CUANDO LA LUZ
SURGE DE ADENTRO.
Sin poder imaginarlo
siquiera,
como esas sorpresas sísmicas
de la vida,
la luz externa apagó su
linterna,
y un telón cerró la función
sin que se pidiera.
La negrura como oscuro manto,
se cernió sobre mi pobre existencia,
sin que lo pudiera evitar el
canto,
de algún ángel piadoso que
hiciera presencia.
Ya no más los rostros bellos
de mis hijos,
ni el azul del cielo en las
despuntadas del alba.
Nunca más el brillo de las
estrellas en sus sitios fijos,
ni los bellos jardines poder
apreciar con calma.
¡Ay!… ¡Como el extrañar de
la mar rugiente,
fue el ardor de la calamidad
naciente!
Comenzó el duelo del vivir
presente,
con el triste manto negro,
cernido como simiente.
Yo había muerto latiendo aún
en mí, la vida.
El desgano, la impaciencia y
el olvido cubrieron mi existencia.
Más algo gorgoteaba en mi
interior bien profundo,
tratando de vencer al nuevo
destino iracundo.
Desde la negrura honda de mi
arcano bien escondido,
brotaron vertientes
luminosas con otras normas.
Sonido y tacto aprendieron a
recorrer las formas,
y las superficies comenzaron a cobrar sentido.
Muy de a poco, el mundo
recobró sus colores,
cuando mi mente evocó lo
hermoso aprendido.
Se diluyeron las
frustraciones y sinsabores,
cuando agradecí la miel que
de la experiencia había bebido.
Ahora ir presta por la vida
dura,
es cuestión de fe y firmeza.
La resiliencia estará cada
vez más madura,
cuando me contente solo, ¡el
pan cada día en la mesa!
He de comprender en la
adversidad,
que es la FE la que provoca
y sostiene,
la tea interna que se
enciende,
para que pueda vislumbrar
con el alma…
¡Aquello que los ojos le
nieguen a mi mente!
©2015 – Renée Escape Mendoza
Argentina.
Autora: Dra. Renée Adriana Escape. Mendoza, Argentina