El Chivito y el Mercado del Puerto.

 

Un amigo llamado Carlos Pellejero en una lista nos brindaba, una receta El Chivito. Esto me llevó inmediatamente a tirar de nuevo los dedos al teclado de mi ordenadora.

Dice la leyenda urbana que un día en la ciudad de Montevideo, una turista entra a un Bar y solicita algo rápido para comer. Resulta que eran altas horas de la noche y el Bar estaba cerrando. El empleado le dice que ya no tiene nada para preparar, la turista insiste y el empleado abriendo la heladera ve lo que hay. Junta todo lo que el amigo Carlos Pellejero cuenta y lo prepara, luego se lo sirve en un plato. Tal como dice Carlos la turista lo prueba y asiente que está muy rico es excelente y muy bueno. Agrega ¿Es chivito? Inmediatamente pregunta cómo se llama lo que está comiendo. El empleado no sabe que decirle y se le ocurre decir es un Chivito. Así llamamos los uruguayos a ese fino bife, bistec o simplemente churrasquito, de lomo de la vaca o ternera. Fetas de Panceta o Beicon, jamón, queso en feta, muzzarella, aceitunas, lechuga, tomate, Mayonesa o mayonesa según  quien lo diga y en qué país. Se fríe el bife en una plancha junto a la panceta, se tiene abierto un pan untado en mayonesa, dos hojas de lechuga, rodajas de tomate, se pone el bife y la panceta el jamón, el queso las aceitunas o olivas, la mozarela se cierra y diciendo "arriba abajo al centro y adentro" En cambio expreso que el chivito Canadiense es en verdad todo eso más abundante y servido en un plato. Llevando además  un huevo frito. No creo que haya un Uruguayo que no haya oído que es esto o hubiera degustado en alguna ocasión uno de estos Chivitos. Un hijo de Gallegos que había sido deportista ciclismo de apellido Barcia ve el filón del nuevo elemento culinario. Él ya tenía un carro que estacionaba en alguna esquina, abría las ventanas y quedaba a la vista al frente de la acera. El carro contaba con un mostrador con vitrina. El en verdad hacía y hizo su nombre con el famoso chorizo al pan teniendo a la vista en dicha vitrina bandejas de acero inoxidable conteniendopikles, tomates, lechugas, cebolla en tiras, hongos al escabeche, aceitunas negras y verdes, mayonesa Ketchup. Él a sugerencia del cliente con unas pinzas le ponía a su gusto.  A su espalda estaba la parrilla con brazas abajo y un trashoguero, también la plancha más una olla con agua caliente con unas hojitas de laurel, sobre una hornalla. Esta para los Franfrúter otros los llaman perros calientes y los más simplemente un pancho. Roque Barcia sigue adelante llegando a construir unos hermosos carros parecidos a una caravana de vacaciones con luces sicodélicas música y más adelante una TV que en los días de partidos de fútbol atraía a muchos más clientes. Estas eran todas de acero inoxidable y acrílico que le daba mucho colorido. Había omitido las heladeras con los refrescos y la cerveza. Luego se anima por la demanda y también pone un puesto en el famoso Mercado del Puerto lugar tradicional de la ciudad de Montevideo. Este mercado tan peculiar fue construido con una estación de ferrocarril que venía desarmada desde Inglaterra con destino a Buenos Aires. Burocracia por media esa estación nunca fue embarcada para la citada ciudad. Incluso tiene su reloj como toda estación de ferrocarril. En ese lugar el puesto del Galleguito como había bautizado Roque a su negocio era punto obligado de los adeptos al Chivito en sus dos versiones. El tradicional al pan y los chivitos Canadienses que se servían generosamente en unas fuentes ovaladas y  de dos tamaños, sencilla y grande para los más comilones. Como decía líneas arriba iban con dos huevos fritos arriba de todo, abundantes papas fritas aceitunas etc. Ampliando un poco les digo que el Mercado del Puerto es algo muy digno de visitar, cuenta con las más diversas gamas de degustaciones culinarias. Esta mi versión data como lo viví en las décadas del 60 y por lo menos hasta el 90 cuando quedo ciego. No pudiendo establecer en verdad que tan cambiado se encuentre dicho establecimiento. Parrilladas con años y que brindan todo aquello que los Uruguayos comemos asado. Empiezo y no sean golosos asado de tira, es decir con los huesitos de el costillar de los vacunos, pulpas asadas mi Dios que cosa hermosa ese color y su juguito cuando está a punto. Aunque hay gente que la come más seca, Chorizos, morcillas dulces y saladas, longaniza fresca, berrodo un tipo de morcilla pero más grande y con cebolla y otros condimentos, mollejas esto es como maná del cielo son las amígdalas de las vacas un poco caras pero para chuparse los dedos. Choto chinchulines tripa gorda todo esto de los intestinos  del vacuno, riñones. Las famosas Pamplonas de pollo o cerdo. Las Pamplonas  en verdad tampoco sabemos de dónde sacaron su nombre, No se sí en España en Pamplona se conoce o se hace algo parecido. Son estos dos elementos el pollo y el cerdo arrollado y relleno de jamón, panceta o beicon repito como la quieran llamar, queso, ají morrón  (Pimiento) aceitunas etc. ellas atadas con el fino intestino del cordero. Un verdadero manjar. No falta el queso parrillero servido y rociado con orégano, las papas y boniatos asados envueltos en papel aluminio y sí se me escapa algo valla usted y lo comprueba. En éste Mercado existen carnicerías que brindan todas las variedades de carnes en sus diversos cortes de primera calidad. La carne es el alimento primordial del uruguayo. Decía El corte que usted quiera, cordero, cerdo, distintas clases de aves. Las pescaderías que ofrecen toda una gama de productos del mar. Destaco sobre todo las grandes corvinas negras de 12 hasta 25 o más kilos una hermosura para hacer a la parrilla. Merluza, lenguado, pescadilla, cazón, burriquetas, corvinas blancas, pejerrey grande y la codiciada majuga para freír en la sartén, Mejillones, almeja, pulpos, calamares, camarones o gambas como se les conoce en España, langostinos centollas y cangrejos, en fin de todo como en el mar pero a su vista. Algunas digamos almacenes de ultra marinos que ofrecen mucha variedad de productos de todo el mundo, dátiles, distintas clases de orejones de melocotón, ciruelas, higos secos, pasas de uvas, avellanas, almendras, nueces, aceitunas en grandes tinajas, te de Ceilán o de la India. Ese producto exótico que usted busca para un toque de distinción o por ser simplemente de esos lejanos países y los añoran. Un rincón en donde se debe de tener mucha paciencia pero vale la pena la espera  es el famoso Roldós siendo su especialidad su medio y medio caña con vermut, y esa variedad de sándwiches tanto de pan negro como blanco de miga, que le dieron su fama. Para mí los de aceitunas negras y los de pasta de anchoa me muero queridos lectores. Todos los días de la semana el Mercado está muy concurrido, pero ya desde el viernes en la noche el Mercado del Puerto toma una clientela digamos distinta.  Separaremos los trabajadores del puerto, camioneros, estibadores, empleados de barracas y todo aquél que vive o trabaja en sus cercanías. Otros medio digamos vagos, bohemios y que discurren durante todo el día mosqueando. Pero hay otros los que quiero mencionar, empleados de las múltiples oficinas bancos negocios de todo tipo que rodean o no a éste mercado. Hago un alto para agregar que dicho Mercado está situado justamente frente al edificio de la Aduana de Montevideo. Este lugar llamado Ciudad Vieja, es aquí en esa punta que cierra la bahía de Montevideo donde fue fundada esta ciudad. Familias traídas desde Buenos Aires por su fundador Bruno Mauricio de Zabala, luego incrementada por la llegada de 36 familias llegadas desde las Islas Canarias. Damas, caballeros y sobre todo mucha juventud que se ve tentada por lo ya expuesto en mi relato. Bandadas de alegres y bonitas jóvenes le dan ese toque femenino tan agradable para los Don Juanes  que pululan en dicho local. Como decía se reúnen para ir a despuntar el vicio y en casos como dice en una canción llamada Calle Yacaré pintando lo que se ve en las salidas del Mercado, por una puerta, ¡Tres salen abrazados a contra pie dijeron entremos a tomar una y se tomaron 23! Adivinos, gitanas con  sus amplias y coloridas polleras y su pañuelo o no denotando sí es casada o no, leyendo las manos a incautos que lo que sí está en su futuro inmediato es perder algo de dinero y tal vez un anillo o otro valor.  Guitarristas Canillitas voceando el diario, otro vendiendo la lotería, el inolvidable Fosforito vestido a lo Chaplin llevando a su pecho y espalda un cartel de propaganda, haciendo sonar a forma de castañuelas, entre sus dedos tanto huesos o cucharitas de café. Prestidigitadores de los que hacen magia y los otros que te roban la cartera, chicas muy bien otras no tanto estas las que sobreviven de ese ambiente. Ese hombre que va al mercado que se cree que las sabe todas  y en verdad es un tonto o como se dice vulgarmente un gil. En ese hermoso lugar se igualan por momentos todas las diferencias sociales, se puede encontrar el Doctor con su paciente, el gobernante con quien lo votó, el actor de teatro con su admirador, digamos que por momentos los títulos quedan colgados imaginariamente en la puerta del lado de afuera. Y ya en el mostrador o caminando son todas personas en busca de un esparcimiento o el de pasar un rato ameno. Aunque no siempre esta todo alegría mentiría sí digera solo esto, también en ocasiones uno siente que le tiran del pantalón y dos ojitos tristes a veces vivaces de un niño pidiendo algo para llevar a su barriguita, viejas jóvenes, esas que ya han sufrido y han visto que su tan lejana juventud ha quedado a la vuelta de la esquina. Mal vestidas desgreñadas con una boca que ya ha perdido varias piezas, todo está pintado en el Mercado del Puerto. Dos por tres las conversaciones suben de tono, y no falta el o los desubicados que llegan al enfrentamiento físico. Pero eso es solo momentáneo   ya sea por la ronda de guardias civiles o circunstanciales parroquianos que logran, que todo vuelva a la normalidad. Es muy grato oír esos coros de improvisados murgueros formados por casualidad que traen a recuerdo viejas retiradas de murgas. No falta tampoco el batucado ritmo brasileño pero muy bien ejecutado por muchos uruguayos, Un bombo llamado zurdo, un redoblante, acompañado con cencerros o pandereta. Lo que se conoce como llamada, son los famosos tambores afroamericanos muy nuestros identidad de una cultura abrazada por todos los Uruguayos. Estos tambores llamados según su tamaño y su sonido así: Piano tambor grande y de sonido apagado. El Chico su nombre lo dice es el más pequeño y su sonido agudo y monótono, y el Repique éste al medio de los dos anteriores. Con  toque libre rítmico e improvisado, mucha lonja y madera, que hacen vibrar todo el Mercado con su sonido embriagador haciendo mover los pies a todos, sacando pasos de baile a todos aquellos que están caminando o parados en la parrillada comiendo o bebiendo. Gracias Carlos por traerme a mi memoria a la lejana Barcelona estos recuerdos y se me hace agua la boca al recordar esos chorizos y Chivitos del Galleguito.


Autor: Walter Auditore. Barcelona, España.

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