¿Qué le depara al sector
educativo con la llegada del Aurelio Nuño Meyer?
Dejar de reconocer los cambios que se han presentado, a
partir de la Reforma Educativa en México (2012-2013), sus modificaciones sindicales,
laborales y, principalmente, políticas-administrativas, son aspectos que el
actual gobierno ha promovido desde que se supo como próximo al poder tras las
elecciones presidenciales del año 2012, sin embargo, queda una duda muy clara y
continuamente mencionada: ¿en qué momento la Reforma Educativa será realmente
educativa y pasará de los elementos político-administrativos a los
pedagógicos-curriculares?, en otras palabras, ¿cuándo las mesas de negociación,
reuniones de la CONAEDU y de los distintos órganos que participan en la
política educativa en el país tomarán como elemento eje de la discusión los
cambios necesarios para mejorar la calidad de la educación, establecer mejores
mecanismos de formación de los estudiantes, favorecer estudios no sólo para
obtener más competencias, sino para promover, en los aprendices, capacidades
que les permitan desarrollar sus intereses y objetivos más allá del enfoque
productivista?
Si bien, en México se ha desarrollado una larga serie de
reflexiones sobre los motivos y las necesidades de realizar una intervención,
desde el gobierno, para recuperar la rectoría del Estado, es importante
resaltar el hecho que aún, a casi tres años de que el actual gobierno federal
haya asumido el cargo, y dos de que se haya puesto en marcha la Reforma, en la
actualidad no se observan los trabajos, y en consecuencia los resultados, de
esta intervención en los aspectos nodales de la educación formal, esto es, en
los espacios y mecanismos de enseñanza-aprendizaje.
A decir de Publilio Siro, escritor en la antigua Roma, La
oportunidad se presenta tarde y se marcha pronto, lo cual, en la coyuntura que
se presenta con la llegada de Aurelio Nuño, puede interpretarse como una
oportunidad para el sector educativo, que no solamente es la Secretaría de
Educación Pública (SEP), para que se logren comenzar los trabajos de una
verdadera Reforma en materia educativa, a la que algunos han llamado la Reforma
Educativa 2.0 (dicho sea de paso que este tipo de nombres como 2.0, 3.0, ó
27.0, pareciese que más que darle seriedad al tema, siempre terminan por
generar el objetivo contrario).
Aurelio Nuño Mayer, licenciado en Políticas y Administración
Pública y maestro en Estudios Latinoamericanos, representa una oportunidad para
generar, junto a organismos como el Instituto Nacional para la Evaluación de la
Educación, la sociedad civil organizada, las organizaciones de padres de
familia, y en público en general, los cambios y ajustes para que el sector
educativo tome el rumbo que demanda un país como el nuestro.
Sin embargo, y a consideración de las declaraciones en su
primera semana al frente de la SEP, el actual secretario ha comenzado a centrar
su postura en la misma línea que su antecesor. A pregunta expresa que se la
hizo al secretario, en una entrevista difundida a nivel nacional y
posteriormente en la primera visita pública que realizó a una escuela, sobre el futuro de la educación, su repuesta fue
“Transformar la relación política dentro del sistema educativo, tomando como a
“acompañantes” a los maestros y el sindicato”, dejando divisar que la reforma
educativa continuará su trayectoria administrativa-laboral sin que se logre
tocar, por lo menos tangencialmente, los temas pedagógicos y curriculares.
Es entonces momento de que el Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación (INEE), las organizaciones de la sociedad civil y
hasta el propio equipo que respalda al secretario, comiencen a reorientar los
temas de agenda educativa y se muestren, desde una visión de régimen de
política (policy regim) en el que se fomente el trabajo inclusivo y sumativo,
una nueva cara a la reforma y se busque atender los temas de fondo en este
sector.
Autor: Daniel Cuellar Martínez. Atizapán de
Zaragoza, estado de México. México.