LA INCLUSIÓN ENTRE NIÑOS CON Y SIN
DISCAPACIDAD, EN ACTIVIDADES RECREATIVAS EN AMBIENTES ESCOLARES.
Palabras claves: inclusión, juegos, niños con
discapacidad, niños sin discapacidad, ambientes escolares.
Desde que el ser humano se congregó
en asentamientos para desarrollarse en comunidad, la socialización ha sido por
excelencia, la herramienta para moldear cada miembro de la comunidad e inculcar
en cada uno de ellos el patrón cultural y social predominante; proceso
espontáneo que supone la transformación de un ser biológico a un ser social,
esto es, individuos que reflejan el yo social o la personalidad social del
contexto inmediato donde éste se ha socializado.
Uno de los componentes
esenciales de la socialización lo constituye precisamente la recreación
infantil, específicamente el juego como actividad interactiva de recreación, he
allí la importancia que tiene para este estudio el análisis de la manera como
interactúan los niños con y sin discapacidad, la necesidad de asociarse con
otros para jugar y las implicaciones que supone para éste, ser incluido o no,
en las actividades interactivas de recreación.
La
inclusión, como proceso socializador, implica la incorporación y participación de
las personas con discapacidad en todas las actividades que se desarrollan a
nivel familiar, educativo, laboral, cultural, deportivo y o recreativo; de
acuerdo a lo que corresponde a cada persona según el rol que desempeña en la
sociedad. El ambiente escolar, constituye el principal espacio donde el niño
inicia su relación Con otros niños y adultos que marcan decididamente su
experiencia infantil.
El propósito del presente
estudio, mixto en su naturaleza, es el de explorar la manera cómo juegan los
niños en los ambientes escolares, cuando alguno de ellos, es un niño con
discapacidad y los factores que pudiesen estar asociados con la práctica o no
de actividades interactivas de recreación.
Algunas precisiones respecto
al proceso de recolección de la información, dignas de resaltar es el hecho que
se aplicaron tres cuestionarios distintos a tres poblaciones distintas en un
mismo centro educativo, en 14 escuelas de la provincia de Panamá a saber: grupo
de docentes de educación especial que participan en el proceso de inclusión
educativa, (26) grupo de niños con discapacidad, (43) y grupo de niños sin
discapacidad, (68).
En el caso del primer
instrumento aplicado a los docentes, debe destacarse el hecho que el mismo se
dividió en dos partes; una primera parte referido a los datos e informaciones
que el docente tenía sobre sus alumnos con discapacidad y la forma que
interactúa con los demás alumnos; y una segunda parte sobre las opiniones del
docente en relación a sus experiencias previas sobre el tema de el juego de los
estudiantes que presentan discapacidad.
El segundo instrumento se
aplicó a niños con discapacidad pertenecientes al mismo centro educativo donde
se encuestó a los docentes sobre el tema en cuestión, de modo que en la mayoría
de los casos, los estudiantes con discapacidad de quienes informan los
docentes, son los mismos quienes responden la encuesta dirigida a capturar sus
experiencias en relación al tema que nos ocupa. Señalamos que es en la mayoría
de los casos porque no todos los niños con discapacidad entrevistados, son los
mismos a quienes se referían los docentes.
El tercer instrumento se
aplicó a niños comunes que formara parte de algún grupo o salón de clases donde
había incluido estudiantes con discapacidad. En este sentido, se solicitó al
encuestador que entrevistase al menos dos niños sin discapacidad por cada niño
con discapacidad seleccionado, de suerte que si en un grupo se encuestaba a un
niño con discapacidad, de ese mismo grupo se debía entrevistar a dos niños
comunes que en principio debían conocer al primero, el propósito era el de no
contar con una sola opinión de los niños sin discapacidad sobre el tema de su
relación con el estudiante que presentaba discapacidad.
Con la salvedad que los
hallazgos encontrados no pretenden constituirse en premisas generalizantes, si
no en indicios para la formulación de hipótesis de investigaciones
subsiguientes, presentamos seguidamente las conclusiones de este estudio de
carácter cuanti-cualitativo, hermenéutico y exploratorio.
Los resultados derivados de
los dos primeros instrumentos aplicados en la investigación, que contienen la
percepción de los docentes más la declaración de los niños con discapacidad,
coinciden en establecer que un 45% de los niños con discapacidad tienen
dificultades para desarrollar actividades interactivas de recreación con los
niños sin discapacidad en los ambientes escolares. El indicador que se utilizó
para establecer dicha dificultad fue la frecuencia con que juegan o son
invitados a jugar los niños con discapacidad por sus compañeros de clases.
Los niños con discapacidad
que tienen dificultades para la interacción social con otros niños, los hemos
clasificado en las categorías de: excluidos marginados, grupo minoritario, y
los excluidos tolerados, grupo de mayor tamaño numéricamente. El grupo de los
excluidos marginados, aunque más pequeño en cantidad, (10% aproximadamente), es
el que requiere con urgencia, mayor atención mediante la implementación de
estrategias que posibiliten el desarrollo de actividades lúdicas interactivas.
Se trata de niños que según el testimonio tanto de los docentes, como de los
propios niños con discapacidad o no juegan o juegan solos en los centros
educativos objeto de estudio.
El grupo de los excluidos
tolerados, donde se ubica mayor cantidad de niños con discapacidad, (35%), son
aquellos que según el testimonio de los niños con discapacidad, juegan con poca
frecuencia en el aula escolar o dentro de los centros educativos. Para este
grupo también se deben destinar estrategias que contribuyan a mejorar los
niveles de interacción con sus compañeros de aula en los ambientes escolares.
Los datos obtenidos de los
instrumentos, relativo a la percepción de los docentes y las tendencias en edad
de los niños sin discapacidad, fortalecen la hipótesis de que: “a mayor edad de
los niños, mayor es el nivel de discriminación hacia los niños con
discapacidad, Hallazgo que permitiría una mejor precisión en las estrategias y
medidas que se deben adoptar para lograr los nobles propósitos de la inclusión
social.
Existe una multiplicidad de
factores que según los docentes, favorecen o propician los procesos de
interacción recreativa entre niños con y sin discapacidad, empero, a juicio de ellos,
la inducción del docente para que dicho proceso se dé, es el más importante. En
ese mismo sentido, consideran que la no intervención del docente, constituye un
factor que opera en contra de tales actividades interactivas de recreación
entre estos dos tipos de población infantil.
Otros factores señalados
son: tipo de discapacidad; a juicio de los docentes la condición de
discapacidad severa representa una barrera en el juego entre niños sobre todo
aquellas que suponen grandes limitaciones para la movilización o para la
comprensión. Resaltaron también, el tamaño de los grupos; de acuerdo a los
docentes, los grupos numerosos dificultan la interacción y los grupos pequeños
favorecen dicho proceso. Se adicionan a los ya señalados, el permanecer juntos por
un tiempo prolongado y el contar con salas y juguetes adaptados.
En lo relativo a los
escenarios donde los niños con discapacidad prefieren jugar, el grupo
encuestado mostró inclinación por el ambiente hogareño; se entiende con ello,
que la casa es el escenario que le ofrece mejores condiciones no solo de
carácter físico si no de orden interactivo, para desarrollar las actividades
lúdicas recreativas aquí examinadas.
Del grupo de niños con
discapacidad encuestado, un 16%, declaró no recibir ayuda o colaboración de sus
compañeros para su desenvolvimiento en el aula escolar, hecho que es motivo de
preocupación por lo que tal circunstancia puede significar para los niños con
discapacidad, no solo por las dificultades que ello supone para el adecuado
proceso de aprendizaje, si no por el efecto en extremo nocivo para el
desarrollo y madurez emocional del niño.
La condición de
discapacidad, según sea su grado y tipología, limita, pero no margina al niño
en el desarrollo de actividades de ocio.
Con base en los datos que
registra el tipo de interacción que practica la mayoría de los niños con
discapacidad, puede inferirse que sí es posible el desarrollo de actividades
interactivas de recreación entre niños con y sin discapacidad, incluso con las
discapacidades más severas, siempre que estén presentes determinadas
condiciones de carácter actitudinal prioritariamente, condiciones que pueden
ser modificadas positivamente con la intervención de distintos actores de la
comunidad educativa.
Los propios niños sin discapacidad
son los que mejor pueden guiar en la elaboración de estrategias de orientación
para impulsar adecuados procesos de interacción, tomando como referentes las
expresiones de los niños ya mencionados, relativas a temores, predisposiciones,
preconceptos, desmotivaciones y todo aquel conjunto de barreras internas que
impiden al niño sin discapacidad acercarse e interactuar con sus compañeros que
presentan algún tipo de discapacidad.
Autor: Profesor Fausto Pérez. Panamá,
Panamá.
Docente
investigador.