La Importancia de llamarte…”

 

Les propongo realizar un sencillo ejercicio, que puede prolongarse en el tiempo y con infinidad de estructuras propias o comunes. Y posteriormente acudir, bien a la fantasía como yo me he permitido, bien a la realidad material, para reflexionar sobre esta especie de cuestionario encubierto. Claro está, acerca de tu nombre.

 

 

Imagínate pronunciándolo tú mismo, con tu propia voz. Grábalo con tu voz; Comprobarás cómo te queda incrustado para  todo el devenir de tu vida.

Las vocales informan sobre su abertura o cierre, sobre el acento y la fuerza. Su disposición dibuja ascensos y descensos.

Las consonantes sugieren potencia y vigor en las oclusivas, matices varios en las fricativas, delicadeza y suavidad en las laterales.

Deja que la lengua articule cada sonido, fíjate en el camino que recorre el aire, deja que vibren tus cuerdas vocales. Luego escribe todas las sensaciones que tu nombre te produce.

Quizá tú, como hice yo, dibujas tu nombre mediante los puntos correspondientes a cada una de sus letras. Y, al pasar los dedos por su estructura, observas pilares, pórticos, arcos, laberintos… ¿Recuerdas cuando lo escribías las primeras veces, encabezando cualquier ejercicio estudiantil, o una carta a un amigo?

Desde niño has aprendido a responder a esos sonidos que se te asignaron. Y cuando lo escuchas al exterior, lo comparas con la representación interior que conservas inmutable.

Lo llevas amarrado a ti; todo el mundo conoce que tú existes, por tu nombre y apellidos; si te los quitaran, se olvidarían de reconocerte, porque no te sabrían diferenciar entre tantas personas como ellos consideran semejantes.

Todos te nombran mediante unas cuantas grafías, unos pocos fonemas. Saben cómo te comportas, qué gestos y manías conservas,

Serían capaces de esbozar un retrato tuyo. Pero si no incluyen tu nombre y apellidos, aunque destaquen y verifiquen tu población natal o de residencia, los hechos donde has participado de modo más o menos directo, si tu nombre no figura por alguna parte, nadie tomará estos datos como tuyos. Y serás un olvidado de tu tierra, de las gentes, de la historia.

Tu nombre figura escrito en numerosos lugares; lo llevan impregnado muchas personas como referente para dirigirse a ti, está asociado a un pasado y a un devenir concreto y personal. Y tú sabes lo que ocupa en el papel, con las letras visuales y con los puntos del código que utilizas.

También conoces cómo suena con tus órganos fonadores. Tu nombre es tan particular que, aunque lo posean miles de personas en todo el mundo, tú lo escribes y lo pronuncias como nadie lo haría;

tú lo recibes de boca de otro e interpretas sus sonidos como nadie puede interpretarlos.

Porque la voz de ese otro, con su timbre, su intensidad, su acento, quedan tamizadas de inmediato en la red de la representación fónica y gráfica de tu nombre.

 

 

Tu nombre

 

 

No sé cómo me atrevo a recordar tu nombre,

Sahumado con aromas de idilios y añoranzas.

A sentir sus clamores en mi secreta estancia,

Como quien tanto anhela, tan pordiosero y pobre.

 

No sé cómo me atrevo, su efigie cincelando,

A ubicarle en el sitio supremo y preeminente.

A descubrir su forma y estructura envolvente

En el altar de rezos, silente venerando.

 

No sé cómo me atrevo a repetir quedito

Tu nombre, saboreando su teclado sonoro.

A consagrar los órganos, con pátina y decoro,

De mi boca en un cántico inaudible, infinito.

 

No sé cómo me atrevo a pronunciar pausado

El conjunto de letras y sílabas dispuestas.

Atesorar el timbre y acento en mi modesta

Voz interior, que oye tu nombre venerado.

 

No sé cómo me atrevo a dibujar sus trazos

En la cuartilla humilde, que un día hallaré ajada.

Si nada es perdurable, sino esa voz amada,

Y dispersar su nombre será romper los lazos.

 

No sé cómo me atrevo a comparar con tantos

Nombres, que así transitan y pronto se diluyen,

Dejando nula huella, y a la carrera huyen.

Siendo tu nombre el eco de mis sagrados cantos.

 

Tu nombre es la materia frágil y quebradiza.

La aprieto entre mis manos, al albur de mi estado.

Su forma se sustancia en cuerpo a mí vedado.

Yo abro el santuario donde mi alma se hechiza.

 

Autor: Antonio Martín Figueroa. Zaragoza, España.

samarobriva52@gmail.com

 

Datos del autor.

Antonio Martín Figueroa 

 

Nace en Medina del Campo, provincia de Valladolid, en enero de 1952. A los pocos meses, y como consecuencia de una enfermedad, pierde la vista.

 

A los 6 años aprendió el sistema braille siendo a partir de entonces su código de lecto-escritura. Realiza sus estudios primarios y de Bachiller en los Centros de Recursos que la Organización Nacional de Ciegos Españoles tiene en Pontevedra y Madrid, respectivamente.

 

En la Universidad de Valladolid obtiene la Licenciatura de Filosofía y Letras, especialidad en Lenguas Románicas, en 1975.

 

Su actividad profesional la ha desarrollado en la administración de la O.N.C.E.; en Tarragona desde 1974 y a partir de 1983 en la O.N.C.E. de Zaragoza.

 

 


Su vocación de escritor le viene a muy temprana edad, en que ya escribía poemas y relatos. En 1979 y 1980, logra el primer premio de la modalidad de Literario en el Programa “Imágenes para Escuchar”, que emitía Radio Nacional de España, habiendo presentado a estos concursos sendos relatos.

 

En 1993, obtuvo el segundo premio “Tiflos” de Poesía para escritores ciegos, convocado por la O.N.C.E.

 

En 1997, publicó el libro de poemas “En la Mesa del Naranjo”, trabajo subvencionado con una de las ayudas del Fondo para Iniciativas Culturales de la ONCE.

 

En el año 2000, publicó el libro de poemas “Espigas y Laúdes”, también subvencionado por el Fondo de Iniciativas Culturales de la ONCE, en su convocatoria de 1999.

 

Su actividad literaria se dirige sobre todo a la poesía, pero también escribe relatos y narraciones breves. Varias de éstas han sido publicadas en diferentes revistas y programas de radio. También se han editado algunos de sus poemas en el libro “Premios Tiflos, Antología 1986-1993, Escritores ciegos”, editado por la O.N.C.E.

 

En 2008 obtiene el primer Premio en el Concurso Europeo de Redacción sobre el Sistema Braille, convocado por la Unión Europea de Ciegos.

 

En mayo de 2009 publica el libro de poesía titulado “Poemas de Pauta y Punzón”, dedicado al sistema braille y a su inventor Louis Braille.

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