Intuir o presentir
Intuir se identifica y se confunde con presentir. Los animales como el
perro, el gato, el caballo, etc., se muestran nerviosos e inquietos cuando va a
suceder un acontecimiento como una tormenta, o un temblor de tierra.
Eso es probablemente,
consecuencia de que en el ambiente y más concretamente en la atmósfera, existe
una carga electromagnética, o una alta ionización que detectan los animales y
les inquieta, les remueve. Pero cuando el acontecimiento es o va a ser un
accidente, no se carga eléctricamente la atmósfera ni se ioniza.
Es el caso, que el pasado día
24 de julio pasado, Viajé yo en tren desde Santiago de Compostela hasta Madrid,
y la noche del 23 de julio, yo no pude conciliar el sueño. Me hallaba con una
intensa zozobra y con una enorme inquietud. El insomnio era bien patente. ¿En
qué pensaba? Me aterrorizaba el viaje. Me temía lo peor. ¡Absurdo! Ya lo sé.
Pero era esto lo que realmente lo que me agitaba.
El viaje transcurrió sin
mayores consecuencias. A las 20:45 del día 24 de julio, un tren que hizo el
trayecto inverso al que yo hice por la mañana, descarriló en las proximidades
de la estación de Santiago de Compostela, y murieron 79 personas.
¿Quién dijo a mi inconsciente
que iba a suceder un terrible acontecimiento? Hago ese mismo trayecto como
mínimo, tres o cuatro veces al año, y además en ese horario. Sigo vivo de
momento, y además, lo estoy contando. No creo en la casualidad, y sí en la
causalidad. Me gustaría poder saber, qué mecanismo se pone en marcha, y nos
hace presentir la inminencia de un acontecimiento. El inconsciente, está fuera
del tiempo y del espacio. Hay que morir, y estamos muriendo desde que nacemos.
Dicen que la muerte es un cambio de vida. Yo quiero morir bien; pero mientras
tanto grito: ¡Viva la vida!
Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España.