La Ingenuidad de una Panameña.
Elodia Muñoz
Comunicadora Social
Un poco apartada del acontecer nacional, aunque lejos de mi patria, seguí de
cerca los hechos que determinan a esta hermosa tierra, que a pesar de sus
bemoles, defiendo, amo y me enorgullece de haber nacido en este pedacito de
cielo que llamamos Panamá. Durante mi periplo por la ciudad Azteca, testigo de
luchas, revoluciones, conquista, con una riqueza cultural e histórica que ha
merecido páginas de los conspicuos hombres y mujeres de letras nacidos en esta
nación, sin embargo, recibí con tristeza la noticia de los cuarenta y tres
normalistas desaparecidos en ciudad de Iguala, (Estado de Guerrero), actos
deplorables que realmente nos atemorizan de saber hasta donde llega el ser
humano por la ambición al poder, el dinero y la ostentación.
A mi retorno a Panamá, no pude ser indiferente sobre los últimos hechos y
personajes que han generado elemento de noticias y escándalo a los medios
panameños. Pero en este devenir histórico que llena mi vida, como lo representa
mi profesión de Relaciones Públicas, no puedo pasar por alto vivencias que me
han permitido aunque parezca paradójico, reflexionar y por supuesto, corregir
el camino andado, y sobre todo elevar mi condición de ser humano.
Hoy día atiborrada por los noticieros donde la corrupción, y todo lo ilegítimo
es tema central en los corrillos, restaurantes y hasta en las reuniones
familiares, recapacito sobre la actitud y la propia identidad que van
definiendo a una Entidad y a un individuo que por su investidura de poder,
rango y jerarquía deben considerarse honorables, solidarios y sensibles ante la
necesidad de sus coterráneos.
Ahora bien, me detendré hoy en el escenario de descrédito por el que pasa la
Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental y del ex Viceministro de
Gobierno. Como una ciudadana ingenua, creyente en una institución identificada
con los que menos poseen, confiada me acerqué y toqué las puertas de la
solidaridad, tanto de la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental,
como el corazón del Viceministro de Gobierno, Gustavo Pérez, en búsqueda del
ser humano que podría interceder a favor de una profesional de las Relaciones
Públicas y con Discapacidad Visual se le concediera y aparejara en justicia su
reajuste salarial, que pese a su condición, ha sabido enfrentarla con dignidad,
capear tempestades y romper paradigmas, donde su esfuerzo, créditos académicos,
experiencia se reconociera y valorara en su justa dimensión.
Como profesional actualizada, sufro, sobrellevo y vivo las exigencias de una
sociedad que día a día demanda más de mi esfuerzo, dedicación y responsabilidad
que se me aliviana con la computadora y su lector de pantalla, (herramienta de
lectura para los ciegos).
en mi avidez de contar con este equipo
indispensable para un comunicador social y ante tanto obsequios de ordenadores
a estudiantes y docentes, ingenuamente elevé mi petición a la Autoridad
Nacional para la Innovación Gubernamental, buscando la donación de un
ordenador, a lo que respondieron positivamente, me satisfizo la entrega, en mi
idealismo del momento, sentí que demostraban su reconocimiento al esfuerzo y
Responsabilidad Social con una Servidora Pública que ha ofrecido veinticinco
años de profesión al Estado Panameño, sin embargo, la alegría fue efímera, pues
la medicina resultó más cara que la enfermedad, una computadora con siete años
de uso en paupérrimas condiciones, a lo que reconocería como basura
tecnológica.
¡Que irrespeto!
¿Qué sí duele y defrauda?
¡Claro que sí!, puesto que por sus acciones los conocerás.
A las claras manifiestan que sus perspectivas eran otras, totalmente alejados
de la necesidad, carencia y dificultad del Funcionario, pues no es parte de su
agenda pública, la privación ajena no los obliga a comprometerse, pese a al
cargo público que se le designó.
Lo cierto es que al tocar las puertas de
ambas autoridades me dejan el sinsabor de la indiferencia e indolencia a todas
luces reñidas con la generosidad y la magnificencia con su semejante. Desde mi
posición de discapacidad y ciudadana de este país que con dedicación y denuedo
ha sabido labrarse su futuro, no los condeno ni los enjuicio, por lo contrario
ruego a Dios los ayude, a encontrar el buen camino y los aleje de la
injusticia, simple y llanamente los disculpo, que comprendan que una figura
Pública se caracteriza por la humildad, la sencillez y el respeto, puesto que
la vida terrenal no es todo lo tangible, la opulencia, el poder, la
prepotencia, la arrogancia y el orgullo no es el mejor capital para alcanzar la
paz espiritual.
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.
Comunicadora social.