APRENDIENDO EN NAVIDAD

 

Estoy convencida que es el hogar donde se cultiva la generosidad, la bondad, la sinceridad, el amor, sabiduría y los valores; es el marco que modelará tus pasos por el transitar de esta vida, acertando el propósito de tu existencia.

 Me ha conmocionado los suicidios, consecuencia de la ley de  desahucio que es la cara social más dramática de la profunda crisis económica que vive España, hombres y mujeres que han cercenado su vida, ante la pérdida de bienes, beneficios o el confor a las mieces de la vida, relegándose de toda esencia como lo es la solidaridad, gente que lo ha perdido todo, equivocando el camino eligiendo la puerta falsa  como única opción a su situación, quedando sus familiares con el problema, quizás esta acción para lo único que sirvió fue para alertar a sus gobernantes de dar un tratamiento humanitario y de acción social.

 Como ciudadanos de paz, demandamos con urgencia transmitir a los niños, adolescentes e incluso a los compañeros de trabajo, una cultura de solidaridad, la que constituye uno de los valores humanos por excelencia, que reside en ayudar, colaborar o cooperar con otros para conquistar un objetivo.

 Todos precisamos de los demás en algún momento, por lo que debemos aprender todavía que la solidaridad es necesaria para vivir en un mundo mejor, que es ineludible ayudar a quienes lo necesitan sin asumir la obligación de ello, y estar claros que es un gesto gratuito del que lo único y lo mejor, que se gana es la satisfacción interna del deber cumplido.

 Hoy hago un alto en mis faenas para reflexionar sobre el entusiasmo que evidencian los panameños ante las fiestas dicembrinas puesto que el verdadero sentido de la navidad se quiera o no está en cada uno de nosotros. Podemos desaprender lo aprendido,  ya que la publicidad, la música, el árbol navideño y todo agregado nos involucra en un ambiente que nos vende la idea que la navidad es comer, bailar  y recibir regalos que oníricamente es un mundo de juguetes. Alejándonos de la realidad, del dar y compartir, sin embargo, es tan fácil situarnos en el lugar del que no tiene nada, dado que no estamos viviendo encerrados en una bola de cristal donde todo es rosa. Porque son los propios medios de comunicación, los noticieros, en la calle o en el consultorio del médico donde observamos con dolor, que existe otro mundo, personas que no son tan afortunadas en esta época del año, niños que no sólo no reciben regalos y juguetes, sino que no tienen comida.

Pero es esta misma publicidad la que nos envuelve a pensar que seremos más felices en la medida que posea un perfume, vestido o cualquier otra trivialidad que socialmente nos sitúa en aquello tener es poder y valer.

 Es hora ya, de renuncias, despertar y recobrar la conciencia que somos seres pensantes no marionetas de una idea al servicio de un emporio que se lucra de tus magros centavos y son los mismos que disfrutarán sus vacaciones y carnavales de compras en las tiendas departamentales en Miami.

En Panamá, la Navidad se vive de dos formas indiscutiblemente opuestas: aquellos que viven unas felices fiestas rodeados de comida, regalos y de sus seres queridos, y aquéllas que no tienen ropa ni comida y tienen que buscarse la vida como malamente pueden, no olvidemos a la Persona con Discapacidad que aún su realidad es más severa discriminado en espacios laborales, educativos, sanitarios y prueba fehaciente es el veto al proyecto de ley 198 que buscaba dar beneficios y descuentos a los discapacitados, similares a los que reciben los jubilados del país.

 Navidad es una época maravillosa, el misterio del amor y la adoración a ese niño nacido en Belén, desprovisto de todo bien material, son actividades con las que podemos deleitarnos y reconfortarnos. liberémonos de las garras de la publicidad, demostremos al prójimo generosidad de espíritu frente al creciente antagonismo que vive el mundo, recobremos su auténtico significado, y te invito a compartir con el que menos tiene.

¡Feliz Navidad!

 

Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.

Comunicadora social.

elodia_0262@yahoo.es

 

 

 

Regresar.