La Revolución Científico Técnica como lanza afilada contra la civilización.

 

Palabras claves: Ciencia, tecnologías, Planeta, Biodiversidad, Desarrollo, Equidad, Especie humana.

“Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive y es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo con lo que no podrá salir a flote, es preparar el hombre para la vida”.

 José Martí

Es conocido por todos los que de alguna forma hemos estudiado o investigado en los variados temas de la historia de la humanidad, el importante papel desempeñado por la Revolución Científico Técnica desde que afloró hace varias décadas.

Debemos significar que producto a ella la humanidad en su conjunto dio un salto verdaderamente cualitativo hacia una civilización que prometía, un desarrollo equilibrado y justo. Con la aparición del ferrocarril, la electricidad, el teléfono y otras inventivas por parte del hombre se dio un vuelco total hacia un nivel de vida superior, nivel que al pasar de los años no fue como se había pensado desde los momentos iniciales del surgimiento de la ciencia y la técnica que se dominaba hasta entonces.

Lejos estábamos de pensar que el hombre se acercaría a tal desarrollo que pondría en peligro su propia existencia. A partir de la década de los 50 del pasado siglo se produjeron verdaderos adelantos científico-técnicos, que de ser utilizados racionalmente y de manera generosa por todos los países se hubieran podido evitar muchos de los males que hoy nos son tan comunes como la existencia del oxígeno contaminado.

Durante los últimos 50 años los países capitalistas desarrollados guiados por Estados Unidos, se dieron a la tarea de la conquista del mundo, mediante una nueva forma de guerra imperial, poner a sus servicios la Revolución Científico Técnica. Sería para ellos una inversión con ganancias verdaderamente jugosas, que les permitirían casi la dominación del planeta, por supuesto nunca imaginaron que podían surgir Estados soberanos que se opusieran a sus propósitos, el surgimiento, desarrollo y el perfeccionamiento de muchas tecnologías, ha hecho al mundo cada ves más inseguro he inestable, Internet es el más claro de los ejemplos para demostrar el dominio que se ejerce sobre las mayorías de las naciones, pues solo en Estados Unidos y Europa se concentra el 90 % de los usuarios de la red de redes.

La proliferación de los nuevos armamentos, cada vez más sofisticados y mortíferos ponen en verdadero riesgo el planeta como espacio único para vivir, desarrollarnos en estable convivencia con la biodiversidad en la que estamos insertados, de la que formamos parte indisolublemente, es fundamental e imprescindible, pues la irracionalidad es tanta que ha pasado más allá de las ideologías, se cuenta con sistemas que son capaces de poseer cabezas nucleares que pueden hacer estallar el planeta azul. Este tipo de artefacto se encuentra en manos de Gobiernos realmente irresponsables y no confiables en cuanto a su seguridad.

Si no se cambian las estrategias de un verdadero desarrollo y aprovechamiento racional y óptimo del empleo de la ciencia y la tecnología, podríamos estar bien cerca de la extinción de la vida en nuestro habitad natural.

Muchas naciones han levantado sus voces en más de una ocasión en todos los escenarios internacionales, han denunciado la irracionalidad de muchos dirigentes y gobiernos, que solo se preocupan por sus intereses económicos, militares y de poder político, en menor caso pero no deja de ser significativos, los intereses personales y de las grandes transnacionales.

Esos estados nacionales, en su mayoría en vías de desarrollo han hecho un llamado y han establecido políticas de un desarrollo sostenido, equitativo y sustentable del uso apropiado de esas tecnologías, esas propuestas las Hahn dirigido a la comunidad mundial para que la Revolución Científico Técnica no se convierta en un boomerang.

Durante estos tiempos se ha pedido que se desarrollen políticas de verdadera equidad y justicia social, dando oportunidades para todos los países del mundo y que puedan lograr una plenitud del desarrollo de todas las ramas de la vida de cada nación, que es imprescindible para la conservación de la especie humana y el medio en que vivimos.

Ríos en 1992, dio un paso fundamental pero no suficiente, de que las naciones dieran una señal clara de cómo utilizarían las tecnologías en función de sus intereses y del interés del mundo, esa oportunidad se perdió, París tiene la oportunidad de dar a este planeta un respiro de políticas equivocadas, que solo nos han llevado a estar muy cerca de un punto sin retorno, esperemos que la ciencia, la tecnología y el desarrollo vaya a la par del cuidado de este único espacio que tenemos todos para vivir, espacio que es de todos y por lo que todos lo tenemos que cuidar, démoles el uso más adecuado, racional y eficiente a las tecnologías que nos permiten y nos han permitido haber llegado a este momento histórico de la especie humana, al igual que el resto de los que habitan este universo, especies que merecen y que por derecho propio tienen que seguir en nuestro entorno, todos formamos parte de un único sistema, sigamos creando, usando y desarrollando las nuevas tecnologías en función de todos sin ecepción de nadie, pero estando convencidos de que de no hacer uso correcto de la ciencia y la tecnología ya nos queda poco tiempo en esta sociedad nada civilizada, estamos a tiempo de revertir esta situación, eso esperamos, estar a tiempo, las acciones, de los grandes centros de poder nos pone en la duda de que podamos volver a los primeros años del siglo pasado en cuanto a la salud del planeta.

 

Autor: Lic. Luis enrique Castillo Villar. Ciudad de Las Tunas, Cuba.

miguelpar17@gmail.com

 

 

 

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