La Madre, un Valor Activo.
En estos momentos en que el país necesita modelos hacia los
cuales dirigir la mirada, ejemplos de amor a quienes imitar, hoy en el día de
las Madres, deseo presentar tres mujeres que patentizan un activo a la sociedad
y han constituido mis grandes maestras en la vida.
En mi camino he conocido excepcionales mujeres que han sido
icónicos en mi trayectoria e incluso madres de ejemplo a mi país. La primera es
mi referente siendo mi amiga y compañera Reina Muñoz, de una gran fuerza
interior y de unos principios y valores innegociables y quien además es mi
madre, una mujer bondadosa, generosa, solidaria y humana. Nadie que se ha
acercado a mi madre ha salido con las manos vacía, Ena, como de cariño le
decimos, invariablemente ha tenido la palabra oportuna, el gesto acertado y la
solución para los problemas y las cuitas de los demás; nunca he visto una
persona más generosa que ella.
Ena, es oriunda del Distrito de Guararé, (provincia de Los
Santos,) se jubiló de Trabajadora Manual en el Instituto Politécnico de Capira,
(IPTC), siempre preocupada por sus hijos, su familia y en su trabajo la
adoraban los que hoy son ingenieros, maestros y profesionales; continuamente se
inquietó porque los alumnos tuvieran la mejor calidad de vida y los conocía a
todos; Sabía sus nombres y los de sus familiares. Mi madre la quiero y la
admiro por su entrega, su dedicación y abnegación, como lo hizo María, que su
mensaje escuchó y dijo un sí generoso al aceptar su misión.
La psicóloga Lourdes Ulloa, pasamos juntas las alegrías y
sinsabores de pertenecer a la administración Gubernamental, su profesionalismo
fue huella indeleble en todo su accionar. Una mujer de las más decentes que ha
parido esta tierra, encarnó al espíritu de la valentía. Una profesional
íntegra, honesta, sencilla y admirada por todos los que la conocimos. Lourdes,
no sobrevivió al cáncer de mamas, pero su bizarría hasta en los momentos más
duros y difíciles de la enfermedad reveló su grandeza, fue ejemplo de rectitud,
trabajo, compromiso y consagración
María Ignacia, compañera de causa, mujer con Discapacidad
Visual, bauticé uno de sus gemelos, le tocó vivir momentos muy duros que
enfrentó con gran entereza, fuerza y decisión. Amiga íntegra, muy estimada por quienes
la conocemos, madre de primera línea, su ceguera y los prejuicios no fueron
estorbos para crear y educar a sus hijos y hoy día, abuela, capaz de prodigar
ternura a manos llenas, ejemplo de rectitud, trabajo, compromiso y entrega
Hay madres que enfrentan la vida sola con sus hijos, mujeres
que han sido dejadas atrás por el hombre que las hizo ser madres, madres que
son incomprendidas y criticadas por el simple hecho de haberse quedado solas
con un hijo o una hija. Ana Cristina, es una madre especial, es ciega de un
estrato social muy pobre, lo que no fue un impedimento para crear a su hija. Mi
amiga, es una mujer digna del mayor de los respetos y admiración, porque la
madre soltera tiene un doble rol que cumplir: el de madre y el de padre de ese
hijo que fue dejado en su vientre por un irresponsable que se marchó después de
dejar la semilla que ha de germinar en un hijo, un hijo que ha de llenar de
amor los brazos de una mujer llamada “madre soltera”.
Con una grandísima humildad, mi reconocimiento en su día, a
lo más grande que puede tener un ser humano y es la madre. A todas las madres
de mi país, mis sinceras felicitaciones. Recordemos que la vida es un regalo de
Dios, amemos a ese ser que nos dio la vida, pues lo más extraordinario ocurre
cada día, cuando abrimos los ojos y seguimos teniéndola allí con nosotros,
gracias Dios por la madre que me regalaste.
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz.
Panamá, Panamá.
Comunicadora social.