Entre emergencias, crecientes, militares y enfermedades
Historia del ATAP que navega el Río San Carlos
Por el cause del río San carlos ubicado en el cantón de la
provincia de AlajuelaCosta Rica, que lleva su mismo nombre y cuya cuenca irriga
el refugio de los almendros de montaña, la lapa verde, el jaguar, el venado
cola blanca y una diversidad imponente de flora y fauna, encontramos a un
Asistente técnico de Atención Primaria (ATAP)de la CCSS listo para sortear los
obstáculos que le presenta la naturaleza en su diario bregar a favor de los
moradores de Boca tapada.
Se trata de Gilber Gerardo Rojas Picado, ATAP con 12 años de
trabajar para la Caja Costarricense De Seguro Social (CCSS)
Oriundo de Pocosol, hace 10 años dejó su cargo en San Martín
de Ciudad quesada para trasladarse con una plaza en propiedad a la comunidad de
Boca tapada de donde afirma, llegó para quedarse el resto de sus días.
NO conocía los motores fuera de borda pero era necesario
bajar por el río San carlos y remontarse al río San JUAN en giras de 5 horas
por lo que la primera vez, le pidió a un lanchero del comité de salud que
navegar a para sortear los peligros hasta hacerse con el timón en aguas
sanjuaneñas donde podía experimentar con seguridad.
“al segundo día tuve que irme solo pero cuando uno le coge
confianza es más fácil que manejar otros vehículos” afirma Gilber.
Desde su puesto de salud en boca tapada, se desplaza a las
cassas para vacunar, hacer glicemias, tomar la presión arterial y darles
seguimiento a los pacientes crónicos pero a veces la rutina sucumbe ante las
emergencias.
Recuerdo esa vez como un milagro, advierte Gilber quien se
dispone a narrarnos una situación especial.
Esa mañana me tocaba un sector río abajo,
Llegué a la primera casa donde había un chiquito de año y
tres meses con un severo ataque de asma.
Era el hijo de una familia nicaragüense que no sabía de los
servicios que ofrecemos.
Le dije a la señora que se apurara a acompañarme porque
había que ir a la consulta médica.
Me los traje en la lancha y el doctor me dijo que si nos
hubiéramos tardado media hora más, el niño no se hubiera salvado.
Por el momento hay comunidades del río San Juan a las que no
puede atender porque las autoridades Nicaragüenses le prohíben la navegación,
mientras que los moradores río abajo del San Juan, puede atenderlos
desplazándose en motocicleta por la trocha de la paz.
Gilber sabe lo que es esperar horas a que una “llena del río
le permita seguir su camino con seguridad al puesto o sufrir un desperfecto del
motor obligándolo a maniobrar para enrumbarse a Boca tapada.
Si viaja con los médicos del zaíno a la comunidad de Cureña,
la gira depara nuevas anécdotas como la que nos cuenta ahora.
Una vez nos fuimos de gira y uno de los doctores estaba muy
contento tomando fotos aquí y allá.
Cuando nos reportamos al puesto nica, le querían quitar la
cámara porque era prohibido tomarles fotos a los puestos militares.
Después de convencerlos de nuestro trabajo, se la dejaron
pero tuvimos que atender a varios soldados enfermos.
Gilber desgrana sus recuerdos y aparece la señora hipertensa
con seis meses de gestación a quien por su estado de salud, convenció para que
lo acompañara a boca Tapada.
La señora no tenía ninguna intención de moverse de su casa,
tenía sangrados y la presión muy alta.
De boca tapada la trasladaron de urgencia al Hospital México
allá le hicieron una cesárea y el niño estuvo dos meses en la incubadora pero
los dos se salvaron.
El trabajo de Gilber le permite servirle al prójimo en el
marco de un paradisiaco lugar al que invita a los lectores a visitar y asegura
que quien lo aga, no se arrepentirá.
Autor: Roberto Sancho Álvarez. San José, Costa Rica.