En el siglo XIX, se adoptaron
dos importantísimas decisiones: Se establece el metro, como medida o mejor como
unidad de medida universal, y se fijan con carácter ya definido, los horarios que serán y son 24, por los cuales se
rigen las distintas zonas geográficas de la tierra. Y digo geográficas, porque
en un mismo país, puede haber, y de hecho hay, más de un huso horario.
La primera medida, la fijación del metro, como unidad de medida
universal, no la adoptó ni El Reino Unido, ni los restantes países
anglosajones. La segunda decisión, consistente en dividir las diferentes zonas
geográficas del planeta en husos horarios, parece que sí la acataron.
¿Y qué son los husos horarios? Se toman de los meridianos terrestres
que son líneas imaginarias que cruzan o atraviesan la superficie de la tierra
de norte a sur partiendo del meridiano cero, que pasa por Londres y que se
llama meridiano de Greenwich. Este meridiano marca la hora universal o tiempo
universal, ya que el horario de los distintos estados y naciones del mundo,
parten o se fijan tomando como referencia este meridiano de Greenwich. Hay que
tener en cuenta, que los husos no han cambiado, pero el horario de las
distintas zonas, sí cambia por razones de ahorro energético y económico. Es con
el cambio de hora frecuente y constante, con lo que el autor del presente
trabajo, está en absoluto desacuerdo. El tiempo, como se sabe, es relativo;
pero se toma como medida de nuestra existencia y como medida de duración de
todo cuanto existe. Para determinar el horario entre las diferentes zonas
geográficas del globo, se tiene en cuenta el movimiento de rotación de la
tierra sobre sí misma, y evidentemente, el movimiento del planeta alrededor del
sol, que ambos movimientos dan lugar a la noche y el día, y a las cuatro
estaciones del año. Son muchos los países, que cambian su horario según sea
verano o invierno, porque según alguien muy sabio muy sabio muy sabio, se
ahorra luz. Esto no hay forma de comprobarlo de manera fehaciente, si bien se
dice que en países como España, se ahorran alrededor de cien millones de euros,
unos ciento veinticinco millones de dólares, que es una cantidad despreciable
respecto del producto interior bruto, y obviamente del gasto del presupuesto de
las administraciones públicas. El sol en cada momento del día y en cada zona,
así como los movimientos de la tierra, son quienes determinan con precisión el
tiempo real. Quiero decir: Es el horario solar, el que debe regir, porque nuestro
organismo responde biológicamente al ritmo universal al que está conectado
desde que nace hasta que muere. Son la noche y el día, que determinan los
ritmos circadianos de luz y oscuridad, los que hacen posibles entre otras
cosas, nuestra vida, la regularidad de nuestros biorritmos y en definitiva,
nuestro movimiento que no cesa. Por la noche cargamos las baterías y por el día
las gastamos o consumimos. Los husos horarios están a 15 grados de distancia
entre sí, es decir unos de otros. Esto, a mi juicio, no se respeta y en un
país, donde debiera haber más o menos husos horarios, según sus circunstancias
geográficas, se alteran. Es muy importante que nos rijamos por el horario
solar, porque nuestro organismo funcionará muchísimo mejor. El horario De España
tiene una diferencia con respecto a la hora solar de sesenta minutos en
invierno y de ciento veinte minutos en verano. Estos ciento veinte minutos son
de adelanto. Entiendo que es anormal y que nos perjudica. Pienso, que es
absolutamente indispensable, que cuando se toman medidas de este alcance, se
informe convenientemente al público de la necesidad de estas medidas y de su
beneficio social, político económico, etc. Si es que lo hay.
En Europa, es la Unión Europea quien ha determinado el horario de invierno
y el de verano, que por supuesto sí parece que beneficia más a los países del
norte que a los países del sur, o periféricos, como ellos nos llaman. Los
países del sur, como borreguitos, sí adoptamos este horario; pero El reino
Unido y Portugal, Tienen una hora de atraso con respecto de casi todos los
países de Europa, o mejor del oeste de Europa. Los países del este, van con una
hora de adelanto respecto de los del oeste; pero tanto el Reino Unido como
Portugal, se ubican en Europa Occidental. Con Argentina diferimos en cuatro
horas, y con Colombia, por ejemplo, en seis. A medida que vayamos hacia el
este, tenemos que adelantar el reloj una hora cada quince grados, y a medida
que nos aproximemos al oeste, tendremos que atrasar el reloj una hora, también
cada quince grados. España dista unos diez mil kilómetros de la República
Sudafricana, y tenemos el mismo huso horario, aunque las estaciones sean
distintas, porque ellos están en el hemisferio sur, y nosotros estamos en el
hemisferio norte.
Voy a dar algunos datos que me parecen de utilidad: Un meridiano es
una línea imaginaria que cruza la superficie de la tierra del polo norte al
polo sur. Hay 24 meridianos. El tiempo universal coordinado es el que tiene
como base el meridiano de Greenwich; es el meridiano cero, y Europa occidental,
va con una hora de adelanto con respecto a dicho meridiano, excepto El Reino
Unido y Portugal. En verano, Europa occidental adelanta una hora más y llevará
dos horas con respecto al meridiano de referencia. El Reino Unido y Portugal,
también adelantan su horario, pero siguen teniendo una hora atrasada con
respecto a Europa occidental. Europa oriental dista una o dos horas, según
países, de Europa occidental.
Un grado, es un arco de 111 kilómetros aproximadamente; hay decimales,
pero no los tenemos en cuenta para no complicar excesivamente la lectura de
este trabajo. Un grado, es equivalente a una hora. Un huso horario, son 15
grados, igual a 1660 kilómetros. Hay 24 husos horarios. Los husos horarios van
de este a oeste. Eso explica, por ejemplo, por qué España y Sudáfrica, tienen
el mismo huso horario, a pesar de la gran distancia que separa ambos países y
estar en distintos hemisferios.
Concluyo diciendo, que el huso horario, también es un arco o cuña
imaginario, que se parece a un huso de hilar. Los husos horarios, como todo lo
que inventamos y que es un tanto abstracto, son convencionales, son relativos y
podrían estar sujetos a cambios.
Autor:
Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España.