”. Opina que es una mujer “One, tho, three, siempre
lista”. Va a la acción. Le gusta escuchar. Y hace planes: en estos días, se va
a anotar en unas clases de yoga.
De Nosotras “Ahora” 2006.
La bella vejez
Una señora, bien equilibrada y
orgullosa, de 92 años de edad, cada mañana para las 8 en punto, estaba con su
cabello peinado al estilo de peluquería y un maquillaje perfectamente aplicado,
aun sabiendo que ella era casi ciega. Se mudó hoy a un asilo de ancianos. Su
marido de 90 años, recientemente había muerto, obligando a que esta mudanza se
hiciera; después de su fallecimiento.
Después de muchas horas de esperar
pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonríe muy dulcemente
cuando le avisaron que su habitación estaba lista. Mientras ella maniobraba su
andador al ascensor, yo le daba una descripción detallada de su pequeño cuarto,
incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana: Me
encantan, dijo ella con el entusiasmo de un chiquillo de 8 años al que acaban
de mostrar un nuevo cachorro.
Sra. Jones, usted aún no ha visto el
cuarto... sólo espere.
Eso no tiene nada que ver, dijo
ella. La felicidad es algo que uno decide con anticipación. El hecho de que me
guste mi cuarto o no me guste, no depende en cómo este arreglado el lugar,
depende en como yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me
encantaría. Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme... Estas son mis
posibilidades: puedo pasarme el día en cama enumerando las dificultades que
tengo con las partes de mi cuerpo que ya no funcionan, o puedo levantarme de la
cama y agradecer por las que si funcionan. Cada día es un regalo, y por el
tiempo que mis ojos se abran me enfocarían en el nuevo día y en las memorias
felices que he guardado en mi mente, solo por este momento en mi vida.
La vejez es como una cuenta
bancaria... uno extrae de lo que había depositado en ella. Entonces, mi consejo
para ti sería que deposites gran cantidad de felicidad en la cuenta bancaria de
tus recuerdos. Gracias por lo que has hecho para llenar mi banco de memorias,
sigo depositando. Recuerda las simples 5 reglas para ser feliz:
1. Libera tu corazón de odio.
2. Libera tu mente de
preocupaciones.
3. Vive humildemente.
4. Da más.
5. Espera menos.
Iris Apfel.
La dama que se viste como el jazz.
Referente de la moda en el mundo, a
los 94 años es la imagen de varias marcas. "Algunas personas hacen un gran
esfuerzo por ser diferentes. Yo no".
Por Juana Libedinsky.
NUEVA YORK
Tener a un equipo de filmación
siguiéndote durante un año por supuesto que es intrusivo, pero cómo negar que
también es halagador, a mi tierna edad, ser una estrellita geriátrica."
Quien eso sostiene es Iris Apfel, de
94 años. Mucho antes de la popularización del street-style y las blogueras
especializadas, antes de Instagram y todo tipo de medios sociales, Iris Apfel
fue la madre (o abuela o bisabuela) de la individualidad radical en la moda.
Apfel fue la primera mujer no sólo
en usar jeans socialmente, sino también en mezclarlos con ropa eclesiástica
antigua que conseguía en Europa y adornos tribales africanos. Es la inventora
del estilo hi-lo que mezcla la alta costura con lo producido en masa, el
vintage y lo artesanal, y que ahora es un look que confiere tanto más prestigio
social que estar de pies a cabeza en Oscar de
"Hoy hay pocas mejores formas
de pasar 80 minutos en el cine que viendo Iris, un film que, de manera
deliciosa, nos fuerza a abrir los ojos a la vida, el amor, a los anteojos con
personalidad, las pulseras del tamaño de las ruedas de una bicicleta y el arte
de hacer una entrada grandiosa", se entusiasmó
The New York Times.
Iris Barrel nació en Queens un 29 de
agosto de 1921 y estudió Arte en
Weavers, fábrica textil que
manejaron juntos hasta que se retiraron en 1992.
Una vez jubilada, Apfel encontró que
tenía el tiempo y los medios económicos para dedicarse a su amor por la ropa y
los accesorios, convirtiendo esto en un arte en el que ella era, evidentemente,
siempre el lienzo en blanco. Pero más que de la plástica, ella prefiere
describirse con una metáfora de la música: dice que se viste como el jazz.
"Porque el jazz es
improvisación y eso es exactamente lo que hago -subraya-. Tomo algunas cosas y
las mezclo con otras que son inesperadas. Funciona de la misma manera que en el
jazz se puede hacer una disgresión con notas que no deberían estar allí, pero
al ponerlas juntas en la melodía todo cierra."
De cualquier manera, Apfel
claramente sabe cuándo hay que mantenerse fiel a lo que el compositor original
quiso. De
De la restauración de una de las
primeras casas de Teddy Roosevelt, recuerda que "era siniestro. Todo era
de color pus, pero lo teníamos que mantener exacto.
Es decir, no te contratan para
convertir el ambiente en bonito. Pero, a la vez, sería terrible si las primeras
damas pudieran intentar mejorar la decoración", le dijo a The Palm Beach
Post en el estilo directo que la caracteriza.
Justo antes de lanzar su carrera en
el séptimo arte, Aprfel entró en el mundo académico. En
Una de sus frases se convirtió en
latiguillo del film: "Es mejor ser feliz que estar bien vestido". Es
evidente que Apfel era candidata natural a protagonizar un documental
fascinante. Pero ella tenía sus dudas. "Amo la ropa, amo vestirme, pero no
es esa mi vida. Tenía miedo de aparecer como una fashionista cabeza hueca, lo
cual no soy, y afortunadamente no pasó", dice en referencia a la cinta que
acaba de llegar a los cines, dirigida por Albert Maysles.
Jennifer Ash Rudick, una joven
productora, estaba dispuesta a todo para convencerla. Y cada minuto con Apfel
le ratificaba que era una personalidad única cuya historia había que contar en
la pantalla. "Fui con Iris, a quien conocía hacía un tiempo, a ver un
documental en el West Village -cuenta Ash Ruddick a
Cuenta Ash Ruddick que mientras todo
esto pasaba, la gente se amontonaba afuera de la ventana del Mc Donald´s para
mirar en total fascinación y descaro a Iris como si fuera una vidriera y luego
se desvivían por saludarla.
"Igual llegamos a tiempo al
documental -continúa-, que era un retrato filmado. Después le dije: Iris, que
te parecería si filmáramos un retrato sobre tu persona. Depende de quién lo
haga, si encontrás alguien en quien pueda confiar, lo consideraría. Fui y me
reuní con los Maysles y, en cuanto Albert e Iris se conocieron fue bastante
evidente que film o no film, serían amigos."
Maysles, el decano de los
documentalistas según el Times y "quien mejor maneja la cámara de todo
Estados Unidos", como dijo Jean-Luc Godard, es en sí mismo una figura de
culto. Con su hermano David realizaron obras cumbre del cinema verité americano
como Gimme Shelter, sobre un recital de los Rolling Stones donde murió un fan
y, naturalmente, Grey Gardens, donde retrataron la vida de la tía y la sobrina
de Jackie Kennedy excéntricas que vivían aisladas del mundo en una casa
abandonada en Los Hamptons.
"Admiro a la gente que hace su
propia cosa. Es lindo hacer tu propia cosa si tenés una propia cosa para
hacer", resumió Apfel respecto de por qué le gustó Albert Maysles. Maysles
justo falleció en marzo último (David varios años antes), lo que le dio al film
Iris, que en el fondo trata sobre la tercera edad, un particular significado y
urgencia.
Esta redactora conoció a Apfel y
Maysles en un cóctel en la casa de Ash Ruddick en 2014. La reunión tenía unas
pocas personas del mundo del cine que habían hecho el peregrinaje hasta esa
punta de Long Island para participar del Hamptons Film Festival, donde se
presentaba la obra. También estaba una buena parte del establishment wasp de la
zona, amigos de la dueña de casa del distinguidísimo club de tenis del
balneario.
Los tragos se servían acompañados de
servilletas donde se habían impreso algunas de las frases más contraculturales
de Iris, así como su mantra de more is more and less is a bore (más es más y
menos es un bodrio). Sin embargo, sentada tranquilamente en una esquina de un
sofá y vestida en colores oscuros con los múltiples collares e innumerables
pulseras discretamente al tono, Apfel participaba tranquilamente de la velada
mimetizada con el entorno patricio.
Con su voz de chica lista ex
fumadora de Queens mucho más suave que en el film, tuvo tiempo de charlar con
esta redactora y hasta preguntarle dónde comprar buenos accesorios gauchescos
si alguna vez viajaba a
"Iris siempre dice que hay que
vestirse para uno mismo -señaló Ash Ruddick-. Fue sorprendente, hasta para mí,
cuán poco -ni yo ni nadie del equipo de filmación-se preocupó por lo que
llevábamos puesto cuando estábamos con Iris. Podía aparecer en jeans y
camiseta, lo cual solía hacer, y siempre iba a encontrar algún elemento para
elogiar. Realmente no juzga a nadie. Creo que al pasar tanto tiempo con ella me
volví más segura para vestirme para mí misma y para la ocasión. Iris, aunque
siempre creativa y original, tiene también un gran sentido de lo que es
apropiado."
"No trato de ser
anticonvencional -subraya Apfel-. Algunas personas hacen un gran esfuerzo por
ser diferentes. Yo no. Yo hago lo que quiero hacer y espero que esté dentro de
ciertos límites. Soy una gran creyente en estar a la altura de las
circunstancias", dijo. De hecho, Iris considera que hay que tener siempre
algún tipo de marco de referencia. "Tengo muchos problemas con la ropa sin
estructura y con una parte del arte contemporáneo, cuando la gente piensa que
puede hacer lo que se le cante."
En la actualidad, Apfel se la pasa
viajando para los distintos estrenos del film, con Carl siempre a su lado,
incluso cuando va en sus célebres expediciones de shopping. "Nunca me
gustaron los diamantes y las grandes joyas estilo Harry Winston, sino la
bijouterie teatral o de colores, de distintas culturas, o producidas en masa.
Carl, claramente, es un hombre afortunado", suele decir. En esta nueva
etapa de su vida están todo el tiempo rodeados de jovencitas lindas del
ambiente del cine y de la moda, e Iris aclara que su marido también es afortunado
en otro -políticamente incorrecto- sentido: "Una mujer es tan vieja como
luce cuando alguien la mira -concluye-, pero un hombre no es viejo hasta que no
deja de mirar".
Cómo hacer para disfrutar de la
tercera edad.
Hay que evitar el aislamiento y
mantenerse en actividad.
Mantenerse físicamente activo,
alimentarse saludablemente, no fumar, evitar el estrés... La fórmula para
disfrutar de una vejez plena y en salud parece sencilla, al menos en teoría.
Pero en un mundo en el que la expectativa de vida de la población es cada vez
mayor, y más aún en países como
Por primera vez en la historia de la
humanidad, en algún momento de los próximos diez años habrá más personas
mayores de 65 años que menores de 5 años. Y mientras los países desarrollados
verán que su población mayor de 65 años se incrementará un 50% de aquí a 2030,
se espera que en los países en vías de desarrollo ese aumento sea del 140 por
ciento.
"El problema del envejecimiento
es que se nos va a venir encima muy rápido en los países en desarrollo. En
Europa, la población tardó 100 años en envejecer; acá, eso se va a demorar 20,
25, 30 años, y no vamos a tener todo el tiempo que tuvieron los países
desarrollados para prepararse para los problemas del envejecimiento", dijo
Alberto Palloni, investigador chileno, actualmente en
"El envejecimiento poblacional
se produjo en los países desarrollados como resultado del crecimiento económico
y del bienestar social -dijo Silvia Gascón, directora de la maestría en Gestión
de Servicios en Gerontología del Instituto Universitario ISalud-. En cambio, en
nuestros países estamos envejeciendo en situación de pobreza y con redes
sociales que no están del todo consolidadas".
"Hay un montón de tecnologías
que nos falta desarrollar para envejecer bien, desde el cuidado domiciliario o
la atención en hogares de día y de noche, hasta la teleasistencia o las
residencias de mayores -agregó Gascón-. El problema es que en nuestros países
van a coexistir las enfermedades crónicas con las agudas, y los recursos de un
ministerio de salud van a estar en tensión entre el dengue y las enfermedades
cardiovasculares."
Ahorrar en salud.
"El envejecimiento de la
población no es sólo resultado de una cada vez mayor expectativa de vida al
nacer, sino también de una mejora en la expectativa de vida de las personas
mayores de 65 años", comentó a
"Pero más importante que la
expectativa de vida -agregó Suzman- es lo que llamamos expectativa de salud o
vida libre de discapacidad." Esto es: esos años extras libres de
enfermedades que condicionen la calidad de vida de la persona. Aunque se espera
que la expectativa de vida después de los 65 años siga en aumento, no se puede
decir lo mismo de la expectativa de vida libre de discapacidad. "Hoy
existe una gran preocupación en los Estados Unidos por las generaciones más jóvenes,
debido al aumento de las tasas de obesidad y de diabetes –comentó Suzman-.
Aunque la expectativa de vida se cree que seguirá creciendo, esto [la epidemia
de obesidad y sus afecciones asociadas] afectará la expectativa de vida libre
de discapacidad."
Los países en desarrollo, como
"Por eso es tan importante
hacer hincapié en la prevención y la promoción de la salud. Así como uno ahorra
plata cuando es joven para cuando sea viejo, uno tiene que ahorrar también
salud -señaló Gascón-. Si uno tiene hábitos de vida saludables durante la
juventud y la adultez, es más probable que disfrute de una vejez libre de
discapacidad." ¿Qué entendemos por hábitos de vida saludables?
"Evitar el sedentarismo
(caminar al menos 40 minutos todos los días), llevar hábitos de alimentación
saludables (reducir el consumo de grasas y elevar el de frutas y vegetales, y
en las mujeres consumir calcio para prevenir la osteoporosis), no fumar y
reducir el consumo de alcohol, principalmente –enumeró Gascón-. Y después, está
todo lo psicosocial."
Evitar el aislamiento.
"Hoy hay una toma de conciencia
de que gran parte de nuestra salud [en la vejez] está determinada por comportamientos
individuales, pero también por factores
sociales", señaló Suzman, que
visitó recientemente
en colaboración con sus colegas de
ISalud.
"Está comprobado que las redes
de apoyo, sobre todo las de amigos, permiten mejorar la calidad de vida y la
cantidad de años de vida. Por eso, evitar el aislamiento y encontrar espacios
para compartir con otros es fundamental", afirmó Gascón. Sin embargo, el
creciente aislamiento parece ser una constante en las personas mayores:
"Hay una tendencia a que las personas mayores vivan solas –agregó Gascón-;
hoy en
"Un estudio que realizamos en
"Construimos edificios y casas
como si toda la vida fuéramos a ser jóvenes -continuó Gascón-. Por otro lado,
nuestro estudio mostró que las personas de más de 75 años, que no tienen dinero
para tomar taxis o remises, no pueden salir de su barrio." Aquí lo que
pesa no es [sólo] la inseguridad, sino lo poco preparados que están los
trasportes públicos para las personas mayores.
"Además de evitar el
aislamiento -insistió Gascón-, para vivir una vejez digna es fundamental
sentirse respetado, sentir que uno sigue contribuyendo a la sociedad a la que
pertenece. Y eso puede pasar tanto por encargarse de los nietos como de
participar de un proyecto político."
¿Adultos mayores?
Una historia que se repite en las
consultas de la gente Por la sicoanalista Eva Giberti
Si el lector o la lectora tiene
menos de 60 años este tema quizá no le pertenece porque, como decimos de
entrecasa, se trata de los viejos, de los “abuelos” como la sensiblería tilinga
de algunos conductores de los medios insiste en cotizarlos sin saber si ese
adulto tiene o no nietos, si sufre por no tenerlos o si los tiene y es como si
no existieran; la gente de la tercera edad, los ancianos, en fin, un guión que
abarca los setenta años, los ochenta y más. Los de setenta años ni remotamente
se sienten miembros de esa cohorte, pero las reiteradas visitas al médico les
imponen una realidad.
Podemos sumar a quienes tienen más
de ochenta años y también noventa si bien esos diez años de diferencia pueden
marcar territorios disímiles. Sin embargo, comparten una situación que escucho
narrar cada vez con más frecuencia, en consultas que aparentemente nos
hablarían de depresión. Siempre es la misma historia, y arrecia en las fiestas
de cumpleaños y en las festividades clásicas, navidades, finales de año. Mesa
reunida con los hijos, nietos y amigos de los hijos. Conversaciones surtidas,
entrecruzadas, donde todos y todas intervienen. Ameno encuentro, cordial,
simpático sin la menor intención de excluir a alguien. Pero ese alguien, que
participa en presencia, está sentado o sentada, escuchando sin que le sea
posible intercalar un comentario. De repente ¿se volvió tonta o tonto? ¿Ha dejado
de leer? ¿De escuchar la radio? ¿Está obnubilado y en otro mundo, se comporta
como un vegetal? No, nada de eso. Es la misma persona de siempre pero ha
encallado en la edad que los otros comensales no alcanzaron aun y no imaginan
que existe. Porque esa persona sentada con ellos, continúa siendo la misma en
los afectos y el respeto que le tienen, pero ahora no es una tripulante de esa
nave que los otros pilotean con sus ideas, sus opiniones, su tremebunda
información y sus certezas adultas y juveniles. Todos conocen a esos nuevos
grupos musicales, a esos actores que arrasan en la tevé, se han enterado de las
últimas noticias políticas y lo comentan todo vertiginosamente, intercambiando
comentarios, alguna discusión pero siempre entre ellos, construyendo un túnel
invisible por donde transita la época actual. Donde no puede introducirse quien
tiene ochenta años aunque le sobren comentarios y disponga de alguna
información o punto de vista.
Involuntariamente queda excluido/a
en un silencio de ausencia mortal que ninguno hubiese querido provocarle, pero
esa persona está allí, inerte, repleta de palabras posibles pero que no
interesan porque no cuajan en el ritmo vertiginoso de las idas y venidas entre
los comensales. Pueden ser ideas interesantes pero no están en el contexto que
los otros adultos, hijos, nietos, amigos comparten cotidianamente y al cual
quien tiene 70, 80 o más no logra adherirse. Puede disponer de contenidos
múltiples y valiosos, cosas para decir, pero se supone que hablará desde otra
época, desde cuando era joven, y eso ya no funciona.
No existe el menor atisbo de
discriminar a ese comensal, sencillamente se lo desconoce como sujeto dialogal
y el diálogo es aquella sustancia que permite que las cosas aparezcan, se
transparenten. El comensal sentado sin diálogo, por muy amado que sea en esa
familia se endurece como si fuera una cosa porque la cosa no piensa ni dice.
Los temas y problemas del ser se convierten en problemas del decir, que es lo
que no atina a hacer el viejo o la vieja que además, no puede dejar de pensar
en el pequeño dolor que lo aqueja en ese momento o recordar la pastilla que
deberá ingerir dentro de media hora. No lo hace porque no hay pausa para
escucharlo o preguntarle y entonces en la consulta dicen: “No les interesa lo
que yo les diga, en realidad yo no les intereso, me invitan porque no quieren
dejarme solo...” Las escenas de ese encuentro transcurren contra las
expectativas del anciano invitado, los diversos sucesos se enuncian de manera
imprevista si bien lógica para quienes hablan y ese imprevisto posiciona al
adulto mayor como espectador de una puesta de teatro de la que no participa,
aunque es uno de los protagonistas. Ese invitado/espectador se encuentra
adherido a síu
mismo como observador silencioso, posición que lo afecta y puede generar
furia o desconsuelo. Ingresa en una peripecia, algo raro, que inicialmente lo
asombra porque es desconocido y le sucede en medio de personas, cosas,
circunstancias conocidas (su familia) a la que va acostumbrándose con los años
(Aristóteles consideraba la peripecia una ironía del destino). Ha aprendido a
estar callado donde siempre se lo escuchó o donde siempre se la consultó y
ahora pasa inadvertido/a en la hora del diálogo, siempre bien atendido en su
dieta o en el brindis general.
Como se trata de una situación
aprendida, los jubilados crearon sus propios clubes superadores de los bancos
de las plazas, sus propios viajes en conjuntos armoniosos restallantes de
conversaciones acordes con quienes se reconocen como semejantes. Pero algunos
no concurren a estas agrupaciones y esperan ser escuchados en sus familias, en
sus mundos de siempre. Quizá, por ser lo más difícil, sea ésta la etapa en la
que se inaugura el remanso, cuando el agua se mece a sí misma, se escucha a sí
misma; los adultos mayores se dan cuenta que podrían decirle a los otros que
ellos continúan fluyendo, que están allí, y no sólo para que los atiendan y
acompañen al médico, sino para dialogar. No se atreven a rescatar la presencia
simbólica que la palabra incluye. Porque quizá no se sientan seguros con su
lenguaje, con la velocidad de sus ideas, con la articulación de sus palabras.
Pero la palabra de los viejos y de las viejas está allí, omitirla en las
invitaciones familiares y en la vida es una indiferencia que merece revisarse.
La palabra humana que le escamoteamos al otro y la escucha saturada por lo
innecesario de cada día que anula o posterga la presencia simbólica del otro,
son amarga insignia de estos tiempos.
Camino a la libertad
Libertad es la capacidad de visualizar
un futuro mejor y concentrar nuestra atención, nuestra pasión y nuestras
decisiones en ese futuro.
Es dominar nuestros pensamientos,
sentimientos y acciones y dirigirlos correctamente.
Es poder sacrificar lo inmediato y
lo cómodo por algo mayor y mejor.
Es decidir hacer lo necesario para
que el futuro exista.
Libertad es crecer, pero no a
expensas de otro. Es crecer en paciencia, en perseverancia, en amor, en fe, en
confianza, en seguridad, y en la capacidad de producir resultados a través de
una vida dirigida, por uno mismo, hacia objetivos dignos.
Si la libertad de uno o de unos,
produce opresión en otros, entonces no es libertad, sino un capricho
egocentrista.
Este capricho lleva a irrespetar,
dominar y controlar la vida de otros trayendo destrucción y violando los
principios de la vida.
La libertad real produce respeto a
la vida, y es regida y gobernada por principios y leyes. Es por esto, que las
personas más libres son las que más se conocen y más se sujetan a producir
resultados en sus vidas conforme a sus propósitos y sus razones de ser.
Entendemos hoy a los héroes, que se
levantan cada día cumpliendo con sus metas, negándose a sí mismos en pro de sus
propósitos, sabiendo que Dios es el protector y determinante del futuro de los
que deciden vivir la libertad de ser lo que nacieron para ser.
Decisiones contundentes se están
tomando en los corazones; decisiones que determinan el futuro.
Es tiempo de crear un camino nuevo
hacia un futuro posible, es tiempo de saber que cada uno de nosotros puede
hacer la diferencia.
La libertad sin sacrificio y
esfuerzo no existe. Los errores del pasado crean el temple y el carácter
necesarios para construir algo mejor. Nuestras decisiones diarias determinan
ese futuro.
Si hoy decidimos respetar, amar, dar
gracias y luchar por lo que creemos, mañana será diferente. Haremos tangible la
verdad, la justicia y la libertad para nosotros y para una nueva generación.
Tu vida cambia en el momento que
tomas una decisión íntegra, acorde y comprometida. La fuerza y el poder de una
decisión y de sus consecuencias residen dentro de ti.
En otras palabras, ya la posees.
Cuando decides lo que quieres encontrarás un camino, estarás determinando el
éxito de tu decisión.
Tomar una decisión es comprometerte
con el resultado, sin vacilación, sin pensar en otra posibilidad. Mientras más
tomas decisiones, más habilidad tendrás en tomar decisiones acertadas. La
repetición conduce a la habilidad: sé consistente y perseverante con tu
decisión.
Reflexión Final:
La lectura de estas notas, me lleva
a reflexionar sobre las personas en este caso de la tercera edad, que han
llegado con esa actitud, consciencia y deseo (proyecto de vida) por haber
tenido la constancia, capacidad y paciencia de ir mejorando, construyendo y
cambiando todo lo que no era provechoso ni de utilidad en el desarrollo o
construcción de sus vidas. Lo cual les permitió, llegar a la tercera edad con
alegría y entusiasmo por vivirla y terminar su existencia en plenitud y
satisfacción de haber pasado por ella y sobre todo haber dejado huella a su
paso.
Autora: Profra. Lic. Lucía Rosalva
García Benhumea. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México.