UN CUERPO PERFECTO.
Aprendí una lección hermosa, de la vida de mi
padre, que la recogí en una frase que inscribí, en su lápida de mármol blanco
cuando murió.
"Bastábale a cada día su afán"
(Mateo 6)
En mi casa este, era el lema, no existía otra programación
y el fue coherente con este sentimiento. Nosotros también.
Acompañados, siempre por la Providencia.
Ahora que tan de moda esta el pode del ahora,
en un pueblo de Almería, alguien lucido, inteligente y bueno lo decidió así,
hace muchos años, tantos como los que yo tengo.
Me gusta compartiros lo que para mi ha sido y
es, por ello, un despertar día a día, en donde asisto y he asistido asombrada a
esta vivencia personal.
Lo más cerca de mi es este cuerpo que me
acompaña.
Me gusta ser consciente de lo que me ocurre,
comprobando que este, incluso con sus averías es perfecto:
Se acomoda, se regenera, se estimula, se
defiende, para seguir siendo la maquinaria exacta.
Algo tan poco reconocido como, ese regulador de
la temperatura con su termostato preciso, esas pestañas que nos protegen del
polvo, unas cejas diseñadas para que frenen el sudor. La envoltura de la piel y
la constancia de las uñas.
El nido del bebe y la fábrica de la leche, en
el caso de la mujer.
¡Que bien hechos estamos!
Todo para que uno detenga el momento para la
fascinación y para sublimarlo, en el afán del día
He escrito DESPERTAR para asistir a este
proceso y vivir consciente, separando la paja del trigo
El trigo representa lo bueno, el fruto, el
aprendizaje, lo nutritivo, lo aprovechable, esa riqueza interior
La paja simboliza lo vacío, lo que estorba, lo
vulgar y lo mediocre, lo accidental, lo que entretiene y estorba
El yin el yan de la cosecha, de la cosecha
interna
No
confundiendo.
Cada cosa que nos ocurre pasa por una razón ,
gracias a ello, de entre todas esas cosas, tenemos que saber distinguir y
separar lo bueno y aprender de ello, y desechar lo que no nos sirve, de cada
amigo , de un buen momento, de cada experiencia, algo sirve, de cada caída, en
definitiva, un aprendizaje de vital importancia.
..Y esto lo escribo después de estar
“esculpida”, hace seis años, por la operación de pecho, por las taquicardias de
un corazón que se estropea de usarlo, de las fracturas de un hombro antes y el
otro ahora, y mientras, termino este texto, escrito con la mano izquierda
esperando cuando se fragua la fractura del hombro derecho, de hace un mes
¡Que bien hechos estamos!
Vivo este momento y asisto a este proceso
pensando lo bien que estamos hechos y coexistiendo feliz y contenta con el
Bastándome el afán de cada momento, con un
cuerpo…
que late, que siente, que vibra y que se
estremece despertándose.
Mientras, os abrazo por ahora, aunque ¡sea a
mitad!
Autora: Enriqueta Adriana Pérez Pérez. Almería,
España.