Tres
formas en que puede ver el ser humano.
Existen hombres y mujeres
con una visión normal, otro grupo presenta baja visión y un grupo más pequeño
que no ve. Cada grupo tiene sus particularidades aunque interactúen entre si.
Una persona con visión normal
que de lejos cree ver a su pareja besándose con otro, los sigue un rato y
cuando los tiene tan cerca para recriminarles su aptitud, se da cuenta que se
había confundido.
Esta anécdota no le pasara
en los mismos términos a una persona ciega quien a lo mejor desde su ámbito de
acción, puede incurrir en el mismo error pero inducido por el sentido del oído
mientras que a la persona con baja visión, puede pasarle ambas posibilidades.
Por otra parte, atribuirle
algunos sinsabores de la vida al hecho de no ver o ver mal, no siempre se
ajusta a la verdad.
Salir de la casa con un
zapato negro y otro café puede pasarle a personas distraídas y no tiene que ver
en forma necesaria con el hecho de ver o no ver pues si así fuere, las
posibilidades de equivocarse serian mucho mayores para las personas ciegas que
en ese caso, tendrían que adquirir zapatos no solo de distintos colores si no
también texturas, colocarles una seña que los diferencie o asegurarse que no
estén en el mismo lugar.
Se de personas ciegas que se
frustran o enojan por las cosas que les suceden al no ver pero estas son
inherentes a su discapacidad y debe tomarlas con una filosofía de vida
positiva.
Preguntar por el bus de su
ruta en una parada intermedia, la ubicación de un establecimiento no frecuentado,
o requerir apoyo para hacerse con un producto en el súper mercado, es tan
incomodo pero normal como podría resultarle a quien viendo, viaja a un país con
un idioma diferente al suyo o a quien ve mal, tener una cartilla en el
restaurante con la letra muy pequeña.
Todas las personas tenemos
fortalezas y debilidades, disfrutemos las primeras y superemos de la mejor
manera posible las segundas.
Autor: Roberto Sancho
Álvarez. San José, Costa Rica.