Las Mujeres y las Patadas a un Valón.

 

Desde tiempos inmemorables el hombre por su fuerza, poder y pericia se le ha estimado superior a la mujer, hasta llegar a evaluarse a esta como el sexo débil, de cabello largo e ideas cortas. Estoy entre el grupo de mujeres que se reivindicó alcanzando estudios y trabajo y que al mismo tiempo no rechacé las diferencias existentes entre ambos sexos, me complace el caballero a carta cabal, que respete y valore a la mujer hasta su máxima dimensión.

 Pero hoy el mundo entero durante treinta días vive lo que han nombrado la fiebre del fútbol, lo que merece una reflexión sobre el papel protagónico de las féminas ante los espacios que nunca hemos tenido y en los que siempre hemos sido espectadoras. No he sido fanática del fútbol, no esta entre mis prioridades, de la historia de los jugadores se muy poco y menos de la trayectoria de estos megaeventos, no obstante, como buena latina me une la euforia y el sentimiento de solidaridad de cara a la posibilidad de que la vena fría del racionalismo desaparezca y todos seamos hermanos.

El balompié, inventado por los ingleses alrededor de 1863, es uno de los juegos más hermosos capaz de producir magia y llegar a trastocar emociones hasta en el menos pensado incluso (por muy difícil que parezca para el hombre) en la mujer. Aunque desde el principio ha sido practicado por el sexo masculino es ahora un deporte unisex que puede ser disfrutado por toda la familia.

No creo que el futbol represente la verdadera esencia masculina, las mujeres no se han quedado rezagadas, se han organizado con sus propios equipos, lo que evidencia el creciente interés en este deporte, desde hace unos años las mujeres se han abierto paso en la práctica del futbol y de los deportes en general. Si nos detenemos a observar los noticieros sobre este mundial, muchos jugadores se han hecho acompañar de sus novias, esposas, hermanas que se activan en profesiones disímiles como el modelaje, la actuación y el canto; rompiéndose con el mito que el fútbol solo es asunto de machos.

Procedo de una familia que a diferencia de otras, nos era indiferente el fútbol, sí recuerdo a mi abuela, tíos y primos pegados en un desvencijado radio transmisor escuchar los juegos de béisbol, sin embargo, no tengo aversión por el futbol, ni lo valoro como mi enemigo, quizá porque en mi casa no tuve que lidiar con hombres fanáticos. Pero los años pasan como dice la canción de Pablo Milanés y con ellos mi afición por el fútbol, lo he adoptado de mis amigos, compañeros de trabajo y hoy día de mi esposo quien me enseña jugadas, estrategias y toda una urdimbre que jamás pensé cobraría significado y sentido, no obstante, el fútbol ha dejado de ser propiedad de los varones, también nos pertenece, ofreciéndonos un espacio para afirmarnos como sujetos sociales.

Ahora bien, no concibo el fútbol como el epicentro de una batalla de los sexos, es cierto que Panamá se paraliza por noventa minutos, se deja a un lado los problemas sociales que nos agobian. El fútbol se ha convertido para muchos hogares panameños en la puerta que permite compartir los domingos en casa, la familia en la cancha o bien disfrutar un almuerzo fuera de casa.

El fútbol es cuestión de pasión, de amor al balón y todo lo que pueda hacerse con él, vamos y quién mejor que la mujer para entenderlo, apreciarlo, involucrarnos e interesarnos al igual de nuestros pares varones. Por ahora disfrutemos del Mundial 2014.

 

Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.

Comunicadora social.

elodia.magda@gmail.com

 

 

 

 

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