Como no vidente me he referido en algunos escritos al tema
de la Discapacidad, me complace hoy reconocer la iniciativa de La Comisión De
La Mujer, La Niñez, La Juventud y La Familia, a presentado al plenario legislativo,
el proyecto 626, define el conjunto de “beneficios” para las Personas con
Discapacidad, que clasificaría como un medio de equiparación y de oportunidades
a un mundo que percibe a la Discapacidad fuera del contexto social.
Ahora bien, quedemos claros que la condición de
Discapacidad, no es realidad deseable para individuo alguno, conozco de amigos
que la ceguera se le acompaña con enfermedades degenerativas, depresiones
recurrentes, diabetes he hipertensión que lo conducen a padecer discapacidad
múltiple, por lo que el espíritu de este proyecto constituye una opción
paliativa la exclusión social. Vale la oportunidad compartirles la experiencia
que sufro día a día con el puesto azul, generada del cotidiano desplazamiento
en el Metro Bús y las múltiples peripecias de la Persona con Discapacidad, , la
que se apareja a los beneficios tipificados en el citado Proyecto, el
proponente manifiesta, “si la persona con discapacidad u
otra habilidad, alcanza la edad de jubilación, se hará acreedora a los
beneficios que se reconocen en la ley 6 de 1987, que comprende beneficios para
jubilados, pensionados y personas de la tercera edad”, no obstante, me han dejado una verdad
de apuño, no es comparable la Discapacidad con la vejez, puesto que no es lo
mismo ni se vive igual la Discapacidad junto a la atenuante de la tercera edad,
ya que la limitación física se padece durante la vida y la condición de vejez
es un proceso natural que debe enfrentarse con dignidad; comprendí las sabias
palabras del conductor que recurría de intermediario entre el Derecho al puesto
azul entre la Discapacidad y la insensatez.
Es
importante retomar del presente Proyecto, pues de un lado, una de las
iniciativas busca facilitar, “Un descuento de 50% de los precios que se cobren
como entrada general o tarifa económica de las actividades de recreación y entretenimiento, tales como los
cines, teatros, deportes y espectáculos públicos variados”, mientras,
paradójicamente puntualiza, “Un descuento en las farmacias de 10% del valor de
los medicamentos que adquieran bajo prescripción médica”, Respetados Diputados,
la diferencia es abismal, toda actividad lúdica o evento que nos genere
disfrute o recreación son efímeras, sin embargo, las enfermedades, dolencias y
la discapacidad es una realidad Permanente, lo que se traduce que el uso de un
fármaco será de mayor consumo y de superior prolongación, de esta manera,
estaremos garantizándole a la Persona con Discapacidad, una mejor Calidad de
Vida, por lo que es deber de todos los organismos y entidades estatales
contribuir a garantizar los principios constitucionales y los derechos
fundamentales a una vida digna en salud con calidad.
Asimismo, puntualiza “Un descuento de 10% de la
cuenta total por la obtención de servicio de hospitales y clínicas privadas, cuando el
titular del derecho no sea beneficiario de seguro de hospitalización”, Panamá,
registra 360 mil Personas con Discapacidad, la gran mayoría pertenecen al
sector informal, a las claras evidencia que no son beneficiarios de la
seguridad social, esto implica que de ir a un centro hospitalario, será
mediante recursos propios o bien de caridad, por lo que este beneficio no se
percibirá en su justa dimensión.
La prioridad inmediata por la situación
económico-social de las Personas con Discapacidad, es gozar de una vida digna;
sufrimos y costeamos, quienes padecemos este tipo de limitaciones físicas en
nuestro día a día, los que no se prevén en ningún programa social
compensatorio. La simple avería de una silla de ruedas electrónica excede a
menudo del presupuesto y no la costea nadie, solicitar un taxi, es un extra
prohibitivo. Por lo que les transmito a los honorables diputados de la nación
mi ánimo para que mediten e investiguen en otras latitudes muy seriamente y en
profundidad a cerca de esta propuesta, ya reconocida en Argentina, Ecuador,
Colombia, México, entre otros y así mismo presten de su parte cuanto sea
necesario para que a partir del diálogo con todos los grupos políticos, agentes
sociales y demás, pueda llegarse a garantizar la igualdad de condiciones y equiparación de
oportunidades bajo un sistema de protección integral.
Autora: Elodia Magdalena
Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.
Comunicadora social.