UNA PAREJA DE ENAMORADOS.

 

La lluvia recorre el cristal de mi ventana, anunciando que el invierno ha llegado y con él, el frío y los pensamientos vienen a mi mente, me gritan que el presente se está acercando en forma de mujer.

 apareció un ignorado amor, que sin darme cuenta me hizo sentir nuevamente en mi pecho el latir del amor, la felicidad y la esperanza se volvió a encender en forma de un fuego infinito que nada ni nadie podrá extinguir.

Hariaddna es su nombre, letras que son las luces que alumbran mi existir y que ahuyentan de mi lado todo mal recuerdo que me lastime, porque al fin me enamoré de una persona, que si bien es cierto no es perfecta, pero ante mis ojos y mi corazón tal lo pareciera, ella la mujer que sabe como otorgarme instantes de absoluta paz, en donde no existen ni el tormento ni la angustia.

A ella mis letras, mis palabras y mis pensamientos, que aunque parezcan risibles para el mundo, son sinceros, puros y transparentes, espero que lo más pronto posible ella se de cuenta que mi amor la aguarda con los brazos abiertos para demostrarle todo lo que un ser extasiado de el más bello de los sentimientos puede hacer.

Sigue el recorrido de las gotas transparentes por la ventana, dejando a su paso una huella helada de profunda fe, la fe que permite seguir creyendo que algún día podré tocar con mis manos esa estrella esplendorosa que es Hariaddna, mi dulce amor que no se encuentra a mi lado si no que cada vez pareciera que se aleja más y poco a poco el horizonte se encarga de ocultarla a mis ojos, que la buscan incansablemente, pero al no verla se inundan de lágrimas que sirven como la única salida para tanta agonía.

Ni todo el sufrimiento del mundo hará cambiar lo que yo siento por mi verdadero amor...

La temperatura sigue bajando y con ello los cuerpos piden calor, un calor que abrigue sus gélidos corazones, carentes de comprensión, cariño o de tan solo un tierno abrazo, ni la llama de la chimenea aleja el clima helado, provocado por el invierno inclemente, que no permite que el sol nos brinde su destello, pienso una y otra vez en ella, mi mirada se pierde en el infinito y sin un objetivo claro, cómo pienso a cada instante en ella, en donde estará, imploro a la vida que no permita más mi amargura, pido que me deje amarla libremente y que jamás me retire de su lado, que para mí es todo.

A ti vida, que hasta ahora siempre la felicidad me impides, te exijo que cortes de una vez las redes del desconsuelo y al fin deja que ella y yo seamos felices para la eternidad.

La lluvia va mermando, los truenos dejan de estremecer el ambiente, el teléfono suena y es ella, su voz se escucha y mi corazón late sin medida, pregunto como está, responde con voz temblorosa y enseguida y sin dejarme continuar me dice que no puede más seguir alejada de mí, mis oídos no pueden creerlo y sin palabras que decirle, lágrimas de alegría brotan de mis confundidos ojos, repite otra vez que amor es lo que siente y que no permitirá que esta nueva oportunidad que la vida le a dado, se le escape de las manos, Tomando aire le digo que también la amo y que a partir de ese momento nuestras vidas serán perfectas, ella sonríe y espera verme lo más pronto posible.

La lluvia terminó y con ello, el pasado se fue para siempre, tan solo quedando el presente en donde dos mortales podrán ser felices, después de haber sufrido lo indecible.

Al fin juntos y tomados de la mano, caminamos por el sendero de la vida, riendo y sin esa presión en el pecho que nos haga dudar, desde ese instante nunca más nos separamos y el mundo entero fue testigo de aquel milagro que trajo tanta dicha y tranquilidad, para nosotros, una pareja de enamorados.

LACO-2007

Autor: Lenin Alejandro Carrera Oña. Quito, Ecuador.

alejokyl@hotmail.es

 

 

 

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