Desde el Cielo.

 

Todos aquellos que han leído alguna de mis notas saben de esas utopías mías de charlar imaginariamente con mis animales. Esto por el solo hecho de plasmar en papel un nuevo relato. Animales Los tuve y en cantidades, llegando a la conclusión que piden menos y dan más que los humanos. A tal punto que se llegó casi a decretar por las autoridades mi casa como refugio para las especies en extinción. Sobre todo aves autóctonas de mi país. Pero no faltaron otras ramas del reino animal, tortugas, gatos, peces, ovejas, y raras especies de aves como pingüinos gaviotas patos domésticos y salvajes muchos de ellos rescatados de la costa. Es aquí que imaginariamente oigo esa vocecita conocida en mi cabeza.

¿Hola Abo?

¿Matteo Mi pequeñito que cuenta como está?

- Bien Abo aquí terminando mis tareas junto a los Querubines.

¿Qué ha hecho hoy?

Bueno como se viene la primavera estamos preparando todos los colores que llevarán las flores las aves los amaneceres y ocasos.

¿Qué lindo trabajo mi pequeñito?

- Abo le quiero preguntar.

- Diga angelito de Dios.

¿Por que no me relata de todos los animales esos que lo han acompañado a lo largo de su vida? Buena idea así que atienda.

Aquí estoy y no me perderé un solo detalle.

Matteo te digo que mis amores y mejores amigos fueron siempre caninos. Junto a las aves esto a lo largo de mi vida. Trataré de traerlos a mis recuerdos. El primero se llamaba Yuyo. Valla ladino y malo ese pomeraña, todo blanco, muy peludo además bastante cascarrabias. Como se dice comúnmente, “malo como tomar agua sudando” Las faldas y pantalones que el rompió fueron muchos. Ja ja. Se pegaba a la tierra escondido tras las plantas, o algún objeto y desde ese lugar traicioneramente atacaba. La segunda fue Diana una hermosa perra de la raza pastor alemán. De la cual ya e escrito una extensa nota. Lejos la casi más querida ella creció junto a nosotros mi hermano y quien escribe. La Pechecho y ustedes dirán, ¿esto es un nombre de donde lo sacaron? Bueno era también una pomeraña, marrón con amarillo y negros. Digamos que tenía un hermoso pelaje, muy brillante y sedoso, una preciosura. Alguien que no recuerdo decía que pochocha o pechecho tal ves un niño a media lengua. Y así le quedó Pechecho. Ella también fue mencionada en una nota por un salvataje que le tuve que hacer en las aguas del Puerto del Buceo. El Tony como el de la dama y el vagabundo. Lo digo por lo de vagabundo, así era éste perro de mediana talla mestizo pero muy lindo en sus líneas blanco y amarillo. Lo encontramos a muchos kilómetros de nuestra casa en el barrio de Malvín casi Punta Gorda. Era un hermoso día de verano y en verdad hacía mucho calor 40 grados. Mi hermano fue quien quiso adoptarlo ante la negativa de mi padre. Digamos que con razón ya teníamos dos perras. Un perro traería líos. Tuvimos que traerlo caminando bajo ese ardiente sol por toda la rambla desde el lugar en que lo encontramos a nuestra casa. En cada playa que pasábamos nos dábamos un baño los tres y a seguir caminando. El Tony fue un problema ya que por nada del mundo aceptaba u obedecía quedarse en la casa. Sí bien le fue hecha una casilla no aceptaba estar atado un solo minuto. Era la calle su verdadero hogar y así lo entendía y lo hizo saber. Eso como dije desde el primer día que estuvo en casa. El solo quería tener un hogar para tener donde dormir y comer, luego al igual que mi hermano a la calle. Repito esta era su verdadera casa, todo el barrio. Fue así que mi padre decía que para que tener un perro que no se gana al menos su comida cuidando avisando cuando algo acontecía o alguien entraba. Andaba todo el día con toda la pandilla de los chicos de la edad de mi hermano, y que este tenía como amigos. Así que libre andar por todo el barrio los campos los baldíos y la costa esa bendita y maravillosa costa la del Puerto del Buceo. Vivió muchos años y murió en su ley en la calle, fue enterrado en un baldío con honores flores acompañado por la pandilla que lo lloraban. Sufrían la pérdida de ese vagabundo ladino e inteligente perro casi sabio. Traigo a colación un relato de una de las hazañas del Tony. Un día yo iba a la escuela y veo venir la horrible camioneta gris de la perrera. El Tony IBA junto a mí ya que me acompañaba y luego se regresaba. Le pego el grito: ¡Tony corre para casa! Con asombro escucho la odiada voz del perrero que con lazo en mano me dice. - ¡No te preocupes a ese no lo hemos podido agarrar nunca y ya ni siquiera lo intentamos! Es que el condenado perro en verdad se las sabía todas. Sí la veía venir corría y al llegar a la mitad de la cuadra se daba vuelta sorpresivamente atrás, así que la perrera se pasaba por la velocidad que traía. Esta tenía que ir hasta la esquina y volver. Lo intentaron parece varias veces hasta que el Tony los venció. Cuando le tiraban el lazo el se echaba y se pegaba a la pared así el condenado artefacto no tenía de donde agarrar. Tampoco daba lugar para que el látigo usado por las expertas manos de esos perreros pudiera atraparlo. Otra la Negra: a esta la quise adoptar yo. La encontré perdida era una Cóker Spánier parecía una noche sin luna, toda negra sin una sola mancha de otro color. Sus grandes orejas esa cara compradora así que no lo pensé dos veces y me la llevo para la casa. Entro con mis amigos Sigilo Cautela y Prudencia Ja ja pero ahí estaba vigilante mi madre a quien no había visto. - ¿Adonde va mi hijo mayor y de donde a salido ese animal? Sorprendido in fraganti tartamudeando dije: Me la he Encontrado en la calle. Entonces a ese mismo lugar la devuelve aquí ya somos muchos. Me niego así que mi madre me dice.

- Muy bien o la perra o usted así que aquí hoy mi hijo no entra ni siquiera a dormir. Y así fue yo me quedé sentado afuera junto a mi adoptada Negra. La noche vino y ahí estaba porfiado. Luego de unas horas sale mi madre y aún con voz enojada dijo. ¿Está bien entre? Pero la perra en el jardín. Digamos que la Negra lo había oído todo así que solo estuvo unos días y como apareció desapareció sola nunca más la vi. La Katia una canis marrón esta le fue regalada a mi madre. Con ella compartimos pocos años fue en los tiempos en que nosotros los hijos levantamos vuelo y cada uno hizo su familia. Ella fue compañía muchos años de mis padres yendo de casa en casa a donde ellos fueran, paseaba en la cachila iba a sus paseos a la playa y de pesca con mi padre, una linda y dócil perrita. Ahora mencionaré a los dos últimos Lara una mezcla de pomeraña y canis como toda mestiza un genio inteligente vivaz ladina le faltaba hablar pero con sus actitudes diría que hablaba. Nos acompañó 19 años sí aunque no lo crean. Compañía eterna de Vilma diría su sombra ella era también muy negra. Desde aquel lejano día en que muy pequeñita tanto que su hogar era una caja de zapatos. El hecho fue que Vilma le dio un hueso de costilla que era más grande que ella. Vilma para probarla le dice que le devuelva el hueso y la pergeño se puso malísima. Fue así que se ganó una reprimenda y un salga de aquí no la quiero más. Fue de no creer. A los pocos segundos sale de su caja arrastrando el hueso y lo deposita en los pies de Vilma y se va corriendo de nuevo a la caja. De ahí miraba a Vilma Desde ese día Lara y Vilma fueron una sola.

Ella fue traída por el constante pedido de nuestros dos hijos que querían tener un perro. Días de pescas, playa, salidas al campo o simples mandados Lara siempre a nuestro lado. Había que verla con que celo cuidaba que ningún gato pasara o hiciera peligrar a mis pájaros, estaba siempre vigilante y dos por tres pasaba rodando enfrascada en una lucha con aquél gato que hubiere osado pisar el terreno que ella vigilaba. Era la primera a la hora de tomar mate en esa increíble ronda que se formaba. Vilma, yo y en nuestro derredor Lara el Coco el loro que buscaba siempre subirse a mi hombro con un papá papá Coco Coco, Cuaquita la pata Lilí el gato y la oveja Josefina. No olvidando a todos mis alados y cantores amigos destacando a Tito un cardenal colorado, otro del cual se debería escribir una historia. El Negro y el Hijo estos dos mirlos negros que de tanto escucharme decir Giann: "quédate quieto "lo decía al comenzar a cantar y el otro decía Carla por escuchar siempre llamar a mi hija. Perdonen pero a éste viejo se les han humedecido sus ciegos ojos. Sigo con el inefable y nunca olvidado Matteo instigador de esta nota. Él ya tiene su historia escrita. ¡Que el buen señor te siga teniendo a su lado! Ahora tenemos aquí en la lejana España otra nueva nieta que compra y en que forma nuestro cariño. Es de Carla se llama Ágata una Basset que con su cara de tonta despistada esas enormes orejotas y sus grandes manos, su largo y redondeado cuerpo con una cola que parece va a salir disparada en su loco movimiento.

¿Mi pequeñito se ha quedado dormido? No Abo lo estamos escuchando atentamente. ¿Como que escuchando en plural?

-         Sí aquí junto a mí están los Querubines prendidos a sus relatos.

Me está haciendo pasar Vergüenza.

-         - ¡Nada de eso!

Bueno lo dejo siga en lo suyo Abo y no me olviden yo nunca los olvidaré. Y un lambetazo para mi amor la Abo Vilma.

 

Autor: Walter Auditore. Barcelona, España.

auditoregaray@adinet.com.uy

 

 

 

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