Ganar
con el corazón.
Una final no apta para
cardiacos.
El partido de futbol entre Puntarenas y San Carlos terminó.
El entrenador del equipo del norte del cantón alajuelense Marvin
Solano Abarca quien años antes estudió medicina y educación física intuyó que
algo pasaba con su organismo, llamó al médico del equipo quien lo trasladó al
servicio o de emergencias del Hospital de San Carlos.
Ahí estuvo dos días, un infarto obligó al personal a
desplazarlo en una ambulancia con monitores y una doctora hasta la unidad de
cardiología del Hospital san Juan de dios.
¿Qué pasó?
El ex es futbolista, preparador físico y deportista, durante
10 años abandonó la buena nutrición, la práctica diaria de ejercicios y se
cargó de estrés como entrenador lo que puso en riesgo su vida.
Recuerda que mientras estuvo internado, pensaba que la
atención esmerada del personal, no tenía nada que envidiarle a un centro
privado.
Le practicaron un cateterismo y descubrieron que tenía muy
obstruida una arteria, lo que ameritó la colocación de dos stend
Junto a la rehabilitación cardiovascular tuvo el
acompañamiento de expertos en psicología porque los pacientes con afecciones
cardiacas están nerviosos, no saben a que grado de estrés pueden someterse y el
futbol los coloca a los entrenadores al límite.
Marvin hizo un repaso de los últimos años de su vida, se dio
cuenta que había abandonado los correctos hábitos alimenticios, entrenaba a los
demás pero no hacía actividad física y decidió que lo urgente sería cuidarse,
sonreírle a un hijo, disfrutar d un atardecer y trabajar con calma.
Al abandonar el hospital, inicia un plan nutricional, le
dicen que puede comer casi de todo, lo que lo alegra mucho.
El primer desayuno contenía sus ingredientes preferidos:
gayo pinto, tortilla, queso y frutas pero ¿Qué cantidad?
Acostumbrado a consumir mayor cantidad que luego tuvo que
perder 17 kilos
demás, pensó frente al plato que no moriría del corazón si no de hambre.
Al comerlo, lo hizo disfrutando cada cucharada, le sabía
delicioso y comprendió que no era la cantidad si no el gusto que le daba
comérselo lo que importaba y lo integró a su vida, hay que disfrutar lo bueno
sin importar si es mucho o poco.
Perdió un partido contra el deportivo Saprissa seis goles
por uno lo que le costó el puesto.
Recién infartado dejando a su equipo en penúltimo lugar y
goleado no sabía quién podría contratarlo como técnico.
Le ofrecen dirigir al Club Sport herediano que estaba en
décimo lugar pero era su oportunidad y lo hizo campeón.
Marvin recuerda esa final contra cartaginés, los periódicos
titulaban “final no apta para cardiacos” para mayor preocupación de familiares
y comunicadores, el partido se fue a tiempos extras y luego a penales y se decidió
en el último lanzamiento desde los 11 pasos.
Marvin lo disfrutaba no tuvo temor, sabía que era un
privilegio estar ahí, era un premio de la vida y el producto de su
perseverancia y conocimiento.
Ya los fantasmas de la muerte no se acercaban amenazantes,
sabía cómo alejarlos y con una correcta nutrición, ejercicio, dándole a cada
cosa la importancia que realmente tiene, disfruta cada día como si fuera el
último pero se prepara para el tiempo que reste.
En la actualidad escribe el libro Ganar con el Corazón.
Se trata de su propia historia de vida, responde a la
pregunta ¿porqué tuve un infarto? Relata lo que sintió en el proceso del
infarto, cómo 22 días más tarde de salir del hospital vuelve a trabajar
dirigiendo a San Carlos contra Limón mientras algunos medios de comunicación le
decían en sus titulares: “a cambiar de brete”.
Afirma que haber sido un deportista le salvó la vida aunque
en la última década se descuidara, nunca pensó que un infarto pudiera
alcanzarlo.
“intento con éste libro aprovechar que muchas personas me
conocen para decirles que se cuiden, que no lleguen a vivir lo que yo viví y a
los que no lo previnieron y están pasando como yo por éste proceso, decirles que Dios nos
dio una nueva oportunidad, que la aprovechemos, que podemos llevar una vida
normal si nos cuidamos y si tienen dudas, que piensen que el futbol es uno de
los trabajos más estresantes ,pero yo lo vivo en forma intensa, lo disfruto y
lo asumo con sabiduría.
Autor: Roberto Sancho Álvarez. San José, Costa
Rica.