¿Ficción o realidad?
Desde que se comenzó a escribir la historia, hace 57 o 58
siglos, se cuenta de vez en cuando algún episodio en el que se ven
extrañas máquinas, extrañas luces, muchísimo antes de la existencia de la luz
eléctrica, extraños seres, etc.
Artefactos, máquinas y seres procedentes del cielo.
Todas las culturas, todas las civilizaciones y en todas las épocas,
las mitologías de las distintas zonas del planeta tierra, ya registran luchas
de los dioses por la conquista de la humanidad terrestre. Hasta en la biblia,
se comenta con cierto detalle la lucha entre los ángeles buenos, capitaneados
por el arcángel Miguel, contra los ángeles malos, comandados por Luz Bel, que
luego fue Lucifer. ¡Toda una guerra cósmica! ¡Sí señor!
¿Y estos, de donde venían? ¿Dónde estaban? ¿Dónde se podría ubicar el
cielo?
San Pablo, que es con toda probabilidad el autor intelectual del
cristianismo, parece que estuvo o tuvo una visión del séptimo cielo. ¿Dónde
estaría San Pablo? ¿Qué le pasaría?
Podríamos seguir interminablemente contando episodios de este tipo y
similares, que se registran en innumerables libros y documentos. La tradición
oral, el boca a boca, ha dado lugar a escritos en los que se cuentan numerosas vistas
de una serie de objetos voladores procedentes, aparentemente del espacio
exterior. Si es así, Nuestra tecnología es muy nueva y muy pequeñita con
respecto a la de los seres de otros mundos.
En el supuesto de que la humanidad pudiera superar las condiciones que
impone la ingravidez del espacio exterior, la falta de atmósfera, y por tanto
de presión, las condiciones de inhabitabilidad, y la excesiva permanencia en la
nave que nos transporte a otro mundo, hay que contar con la velocidad a la que
tendríamos que viajar, que sería superior a la de la luz,
Se supone que moriríamos antes de llegar a nuestro objetivo, que
obviamente sería otro planeta que nos permitiera vivir en condiciones al menos,
similares a las que ahora tenemos. El sol, está a ciento cincuenta millones de
kilómetros de la tierra. Su luz, tarda en llegar a nosotros, entre siete y ocho
minutos, aproximadamente. Hasta donde conocemos y hasta donde sabemos, en el
sistema solar, no parece que haya vida inteligente. ¿Pero, y en la galaxia? De la
galaxia, sabemos muy poco. Las estrellas o soles de nuestra galaxia más
próximos a nosotros, están a años luz de nuestro planeta tierra. Nosotros, de
momento, no podemos viajar a la velocidad de la luz; pero si pudiéramos, sería
incluso difícil que pudiéramos llegar en buenas condiciones a otros mundos.
Según las teorías más modernas,
teorías científicas, si existen los agujeros de gusano, que son como túneles
que comunican dos partes alejadas entre sí del universo, nos permitirían viajar
alguna vez por el cosmos con más facilidad; pero es una teoría nada más.
Si alguien de la galaxia nuestra o de otras galaxias nos ha visitado,
de lo que por ahora no hay evidencia científica, ha tenido que ser, empleando
una tecnología muy superior a la que conocemos y usamos, y por supuesto
obviando la velocidad de la luz. ¿Habrán usado ellos esos agujeros de gusano?
El ser humano sí ha logrado escapar de la fuerza de gravedad y
traspasar o salir del campo gravitatorio de la tierra. Hace muchos años, 46,
una nave terrestre se posó en la luna. La distancia media de la tierra a la
luna, es de 384000 trescientos ochenta y cuatro mil kilómetros. Creo que
tardaron en llegar casi tres días. Por razones que desconozco, tanto Estados
Unidos como Rusia, han disminuido la carrera espacial, o al menos, no han
propagado ningún viaje humano a ningún otro satélite o planeta. Se ha
construido una estación o plataforma espacial a unos cientos de kilómetros de
la tierra, que tiene un carácter experimental, y que puede ser algún día un puente
de lanzamiento a la realización de otras aventuras espaciales o cósmicas.
Quiero concluir diciendo que pienso que no podemos estar solos en la
inmensidad del universo. La tierra es menos que una gota de agua respecto de la
galaxia de la que forma parte, y un microbio en comparación con los cientos de
miles de millones de cuerpos celestes existentes y de los que no tenemos ni
idea.
Tengo que decir, que gracias a la carrera espacial, tenemos más
información de todo tipo. La meteorología, las comunicaciones, la navegación
aérea, la medicina y en general toda nuestra tecnología, se ha beneficiado y
nos ha permitido tener una calidad de vida jamás conocido por esta
civilización.
Si quisiéramos comunicar con los supuestos habitantes de un planeta de
Alfa Centauri o de sirio, como quiera que nosotros no conocemos una velocidad
superior a la de la luz, y según la teoría de la relatividad, aceptada por la
ciencia, no hay otra velocidad superior, tardaríamos en comunicar con ellos no
menos de cuatro años luz, que son cuatro años efectivos. Helos, tomando siempre
como referencia la velocidad de la luz, tardarían otros cuatro años en
contestar; es decir, las ondas de radio, tardarían ocho años.
Por último, concluyo diciendo que en mi opinión, no hay una evidencia
tangible, de que nos hayan visitado seres de otros mundos, si bien, sí que hay
multitud de objetos voladores no identificados, pero no sabemos lo que son, ni
de quien son. Personalmente pienso que los producen potencias de la tierra,
pero no tengo ninguna prueba.
Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España.