La vida continúa
más allá de la muerte de nuestra pareja.
Recuerdo a mis padres ya muy
viejitos tomados de la mano hasta que murieron luego de 67 años de vida
matrimonial.
Yo pensaba que con migo
sería igual.
Me casé y solo tuvimos
una hija.
Mi vida giraba alrededor de mi
esposo, no me gustaba salir sola después de la una de la tarde porque
fuera de casa el peligro de la delincuencia o un accidente me
preocupaban, además
pensaba que no se ve bien andar por ahí sin compañía,
prefería quedarme al amparo del hogar.
Nosotros éramos como esos
“bueyes” que van juntitos a todas partes, 15 años antes de morir, mi
esposo empezó a ceder el paso, ya la yunta no halaba igual.
Yo trataba de ser fuerte
para que siguiéramos adelante.
Cumplimos 50 años de
casados, meses después murió y desde antes sentía que yo también moría
junto con él.
Como construí mi vida a su
alrededor, al faltar, Sentí que caminaba por una circunferencia
pero que al centro había un enorme vacío.
Supe que a pesar del sufrimiento
que es natural bajo estas condiciones porque yo tuve un pre duelo y luego
el duelo, tenía que salir adelante.
Busqué ayuda en
Ahora salgo con
frecuencia, disfruto los conciertos, voy a un restaurante sin pena de
andar sola, me propuse viajar y todo se me dio en bandeja de oro, fui
sola y lo disfruté mucho.
En los Grupos de la caja,
conocía a otras señoras con las que sigo reuniéndome y disfrutamos
de cursos y paseos.
Nos damos apoyo mutuo.
No niego que hay días
que vierto alguna lagrimita pero tengo claro que mi esposo ya no está y
sigo con mi vida llena de proyectos porque soy de las personas que me
impongo metas que al cumplirse las renuevo y me mantengo activa.
Ante la pérdida, No hay
que tratar de ser fuertes, hay que permitirse el espacio para descansar,
llorar y buscar apoyo profesional si se necesita.
NO quiero que me etiqueten
como la viuda, soy Yolanda Balerín, construyo mi vida recorriendo nuevos
caminos porque durante los tres años de noviazgo y 50 de matrimonio, giré
alrededor de mi esposo, ahora cultivo dos pasiones: la natación y el dibujo a
grafito con especialidad en el retrato, me fascina la literatura, leo muy
rápido, recibo clases de cómputo y estoy muy contenta.
No es un cambio que se asimila
de un día para el otro, el proceso de duelo puede tomar un mínimo entre los
seis meses y los dos años pero hay que salir del dolor “sin “buscar las
esquinas en un cuarto redondo” para darle vueltas al asunto sin salir a la
realidad.
La experiencia de muchas
personas aconseja que sea el momento de apasionarse con otras
actividades, si le gusta la lectura, lea mucho, si es la jardinería, incursione
con tesón, Si le gusta la música disfrútela, planee ese viaje que tanto soñó y
hágalo una realidad.
La frase “no puedo vivir sin
ti” repetidas tantas veces en canciones de amor y reforzada por alguna
literatura, hace que muchos se lo tomen al pie de la letra, pero ese amor
romántico de películas, cuentos y telenovelas, es tan errónea, como el
concepto de la media naranja, el amor único y la idea
de soy en tanto exista la otra persona.
Para algunos viudos, al morir
su pareja, se topan con la infranqueable muralla china pero
ese muro tiene puertas que se pueden atravesar y seguir un camino muy
promisorio si saben ver hacia delante.
Fuentes
Yolanda Balerín
Altamirano
Ana Isabel Ramírez
Quesada Trabajadora Social área de servicios y beneficios sociales.
Enviado por: Roberto Sancho
Álvarez. San José, Costa Rica.