HUELLA SUBLIME
Aunque nunca la nombre, ella en mí permanece;
Su recuerdo indeleble, nunca se desvanece.
Le di
cálido abrigo en mi seno materno,
La llevé en mis entrañas cual una hermosa flor
Hasta que un claro día a fines del invierno,
Al fin le di la vida, con alegría y dolor.
Siempre
estará conmigo, cual sombra protectora,
Yo seguiré sus pasos, hasta donde ella mora.
Su voz
me da consejos, guiándome en la vida,
Su luz me da reflejos, cual estrella que guía,
Mis pasos inseguros, mi destino doliente,
Yo sufro en cruel silencio, sola día tras día,
aunque mi pena
ignore el resto de la gente;
Que me oprime y rodea cual si en un bosque oscuro,
De nubes estuviera, muriendo lentamente.
Gracias
a Dios se hace la luz entre las sombras,
Los frutos que aquí siguen verán las buenas obras,
Que ella dejó empezadas, y no pudo acabar,
Mas alguien continúa, y las terminará.
Quisiera
ver cumplidos, los mayores anhelos,
Que una madre tan buena, no pudo nunca verlos,
Ni gozar con los frutos que Dios le concedió,
Porque fue corto el tiempo, que aquí permaneció.
Autora: Puri Águila. Barcelona, España.