Un trabajo diferente.

 

-Don Cristofer, lo busca el periodista Ángel Lara.

-Dígale que pase por favor.

-Hola estimado amigo ¿Qué es éste milagro?

¿No me digas que vienes a ver que buscas para darnos en tus columnas? Jaja.

-No hombre, si ya no trabajo ahí, hicieron recorte de personal y luego de 30 años de partirme la vida por ellos me tiraron a la calle y vengo a ver si hay algo por aquí.

-Hmmm bueno, tengo la planilla completa pero… solo que…

-En lo que sea no te preocupes, no aspiro a la dirección del medio, con tener trabajo es más que suficiente.

-Bueno, tenemos una revista muy interesante, pero es que está a cargo solo de mujeres y no sé que tan conveniente resulte un hombre con tu estilo ahí.

-Eso suena interesante, a esta edad meterse en esas andadas.

-Verás que se te dará muy bien, tienes una pluma muy versátil.

-Me estás picando, ¿de qué se trata?

-Es la columna de la doctora Franchesca, las gentes le escriben haciéndole consultas y ella las contesta con ese estilo que vos ya sabés manejar.

-Bueno, estoy disponible hoy mismo, probemos a ver.

-Qué bueno Ángel, porque tengo estas aquí amontonadas, la periodista anterior se mudó a otra zona y me dejó esto votado.

-A ver, con cuál empiezo, esta es muy entretenida, me sentaré cerca de la ventana, está bonitilla la oficina.

-“Querida doctora Franchesca, primero para contarle que tuve una bebé hace 3 semanas y le puse su nombre, ojalá sea así de bonita como usted y ayude a la gente de forma desinteresada. Hace años que sigo su columna.

Le escribo porque el papá de mi bebé se había ido en el 4to mes de embarazo; antes de nacer la bebé un enfermero muy atento estuvo acercándose a mí y empezamos a salir, él muy atento y respetuoso conmigo y súper encariñado con la bebé, hasta los pañales le cambia y va a misa con nosotras, y ahora que creo que el amor vuelve a sonreírme, aparece el papá de la bebé, reclamando derechos.

¿Qué puedo hacer doctora?, yo no quiero quitarle la visita de mi hija, es su derecho, pero él dice que nos juntemos, que es por las dos que viene.

Mamá confundida.”

 

Bueno vamos a ver que tenemos por aquí.

Ajá… hmm…. Mama Confundida.

Ésta está más fácil que darle un chonetazo a una lora.

Que tal si la doctora Franchesca le dice:

Estimada Mama Confundida:

Gracias por confiar en mis humildes consejos.

Como mujer, me siento indignada con padres irresponsables como el papá biológico de tu hija.

Ése tipo no merece más que le pongas la demanda de pensión alimenticia y que como hombre, no lo vuelvas a ver por respeto a tu hija, a ese muchacho que sí es un verdadero varón y no un macho tira hijos por el mundo como ese que se está acercando de nuevo para embarazarte de nuevo y desaparecer, dale tu cariño y atención.

Debes respetarte a vos misma, ponerte bonita, estar alegre, vivir por ustedes tres y no dejar que un irresponsable que solo te dio el semen para tu hija perturbe la felicidad de tan linda familia.

Tu amiga Franchesca Fontaine.

 

“Mi muy especial y estimada doctora Franchesca.

Repito su nombre y me gusta tanto como suena, antes de contarle mi problema, una preguntita, ¿dónde se compró esos aretes que usa en la foto de su columna? Están bellísimos. Y qué lindo maquillaje.

Vea doctora, jeje, lea mejor, mi situación es esta. En 6 meses me casaré, ella es una chica maravillosa, sencilla, una familia con valores, nos conocimos en un curso de inglés hace un año y medio. Ella está enamoradísima y a mí me gusta mucho, el asunto es que no le he contado mi pasado, ni mi presente creo, jeje, soy hetero y homo también, con ella todo va muy bien, pero tuve una pareja homo que amé mucho, el hombre más especial de mi vida, él volvió a la ciudad supo que me casaré y me dice que no importa, que sigamos como amantes.

Usted sabe doctora, ojos que no ven corazón que no siente, ¿debo contarle a ella que fui gay? No le contaré del trío jamás, pero no sé si empiezo por decirle que también me gustan los divinos caballeros.

 

Estimado lector sin nombre.

Gracias por escribir a esta columna donde todos pueden recibir un consejo de mi parte.

Mis pendientes y su procedencia tiene menos importancia que su futuro y el de la joven que se enamoró de un ser sin proyecto promisorio como pareja.

Usted no fue gay lo sigue siendo y por tanto, no debe engañar a esta joven y engañarse así mismo.

Vuelva con su pareja masculina donde parece ambos son felices y no juegue con los sentimientos de esta muchacha.

Ella merece un verdadero caballero a su lado, no un ser quien piensa que ojos que no ven corazón que no siente, porque esa deshonestidad suya puede revertirse con su antiguo novio a quien no podrá reclamarle porque a los promiscuos suele pasarles que se quedan sin el santo y sin la limosna.

 

“Doctora:

En primer lugar no intente rastrear este sobre porque tomé varios buses y fui a otra ciudad a enviarlo para despistar, así que ese sello de correo no es de donde yo vivo.

Doctora: Debo confesar un crimen. No me cabe ya en el pecho este peso y no soy católico así que no me aconseje sacerdote.

Doctora: Tuve que hacerlo. Me topé con un error de la naturaleza porque no puedo decirle hombre, le queda muy grande, que agredía a mujeres y para mala suerte suya la última es una amiga muy querida; así que como un justiciero de la noche, lo esperé por días, lo seguí y ahora es parte de la vegetación el Zurquí.

Le hice un favor al mundo, un agresor menos, pero no puedo dormir y empecé a fumar dos paquetes por día, este secreto me carcome.

Gracias por escuchar.”

El justiciero arrepentido.

 

Estimado justiciero:

El precio de tomarse la justicia en las manos, es cargar el peso de la culpa hasta que la conciencia se reciente y pide a gritos una solución.

Usted no necesita un sacerdote, requiere poner sus cosas en orden, presentarse ante la justicia y contar las cosas como sucedieron y enfrentar la ley terrena para que la divina lo deje tranquilo. De mi parte no se preocupe, no soy investigadora de crímenes ni tengo tiempo para rastrear la procedencia de éste sobre que por ética y respeto a nuestra legislación, debo poner en manos de las autoridades. Lo tendré conmigo una semana para darle tiempo a que ordene su vida y tome la mejor decisión.

De sus motivaciones no tengo nada que decir porque aunque estuviera de acuerdo con ellas, su procedimiento no fue el mejor.

 

“Estimada doctora Fontaine.

Estoy desconsolado, aunque suene a débil. Conocí a una mujer maravillosa, empezamos a salir, ella es lindísima, inteligente, trabajadora, mujer de valores, cuando le propuse ser su novio y visitarla en la casa, me dijo que fuéramos despacio, que a la casa de ella mejor no, bueno yo no tengo prisa, fue pasando el tiempo y me confesó un secreto, un secreto que no es que sea malo ni negativo, pero el saberlo me desconsuela porque… porque… porque no me gustan los niños. Ella tiene un niñito de 4 años, lo tenía oculto, dice ella mientras me conocía bien y ahora que me tiene confianza pues quiere que me acerque.

Pero ¿cómo puede una madre ocultar su maternidad tantos meses?, por otro lado la entiendo, ella no me conocía, ahora ella quiere que me acerque más, no solo a ella sino al mocoso ese. Nunca hablamos del tema de los niños, pero no quiero criar hijos de otro.

Ella me gusta mucho, pero prefiero huir. Me siento traicionado.

¿Cómo se lo digo para no herirla? Por favor deme unas palabras adecuadas.

Hombre sin consuelo.”

 

Estimado hombre sin consuelo.

Gracias por su sinceridad y deseos de alejarse sin lastimarla.

Así como ella tomó las previsiones del caso para no acercar a un hombre agresor o de malos sentimientos a su hijo, usted tiene derecho a decidir si la acepta con su retoño asumiendo las consecuencias de esa determinación que va más allá de lo económico y relación de pareja.

Si no quiere darse la oportunidad de tratarlo y considera que la paternidad no es lo suyo, hable con ella, como madre le agradecerá que se aleje de su hijo si no puede quererlo.

Como mujer, aprenderá dos lecciones, la primera es que los hijos no se ocultan en ningún momento y que hacerlo puede atraer a los hombres por su belleza e inteligencia, pero luego los perderá por su incorrecto proceder.

Medítelo antes de tomar una decisión y si decide irse, por ella no se preocupe que con tantas cualidades sobrarán caballeros dispuestos a amarla y amar a su hijo como propio.

 

“Apreciada doctora.

Aquí entre nosotras y que no salga del cantón, jeje, busco su consejo para esta situación.

Tengo 40 años, buen aspecto, bonito cuerpo, me hago mi manita de gato todos los días, trabajo como miscelánea, pero como a todos no me alcanza la plata.

Me ofrecen un trabajo, formar una agencia de damas de compañía, no es prostitución, pero allá si ellas quieren unas extras.

¿Usted cree que ese dinero sea mal habido? La moral no me deja dormir aunque pienso que algunas familias se beneficiarán, porque sus mamás tendrán un trabajo muy pero muy bien pagado. Mi salario como administradora será exorbitante, es difícil dejarlo ir.

Por otro lado me ofrecieron en un bar. Entonces ¿cuál sería el mal menor?”

 

Estimada dama de las 4 décadas:

Su moral no la deja dormir porque coquetea con el signo de colones que usted coloca a las cifras con que sueña despierta. Cuarenta años y de buen ver, pero no suficientes para que la contraten como dama de compañía si no como reclutadora de mujeres bonitas que terminarán acostándose con sus clientes. Me pregunta por el mal menor con relación al otro trabajo que es en una cantina donde según las estadísticas europeas es de los trabajos donde más acosan a los trabajadores tanto por parte de los clientes como los propietarios.

En resumen, si su moral no la deja dormir, hágale caso cuando le diga que es mejor mantener un trabajo honrado aunque con poco salario y vivir con la conciencia tranquila.

Si al final acepta alguno de los trabajos propuestos que sea el que más dinero le genere, de por sí para usted la inmoralidad será un artículo de lujo que adquieren sus clientes, sus reclutadas y usted misma.

 

“Doctora Fontaine.

Yo no necesito un consejo sino una ayuda, ahí le mando mis datos personales, mi foto, un pedazo de cabello. Quiero saber si puede ayudarme a contactar con algún clarividente y me digan si un negocio que voy a hacer será bueno o malo.

Gracias.

Atentamente, un supersticioso.”

 

Estimado supersticioso:

Gracias por no confundir mis servicios profesionales. Veo su foto y su cabello y la verdad ambos reposan en algún basurero pues solo me quedé con su nota que es lo que me interesa.

Más que un clarividente, usted necesita un asesor de bienes raíces.

Ése negocio será bueno o malo dependiendo de su capacidad negociadora, lo atractivo para la contraparte y su capacidad para aceptar solo lo que merece, si deja a su codicia gobernarlo no le eche las culpas a las fuerzas ocultas de su mala cabeza.

 

-Estas gentes están más locas que una cabra. Esta historia de la que me pide asesoría para la venta de pollos sí que la sacó del estadio. Eso ni lo contestaré.

 

“Doctora Franchesca

Una tía me ayudó a escribir esto y a mandarlo porque soy menor de edad, tengo 11 años.

Tengo un compañerito que creo que está viviendo problemas en la familia, no lleva merienda, no lleva los útiles completos, nunca tiene plata para las copias que da la niña, ya no quiere jugar en el recreo, unos compañeros dicen que el papá está en la cárcel y lo avergüenzan, intenté preguntarle a la maestra pero dijo que no me meta y mami también me dijo eso, pero es mi amigo y me preocupa.

Tía dice que le apunte el grado y la escuela donde estoy, ahí le puse también el nombre de mi compañerito.

Tal vez otro niño en otro lado del país tenga un amiguito en esa situación y también ocupe su consejo.

Amiguito triste y preocupado.”

 

Estimado amiguito triste y preocupado:

Me siento orgullosa de recibir cartas como la tuya. Sos un niño, pero muy grande en lealtad y tu amiguito se sentirá muy bien cuando las cosas cambien y sepan que fue gracias al cariño desinteresado que le tienes. Ésta nota que me mandaste, la enmarcaré y pondré en mi oficina para recordar los verdaderos valores que deben presentar los amigos. Junto conmigo, trabaja un equipo interdisciplinario y tengo muchos profesionales que me apoyan por lo que de inmediato, tomaremos las medidas necesarias para orientar a tu amiguito y ayudar a su familia y pronto lo veremos estudiando y jugando muy contento a tu lado.

 

Querida doctorcita Franchesca.

Hace años que la leo. Viera que necesito su admirable consejo.

Soy de pueblo, hace dos meses llegaron unos señores a ofrecer trabajo en la capital y estudios superiores, solo tengo el sexto de escuela, me gustaría ir al colegio para estudiar para abogada. Esos señores nos ofrecen becas y hospedajes, estudiaríamos de noche y de día trabajaremos en una imprenta que ellos tienen.

Pero mis papás no están de acuerdo, aquí trabajo en casas y de eso no voy a pasar.

Yo sé que en la capital hay peligros, pero esa empresa parece seria, tienen hasta números de clientes que los pueden recomendar.

¿Qué hago doctorcita? Soy mayor de edad, pero no quiero irme peleada con mis papás.

Hija preocupada.”

 

Estimada hija preocupada:

La superación es una virtud tan grande como el respeto a los padres.

En efecto, la propuesta de la compañía me parece seria y de ser así, no debes de perder la oportunidad. Nos sentimos orgullosos de contar con la colaboración del bufete Cruz Álvarez de gran reconocimiento nacional por lo que para que sus padres estén tranquilos si quiere mándeme los datos de estos señores, ellos harán un estudio para ver si se encuentran registrados en el Ministerio de Industria y Comercio, pagan las cuotas de la Seguridad Social y sus líneas de trabajo empresarial estén acorde con los valores que le inculcaron sus padres para que todos estemos tranquilos.

Por los honorarios no se preocupe, éste tipo de tareas se enmarcan bajo el criterio de responsabilidad social por lo que no tendrá ningún costo para ustedes.

 

“Estimada doctora Franchesca

Por favor no me juzgue mientras me lee, termine de leerme con calma.

Mi caso es este: tengo 22 años, estoy en la universidad, trabajo en una librería en el día. En una de las clases al profesor de química se le ocurre llevarnos a un laboratorio particular a una práctica tipo taller, pues ahí conozco a su papá, director de ese laboratorio ad honorem, ya jubilado, un señor de 83 años. El hace ejercicio, come bien, no parece de esa edad. Pues hicimos química y empezamos a conversar, porque él me da muchos consejos para la materia, quiero ser microbióloga.

Creo que nos estamos enamorando, le conté a una amiga y dice que no hay que ser psicólogo para ver que busco un papá, pero no es cierto, porque la relación con papi es buena y fuerte, además a Luis Eduardo, así se llama, yo lo quiero como mujer, él ha sido muy respetuoso y yo me he dado a respetar, pero ya van 5 meses y me invitó a salir tipo cita la otra semana, en su casa, él es viudo, y quiero ir y no resistirme si las cosas pasan de una simple cena.

Pero mi familia jamás lo aceptaría, mis papás se mueren.

¿Qué hago doctora? Estoy enamorándome, pero no quiero una relación donde me aleje de mi familia.”

 

Estimada estudiante y trabajadora:

Si como me cuentas él trabaja en un laboratorio y vos querés estudiar microbiología es normal que puedan hacer química. Me indicas que el señor es viudo, con casa propia, es posible que tenga una buena pensión…

Supongo que su hijo el profesor quien bien podría darte clases para fortalecer los aspectos que más te cuestan, no está enterado de ese “amor mutuo”.

No me dices cuáles son tus planes con él, solo me indicas que estás dispuesta a cama y mesa, como la canción de Roberto Carlos. Si tus intenciones son desinteresadas, movidas por lo que llamas amor, ambos son adultos y nadie tiene que enterarse de sus relaciones íntimas. Si piensas en matrimonio, ya sabrás que con 83 años las posibilidades de vivir muchos años juntos con calidad de vida, vitalidad y sin sustos por enfermedad se reducen, por lo que una posible viudez en la siguiente década, no podría descartarse. Si piensas en este señor como una fuente de ingreso y asegurarte un futuro económico confortable, es mejor que te prepares a luchar con su familia pues no estarán dispuestos a perder los bienes dejándose despojar así por una chica de 22 años.

 

“Saludos doctorcita linda.

Quiero contarle que hace meses vengo con unas vacas flacas bien desnutridas que me tienen pasando casi casi hambre. Mis amistades cercanas me dicen que a mí seguro me hicieron un maleficio, un mal de ojo, porque antes yo estaba bien y todo en mi vida era prosperidad. Ya hasta me recomendaron a un grupo de gente que hace un trabajo que se llama “una limpia”, dicen que son eficaces, cobran su platilla pero es que tienen mucha experiencia. El problema y por lo que le escribo es que yo soy católica, no de práctica, tampoco juego de santa, pero bueno está en mis convicciones y me da miedo que esto traiga alguna mala tuerce por meterme en asuntos tan delicados con fuerzas espirituales. Vieras que le escribo y se me pone la piel de gallina.

Mujer dudosa.”

 

Estimada mujer dudosa:

Sus amistades tienen la razón, estoy segura que esos personajes de que te hablan, tienen experiencia y te dejarán tan limpia que no tendrás cama en que caer muerta.

En este momento tienes pocos bienes, luego de tratar con estos estafadores no tendrás nada.

Bueno, te toca decidir si luchas por engordar esas vacas desnutridas con mucho trabajo, buenas ideas o bien, como de por sí ya están flacas, que se las coman quienes te recomiendan esas amistades que no quiero conocer porque con amigos como ellos ¿para qué enemigos?

 

“Doctorcita querida.

Por lo que más quiera ayúdeme. Tengo dos hijos pequeños, hace un año me junté con un hombre que llegó con buenas intenciones y como el más santo de todos; se le salieron los demonios a los pocos meses, temo por mis hijos, nos grita, nos encierra para irse a tomar, no permite que los vecinos o familiares se acerquen a nosotros, trabajo todo el día y no me alcanza la plata, necesito lo que él me da para pagar las cuentas, pero prefiero comer viento a seguir en esta situación, ¿pero cómo me salgo?. Por favor oriénteme.

Madre angustiada.”

 

Estimada madre angustiada:

Llame al 911, pida medidas cautelares, pida apoyo al Instituto de la Mujer Agredida, a la institución que protege la integridad de los niños y no permita que sus hijos y usted corran peligro con esa bestia humana.

 

Querida doctora Fontaine.

Le deseo muchos parabienes, sin embargo me permito decirle que no acostumbro a leer este tipo de revistas ni este tipo de columnas, estaré unas semanas en la capital y en el Hotel me topé con la revista. Ojalá pueda usted responderme antes de irme.

Hay un caballero que me pretende, pero la distancia entre nosotros es muy grande, 100 kilómetros entre su ciudad y la mía, nos veríamos cada mes apenas, me da miedo entregar mi corazón a alguien que no podrá acompañarme de inmediato digamos por una emergencia, por una enfermedad, por un accidente que se me presente y viceversa, no tengo vehículo para salir corriendo a acompañarlo si se le ofrece algo. Y también tengo presente el dicho: amores de lejos felices los tres.

Extranjera de viaje.”

 

Estimada extranjera de viaje.

Leo su nota y en efecto estás de viaje perdida con tus apreciaciones.

100 Kilómetros en tipos de nuestros tatarabuelos, era una semana de viaje en carreta.

En la actualidad, ese recorrido por autopista se reduce a una, dos o tres horas.

Si 3 horas le parece mucho tiempo para desplazarse o que se desplace ese caballero, si solo piensa en hacerlo en caso de enfermedad, emergencia o acontecimientos negativos, es mejor que se quede en su casa y empiece a ver por la ventana a los vecinos casaderos de 5 casas a cada lado de la suya.

 

“Hola doctorcita.

En esta ocasión solo escribo para decirle que sigo esperando el día que me dé el sí.

Que me diga si está casada o no, si tengo esperanzas, aunque yo no las pierdo, que me dedicaré a hacerla feliz el resto de su vida. Ande doctorcita, acépteme una cita, ¿le llegaron los claveles que mandé a la revista?”

 

Estimado galán de los claveles hermosos:

Gracias por tan lindas palabras y gesto al pretenderme como mujer.

Soy una persona que por sus actividades, no debo responder acerca de mi estado civil ni dejar de sentirme alagada por contar con la admiración de personas tan especiales como vos.

Si tienes sentimientos así de maravillosos para una persona que no conoces en forma personal, estoy segura de que cuando Cupido toque a tu puerta mostrándote a la mujer de tu corazón, ambos serán felices y comerán perdices como dicen los españoles.

 

“Doctorcita Fontaine

Seré breve, soy hombre de pocas palabras. La Chela vive conmigo porque es una muerta de hambre, si yo no la hubiera recogido ahí andaría rodando con los dos guilas que traía, ahora se queja de que la plata no alcanza y de que yo me echo mis tragos. Pero usted me comprenderá doctorcita, llego cansado, ¿qué me encuentro?, a la Chela despeinada, con aquellas sandalias sucias, alegando con los de la escuela, que no son míos verdad, que tanto trabajos mandan las maestras y los pequeños llorando detrás de ella, uno que chupón, otro que lo alce, el otro que lo ande en bici. Yo me aguevo, todo un día de trabajo y me voy pa la cantina, tengo que distraerme, llego contento, y diay la busco porque es mi mujer, pues se quita, que no, que está cansada. Que no hay plata, cosa que yo le dejo pal diario, y tengo derecho de mis guarepes porque soy el único que trabaja y aporta dinero a la casa. Así que si usted puede dar un consejo pa que la Chela se acomode, se arriende, porque yo sé que ella también lee su columna, yo se lo agradezco.

Bueno, eso era, gracias por la ayuda, Belemerio Sandí pa servirle.”

 

Estimado Belemerio:

Tu carta está llena de sabiduría.

Dices que sos hombre de pocas palabras (lo de hombre no lo consideraré porque hay otros aspectos de mayor importancia) de pocas palabras sí, pero para las que pronuncias, sería mejor que te mantuvieras callado. En cuanto a la Chela, no estoy segura si vive con vos o mejor dicho mal vive con vos, pero si acepto que es una “muerta de hambre” será porque no aportas lo suficiente para que esté bien alimentada. Los niños necesitan los cuidados de una madre o es que cuando te uniste a ella pensaste que los tiraría al patio para irse a la cama encantada de atender a su macho, sudado, oloroso a guaro y apurado para tener relaciones como busca el perro a la perra. Chela, como sé que lees estas notas, ahora me ocupo de vos no de ese remiendo de hombre que elegiste como pareja y mal ejemplo de tus hijos.

Chela, es hora de pensar en vos, en tus hijos, tienes que dejar a ese agresor, machista, cochino y perturbado sexual con el que convives. Por tus hijos, su techo, vestido y alimentación no te preocupes. Aquí tengo una lista de solicitudes de empleadas domésticas, que por la naturaleza de mi columna no puedo publicar, pero varias de ellas son de personas honorables que estoy segura te darán trabajo y buscarán un lugar donde tus hijos pasen el día junto a otros niños bien cuidados. Así que si quieres ser libre deja a ese verdugo solo para que sepa lo que tenía y ponte en contacto conmigo que mereces ser feliz.

 

-Con permiso Ángel, nada más quería preguntarte cómo te ha ido, como te sientes con la columna. Veo que unas cartas que estamos recibiendo de los lectores son puras flores para vos.

-Pues la verdad, estoy muy satisfecho, vieras que los lectores disfrutan más entre más duro les dé. Algunos me escriben para decirme que está bueno que la pusiera en cintura, que me quedé corta con ese infeliz. Otros -porque son tanto mujeres como hombres-, escriben porque saben que no les doro la píldora, no me ando por las ramas y es lo que quieren: escuchar a una persona que no los engañe con palabras “dulces.”.

Hay unas respuestas que me demandan más tiempo como con esta carta, mírala.

 

“Estimada doctora:

Soy una joven de 24 años, pertenezco a una familia solvente en lo económico y muy tradicionalista. Me casé con un compañero de facultad pues ambos somos abogados. Al año él quería un bebé y no logro quedar embarazada, ya me hice todos los exámenes y todo anda bien, pero él no quiere someterse a ninguna prueba y por el contrario, negarse a ellas y achacarme la responsabilidad; esto fue el inicio de una agresión verbal, psicológica, por un centímetro física pues quiso pegarme, pero como estaba ebrio falló el golpe.

Creo que así no se puede vivir. Le pedí que buscáramos ayuda profesional, pero me enteré que cada vez más anda en líos de faldas. Estoy a punto de tomar dos decisiones y quiero saber su opinión. La primera es solicitar el divorcio, la segunda es alquilar un Apartamento para marcharme. A la espera de su valioso consejo se despide su atenta servidora.

Abogada de su propio juicio.”

 

-Hmm si, lástima casi estoy seguro de que hasta linda es la muchacha, pero hay hombres que no saben valorar… y ¿qué le respondiste?

-Que estaba perdiendo el tiempo, que se fuera de inmediato, que ella valía mucho, que su integridad está por encima de la tradición.

Aquí está el número de la revista donde lo publiqué.

-Disculpe don Cristofer, tiene llamada en el TXP.

-Me llama el jefe mayor ya lo leo y te lo traigo.

-Aló, sí señor, bueno sí, es decir estoy leyéndolo.

Sí claro, ¡cómo! ¿Su hija?, se trata de un error sin duda. ¿En un Apartamento sola?, ah se va a divorciar por consejo del cabrón que la mal aconsejó…

Sí señor, cálmese, hablaré con él para que en la próxima se cuide respecto a los consejos que dé. Ah entiendo, no, no señor, no es necesario que venga a sacarlo a patadas yo resolveré todo lo que concierne a sus prestaciones.

Sí señor, sí hoy mismo; no se preocupe.

Fin.

 

Autores:

Roberto Sancho Álvarez, San José, Costa Rica.

robertosancho27@gmail.com

Vanessa González Cruz, San Carlos, Alajuela, Costa Rica cerezo.vanessa@gmail.com

 

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