La familia: el mejor antídoto contra la corrupción.
Recientemente
en México el tema de la corrupción ha tomado relevancia en la política y por
ende en los medios de comunicación, , promulgándose una ley anticorrupción, que
tipifica los delitos e incrementa las penas en contra de ellos, es que, aunque
esta lacra ha existido desde hace muchos años en nuestro medio, a últimas
fechas a alcanzado grandes dimensiones en todos los niveles de gobierno,
siendo, después del narcotráfico el medio de enriquecimiento ilícito mas
rentable, y en la vida diaria una práctica cada vez mas frecuente entre los
ciudadanos, haciendo cierto el refrán de “tranza y avanza”, pero lo más
preocupante, con formas cada vez más sofisticadas y crueles de dañar a los
demás.
La
corrupción es una forma de deshonestidad, y analizando su origen, este se
encuentra en la familia, en donde el niño aprende los valores y las reglas que
regirán sus vidas, los primeros se aprenden involuntariamente al seguir los
patrones de conducta de los padres o adultos mayores con quien conviven los
menores y las segundas como indicaciones explícitas; por lo tanto la forma más
efectiva de combatir la deshonestidad y la corrupción se encuentran en el seno
de la familia, formando niños y jóvenes
honrados, conscientes de que son primero,
parte del pequeño grupo que la conforma, posteriormente de un grupo mas grande
que es la escuela, para finalmente formar parte de la sociedad, pero
comportándose siempre en forma respetuosa y considerada con los individuos con
los que se relaciona.
Esto
último rendirá frutos a largo plazo, pero seguramente en forma más efectiva ya
que convencer es mejor que reprimir, de tal modo que el gobierno debería de
prestar atención y hacer un gran esfuerzo en este sentido.
Fortalecer
la estructura familiar con valores éticos y morales será sin duda la mejor
inversión que el gobierno pueda realizar, para esto puede apoyarse en campañas
en los, medios masivos de comunicación, en el sistema escolar y en las
iglesias, así mismo, en la medida en que la familia goce de bienestar, tenga un
ingreso decoroso, satisfechas sus necesidades materiales, acceso a la diversión
y a la cultura, la deshonestidad tendrá menor cabida. Los resultados no serán
inmediatos, pero seguramente la próxima generación de mexicanos será más
honesta.
Autor: Dr. Bulmaro Landa Quezada. Tlalnepantla, Estado de México,
México.