El evangelio
según Mateo.
Dirección y Guion: Pier Paolo Pasolini
Producción:
Alfredo Bini
Protagonistas:
Enrique Irazoqui, Margherita Caruso. Susanna Pasolini, Marcello Morante
Música: Luis
Bacalov
Fotografía:
Tonino Delli Colli
Montaje:
Nino Baragli
Sinopsis:
Un
ángel anuncia a José, que su mujer María, aún virgen, está esperando al hijo de
Dios por obra del Espíritu Santo: Jesús. Así inicia una hermosa y respetuosa
versión de la conocida pasión de Cristo.
Comentario:
“Han
dicho que tengo tres ídolos: Cristo, Marx y Freud. En realidad mi único ídolo
es la realidad. Si he elegido ser cineasta al mismo tiempo que escritor, se
debe al hecho de que en lugar de expresar esta realidad a través de esos
símbolos que son las palabras, he preferido el cine como medio de expresión:
expresar la realidad a través de la realidad": Pier Paolo Pasollini
“El
Evangelio según San Mateo”, un film controvertido y polémico de Pier Paolo
Pasollini, pieza que si bien alcanzó poca repercusión a nivel masivo, fue una
de las mejores versiones que se hayan hecho jamás sobre la vida de Jesucristo,
llegando incluso a ser reconocido por el Concilio Vaticano de Juan XXIII como
una de las grandes obras maestras que echaron luz sobre el mito del Nazareno.
Lejos
de influenciarse por la corriente de directores que desde siempre han llevado a
cabo sus versiones de la vida de Jesús, puede advertirse ya desde las primeras
escenas un animo desmitificador y, al mismo tiempo, una visión poética realista
y estremecedora. Desde la primera escena, quye muestra a una joven María
-notoriamente embarazada- que intenta comunicarle a su esposo José la noticia
de que va a ser madre, a partir de allí, comunicados únicamente a través de
primerísimos primeros planos de sus ojos y sus sonrisas, comienzan a andar el
camino conocido por todos para encontrar un lugar donde la joven madre pueda
dar a luz al pequeño Cristo.
Lo
cierto es en este film la figura de Cristo difiere bastante de los cánones
estéticos y hasta melodramáticos a los que nos acostumbró el cine desde sus
orígenes, ya que el Cristo de Pasolini no tiene pelo largo ni ojos claros ni
una voz empalagosa cuando habla y, mucho menos, muestra condescendencia con el
prójimo a la hora de manifestar la voluntad divina de aplicar los mandamientos
y una conversión de espíritu para todos aquellos que quieran ingresar al reino
de los cielos.
El
Cristo de Pasolini más se asemeja a un revolucionario que a un emisario elegido
para desplegar un mensaje de amor y redención. Desde su actitud seria, tosca, y
hasta autoritaria por momentos, su Cristo se desnuda ante la mirada del
espectador como un hombre de carne y hueso que se encuentra arrojado a la
misión de inmolarse como un redentor de la humanidad y que, lejos de encontrar
en ello una excusa para aumentar la carga dramática de su situación, se ufana
en conseguir la mayor cantidad posible de conversiones hacia el bien, aunque en
ello sabe positivamente que le va la propia existencia.
Autor: Rafael
Fernández Pineda. Cancún, Quintana Roo. México.