Revista Esperanza.

 Páginas de Historia

 

El Régimen Constitucional de México.

 

Agradezco los comentarios que el señor Gustavo Cortés Campa hace sobe mi escrito ¿Cambiar el nombre Constitucional a México?, en donde afirma que “El señor Espinoza (sic) Gamboa fija su postura en que la denominación constitucional de ‘Estados Unidos Mexicanos’ no debe cambiar y utiliza argumentos, digamos, tremebundos”.

Pero, por lo que veo, el señor Gustavo Cortés Campa confunde mis palabras cuando dije “El país recuerda que los cambios a la Constitución han llenado de sangre al país, y esos cambios han sido los que definían el carácter y naturaleza de la nación”, ya que precisamente afirma que "los cambios a la Constitución han costado sangre’. Bueno, a nuestra Constitución de 1917 se le han hecho casi 500 cambios y hasta donde estoy enterado, no han costado una gota de sangre”, y es que me estoy refiriendo a los cambios jurídicos de la Constitución, y eso es lo que deseo aclarar.

“La Constitución es la ley suprema de un Estado pues en ella se define la naturaleza de este, para lo cual se establecen los derechos y obligaciones de los ciudadanos y gobernantes. Es la norma jurídica suprema y ninguna ley o precepto puede estar sobre ella. La Constitución, o Carta Magna, es la expresión de la soberanía del pueblo y es obra de la Asamblea o Congreso Constituyente”.

“México ha tenido diversas Constituciones a lo largo de su historia. Algunas han sido centralistas, es decir, que establecen el poder en un solo órgano que controla todas las decisiones políticas del país y otras federalistas, como la actual, que reconocen la soberanía de los Estados pero cuentan con mecanismos de coordinación para asuntos de la República como un todo”.

Esto es importante, pues lo que digo que debe mantenerse es el tipo de gobierno que debe darse México para conservarse como una República Democrática, Representativa y Federal, ya que somos un país que está conformado por varias naciones o etnias, o sea somos un país plurinacional y pluricultural, por lo que resulta correcto que reconocen la soberanía de los Estados pero cuentan con mecanismos de coordinación para asuntos de la República como un todo”.

De la lucha del país por mantenerse como una república federal dan cuenta múltiples hechos históricos que -el señor Calderón y otros- han pretendido borrar de nuestra memoria como son el nombre Constitucional de México y otras más.

Cuando el señor Gustavo Cortés Campa señala que “Constitución de 1917 se le han hecho casi 500 cambios y hasta donde estoy enterado, no han costado una gota de sangre” que revise la historia y se podrá enterar.

Hasta aquí dejo mi nota, pues de las demás observaciones que lanza el señor Gustavo Cortés Campa, me parece que confunde la historia y los hechos derivados.

Solo para acotar, déjenme apuntar otro dato más, ya que afirma “finalmente ganaron los ‘federalistas’ con la férrea oposición de personajes del tipo de Fray Servando Teresa de Mier, quien advirtió de los peligros”. Fray Servando formó parte del primer Congreso Constituyente como diputado por Nuevo León; participó en la firma del Acta Constitutiva y de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos en 1824. Advertir riesgos era un derecho, pero no planteó regresar o instaurar el régimen centralista.

Lo que pretende el señor Calderón y otros, es ir creando las condiciones para retroceder al régimen centralista, y han venido haciendo cambios a la Constitución y, en efecto, para dentro de los “casi 500 cambios” facilitar -por ejemplo- un régimen centralista que además devuelva “sus derechos” al clero y liquidar el Estado Laico.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que es reforma de la del 5 de febrero de 1857, según decreto en su promulgación, tuvo sus principios básicos en el Programa del Partido Liberal de 1906 (de Flores Magón) y la mayoría de preceptos han sido reformados y dándoles una sustentación cada vez más conservadora, y ahora se van a lo más definitivo: irle quitando a México su carácter liberal a través de su memoria histórica, o ¿acaso -por ejemplo- no le quitaron la educación cívica, y más recientemente, la celebración de las efemérides históricas, básicas para nuestra identidad nacional?.

Advertir los riesgos en que nos encontramos, es más importante y actuar en consecuencia, por eso respondo a los comentarios que nos hace el señor Gustavo Cortés Campa.

 

Autor: Raúl Espinosa Gamboa. Cancún Quintana Roo, México.

raesgam@yahoo.com.mx

 

 

 

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