Un viaje con el IMSERSO.
IMSERSO ES UNA SIGLA QUE SIGNIFICA, Instituto
del Mayor y de servicios Sociales. El viaje se realizó a la ciudad española de
Benidorm, que es el Cancún español. Esto dicho así, no tiene la mayor
trascendencia; pero yo quiero comentar en estas páginas una vez más, ¿Por qué
no? El gravísimo problema de accesibilidad que tienen los ciegos y que
constituyen barreras infranqueables, que por el momento son de dificilísima
supresión Hace ya algún tiempo y en esta misma revista, me atreví a hablar de
la accesibilidad inaccesible. El Viaje con el IMSERSO tuvo lugar la semana del
24 de noviembre al 1 de diciembre del año en curso. Es un viaje con mayores y
para mayores. Las condiciones económicas son ventajosas, porque los constes son
sensiblemente más bajos, ya que parte del viaje, así como la estancia en el
hotel y las excursiones, si las hay, las subvenciona el propio IMSERSO. Cuando
yo hablé de la inaccesibilidad en estas mismas páginas, Una lectora ciega, no
estaba totalmente de acuerdo en mis apreciaciones sobre el problema que
representa la accesibilidad a determinados sitios o a funciones o necesidades
difíciles de satisfacer por las personas ciegas. Es evidente, que cada cual y
cada quién, ha nacido dotado o dotada de unas habilidades o destrezas. En los
Hoteles, es decir, en los comedores de los hoteles, de muchos hoteles y cada
vez más, existen los buffets o autoservicios. Ello supone que el comensal, ha
de servirse la comida él mismo. Afortunadamente, en los países “desarrollados”,
y lo pongo entre comillas, cada vez somos menos los ciegos totales; pero
algunos ciegos, seguimos subsistiendo como tales. Para nosotros, los
autoservicios son fantásticos. ¿A que sí? No me llaméis exagerado; pero si vas
sin acompañante, te quedas sin comer o mal comes; y si no, haced la prueba. Y
si vas con acompañante, comerás cuando tu acompañante pueda servirte porque él
o ella, también tiene que comer, ¿no? Es mi opinión personal, subjetiva e
intransferible. La cantidad de los alimentos que se muestran o que se exponen
en estos autoservicios, supera a la verdadera calidad. La vista, es atraída por
la gran profusión de aparentes manjares, y los viejos, se lanzan a tomar lo que
ellos creen mejor para su paladar y para su gusto. Y de tal modo es así, que a
veces muchos productos alimenticios de los allí expuestos, se agotan
rápidamente. Las esposas les dicen: ¡Cuidado con la tensión! O, ¡Cuidado con el
azúcar! Y el ciego, en la mesa; esperando a que le traigan algo. Pienso que
debo ser de los más inútiles, dentro de la gran colección de inútiles que
circulan por el universo mundo. ¡Y qué os voy a decir de los postres confitados
que se exhiben en estos maravillosos autoservicios! Esos son los primeros que
se agotan. He dicho anteriormente, que la cantidad prima sobre la calidad, y es
así. Por supuestísimo que cuando salimos de nuestra casa para pasar unos días
de vacaciones, podemos extralimitarnos y vivir con cierto desorden alterando
nuestras costumbres; pero también incurrimos sin saberlo unas veces, y sin
quererlo otras, en errores o en dificultades que no esperábamos y que nos hacen
la vida un tanto penosa. Segurísimo, que habrá quien diga que soy un
tremendista, un pesimista, un negativo y qué sé yo cuantas cosas más; Pero ya
he dicho que es mi opinión personal e intransferible. . Puede que yo sea un
torponcio. En cualquier caso, no sé de nadie que se sirva así mismo de un
autoservicio. Estoy hablando, naturalmente, de personas ciegas. En los
comedores, existe personal vigilando y controlando el buffet; pero este
personal, no es personal camarero propiamente dicho; por tanto, o te sirves tú,
si puedes, o te ayuda tu acompañante, que por supuesto te va a ayudar, o te
quedas sin comer, si es que te atreves a ir solo. No estoy poniendo énfasis en
nada; estoy pintando una situación que se da, por mucho que nos pese, y que yo
vivo de vez en cuando, y que he vivido recientemente. A ver si alguien toma
conciencia y lo arregla.
No la
ceguera, que esta, no tiene solución, pero sí este y algún otro problema que se
da en muchos hoteles, y cuyas soluciones,
no son tan difíciles de poner en práctica.
Madrid
diciembre del 2014.
Autor:
Hilario Alonso Sáez-Bravo.
Madrid, España.