Deseo de todo corazón para el mundo entero un gesto de paz
en esta navidad.
El cese al fuego es la detención temporal de una guerra, o
de cualquier conflicto armado, en la que los bandos enfrentados acuerdan, mutua
o unilateralmente el alto de las hostilidades. Esta acción de conciliación se
puede declarar como parte de un convenio de paz formal, además, merecen ser la
manifestación de una voluntad de entendimiento entre las partes enfrentadas,
previa a la paz definitiva.
Existen múltiples episodios que revelan los más bellos
valores humanos, nos referimos a un alto el fuego que de forma espontánea
perpetraron aquellas Naciones en conflicto. El veintinueve de diciembre de
1914, durante la Primera Guerra Mundial, en la designada Tregua de Navidad,
hubo un alto el fuego transitorio, no oficial, entre alemanes y británicos, sin
que hubiera ninguna declaración firmada. La Guerra se retomó al cabo de unos
días. Otro compromiso de alto el fuego fue el anunciado entre Israel y la
Autoridad Nacional Palestina, el ocho de febrero de 2005, se definió el cese
completo del crimen contra los israelíes y que el primer ministro Ariel Sharón,
emitiera un cese completo de la violencia y las actividades militares contra
los palestinos.
La confraternización de Navidad, se genera en lugares donde
un bando y otro están próximos en zonas donde las trincheras estaban separadas
apenas por 20 o 30 metros. Para hacer una suspensión así, el contrario debe
estar muy cerca, solo así pueden fraternizar dos enemigos. Estos episodios no
han sido exagerados, son eventos extraordinarios en su humanidad.
Todos los que estamos al otro lado del mundo, debemos usar
la imaginación frente a los acontecimientos en una situación bélica y
devastadora como lo constituye una Guerra, un entorno lleno de víctimas,
sufrimientos, fusiles, disparos y explosiones. Sin embargo, nos enorgullece
comprender que el ser humano, muy a pesar de las cicatrices de la vida, en
algún rincón del alma anida el sentimiento del amor.
Es oportuno que el mundo entero comprenda que un gesto de
paz en medio de un escenario catastrófico lleno de muerte; los cuerpos
mutilados, la tierra hundida por las bombas, un devastado paisaje lunar, el
perfil de una de las peores barbaries de la humanidad, sí es posible el amor a
Dios, el entendimiento y gestarse la paz.
Hoy desde este pedacito de cielo istmeño, dentro de tantos
testimonios e imágenes imborrables en el mundo, pido un alto al fuego en
navidad, rindo homenaje y mis respetos a todos los héroes de las guerras que
con agallas decidieron celebrar un instante de entendimiento, hermandad y amor.
En hora buena se despierte en toda la tierra el espíritu de concordia, los
hombres depongan actitudes, detengan los disparos y los cañonazos, prorrumpan
de sus trincheras y compartan un momento de amistad.
A todos mis lectores los invito a encumbrar la paz, el
perdón, la esperanza y la fe. Deseo de todo corazón que el sentimiento de la
navidad se eternice en cada hogar panameño.
Feliz Navidad.
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz.
Panamá, Panamá.
Comunicadora social.