Madrid ciudad
tiene una población superior a tres millones de habitantes; pero esta
población, es muy inferior a los habitantes censados en ciudades como
París, Londres, Berlín, Nueva York, Buenos Aires, México y
muchas otras. No obstante, si nos preguntasen qué es una gran ciudad, o
qué hechos son los que definen a una gran ciudad, o cómo se llega
a este calificativo, debo reconocer, que no sé explicarlo.
¿Una ciudad grande es una gran ciudad?
Entiendo que Madrid, donde yo vivo, es una ciudad grande,
aunque no cuente con el número de habitantes de las ciudades enumeradas
al iniciar este trabajo. Tiene las teóricas ventajas de cualquier gran
ciudad y todos los inconvenientes de una ciudad grande. Hay otros inconvenientes
que se añaden y que otras grandes ciudades han suprimido y que esta no
ha sabido o no ha podido suprimir.
¡Qué difícil es que una ciudad grande
sea además una gran ciudad!
Los diseñadores urbanistas, en su afán de
imaginar la forma de ganar más y más dinero, no saben qué
hacer para que la vida de los habitantes de las grandes ciudades, sea
incómoda, ruidosa, estresante y agobiante.
En mi ciudad, hay problemas que hacen la vida de sus
ciudadanos insoportable. Voy a citar entre otros, los siguientes:
Los distintos ruidos producidos por los motores del
tráfico rodado, Las invasiones constantes de las aceras por bicicletas y
motocicletas ante la pasividad de los agentes de la autoridad, Los
ensordecedores sonidos de los martillos eléctricos y maquinaria diversa
que ejecutan obras en la vía pública, la mendicidad que se ha
extendido a toda la ciudad con enorme desorden, los timos y robos de todo tipo,
la extraordinaria contaminación. No voy a seguir enumerando porque no
hay suficiente espacio y ocuparíamos sin duda toda la edición;
Pero sí quiero destacar dos grandes y graves problemas, que me parecen
de cierta consideración: La red de líneas metropolitanas,
mayoritariamente subterránea, No tiene una buena ventilación, y
en muchos de sus tramos, seguramente por alguna proximidad a la red de
alcantarillado, huele mal. El otro gran problema es que como consecuencia del
austericidio, que viene de austeridad, han restringido autobuses y unidades del
tren metropolitano, reduciendo así el servicio de locomoción
pública, alegando que son muchos los ciudadanos que usan su propio
vehículo.
Naturalmente, no todo es malo. Hay servicios que no son
posibles en los pueblos, porque su elevado coste los hace insostenible. En la
ciudad, se recauda más o se recauda lo necesario, porque también
hay más habitantes que pueden pagar entre todos, servicios que son
caros, y no pueden darse en el campo o en los pueblos. Una de las grandes
cuestiones que todavía está pendiente en las grandes ciudades y
que no acaba de ser resuelta, es la de las barreras arquitectónicas. Se
pueden contar con los dedos de las manos, las sillas de ruedas que pueden verse
en los vagones del metro. Y es que son muy pocas las estaciones que tienen
accesibilidad para sillas de ruedas.
No voy a volver a tratar aquí los problemas de
inaccesibilidad que tienen las personas con defectos o deficiencias
físicas, psíquicas y sensoriales, porque ya dediqué un
artículo donde traté este tema en exclusiva. Sí desearía
concluir y concluyo diciendo, que al margen de las grandes ciudades, viven dos
tipos de gentes o clases sociales: La clase social baja, chabolista, indigente,
mal llamada marginada y la clase media alta, que está también
marginada porque vive al otro margen o borde de la ciudad, en barrios residenciales,
urbanizaciones de lujo, mansiones increíbles, que no se enteran de nada
y que no ven más allá de sus narices. Estos sujetos y sujetas,
están en la inopia porque los problemas de la urbe para ellos no
existen.
Autor: Autor: Hilario Alonso
Sáez-Bravo. Madrid, España.