NUEVAS FORMAS DE IMPERIO.
Pues resulta, amigos, que el mundo
occidental tan pagado de sí mismo por su soberbia, su superioridad científica y
tecnológica –algo menos la cultural-, las está pasando “canutas”, dicho sea con
perdón por el término o expresión en ese román paladino tan útil él, a la vez
que socorrido. La crisis hace estragos en muchas economías, bien entendido que
no en todas con la misma virulencia que en la nuestra. Hay quien se consuela
con algunos éxitos deportivos –“….el que no se consuela es porque no quiere”;
en lo demás somos los primeros, cabeza abajo, en paro, deuda externa, malos
resultados educativos y peores perspectivas de cara a un próximo futuro, o sea,
que no levantamos cabeza a pesar del optimismo fingido o pretendido de nuestros
dirigentes.
Es que a uno le duele esta devaluada España de cada
día, al igual que le duele –más íntimamente-, su pueblo o su provincia. ¿Qué le
pasa a este país..?, ¿qué le ocurre que , apenas levanta cabeza, vuelve a inclinarla
penosamente?
Tengo en mis manos unos folios de un comentario
histórico que realicé sobre una interesante obra de Anthony Pagden, distinguido
profesor de Ciencia Política e Historia en
Frente a estas ideas participada por los grandes, hubo
importantes diferencias de criterio y de actuación. En Francia e Inglaterra se
temía el desarrollo de este gran proceso que, por otra parte, se consideraba
inevitable. El realismo se fue imponiendo en la gran potencia colonial
británica: “Es mucho más aconsejable ocupar una zona pequeña y poblarla bien,
que expandirse y tener muchas colonias débiles…”. El paradigma de estado
moderno con posibilidades de eludir este proceso lo tenemos en la pequeña
Holanda. Este país se negó a embarcarse en guerras que no persiguieran una
ventaja comercial, limitó sus asentamientos en ultramar y esa fue la causa del
extraordinario éxito económico holandés. Un camino similar siguió Gran Bretaña.
En España, antes como ahora, todo al revés. Sin
embargo son de mucho interés las opiniones vertidas por ilustres personalidades
españolas contrarias al poder absurdo por excesivo.
Del Padre Victoria: “¿Con qué derecho han sido sometido
los “bárbaros” al dominio español?”
Saavedra Fajardo: “….la riqueza ilimitada que había
proporcionado a
Lope de Vega: consideraba que “era mejor concentrar las
energías en mejorar lo que ya se poseía.
Olivares por su parte: “el regalo del imperio ha sido
un cáliz envenenado”
Montesquieu: “el oro y la plata son símbolos
abundantes, al conquistar Méjico y Perú, los españoles abandonaron la riqueza
natural por una simbólica que se desvalorizó”.
El piamontés Botero decía que España movida por
ambiciones mal concebidas había mandado a las Indias no a los superfluos, sino
a los que podían ser útiles… España irá a la bancarrota, igual que los bancos
que desembolsan grandes cantidades y no tienen entradas. El abandono de la
madre patria provoca su desmembración”.
Es decir, mientras que otros países supieron
reconducir su poder, España se fue perdiendo en locas aventuras imperiales.
En la actualidad, mientras los más importantes países
de Europa reconducen más bien que mal la crisis, España empezó negándola y
continúa actuando tarde e insuficientemente.
En otro sentido es posible que el actual universalismo
marcado por los modernos sistemas de comunicación acerque más a las naciones.
Sin embargo, es necesario estar alertas porque el multiculturalismo debe
recordarnos que, hasta ahora, por lo menos, todas las formas de universalismo,
se crearon para convertir a un grupo de pueblos en imperio.
Autor: JOSÉ Mª DABRIO PÉREZ. Huelva,
Andalucía, España.