Se
hace camino al andar.
Quiero demostrar que se puede llegar a ser adulto mayor sano
por eso crucé el país de océano a océano (240 kilómetros) y de frontera a
frontera (670 kilómetros) caminando.
Para cuando cumpla 65 años, pienso emprender una caminata de
25 mil kilómetros, es decir, 610 maratones y botar la marca mundial en un año y
ocho meses.
El ejercicio le permite ser un hombre libre y sin
enfermedades crónicas.
A pocos meses de cumplir 60 años de vida, Jorge Astua arias,
deja su Alajuelita natal para desplazarse caminando hasta el edificio central
de la Caja Costarricense de seguro Social, sube los escalones de los cuatro
pisos que lo separan de la Dirección de Comunicación donde Lo espera Roberto
Sancho para conocer su vida de caminante.
Don Jorge reconoce que forma parte de una generación que en
su niñez, desplegaban una gran actividad física al subir a los árboles
frutales, nadar en las posas, jugar varias mejengas al día, jugar con los chicos
del barrio a Indios y vaqueros, ladrones y policías, salve la banca, escondido
y todos los juegos que su imaginación les dictara, hasta que cayera la noche
momento de regresar a la casa cansados, con hambre, sanos y dispuestos a
repetir la aventura al día siguiente.
Afirma que el ejercicio le permite ser un hombre libre y sin
enfermedades crónicas.
Durante 30 años trabajé en la contraloría general de la
República en el área de potencial humano, Como profesor de educación física me
llamó la atención ser entrenador por varias décadas del equipo de atletismo de
alto rendimiento de Alajuelita categoría infantil y menor.
Como trabajador un día decidí caminar del trabajo a la casa
y de la casa al trabajo lo que me demandaba el mismo tiempo que hacerlo en bus.
Soy un convencido del ejercicio y la buena nutrición,
consumo frutas, verduras mantengo mi corazón activo y no presento ninguna
enfermedad crónica.
Quiero demostrar que se puede llegar a ser adulto mayor sano
por eso crucé el país de océano a océano (240 kilómetros) y de frontera a
frontera (670 kilómetros) caminando.
También en tres meses y 24 días, hice 200 romerías para un
total de 5200 kilómetros caminando.
En Alajuelita tengo un programa de futbol potrero donde
tengo a cerca de 60 niños a quienes les inculco las bondades del ejercicio,
alimentación sana, no fumar, alejarse de pandillas y mantener un entorno limpio
donde entrenen y estudien.
Los hospitales están llenos, muchas de esas personas dejaron
en el último lugar de sus prioridades la actividad física y la correcta
nutrición.
Algunos saben que en su familia, comunidad y trabajo, los
necesitan sanos pero antes de enfermarse, esperaban hasta dos minutos el
ascensor para subir al segundo piso, se desplazaban solo en auto o en bus y se
levantaban lo más tarde posible con dos o tres trabajos, estudiando y llenos de
deudas, llegan a los 40 años muy enfermos.
Para mi es normal levantarme a las tres de la madrugada,
camino mucho pero si usted no tiene tiempo, bájese tres o cuatro paradas antes
de su trabajo o casa y camine unos metros porque por lo general, el empleado
público desayuna en la casa, merienda a media mañana, almuerza, merienda a
media tarde, cena por la noche es decir hace cinco tiempos y casi no gasta
energía porque sus tareas son intelectuales no físicas.
Yo decidí ser libre, disfruto las caminatas, no uso el
transporte público, ando sin reloj ni celular y sí noto muy estresados a
quienes consultan a cada momento el reloj, usan con mucha frecuencia el celular
y duermen con la tableta en la cama.
Para cuando cumpla 65 años, pienso emprender una caminata de
25 mil kilómetros, es decir, 610 maratones y botar la marca mundial en un año y
ocho meses.
Para mayor información comunicarse con Jorge Astúa Arias
teléfono: 22-14-18-91.
Autor: Roberto
Sancho Álvarez. San José, Costa Rica.