Las
Oportunidades y Los Hijos del Pueblo.
Panamá es un país cosmopolita, sin lugar a dudas podemos
despertar con una apacible mañana y en menos que canta un gallo tornarse un
genuino gallinero, pero son los bemoles que caracterizan a este pueblo caribeño
del que me enorgullezco haber nacido.
Durante varios días fue noticia el caso de Rafael Buchanan,
joven estudiante de Derecho que solicitó una beca desde hace cuatro años para
estudiar aviación en una universidad de Estados Unidos, y que por tanto,
circunstancias del destino y de servidores públicos con una visión estrecha de
lo que es llegar a dirigir una Institución que por su filosofía debe velar por
el perfeccionamiento del recurso humano panameño, se vio obligado a ventilar su
condición económica, orígenes, sus sueños en los Medios de Comunicación, pero
también evidenciar su frustración frente a la estigmatización por su condición
de hijo del pueblo, proveniente de San Joaquín, Pedregal.
Es en estas instituciones y en quienes la dirigen, que el
pueblo ha delegado el poder, sin embargo, que nadie olvide que ese poder
delegado es para servirle al pueblo; y no para servirse o servir a otros
intereses personales.
No escapa a la percepción de los panameños, la
responsabilidad del Estado frente a los estragos que hace la corrupción, el
narcotráfico, la prostitución y la delincuencia, cuando las necesidades del
pueblo no son cubiertas a cabalidad por aquellos llamados a dar solución y
reforzar la dignidad humana. El Estado tiene una enorme responsabilidad en la
contención de sus ciudadanos, en la educación, en la falta de oportunidades que
todavía persisten, y cuando el Estado no le da esos beneficios a sus jóvenes,
no les garantiza salud, trabajo, vivienda ni una educación digna, no obstante,
el camino de lo ilícito sí, le ofrece esas oportunidades de ganar dinero fácil
y satisfacer sus necesidades que no encuentra en los verdaderos responsables de
materializar las políticas públicas.
La lección que nos deja la experiencia de Rafael Buchanan,
en búsqueda de su superación profesional, es que pese a las situaciones
adversas que se nos presenten, no existen los imposibles para alcanzar los
sueños, Buchanan, es la referencia de la tenacidad, del querer es poder, mover
cielo y tierra para alcanzar el objetivo, sabemos de primera mano que no es
tarea fácil ni tampoco un imposible.
El no nacer en cuna de oro, no poseer apellido de abolengo o
carecer del entronque político, no es gabela para estar condenado al yugo de la
miseria, de las oportunidades del éxito, ni menos considerar que el infortunio
es sinónimo de conformismo.
Ahora bien, todavía creo en la bondad del ser humano que
debe prevalecer y son los gobiernos, los Estados y las culturas que
corresponden invitar a la paz, abrir el abanico de oportunidades a los que menos
tienen, suplir necesidades básicas y sobre todo en igualdad de condiciones para
el desarrollo de todos los panameños.
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz.
Panamá, Panamá.
Comunicadora social.