NOSOTROS,
ORQUESTA Y VIDA.
Somos creados, pensados, escritos y dibujados. Estamos diseñados
para vivir con un ritmo.
Sucede que la vida como una orquesta y la música, su
soporte, nos afina, nos ensaya y nos pone apunto o nos entrena, quizá, tal vez,
la pieza hay que repetirla muchas veces, muchas veces.
¡Al compás de una batuta!
Me gusta como el cambio, lo produce, un nuevo tono, el
timbre, o el allegro.
Hay veces en que no podemos ser una blanca, y pasamos
tiempos, siendo una corchea, o incluso el silencio.
Arranca el ensayo, porque la partitura completa estará
lista cuando no haya espectadores que aplaudan o silben, es entonces cuando se
supone que la obra estará perfecta para ser presentada al Director, ya, se
hicieron todos los ensayos.
Ya.
En eso estamos cuando percibimos, que debemos moderar el
ritmo, cambiar el paso de baile, quizá la cadencia, y también, con el lápiz,
las anotaciones a pie de página, que personalizan más, la partitura. Pues
también esa explicación, a veces, es borrada .por la vida, por el compositor.
Muchas veces, parece que esté ya presto, para la audición,
y entonces recordamos, que hemos olvidado un silencio, es decir, traducido, en
una ausencia de palabra.
Ya corregido y empezado de nuevo, necesitamos agruparnos:
las fusas, a modo de pandilla, para ser más fuertes, e incluso cuando arrecia
el temporal y vamos flaqueando, es cuando necesitamos ser semifusas.
Y a correr que arrecian vientos fuertes.
Lo que si es real es que cabemos todos en el esquema lineal
de las cinco líneas y los cuatro espacios, dentro de ese patrón universal, nos
colocan, o dentro o en medio de la línea en un difícil equilibrio.
Alterable.
Las claves, tampoco las elegimos.
Dentro de la pieza, somos algo que esta pero no es visible,
audible, si, si estamos en el registro adecuado.
A punto.
Es interesante observar, como la negra, es independiente,
elegante y solitaria. Es una contundencia. Y lo tiene claro.
Cuando, nos toca ser redonda, el cuerpo a veces no
"resiste, esa duración y nos rellenan, o nos colocan el palito, es decir,
una vivencia.
Muchas veces la intensidad no se "resiste y hay que cambiar
y aunque las bolas y los palotes son universales, símbolos raros ,vemos otras
indicaciones que se expresan en italiano, como más elegante., forte en lugar de
fuerte, piano en lugar de suave, o allegro en lugar de alegre, son algunos
ejemplos.
Ese viento, que nos cambia de fuertes a débiles, en un
difícil equilibrio Podemos tener un ataque fuerte y luego volvernos suaves como
guantes de mohair, suave.
Ay, cuánto duele, de negra a corchea, con un equipaje
ligerito, pero ya, marcado.
O cuando te ligan a otra compañera y ya pierdes la
independencia. Y el sentido.
Pero cualquiera de ellas nos va dejando marcas, a modo de
tatuajes, en nuestra piel.
Y no digamos cuando nos asignan el instrumento, yo hay
veces que paso a ser de flauta travesera, a trombón.
También se produce la afinación cuando estamos desafinados
y a destiempo.
Empezamos siendo, bola, bola con palito, es decir,
redondas, negras, corcheas, , semicorcheas, ay que corta va siendo y que carga;
fusas ... y cuando llegamos a semifusas, más vale que nos pongan la respiración
asistida, porque, ya la velocidad es frenética.
Arranca el ensayo, porque la partitura completa estará
lista cuando no haya espectadores que aplaudan o silben, es entonces cuando se
supone que la obra estará perfecta para ser presentada al “Director”, ya, se
hicieron todos los ensayos.
Ya.
Y es entonces, el aplauso el que nos calma y nos llena de
Paz.
Cuando los que nos han oído, y llegan a un momento feliz, completada
la obra, y ya nosotros hemos encontrado nuestro propio éxtasis.
Entonces, ya, estamos AD LIBITUM.
Autora:
Enriqueta Adriana Martínez Pérez. Almería, España.