EUFEMISMOS EN DISCAPACIDAD.
Pese a los avances que en el
campo de la discapacidad se ha alcanzado durante las últimas décadas,
observamos con asombro la forma en que algunos sectores prefieren utilizar términos
que parecen expresar algunos resabios de épocas del pasado, acudiendo una vez
más a los mitos, la lástima y la diferenciación para referirse a las personas
que presentan discapacidad. Tal es el caso de términos como: personas con
capacidades diferentes, niños o personas especiales, niños o personas con retos
cognitivos.
En mi condición de persona con
discapacidad, respecto al concepto de capacidades diferentes, pregunto: ¿cuáles
son esas capacidades distintas a las demás personas que nosotros presentamos?
Naturalmente que ninguna; una capacidad diferente, alude a habilidades o
destrezas con características muy particulares o que son exclusivas a tal o
cual individuo; ejemplos de tales personas son los que tienen capacidad para
ver el futuro o poder detectar la ubicación de personas u objetos a grandes
distancias, situación que no es el caso de las personas con discapacidad, pues
no contamos con tales capacidades, por alto que sea el desarrollo de nuestras
facultades. ¿No se oculta aquí una especie de mitologización de la
discapacidad?
¿Quién dijo que somos especiales
o que deseamos ser especiales? La equiparación que muchas veces requerimos para
estudiar, trabajar o movilizarnos, alude a medidas objetivas de ajuste a la que
tenemos derecho, pero eso no nos da el carácter de especial. La dificultad con
este término es que nos concibe como personas diferentes en sí mismas por
presentar una discapacidad, lo que implica una forma sutil de exclusión, cuando
a lo que aspiramos es precisamente ser un ciudadano más del común; no deseamos
ser ni más ni menos que el resto de las personas y ser tratados en
consecuencia.
El término personas con retos
cognitivos, aplicado a las que presentan discapacidad intelectual, parte de una
premisa equivocada, el considerar que estas personas son las únicas que tienen
desafíos para conocer; ¿Acaso este desafío no es inherente a todos los seres
humanos? ¿Hay alguna persona que no presente el desafío por el conocimiento?
Con este término parece ocultarse en el fondo una profunda negación de la
condición que presentan las personas con discapacidad intelectual; seguros
estamos que, como nosotros, a lo que aspiran nuestros queridos compañeros, es
que sus familias amigos y comunidad en general, les acepten tal como son, sin
añadirles capacidades imaginarias, para ocultar una forma de negación de la
discapacidad.
Lo aconsejable es que para
referirse a nosotros se utilice el término de personas con discapacidad, el
cual a la vez que es objetivo en su definición, reconoce nuestra dignidad como
seres humanos al colocar la condición de persona como elemento principal en el
concepto señalado y con ello, todo lo que implica tanto para la sociedad como
para nosotros las personas que presentamos esta condición.
Autor: Profesor Fausto Pérez.
Panamá, Panamá.
Docente investigador.