¡Una nueva epidemia está dejando ciega a la gente de forma masiva en el mundo!

 

 

Infórmate en este artículo sobre la enfermedad, sus causas y tratamiento:

¿Sabías que está apareciendo una nueva epidemia que deja a la gente con ceguera completa y que es peligrosamente contagiosa?

¡Que incluso te puede estar afectando a ti, sin que te des cuenta todavía!

Esta enfermedad en realidad no es nueva, existe desde que el ser humano existe como tal, pero han habido épocas en donde ha habido más brotes de la misma, como por ejemplo en la edad media, a principios de la revolución industrial y principios del siglo 20.

Desde la década de los 80 hasta el año 2000 aproximadamente estaba bajo control, aunque en algunas culturas o lugares concretos del planeta aparecía algún que otro caso aislado, pero en general, no llegaba a ser una pandemia como en la actualidad.

Sin embargo, desde el uso masivo de Internet, el aumento exponencial de la tecnología móvil y el auge del uso de las imágenes para todo, ha ido reapareciendo otra vez esta nociva patología, que está dejando mucha gente totalmente ciega.

Y lo más grave, es que casi nadie se ha dado cuenta todavía.

Ni los mejores médicos han detectado claramente esta contagiosa enfermedad, ni mucho menos por supuesto, una cura para la misma.

Y que es la más dañina de las cegueras, o sea peor que enfermedades oculares tales como: Glaucoma, Cataratas, desprendimiento de retina, ceguera provocada por una Diabetes mal cuidada y otras similares.

¿Y sabes cuál es?

 

¡La "Ceguera mental"!

Sí, lees bien, la desconocida ceguera mental que está atacando a todas las personas que se han ido habituando al uso masivo y sobredosis de imágenes para todo.

Me explico, por ejemplo los famosos "Selfies,"o colgar y tomar fotos a todo lo que encuentras a tu paso y lo publicas impulsivamente en diferentes redes sociales.

Desde fotografiar con el celular a tu perro bostezando, la cara descompuesta de tu mejor amigo, un accidente en la calle, el rostro enojado de algún familiar tuyo, etc.

Reemplazando casi en totalidad, el uso de las palabras para comunicarse, simplificándose con el uso de las imágenes.

Perdiendo además de vista, cualquier otro asunto de primordial importancia, como por ejemplo los sentimientos o emociones de la persona que indiscretamente estás fotografiando o grabando en vídeo.

Para la mayoría de nosotros, la vista es la principal forma en que interpretamos el mundo y no nos damos cuenta, que no es la única manera de interpretación.

Nos estamos poniendo tan ciegos, que ya ni vemos a la persona de al lado que nos está tratando de comunicar algo, pueda que necesite una palabra tuya, una ayuda, o cualquier otra cosa.

Porque estamos tan ocupados en filmar, fotografiar todo, o revisar las imágenes de nuestro móvil, que nos estamos quedando ciegos para ver, lo que realmente hay que ver.

Una sobrevaloración de lo visual, una sobreestimulación del sentido de la vista.

Como dice esa anticuada frase:

"Una imagen vale más que mil palabras"

Pero...¿Valdrá sinceramente más que una emoción, pensamiento, palabra, frase, o dolor?

Por ejemplo yo soy una persona ciega, vamos, vamos no metafóricamente hablando, sino en serio, a causa del avance de un Glaucoma congénito y unas cuantas Cataratas no tratadas.

Y me doy cuenta que yo sin tener mi sentido de la vista, veo mucho mejor que varias personas que me topo casi a diario en la calle, en el barrio, en la Facultad.

Sé que puede sonar algo soberbio de mi parte, increíble, exagerado incluso, sin embargo es así, no porque yo quiera, pero enfrentada a situaciones cotidianas, me fijo que la gente está más ciega que una misma.

"Tomamos nuestra vista tanto dada por hecho, nos aferramos a ella de modo servil, y estamos tan abrumados por los datos superficiales, que incluso, la persona vidente más brillante puede tomar un largo tiempo, estúpidamente, para reconocer lo obvio:

hay, por lo general, un perfecto estado de salud, una mente activa humana normal detrás de ese par de ojos que miran sin ver".

(Párrafo anterior extraído de un artículo del New York Times, sobre la discapacidad visual titulado: ¿Por qué tememos a los ciegos? que pueden encontrar traducido al español en la siguiente dirección: http://tinyurl.com/ksau6z4)

 

Cuento la siguiente anécdota para ejemplificar:

El otro día de vuelta a casa de mis clases, como el trayecto para salir de la facultad es a campo abierto, no tengo mayores referencias del lugar como para guiarme sola medianamente bien, el camino no es recto; hay varios obstáculos, como árboles, zanjas, coches (autos), conos de cemento en el centro del trayecto cada tramo; etc. Me veo en la necesidad de solicitar ayuda para salir de ahí y llegar a la parada del colectivo (micro) que debo tomar para ir a casa, que son como 4 o 5 cuadras en ese campo abierto que mencioné y bueno una vez me ayudó un matrimonio joven y entre otros detalles molestos que no mencionaré, cuando ya íbamos llegando (supe por el ruido que hacen los autos en la avenida que tenía que cruzar y ahí, está mi parada) le dije a la mujer que me cruzó:

¿Ves esa parada, al frente que está al lado de la escalera de este puente cruzando y que siempre está llena de gente que toma el mismo colectivo?

No, no veo nada, no hay nada y me tengo que ir ya...

Ah bueno, que raro, dije.

Siempre hay gente esperando ahí y en las otras paradas, repitió luego la mujer automáticamente y casi sin dejarme terminar la frase:

 

- No, no veo nada, ni nadie tampoco y ya me tengo que ir -

- Dale, me las arreglo entonces, gracias -

Me cruzó y se fue apresuradamente.

Lo extraño es que cuando decía:

"No, no veo nada ni nadie tampoco," yo oía algunas voces al frente y sabía que la dichosa parada estaba por ahí cerca.

Sólo tenía que adivinar cuál era, porque hay varias cada tramo y tenía que saber cuál era la que estaba al lado de la escalera del puente y listo, en fin que iba caminando con mi bastón hacia las voces que escuchaba y choqué sin querer con alguien, le pedí primero disculpas y luego le pregunté:

Disculpa, si ves venir el 549 antes que tu colectivo ¿me avisas?

Dale, dijo una voz masculina y luego añadió:

Ah, pero más allá esta una cola inmensa esperando ese mismo, te acerco y luego que alguien ahí te avise.

Bueno, gracias.

 

¿¿Y no se supone que no había ninguna parada, ni nadie según la mujer anterior??

Tal vez era ciega la mujer como yo y por eso no vió nada ¿no?

Pero lo raro que no llevaba bastón, ni perro guía ni iba guiada del brazo por su marido que la acompañaba. De hecho antes cuando íbamos caminando me avisó de algunas subidas y bajadas y creo inclinó un poco la cabeza para mirar un mensaje de texto en el celular.

Mi hipótesis de esa situación ilógica es que el miedo hizo que la mujer supuestamente no viera nada, además de la prisa que llevaba por irse y deshacerse de la incomodidad de estar ayudando a una persona tan diferente a ella y que más encima, no tiene vista...

Por eso digo que existe una ceguera peor que la real.

 

Y es esa ceguera mental que les hablaba...

La anécdota que les acabo de relatar, es sólo un ejemplo más, de las muchas similares que he tenido como experiencia a lo largo del tiempo.

En clases de Psicología general coincidentemente uno de los temas que se estaba, estuvo estudiando y hablando en mayo, era el asunto de los diferentes paradigmas en la Psicología de cómo funciona la psique humana.

Y bueno el profesor decía que un tal DR. Maturana habla que el ser humano tiene un punto ciego, porque está condicionado biológicamente a tener una visión centrada, o sea que la visión se enfoca hacia adelante, más que a los costados como otros seres vivos, por eso muchas veces un individuo no ve, todo lo que tiene que ver a su alrededor y eso le hace tener una visión psicológica y fisiológica limitada.

Pero así y todo, yo me pregunto:

¿Será tan así?

¿De verdad el ser humano promedio es tan ciego?

¿O hay un aumento de esta ceguera mental?

Según yo, esas cosas que he ido aprendiendo en clase me ha ido ampliando un poco la mente en cuanto a no ser tan intransigente con las demás personas cuando a una le da un poco de rabia, frustración, impotencia, pena, vergüenza, cuando a una le pasa anécdotas tan absurdas como la relatada.

Pero muchas veces, vivir esas situaciones tan absurdas casi a diario, inevitablemente estresa un poco, cansa y hace perder la paciencia aunque una no quiera.

Por eso escribo este artículo, porque hay una cura para esta grave enfermedad, un fantástico tratamiento muy simple pero que va sanando muy lentamente este mal...

Y es sencillamente darse cuenta de que sufrimos más a menudo esa ceguera mental y al tomar conciencia de ella, veremos que podemos realmente ver mejor, observar más atentamente las situaciones que nos enfrentamos a diario y esa limitada visión que tenemos según Maturana (psiquiatra y biólogo chileno), ampliarla, no solamente al sentido de la visión, sino que también podemos usar los demás sentidos (y claro el razonamiento mental) para interpretar lo que vemos con los ojos.

 

Autora: Ángela Carolina Poeta (estudiante de periodismo). Buenos Aires, Argentina.

poekarolina@gmail.com

 

 

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