El Sistema Nacional de Bachillerato: una propuesta para la flexibilidad y coordinación organizacional en educación media superior.

 

El sistema de educación media superior se ha considerado como un archipiélago de estructura rígida, en el que se encuentra una amplia diversidad de sub-sistemas, entre instituciones centralizadas, descentralizadas, desconcentradas, autónomas, privadas y estatales. Esta variedad organizacional a la par presenta una diversidad de planes y programas que vuelven compleja la tarea de ordenar, articular y coordinar el nivel de media superior. Autoridades educativas y del ámbito académico no sólo hacen referencia a la forma de archipiélago del sistema, sino también, consideran que este nivel no cuenta con una identidad propia, por lo que el Sistema Nacional de Bachillerato (SNB), se ha convertido en una propuesta que busca flexibilizar la estructura y crear una mayor coordinación con el propósito de elevar la calidad educativa. Pero cómo se llegó a esta situación.

 

Evolución de un sistema flojamente acoplado.

El modelo educativo que dio origen al sistema de educación media superior se presentó en el año de 1867 con la formación de la Escuela Nacional Preparatoria promovida por Gabino Barreda e influenciada por la escuela positivista francesa de Augusto Comte, orientada para preparar a los jóvenes cuadros burgueses para dirigir los destinos del país, la cual fue considerada como “la hija predilecta de la restauración de la república” (Kobayashi et al., 1976: 82). En este mismo periodo se comenzaron a presentar las bases de lo que terminaría siendo el modelo de educación técnica, sin embargo, su evolución fue más discreta y limitada.

La época posrevolucionaria puede considerarse como la segunda etapa que marcó las tendencias de la educación media. La propuesta del modelo posrevolucionario vinculado a la noción de justicia social, en la que se desarrollaron dos modelos educativos, el propedéutico y el técnico, lo cual era reflejo de una sociedad estratificada. Un segundo momento de esta etapa se desarrolló a partir de la década de 1970, como resultado del desgajamiento de la relación entre el Estado y la sociedad a raíz de los movimientos sindicales y estudiantiles que se presentaron años atrás.

La expansión del sistema de educación media y superior transformó radicalmente la identidad del modelo de media superior ya que la sociedad y en particular la clase media, comenzó a ver en los estudios superiores la mejor alternativa para una movilidad social ascendente, atribuyendo a la media superior un carácter de facilitador o puente que preparaba a los jóvenes para el ingreso a la universidad y no así, un perfil independiente que promoviera una identidad propia.

Bajo estas consideraciones un modelo de por sí precario, comenzó a incrementar su capacidad con la creación de instituciones como el Colegio de Ciencias y Humanidades (1971), el Colegio de Bachilleres (1973) y el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (1978), dicha expansión, generó que la matricula entre 1970 y el ciclo 2011-12 se multiplicara en más de 10 ocasiones sin contar con un control administrativo.

Esta evolución atendía medianamente la tarea de escolarizar a la población en el nivel de media superior, sin embargo, no fue sino hasta la década anterior en la que se comenzó a contemplar la noción de calidad educativa en la agenda de gobierno para este nivel.[1]

 

Sistema Nacional de Bachillerato

Como parte de las estrategias del gobierno por desarrollar una gerencia pública que permita eficientar el servicio de media superior que ofrece, se desarrolló la reforma integral de 2008, la cual plantea la necesidad de integrar un sistema nacional de bachillerato que permita brindar pertinencia y relevancia a los estudios de este nivel, así como un libre tránsito de los estudiantes entre subsistemas, en aras de mejorar el logro educativo y tener acceso a un mayor bienestar.

El SNB cuenta con tres procesos eje: Construcción del Marco Curricular Común (MCC), Reconocimiento de las distintas opciones de la oferta educativa definidas por la Ley y Generar mecanismo de gestión específicos en materia. (Ver cuadro 1).

El proceso de certificación comienza con la postulación de cada plantel por parte del director en el que asume una serie de compromisos[2], los cuales al ir acreditando el plantel avanzará hasta el nivel I en el que se podrá otorgar la certificación como parte del SNB.

El sistema de bachillerato parece ser una opción para cerrar las brechas que el nivel educativo cuenta, y dejar de considerarlo como un archipiélago, con caciquismos y comenzar a considerar la consolidación de un sistema, que aún no cuenta con identidad propia.

 

Referencias

Diario Oficial de la Federación. (2008) “Acuerdo número 422 por el que se establece el Sistema Nacional de Bachillerato en un marco de diversidad.” Estados Unidos Mexicanos, 26 de septiembre de 2008.

Kobayashi, José et al (1976) Historia de la educación en México. SEP. México

 


 

Anexo

 

Marco curricular común

Competencias genéricas

Competencias disciplinares

Competencias profesionales

Reconocimiento y certificación de las modalidades de operación

Reconocimiento de las distintas opciones de la oferta en la EMS

Mecanismos de gestión de la reforma

Espacios de orientación educativa y atención a las necesidades de los alumnos

Desarrollo de la planta docente

Mejoramiento de las instalaciones y el equipamiento

Profesionalización de la gestión

Evaluación integral

Mecanismos de tránsito entre subsistemas y escuelas

 

Fuente: DOF 2008:58

 

Autor: Daniel Cuellar Martínez. Atizapán de Zaragoza, estado de México. México.

daniel_cue_17@hotmail.com

 

 

 

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[1] Recordando que el Acuerda Nacional de Mejora Educativa (ANMEB) consistió fundamentalmente en la búsqueda de mejoras para el sistema de educación básica.

[2] I. La adopción del marco curricular común, y consecuentemente, la instauración de mecanismos para fortalecer el desempeño académico de los alumnos y el logro de las competencias genéricas y disciplinares básicas, así como la inclusión de las competencias disciplinares extendidas y profesionales que correspondan en sus planes de estudio; II. La existencia de una planta docente suficiente y con las competencias que se determinan en el instrumento a que se refiere el artículo 3, fracción IV de este Acuerdo; III. Las instalaciones que satisfagan las condiciones de higiene, de seguridad y pedagógicas adecuadas para los servicios que se ofrezcan; IV. Los requisitos aplicables en función de la modalidad educativa en la que se imparta el servicio;

V. La generación de espacios de orientación y tutoría para la atención de las necesidades de los alumnos;

VI. La participación en los procesos de evaluación que determine la Secretaría; VII. La operación de la gestión escolar con base en el establecimiento de metas, objetivos, priorización, transparencia y planes de mejora continua del Sistema Nacional de Bachillerato; VIII. La adopción del sistema de control escolar del Sistema Nacional de Bachillerato; IX. El facilitar el tránsito de alumnos de tal manera que sólo esté condicionado a la disponibilidad de espacios en los planteles, y X. La expedición de una certificación complementaria a la conclusión de los estudios en el Sistema Nacional de Bachillerato. (DOF, 2008)