Detección,
Identificación y Atención a Víctimas de trata.
Ponencia
impartida en la segob.
Quiero
iniciar esta presentación sobre el delito de trata de personas, llamando su
atención sobre una analogía, en la que igualamos el fenómeno de la trata de personas,
con un dodecaedro; un dodecaedro, es una figura, un polígono regular según la
geometría, que tiene una superficie de 12 caras interrelacionadas unas con
otras a través de vértices y aristas.
De
igual manera, la trata de personas es un fenómeno de diversas caras, que se
interrelaciona con factores históricos, sociales, jurídicos y psicológicos.
Esto quiere decir que cuando estudiamos he intervenimos en el fenómeno de la
trata, tenemos que tener un amplio contexto del mismo.
En
ocasiones resulta complejo entender la frase: Hay que observar el contexto. O
Hay que tener en cuenta el contexto en el que ocurrió.
Pero
realmente no es algo complejo, imaginemos por un momento el marco de una
fotografía, ¿Qué es lo que observamos? Por un lado, que es un elemento que
rodea la foto misma por sus cuatro lados, que tiene una estructura de un
material más fuerte que el de la misma fotografía, que le da soporte a la
imagen para que esta pueda ser colgada de la pared, o bien le da soporte al
cristal o a la mica que cubre el frente de la imagen.
Así
pues, en la misma lógica, el contexto es ese marco que sostiene un fenómeno
cualquiera, la estructura de elementos socio-culturales y biopsicologicos que
intervienen en cualquier evento de la vida cotidiana.
En ese
sentido, podemos decir que las leyes, la historia, la economía y la política,
la personalidad y la psique de los individuos, son el contexto que sostiene la
fotografía del fenómeno de la trata de personas. Si nos ponemos a pensar un
momento lo que sabemos de la trata, descubrimos que observamos partes de estos
elementos contextuales, los flujos migratorios de personas mexicanas que viajan
a los estados unidos en busca de empleo, la inequidad de género de los países
latinos, los contextos de vulnerabilidad emocional o familiar en los que viven
muchas personas, la globalización, etc. Etc. Etc. Y todos ellos constituyen un
marco en el que ocurrirán inevitablemente delitos como la trata de personas, o
el tráfico de drogas.
Ahora
bien, antes de profundizar en las particularidades de la detección,
identificación y atención de las víctimas del delito de trata, hagamos un
autoejercicio orientado a lograr algo a lo que llamamos pensamiento en
paralelo, un ejercicio que nos ayudará a observar de manera contextual y
multidimensional el fenómeno de la trata.
Hagámonos
la pregunta: ¿Qué es un dado?
Bueno,
pues un dado, podríamos decir, es un objeto que tiene números del 1 al 6, que
tiene seis caras, que tiene una forma cúbica, que se usa para jugar un juego de
probabilidad.
Pero,
¿y si el dado en vez de números tuviese letras?
Podríamos
decir, bueno, pues seguiría siendo dado, porque las letras también pueden
representar números, y también al jugar con el dado, pueden mostrarse en las
caras diferentes letras.
¿Y si
en vez de seis caras, tuviera ocho con sus correspondientes valores?
Bueno,
podríamos pensar que sigue siendo un dado, porque mantiene las características
de poseer caras, valores, y usarse para jugar con las probabilidades.
Y yendo
un poco más lejos, ¿Si el dado fuera una esfera, con seis valores gravados en
diferentes partes de su superficie, y que al girar mostrara solo uno de los
valores?
Podríamos
darnos cuenta que no importa mucho la figura explícita ni el tipo de simbología
que se use en el dado, sino realmente el fin, un objeto con el que podamos
jugar con las probabilidades.
Ahora,
hagamos un esfuerzo para llevar esta idea a la trata de personas. La trata de
personas como lo veremos más adelante tiene diferentes etapas, diferentes
causales, y también, diferentes modalidades, pero tiene un fin real, igual que
el dado, en la que no importa si la trata es internacional, o interna, si tiene
una modalidad sexual o laboral, si la causal es violencia familiar o pobreza,
el fin último, es el sometimiento de una persona, para poder explotarla de muy
diversas maneras.
Una vez
establecida esta forma de observar el fenómeno de la trata, con un pensamiento
en paralelo que nos permite observar de manera eficiente las probabilidades que
ocurren en el contexto, ahondemos en el fenómeno de la trata comenzando por sus
antecedentes.
La
trata es un evento viejo con un nombre nuevo, ya en la época de las guerras de
expansión del viejo mundo, o en la época de la colonia en América, se sabía del
comercio de esclavos, gente que era desarraigada de sus lugares de origen, para
ir a trabajar en las minas de los nuevos territorios o bien, mujeres que
servían como concubinas; también ocurría la venta o intercambio de mujeres como
recompensa para los soldados que conquistaban alguna región y muchos otros
sucesos que bajo la lupa actual, tendrían elementos del delito de trata.
Fue a
inicios del siglo XX, particularmente en 1904, que en el contexto de la
gestación de la primera guerra mundial, se formuló el primer acuerdo
internacional, “Acuerdo internacional sobre la represión de la trata de
blancas”. En la que se denominaba el fenómeno como trata de blancas,
precisamente porque se refería al comercio con mujeres europeas o
norteamericanas, que eran vendidas en países asiáticos o africanos con motivos
sexuales; hay que resaltar que en este acuerdo, era indispensable que existiera
el cruce de fronteras.
En 1910
se formula un nuevo acuerdo, “La Convención Internacional para la Represión de
la Trata de Blancas”. Que ampliaba el concepto, al asumir que la trata de
blancas también podía ocurrir de manera interna en las naciones.
Ya en
1921 se formula el Convenio Internacional para la Supresión de la Trata de
Mujeres y Niños” que pretendía sancionar a las personas que además de mujeres,
comerciaba con niños y con migrantes; en el 33 se ampliaron los convenios para
incluir la trata de mujeres mayores de edad, pero fue hasta 1949 que se
unificaron las cuatro convenciones con el “Convenio para la Represión de la
Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena” en el que se le
otorgaba carácter delictivo al comercio con el sexo y a la prostitución, pero
sin ser capaz aún de englobar todas las vertientes de la trata de personas.
Con el
transcurso del tiempo y después de muchas reformas y deliberaciones, en el 2000
se llegó a un consenso en el que el nuevo término era Trata de Personas, pues
no solo se refiere a mujeres, sino que pone de manifiesto que la trata puede
ser sufrida, por niños, adolescentes, hombres y mujeres adultos, y que tiene
muchas vertientes.
El
resultado de años de replanteamientos del concepto, culminó con “El Protocolo
de las Naciones Unidas para prevenir, reprimir y castigar la trata de personas,
especialmente mujeres y niños (Protocolo de Palermo). El cual sienta las bases de
una definición más completa.
Definición
del Protocolo de Palermo:
Por
trata de personas se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la
acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la
fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de
poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de
pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga
autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como
mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación
sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas
análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.
De la
que extraemos tres importantes conceptos claves para el fenómeno, la captación,
el traslado y la explotación, etapas, que tienen efectos en toda la estructura
de la persona que es víctima del delito, desde ser alejado de su núcleo social
natural, hasta ser sometido y manipulado para servir a un tercero.
Una vez
llegados a este punto, y teniendo bien construido nuestro marco, nuestro
contexto del tema, hablaremos de la Detección, Identificación y Atención de las
Víctimas.
Iniciaremos
hablando de un tema importante para comprender a la víctima y los procesos que
vive como consecuencia del delito de trata, nos referimos a los delitos
violentos, que son eventos muy graves, altamente traumáticos, que cuando
ocurren en la vida de una persona, rompen la estructura psicológica, social y
familiar de los individuos.
Las
personas que los viven, no pueden enfrentar el medio y la vida cotidiana con la
misma soltura y estabilidad de antes, tienen angustia, temores, miedos y
conductas que les dificultan el relacionarse con los demás, y por ello, deben
recibir especial atención por parte de autoridades y especialistas.
Los
delitos violentos, pueden ser delitos como el secuestro, la tortura, la
violación o el abuso sexual, la violencia doméstica crónica, o LA TRATA DE
PERSONAS.
Estos
delitos dejan como consecuencia Estrés postraumático que se refiere, a síntomas
como aislamiento, una fuerte tristeza y depresión, miedo a ser estigmatizado
por la experiencia vivida, incertidumbre hacia el futuro de la persona,
alteraciones físicas como falta de apetito, trastorno del sueño, dificultades
en la sexualidad o en la confianza hacia el trabajo, etc.
Y una
discapacidad emocional, que impide la relación efectiva con otras personas y la
sociedad, policía, bancos, escuelas, trabajos etc. Así como con la
autopercepción misma.
¿Cómo
se relaciona pues estas características y definiciones de un delito violento
con la trata?
Pues
por principio de cuentas, debemos ubicar que la trata es un delito violento, un
evento altamente traumático, que puede romper la estructura de una persona; la
víctima de trata sufre el desarraigo de sus redes sociales naturales, es decir
ser extraída de su entorno natural, de su lugar de origen, ser alejada de sus
familiares y conocidos, de sus propios sistemas legales de protección etc.
Posteriormente
sufre la limitación de su libertad y de su individualidad, los tratantes
impiden que las personas en situación de trata, salgan a la calle, se gestionen
su economía, alimentación y sus momentos de esparcimiento; así mismo son objetivos
de un condicionamiento en el que se manipula y se somete la voluntad de la
persona, obligándolo o bien convenciéndolo por medios más sutiles, de realizar
actividades que la persona en su propio juicio no llevaría a cabo, como:
prostituirse, prestarse para dar a luz hijos ajenos, arriesgar su vida al hacer
malabares en un crucero, fracturar su integridad al mendigar en la calle, etc.
Etc. Etc.
Y
finalmente, el tiempo indefinido en que tienen que realizar estas actividades,
bajo las amenazas o coacciones de quien las somete y se encarga día a día de
mantener dicho sometimiento, colocando a la persona, en una clara situación de
esclavitud/explotación.
¿Cuáles
son las causas de la trata?
Tenemos
varios factores que condicionan la ocurrencia del delito de trata, el
económico, que se refiere a las carencias materiales de las personas, un mal
empleo, pocos ingresos monetarios, una familia muy grande que mantener, pocas
oportunidades de desarrollo en su lugar de origen.
El
educativo: que se refiere a la poca inserción cultural que vive mucha gente,
que no tiene la facilidad para acceder a la formación académica básica, la
deserción de los sistemas educativos derivada de los altos costos de estos
servicios, el poco acceso a la información que se tiene etc.
Familiar:
se refiere a los núcleos familiares desintegrados, violencia intrafamiliar,
situaciones de abuso sexual en la familia, orfandad, etc.
Social:
Que engloba aspectos como la delincuencia organizada, los conflictos políticos,
la impunidad o incluso la misma demanda de
la trata de mujeres y niños.
Lo
anterior nos conduce a que existan muchas modalidades de la trata, Laboral,
sexual, reclutamiento militar, mendicidad, etc. Pero que en última instancia,
tiene un único fin, una generalización de la conducta de sometimiento y
explotación de una persona por un tercero, con objeto de obtener un beneficio,
no importa que este sea a largo plazo, pero al final, un beneficio para el
tratante.
Así
pues, como en el ejercicio del dado, no importa que modalidad adquiera la
trata, ni como se realice el traslado, porque la finalidad del tratante, es
someter para explotar.
Hemos
llegado pues al punto clave de nuestra ponencia, como podemos percatarnos de
todas estas conductas, de todos estos rasgos, de estos fines, y de las
alteraciones relacionadas.
Para
ello hay que recurrir a la documentación especializada sobre el tema, al
conocimiento de técnicas como la entrevista y a la práctica de las mismas.
La
primera de ellas es la intervención en crisis, que en palabras someras, es la
capacidad de apoyar a una persona, que está en una situación de tención, y de
la que no tiene el control, con objeto de devolverle la estabilidad.
Esta
técnica requiere que seamos empáticos, es decir que podamos ponernos en los zapatos
del otro para evaluar y comprender la situación, que tengamos una alta
tolerancia al estrés, que seamos además de eficaces en nuestro actuar, seamos
imparciales, que no prejuzguemos a la persona por la situación en la que se
encuentra, que en los casos de trata, es en muchas ocasiones, una situación que
daña su integridad.
Antes
de hacer intervención en crisis, hay que tener el control de nuestras propias
emociones y también de nuestro entorno, saber que si en un lugar peligroso,
tengo el tiempo limitado para intervenir, para poner en resguardo a la víctima,
para desplazarme de un lugar a otro. El control y manejo efectivo de nuestro
medio, tanto interno como externo, es la clave para llevar con éxito una
intervención en crisis.
La
segunda es la entrevista, el proceso de recabar información sobre lo que ha
vivido la víctima, con la mayor profundidad posible, para que podamos advertir
características del delito de trata.
Hay que
apegarnos a la definición que nos ha dado el Protocolo de Palermo o la legislación
local, como una guía para la búsqueda de información, tener en cuenta elementos
como:
·
Si la persona fue aislada o
extraída de su medio natural
·
Si la persona tenía un contexto
vulnerable en el lugar donde se inició el proceso de la trata, pobreza, violencia
familiar, violencia social, carencias educativas, etc.
·
Si la persona está bajo un
estado de limitación de su libertad o de su individualidad, puede salir del
lugar donde está o estaba, tenía libertad de gestionar su dinero, sus
documentos, su intimidad, escoger su ropa, lavarse con regularidad, comer a
tiempo, está o estaba amenazado por un tercero, recibía algún tipo de agresión.
·
Y por último, indagar si la
persona, llevaba a cabo actividades que en su medio natural no haría como:
prostituirse, trabajar de bailarina en un bar o burdel, mendigar, trabajar
largas jornadas sin percibir sueldos y en ámbitos riesgosos, prestar su vientre
de manera forzada, pertenecer a un grupo militar o religioso etc.
Aunado
a la indagación de estos elementos, debemos investigar si la persona manifiesta
síntomas como los que apuntamos en los delitos violentos, tristeza,
aislamiento, incertidumbre, depresión, odio, alteraciones en el apetito o en el
dormir, agresividad, llanto, temor al medio externo y a las personas etc.
Todo
esto tiene que ser el resultado de una buena entrevista, de realizar una
declaración o comparecencia lo más completa posible, para identificar no solo
el traslado o las rutas migratorias, sino los elementos contextuales de las
diversas dimensiones de la trata de personas.
Para
terminar, quiero hacer una mención referente a las pruebas de evaluación de las
víctimas, los test psicológicos y las técnicas que pueden aportarnos datos de
las alteraciones de la persona que vivió la trata, y aunque estas pruebas no
siempre están a nuestra disposición y aunque no son obligatorias para la gente
que trabaja en las diversas etapas del proceso de la atención a víctimas de
trata, si son un elemento que puede mejorar la calidad del apoyo que se les
brinda a este tipo de víctimas, entre ellas y como ya lo mencionamos, está la
entrevista.
Conclusiones:
1.- Hay
que acercarnos al fenómeno de la trata, con una perspectiva multidimensional,
en la que existen más factores que el jurídico o el de persecución del delito.
2.-
Debemos tener en cuenta que la trata no es una sola conducta ni una sola
acción, sino que opera englobando diferentes elementos, mismos que tenemos que
tener en cuenta al intervenir con este tipo de víctimas.
3.- Hay
que resaltar que la parte fundamental de la trata es el sometimiento y la
explotación de una persona por un tercero, y que la forma en que se realice el
enganche, el traslado o la actividad en la que se explote a la persona, pierden
relevancia, ante la conducta de sometimiento y el hecho innegable de la
explotación.
4.- Hay
que documentarse sobre el tema de manera extensa para tener un buen contexto
del mismo, e implementar técnicas como la entrevista de una manera eficaz.
5.- El
contexto de vulnerabilidad en el lugar de origen, dedicarse a una actividad
ajena a la persona, la limitación de la libertad o la individualidad de un
individuo, pueden ser indicios del delito de trata de personas.
Autor:
PSIC. Cristóbal Getsemaní Sánchez Calvillo. Naucalpan, Estado de México,
México.