Anécdotas de los Ciegos.

 

Con mucha frecuencia, los invidentes pasamos por circunstancias propias de nuestra discapacidad, por ejemplo, nos chocamos con los postes, paredes, personas, etcétera, nos caemos, no bajamos la cabeza cuando vamos a subirnos en carros con techo bajo o inclinamos la cabeza al subir a ciertos buses que tienen el techo muy alto, metemos el pie, la mano y hasta la cabeza donde no debíamos, pisamos mercaderías como platos de barro y otras cosas más; por apurados podemos tener problemas; son cosas de nuestra vida cotidiana y relatamos algunas de ellas aquí.

El texto que tiene en sus manos, está compuesto de tres partes, a saber:

*Anécdotas del Doctor Kléber Guerra, donde narra sus anécdotas.

*Anécdotas de otros ciegos, donde se narran las anécdotas de muchas personas en el país de las cuales no citamos nombres porque no a todos les gusta que los demás se enteren de que fueron ellos los que pasaron esas vivencias en ocasiones desagradables, queremos que cada uno se sienta parte de este pequeño trabajo porque en varias ocasiones hay similares historias en diferentes personas. También explicamos la forma en que se realizan ciertas actividades para que sean mejor comprendidas las narraciones.

*Vocabulario, donde se definen palabras que pueden ser desconocidas para los lectores.


 

 Anécdotas del Dr. Kléber Guerra

 

¿Un ciego puede escribir con esfero?

Las personas ciegas podemos estudiar sin ningún problema en cualquier colegio secundario. Cuando yo ingresé a uno, era el primer invidente en dicho plantel y varios profesores de allí no sabían lo que es el Sistema de lectoescritura Braille.

El primer día fue de ambientación y yo suponía que no necesitaría llevar nada para escribir. Cuando ingresó al aula el profesor de Castellano, dijo que cada uno escribiera en una hoja las emociones que había experimentado durante el primer día en el colegio; yo le expliqué que no tenía regleta, punzón y papel para tomar apuntes, inmediatamente el profesor solicitó a los compañeros de mi clase que alguno me prestara un esfero y una hoja.

 

¡Qué hermosas que están las fotos!

Cuando estudiaba Jurisprudencia, luego de clases salí con unos compañeros que iban a ver las fotos que estaban en una cartelera a la entrada de la universidad y al momento que miraban las fotos, dije: -¡Qué hermosas que están las fotos!- Un profesor que se encontraba allí, dijo: -¡Claro que sí!- y se puso a un lado dándome espacio para que me acerque más y (según él) pueda ver las fotos.

 

¡Ciego que lee lo que le conviene!

En la universidad, un día que tuvimos una hora libre, como no salí del aula, un compañero me encargó un libro. Agarré el texto y fingí que leía, un estudiante del otro paralelo que no sabía que soy invidente se acercó y me pidió que le ayude a interpretar un artículo del Código Penal; le solicité que me lea dicho artículo y él respondió: -¿Pero acaso el libro que estás leyendo no es el Código Penal?, ¡eso dice en la portada!, ¡lee tú mismo el artículo!-

 

Broma equivocada

Me subí a un bus con dos amigos, como había un solo asiento, me hicieron sentar allí. Mis amigos me molestaban tocándome la cabeza y despeinándome, así que estiré la mano hacia abajo para agarrarle a uno de ellos la pierna y molestarlo, pero al tocar que era otra persona retiré rápidamente mi mano. Al bajarnos del bus uno de mis amigos le decía al otro: -Ese señor que se bajó del bus estaba medio loco ¿verdad?, ¡me preguntó como si yo hubiera hecho algo!, "¿quién me agarró la pierna?"-.

 

Ciego por conveniencia

Es usual aunque no lo correcto, que cuando una persona ciega sube al bus sola el controlador no la ayuda a ubicarse en un asiento y tiene que darse modos para buscar un sitio donde sentarse. Yo me doy cuenta si puedo sentarme porque al pasar junto a los asientos no rozan mis piernas o mis manos con los cuerpos de otras personas, pues los hombros o las rodillas con frecuencia sobresalen a los costados de los asientos.

Un día al no estar con ningún rozamiento que indicara que había una persona sentada allí, me dispuse a tomar asiento, al instante que puse mi mano en la parte baja del asiento, toqué la pierna de una señorita que estaba vestida con minifalda y la primera reacción de ella al no saber de mi discapacidad visual fue protestar ante la morbosidad que creía me hacía proceder así.

 

Cieguito, ¡vea bien lo que paga!

Al subir a un bus, pagué la mitad del valor del pasaje como corresponde a las personas con discapacidad, el controlador del vehículo me dijo: -El pasaje está incompleto-, le expliqué que soy ciego y él me dijo: -Por eso mismo le digo-.

 

Ceguera contagiosa

Un día al salir de mi lugar de trabajo, un compañero gritó: -¡Ya viene el bus!-, sin percatarse de que el bus que venía no recorría la ruta que los presentes necesitábamos para ir a las casas; sólo yo era ciego el resto todos veían, sin embargo, no se fijaron en el cartel que indicaba la ruta del bus, yo confiado en que todos habían visto el cartel del bus subí sin preguntar la ruta del mismo y tuve que bajarme en otro lugar y subir en un taxi que me lleve hasta mi casa. Lo gracioso es que cuando estoy sólo no he subido a un bus equivocado porque siempre pregunto al controlador cual es la ruta del bus.

 

Rótulo grande, ¿lo vemos los ciegos?

Me bajé del bus bastante desorientado porque se desvió en la ruta ya que estaban arreglando la avenida. Mientras caminaba con el bastón, se acercó un señor con el que surgió la siguiente conversación:

-¿Cuál es el nombre de esta calle?

-Es la Daniel León Borja; ¿Qué no ve ese rótulo grandote allá?

-¿Qué no ve que soy ciego?

-¡Disculpe, no me había fijado en el bastón que lleva!

 

Pregonar la mercadería, ¿para vender más o evitar accidentes?

Una noche me bajaba del bus para ir a la casa, caminé unos cuantos pasos y al tropezarme en un gran pilo de discos de música y películas, me caí sobre todo ese material. Me levanté y me dirigí a mi casa sin ningún otro percance. Esa es una de las razones por las que las ordenanzas municipales y el Código Penal contemplan como infracciones la ocupación de las veredas con obstáculos y materiales que dificulten el tránsito de las personas.

Como el vendedor de los discos no está todos los días, podría suceder ese accidente otra vez si no fuera porque cuando bajo del bus, pregona su mercadería con mayor fuerza como intentando que yo lo oiga y camine con más cuidado "¡discos de música, películas para DVD!".

 

Farmacia con aspecto de hotel

Un día subí a un taxi y solicité al conductor que me lleve al Hotel Riobamba In, donde se encontraban muchos amigos ciegos de otras provincias del país; el taxista me dijo que no podía llegar hasta la calle que cruza frente al hotel por las reparaciones que estaban haciendo en dicha calle. Cuando el chofer detuvo el vehículo en el lugar más cercano, me explicó que cuando me baje camine recto y llegaría a la puerta del hotel; así lo hice, entré por la primera puerta que encontré y dije: -Buenas tardes, ¿aquí se hospedan los señores no videntes de varias provincias?- Mi interlocutor sonrió y exclamó: -¡Aquí es una farmacia!, A la vuelta, a media cuadra está el hotel-.

 

¿Cieguito chofer?

Un día un amigo que no es ciego me pidió el bastón, cuando estaba conduciendo sacó el bastón por la ventana y lo movía como si se estuviera orientando, un militar que iba a cruzar la calle hizo un gesto de gran admiración al pensar que el carro era conducido por un invidente.

 

¿Pito que habla?

Una tarde me dirigía hacia la parada de los buses para ir a mi lugar de trabajo, en cierto lugar estaban construyendo un edificio; días atrás había un muro de arena y yo me imaginaba que el rato que el bastón chocara contra dicho obstáculo debía bajarme de la vereda, caminar unos 20 pasos para luego subir nuevamente a la vereda y continuar la ruta normal, sin embargo, ese día iba yo muy distraído y el bastón no tocó el supuesto muro de arena, al contrario, hubo una pequeña grada que tuve que bajar, cuando me disponía a dar el siguiente paso, escuché que el claxon de un carro era manipulado con evidente desesperación, tanto así que me desconcertó, un poco molesto por dicho pito ruidoso di el siguiente paso y me caí a un hueco hecho frente al edificio que se estaba construyendo. Empecé a salir del hueco que tenía aproximadamente un metro de profundidad, deseando que nadie me hubiera visto, apenas terminé de salir un amigo se acercó a ayudarme y me dijo: -¡Yo era el que estaba pitando!- Yo le contesté: -¡Ni que el pito dijera cuidado el hueco!-

 

¡Vereda altísima!

El mismo día, iba a cruzar la avenida, (cuando un invidente va a bajar de la vereda a la calle, primero baja el bastón para saber qué altura tiene la vereda y luego baja el pie); bajé el bastón con gran sorpresa de que no tocaba piso en una supuesta calle que estaba demasiado abajo, ¡hasta me arrodillé en la vereda para tratar de tocar fondo! Al mover el bastón hacia los costados pude percatarme que lo estaba metiendo a una alcantarilla a través de la rejilla.

 

Cieguito, ¡andará viendo!

Caminando algo rápido por una vereda, pasó junto a mí una señora e involuntariamente le pegué con el bastón, le dije: -Discúlpeme señora, soy ciego-, la señora me dijo: -Pero andará viendo-.

 

¡Las mesas también tienen dedos!

Fui a la discoteca con unos primos, (con tanto ruido en esos lugares de diversión, me siento muy desorientado y aturdido porque no puedo oír nada) de pronto sentí un golpe en el pecho como si fuera de un dedo que me señalaba, le pregunté a mi primo que si me decía algo y él respondió que no; sin embargo, al seguir sintiendo la supuesta señal en mi pecho le insistí con la pregunta diciéndole que no me toque con el dedo, él observó todo detenidamente y se dio cuenta de que lo que me tocaba el pecho era una parte del borde metálico de la mesa en cuyo lugar me había apoyado antes y como el tornillo estaba aislado se salió y me golpeó el pecho.

 

¡Ese man se hace el ciego!

En otra ocasión que entré a una discoteca con un grupo de amigos y amigas, salí a bailar, la chica con la que bailaba no sabía que al bailar separados uno del otro, debía indicarme con un roce de manos o hablando al lado que giraba ella para que yo la siguiera y no terminara bailando en otro lado de la pista; Cuando se acabó el set musical me dirigí a la silla que primero encontré; al rato una voz desconocida me dijo: -¡Amigo, sírvase una copita!- Entonces le pregunté si era amigo de alguno de mis amigos, él respondió: -¡Yo le pregunto lo mismo, porque usted estaba en la mesa de más allá y ahora viene a esta mesa!- Pedí disculpas, me puse de pie y grité: -¿Dónde está la mesa de mis amigos?- y una persona del grupo que yo no conocía dijo: -¡Ese man se hace el ciego, porque no ve que ahí cerca están los panas de él!-

 

Una papa voladora y el secreto es de dos

Una noche fuimos a dar un sereno a la hermana de un amigo, después de haber cantado me brindaron un plato con papas cocinadas, una presa de pollo y ensalada. Cuando me disponía a cortar una papa con la cuchara, salió rodando del plato y cayó en el sillón junto a mí, rápidamente agarré la papa y la volví a poner en el plato, suponía que nadie me había visto porque minutos antes salieron todos de allí, sin embargo, se acercó una señora y surgió la siguiente conversación:

-¿Le cambio la papita?

-¿Cuál papa señora?

-¡La que se le cayó al mueble y volvió a poner en el plato!

 

La borrachera es ciega como nosotros

Una noche un amigo que también es ciego y yo, decidimos ir a comprar algo de licor. Al regreso, un señor al percatarse que íbamos a cruzar la avenida se acercó y nos prestó ayuda, luego de pasar la avenida, pensando que los invidentes no bebemos alcohol, decía: -¡Qué desconsiderada que es la gente, en vez de venir ellos a comprar, mandan a los pobres cieguitos a que les compren trago!-,  mi amigo respondió: -Señor, la borrachera es ciega como nosotros, ni ve donde se instala; en las personas sin discapacidad, ciegos, sordos...-

 

¡El diablo!

En una fría madrugada estábamos bebiendo licor en una cancha de tierra; encendieron una fogata para calentarnos, un amigo se durmió y estaba del lado opuesto de donde yo me encontraba. Al verme a través del humo desde el otro lado de la pequeña hoguera, como yo estaba puesto una chompa roja con capucha y tenía la guitarra en una mano a manera de trinche, exclamó: -¡El diablo!, ¡el diablo!- y salió corriendo, ¡yo del susto me puse a rezar!

 

Ciprés modificado y sedoso

Un grupo de compañeros fuimos a pasear a Guano. En el parque hay unos cipreses que están ubicados con sus ramas formando la frase "BIENVENIDOS A GUANO", nos acercamos a tocar los cipreses, de pronto toqué algo que me pareció un ciprés diferente y dije: -¡Qué raro este ciprés!- y mi compañera que tiene el cabello bien zambo gritó: -¡Es mi pelo!-

 

¿Cuál chola?

En el mismo paseo por Guano, invité a mis compañeros a comer unas cholas. Cuando compré una funda de cholas, le dije a una de las compañeras que se sirva una cholita, ella estiró la mano hacia la funda esperando agarrar una muñeca con la vestimenta de una chola cuencana y con gran sorpresa dijo: -¿Dónde está la cholita?, ¡esto es un pan!-

Cuando se fue a Cuenca con su familia, su hija compró una verídica muñeca vestida de chola cuencana y ella le dijo: -¡Esta si es la chola!, ¡no la que me dieron en Riobamba!-

 

 

Cuatro anécdotas de un mismo viaje

 

1. Mire el rótulo

Hace algunos años atrás viajé con otro compañero ciego a Machala, al llegar tomamos un taxi con dirección al hotel, el conductor debía haberse dado cuenta de nuestra ceguera porque al subirnos al taxi guardamos los bastones; se detuvo el carro y surgió el siguiente diálogo con el taxista:

-Ya llegamos.

-Señor taxista, ¿a qué lado está el hotel?

-Allá, es el edificio verde que está junto al restaurante, mire, donde está el rótulo.

 

2. Miren cieguitos

Dos días después, habiendo terminado el trabajo que teníamos que realizar en Machala, decidimos ir a pasear por Puerto Bolívar; en el grupo había un ciego parcial que guiaba a cinco ciegos totales, todos íbamos con los respectivos bastones para tener mayor seguridad en la movilidad. Caminamos por largo rato, fuimos luego al muelle y subimos en una lancha. El conductor al saber que somos ciegos, nos narraba todo lo que él veía, pero a cada descripción aumentaba la palabra "miren", así: -Allá hay una fila de lanchas que se están preparando para la procesión de la Virgen del Cisne, ¡miren! Hay mucha gente para la procesión, ¡miren! En la primera lancha va la Virgen y tiene un manto de color blanco, ¡miren! Estamos a cincuenta metros del muelle, ¡miren!...- De pronto exclamó: -¡Oh, yo digo miren, no me acordé de que son ciegos!-

 

3. ¡Casi cieguitos!

Cuando nos acercamos al muelle, el conductor de la lancha decía a sus amigos: -¡Vengan a ayudar a bajar a los señores que son casi cieguitos!-

 

4. ¡Hubieran podido entrar a ver los cuadros!

Cuando salimos del muelle, caminamos hasta el muelle antiguo que ahora es de cemento, es una representación de lo que era antes el muelle, en el centro de dicha edificación hay una casa, nos acercamos a preguntarle a una señora sobre el uso que le dan a esa casa y ella dijo: -Es una casa de exposición de pinturas, ¡lástima que no esté abierta, hubieran podido ver los cuadros!-

 

Perdidos en la ida al bar en el día de San Valentín

Decidimos ir a un bar varios compañeros ciegos un 14 de febrero. Salimos todos de la Asociación, pero como estábamos varios, fuimos en 2 taxis. Al no saber a que bar íbamos, (pues uno de los compañeros que estaba en el otro automóvil era quien dijo a que bar íbamos), le dijimos al taxista que siga al taxi de adelante. Se detuvo en un lugar y nos dijo que allí se detuvo el otro taxi. Bajamos y no escuchamos por ningún lado a nuestros amigos; tuvimos que preguntar junto a la puerta de que bar estábamos y llamarles al celular a nuestros amigos, los cuales estaban a una cuadra del sitio donde nos encontrábamos.

 

El kiosco de DEKISTEL

Fuimos a la reunión del Quinto Congreso y Sexta Asamblea de la ULAC en el Hotel Quito en la ciudad de Quito en abril del 2004. En el estand donde yo atendía, a más de los libros y revistas en braille y audio que produce la Imprenta Braille, había una maqueta del Kiosco de DEKISTEL de unos 50 centímetros de alto para que las personas que visitaban el lugar pudieran conocer una de las actividades laborales que genera la FENCE por medio de sus departamentos.

Llegó uno de mis amigos y con gran emoción al escucharme me saludó, estiró la mano y la metió justo por la ventana de la maqueta del kiosco. Yo le dije: -¡Hola Víctor!, yo no soy tan pequeño para entrar en ese kiosco-.

 

Falso certificado del curso

Los primeros días del mes de septiembre del 2008 hubo un curso de Metodologías de la Enseñanza del Sistema Braille en la ciudad de Riobamba. El último día una compañera ha encontrado una hoja en blanco del grosor de una cartulina en que usualmente se imprimen los certificados y diplomas; entregó primero aquella hoja a otro compañero diciéndole que era el certificado del curso, él hizo ver a una señora del personal de apoyo y como supo que no había nada escrito le devolvió; luego la compañera me entregó a mí, ¡claro, yo le creí y no hice leer a nadie!, pero luego se me cayó la hoja y pregunté si alguien había encontrado mi certificado, con gran sorpresa, pues todavía no se había entregado ningún diploma, anduve preocupado hasta que a las 16 horas se dio el acto solemne en que entregaron los verdaderos certificados.

 

Esfero con tinta invisible

Me acerqué al Centro de Mediación de la Cámara de Comercios de Riobamba a cobrar los honorarios por una mediación realizada, para firmar el recibo, me dieron el esfero y ubicaron la punta del mismo sobre el sitio donde yo debía firmar; firmé pero no apareció nada; primero me pareció raro porque la forma de escribir del esfero era dura, ¡estaba queriendo firmar con la punta del esfero metida! A continuación pulsé el botón y salió la mina, entonces firmé correctamente.

 

Bombo entinado

Un día mi mamá me pidió que le ayude a subir unas tinas con ropa a la terraza. Cerca de las tinas había un bombo. Como el bombo al igual que las tinas era redondo y yo solo toqué los costados y no arriba, confiado de que era otra tina, subí también el bombo a la terraza y mi madre me dijo: -¡Para qué traes el bombo acá!-

 

Embarcación remada al revés

Subimos en una canoa de remos mis sobrinas, mi hermana, mi cuñado y yo. Empezamos a remar mi cuñado y yo, (los 2 invidentes), cada uno remaba para diferente lado y la canoa giraba en círculo en el mismo lugar. Tuvieron que tirar una soga para llevarnos a la orilla de la laguna como si de náufragos se tratara porque con los remos no saliéramos hasta ahora.

 

Vidrio verde

Mi papá tenía una fábrica de vidrios templados en Riobamba. Los vidrios más baratos, más vendidos y más fáciles de conseguir eran los de color claro, por lo que mi padre no templaba de otros colores. Un día llegó un señor que quería un vidrio para una furgoneta y le indicaron  el vidrio, pero para su gran sorpresa, el resto de ventanillas del carro eran verde claro; según dicen casi no se nota la diferencia entre los cristales de color claro y el verde claro sino cuando la luz del sol es fuerte. El cliente se lamentó porque el color del vidrio no era igual a los otros vidrios de su vehículo y yo le dije: -¡yo no noto la diferencia!-, el dueño del carro, pensando que yo veía, compró el vidrio y se fue contento.


 

 Anécdotas de otras personas con discapacidad visual

 

Violación a la autoridad

Un  ciego se disponía a cruzar la calle; cuando escuchó que el tráfico se detuvo, pasó rápido, un policía había estado en la mitad de la calle pero de espaldas a la vereda de la que él bajaba; se chocó con él y el bastón quedó entre las piernas del agente policial provocando que se cayera. Mientras el policía se incorporaba le decía: -¡Espere que me levante para ayudarle a cruzar!-

 

Levántate chapa ocioso

Una noche se quedaron varios ciegos bebiendo un poco de licor junto a un establecimiento policial. Cuando salieron a sus casas, a las 2 de la mañana aproximadamente, un compañero fue al destacamento policial, golpeó la puerta y dijo: -Levántate  chapa ocioso para que me vayas a dejar a la casa-. El policía salió y lo llevó a la casa.

Al día siguiente otro compañero invidente le dijo al policía: -Yo le hubiera llevado a la prevención o al Centro de Rehabilitación Social-, a lo que el policía respondió: -¡No valía porque a mí mismo me hubiera tocado irlo a sacar!-

 

Chapa descomedido

Dos invidentes estaban queriendo cruzar la calle y se acercó un policía para ayudarles, agarró a uno de ellos por el brazo y el compañero que había escuchado el silbato del policía pero no se había dado cuenta de que él mismo les estaba ayudando a cruzar le decía al otro ciego: -¡Oye, qué descomedido ese chapa que no nos hace cruzar la calle!-

 

¡Chapa ciego!

Un compañero iba por una vereda en la cual había un hueco de un metro y medio aproximadamente del cual conocía la ubicación exacta. Un policía se ofreció a ayudarle a pasar por tan peligroso lugar; en un momento dado alguien le llamó la atención al policía y éste siguió caminando mientras observaba al lugar de donde lo llamaron, cuando se acercaban al hueco el invidente se soltó del brazo del policía justo a tiempo para no caerse junto al agente.

 

¡Bochorno para el cieguito relajoso!

Un señor con discapacidad visual en estado etílico, subía con su bastón por una avenida, se detuvo junto a un árbol del parterre y empezó a orinar. Un policía se acercó y le dijo que no orine ahí, que no es baño público y que está ensuciando la ciudad; el ciego le insultó al policía y le dijo: -¡Ya no me aguanto las ganas!-

Dos días después el mismo ciego estaba intentando cruzar la calle y se acercó un policía para ayudarle, al tiempo que le decía: -¡Buenas tardes, usted es el cieguito que el otro día estaba ebrio y me quiso hacer relajo!, ¿verdad?-

 

Baño de fluidos estomacales

Unos invidentes en estado etílico fueron invitados a un bar, el guía se acercó a la barra para comprar comida y regresó a ver donde estaban sus amigos ciegos porque le llamó la atención el grito de una mujer que decía: -¡Señor sucio!- Uno de los compañeros había vomitado hacia atrás donde estaba sentado, justo en otra silla donde estaba sentada la mujer que gritó.

 

Muchos cuentos de cenicienta

Dos invidentes en estado etílico caminaban por una vereda que lindaba por un lado con la calle y por el otro con una chacra de papas muy mojada por la lluvia reciente, giraron hacia el lado de la chacra que no estaba al nivel de la vereda sino a un metro de profundidad, se cayeron en el lodo y perdieron allí un zapato cada uno.

 

Dudosa confusión de pareja

Estaban bebiendo licor dos hombres y una mujer los tres eran ciegos, uno de ellos quería besar a la chica, ella no quería entonces el otro hombre que por cierto tenía la misma contextura de la chica (eran los dos flacos), se puso en la mitad de los dos y el hombre besó a su compañero apasionadamente pensando que era la chica.

 

Ilusiones peligrosas

Un ciego tenía que cruzar frecuentemente por una calle bastante transitada, pero había alguien con una voz femenina que le ayudaba a cruzar. El invidente a los días se hizo ilusiones y pensó declararle sus sentimientos de amor a esa amable persona, cuando estuvo cruzando la calle ayudado por el referido individuo, le preguntó el nombre a lo que el buen samaritano le respondió: -Me llamo Jacinto-.

 

Dudosa identidad de género

Un compañero ciego que tenía problemas auditivos por una fuerte gripe que lo aquejaba, conversaba con otros compañeros así:

-¿Por qué siendo compañero de Karina no le conquistaste?

-Porque cuando Arnulfo andaba con Karina yo andaba con César.

 

Accidentado de nacimiento

Un ciego entró a una farmacia y la vendedora lo vio y dijo: -¡Pobre cieguito! ¿Y cuándo se accidentó?- Él respondió: -Desde que nací-.

 

Farmacia acertada

A un compañero que le dicen de sobrenombre Oso y es ciego parcial estaba guiando a un ciego total. Al Oso le dolía la cabeza y pidió a su amigo que le acompañe a la farmacia. Como habían dos farmacias juntas, la una veterinaria y la otra para humanos, entraron a la primera y pidió una pastilla para el dolor de cabeza; el dependiente le explicaba que esa era una farmacia veterinaria y el amigo se rió y dijo: -¡Entonces no nos hemos equivocado de farmacia!, ¡pide tu medicina y vámonos!-

 

El cepillo de dientes

Hubo un receso en un curso y salieron varios no videntes con personas videntes que los guiaban a comprar algunas cosas. Un invidente le dijo a su guía que lo lleve a una farmacia y el guía le preguntó: -¿Qué vas a comprar?- A lo que él respondió que un cepillo de dientes y se ruborizó un poco porque no era eso lo que necesitaba comprar. Cuando llegaron a la tienda el invidente decía que las cerdas de los cepillos que le indicaban estaban muy suaves y no compró el cepillo dental. Cuando se dirigieron a la farmacia, compró una caja de preservativos.

Al día siguiente un amigo que se enteró de lo sucedido le preguntó: -¿Qué tal funcionaron los cepillos de dientes?-

 

Espejito para que un ciego se peine

En uno de tantos cursos que se efectuaban en la ciudad de Quito, como duró varios días, los participantes iban a almorzar en el mismo salón en el tiempo que estuvieron recibiendo la capacitación; el primer día luego del almuerzo el mesero puso en la mesa de los compañeros una pequeña bandeja de aluminio muy pulida y brillante destinada a que sea depositado el valor del servicio prestado y la propina; uno de los compañeros decía a otro: -¡Oye, aquí han sabido regalar un espejito!- Se guardó la bandejita al bolsillo y salieron del establecimiento de comida.

Al día siguiente el mesero se acercó donde el invidente que se llevó la escudilla y le dijo: -¡Señor!, ¿sería tan amable de devolvernos la escudilla de la propina que se llevó ayer?-

 

Restaurante extraño

Un no vidente le decía a otro: -Oye hermano, yo me oriento en cualquier restaurante, hagamos la prueba y verás-. Entraron a un restaurante, uno de ellos conocía muy bien el local. A la entrada había que bajar tres gradas y el que no conocía y hacía gala de su destreza rodó las gradas y fue a parar justo en la cocina; el otro compañero sabía que allí había unas mesas pequeñas de la altura de un banco, destinadas a que los niños almuercen cómodamente. Condujo al amigo que se había caído hasta allí y el guiado, asombrado dijo: -¡Qué extraño!, ¡aquí hay sólo bancos y ninguna mesa!-

 

Cenicero caliente

Un grupo de compañeros invidentes estaban reunidos en una sala de una asociación de no videntes y se encontraban en el receso de un curso de capacitación, uno de ellos tomó un cenicero y empezó a fumar; el mesero llegó y sin previo aviso quitó el cenicero y en su lugar puso un plato de caldo, el compañero sin darse cuenta de lo sucedido votó la ceniza en el caldo y dijo: -¡Qué extraño, el cenicero está caliente!-

 

Jugo de hueso de pollo

Los invidentes sabemos cuando un vaso está lleno o vacío por el peso, pero si el vaso es de plástico desechable es más fácil porque al tacto se puede sentir el frío o el calor del líquido, si es que lo hay.

En un almuerzo a un compañero ciego quisieron jugarle una broma, le pusieron un vaso de cristal vacío, en lugar del jugo colocaron un hueso de pollo, cuando él se disponía a beber el líquido, luego de tanto alzar el vaso le cayó el hueso a la cara.

 

¡Presa viva aún después de cocinada!

Un compañero en una cena organizada por el alcalde, empezó a servirse la comida con cubiertos, (para los no videntes es algo difícil comer con tenedor y cuchillo), cuando tuvo que cortar la carne de la presa de pollo, se le cayó la presa, él, ruborizado ni siquiera se atrevió a decir nada del producto que salió sorpresivamente volando de su plato. Unos pocos segundos después, la mujer del alcalde, le dijo al invidente: -Aquí tiene su presa-. La presa había caído justo a la falda de la mujer del alcalde según las personas que pudieron ver lo ocurrido.

 

Viveza ciega

Un compañero entró con un vidente a una marisquería, el señor vidente solicitó una Coca Cola helada; la bebida estaba congelada de tal modo que no podía trastornar el contenido en el vaso, golpeó un poco el pico de la botella contra el vaso para conseguir que algo de la Coca Cola caiga al vaso y se rompió el vaso. Le informó al dueño del local que el vaso estaba roto, el dependiente pensando que el invidente había roto el vaso dijo: -¡Pobre cieguito!, ¡eh mesero! Cámbiele el vaso y no le cobrará del vaso roto-.

 

Extraños gustos

Entraron un ciego parcial y un ciego total a un restaurante a tomar café, el no vidente parcial le aliñó al compañero el café pero en vez de azúcar puso sal; una vez que el dueño del local tuvo conocimiento, le cambió la leche porque pensó que él mismo se había preparado el café ¡y por lo tanto no podía ver lo que ponía!

 

Comida de hojas de árbol

Un grupo de invidentes estaban almorzando bajo la sombra de un árbol. De pronto todos coincidieron en que la comida estaba amarga, uno de ellos explicaba que como es comida gourmet hay veces que sirven cosas exóticas y que así mismo ha de ser el sabor; pasaba en ese momento frente a ellos una señorita que exclamaba: -¡Pobres cieguitos, están comiendo el almuerzo con hojas de árbol!-

 

¿Chaulafán con piedras?

Un invidente parcial con tres invidentes totales fueron a comprar chaulafanes para sus compañeros; al regreso se tropezaron y se cayeron, ¡con tal desgracia que se abrió una tarrina y se regó el chaulafán! Preocupados porque no tenían dinero para comprar otro chaulafán, recogieron la parte de la comida que consideraban que estaba limpia; al entrar antes de dar la merienda a sus amigos, hicieron poner un poco de comida de las otras dos tarrinas en la que tenía menos comida, para que tengan similar cantidad. Cuando sus amigos terminaron de comer les preguntaron qué tal estuvo a lo que uno respondió: -¡Estaba rico, pero me tocó con piedras!-

 

¡Extraña dieta!

Un compañero no vidente no manejaba bien los cubiertos, así que cuando le invitaban a comer en compañía de personas con las que no tenía confianza no comía.

Tuvo una reunión de varios días en compañía de personas selectas de grupos religiosos católicos. El primer día le invitaron a almorzar junto a personas que él no conocía, de la vergüenza sólo comió frutas argumentando que estaba a dieta. En la noche le contó a un amigo de confianza que también estaba allí, él le sirvió en la merienda abundante comida porque era bufete y le cortó la carne. ¡Extraña dieta! ¿Verdad?

 

¡Más hermosa que nunca!

Una señorita ciega que estudiaba en un colegio, luego de unos días de que su hermana le enseñó a delinearse, agarró un lápiz de labios de color rojo pensando que era un delineador y se pintó los ojos; cuando llegó al colegio todos pensaban que había llorado.

 

Besos públicos

Una pareja de enamorados ciegos que recién habían empezado su relación, fueron a besarse donde pensaron que nadie los veía, pero la mamá de la señorita había estado a media cuadra viendo todo y cuando pasaron por el sitio donde estaba la señora ella les dijo emocionada: -¡Les viiii!-

 

¿Intento de traicionar a la novia?

Un señor ciego iba con su enamorada que lo guiaba, ella se detuvo a ver una vitrina y él se soltó del brazo para darle mayor libertad de movimiento en la observación de los artículos de venta, al rato escuchó que una chica caminaba y pensando que era su enamorada se agarró del brazo, entonces escuchó que su novia se reía y le decía: -¡Ven, todavía no me he ido!-

 

El precursor del beso negro

Un amigo caminaba con su novia por una vereda, ella no vio ni él detectó con su bastón un hueco y cuando estaba a punto de besarla en el mayor éxtasis del amor, cayó a unos dos metros de profundidad.

 

El beso negro

Un señor ciego iba a subirse al bus, no se percató que una mujer antes se había subido y estaba con falda, como el bus era alto y la señora todavía estaba en la segunda grada aproximadamente, el subió pero con la cabeza baja y justo la metió debajo de la falda de la señora, se dio cuenta de ese bochornoso incidente porque quería alzar la cabeza y la falda le impedía.

 

Intrusos en los planes

A muchos nos ha pasado que cuando vamos a bajar del bus ya sea con nuestro guía o con otras personas, hay pasajeros que al querer salir rápido se quedan en la mitad del guía y de la persona ciega y se dan confusiones bastante graciosas.

Un señor invidente iba en el bus con una amiga, al bajarse agarró del brazo a una chica y le preguntó: -¿A dónde vamos?- Y ella respondió: -Su amiga está atrás suyo-.

 

La segundera

Una pareja de no videntes iban en un bus, cuando debían bajarse, el hombre bajó primero y al querer ayudar a bajar a quien creía que era su esposa, sentía que se movía al lado contrario de donde él se acercaba para ayudarle a bajar y la señora le dijo: -Atrás mío viene su esposa-.

 

¡Calla bruto, fui yo!

Este mismo compañero junto con su esposa se embarcaron en el colectivo rumbo al trabajo, él se detuvo a pagar el pasaje mientras ella buscaba asiento, pero los tubos para sostenerse eran muy altos, el chofer aceleró el vehículo y ella cayó al piso del colectivo y su esposo sin saber preguntó: -¿Quién se cayó?-, a lo que ella respondió: -¡Calla bruto fui yo!-

 

Vero, ¡no nos cobraron!

Una pareja de invidentes se subieron al bus, los ayudaron a sentarse pero como no había dos asientos juntos, cada uno iba en diferente lugar del bus. Él no se había dado cuenta de eso, pensaba que su mujer iba al lado suyo y dijo: -¡Vero!, ¡Vero!, ¡no nos cobraron!- Una señora respondió: -¡Qué bueno! Pero su esposa está más adelante-.

 

Nueva subida al bus

Un grupo de niños ciegos que salieron a la calle, comentaban de sus destrezas en la movilización con el bastón en la calle. Uno decía: -Yo me sé subir al vuelo en el bus-. Cuando les tocó subirse al bus, subió rápidamente haciendo gala de sus habilidades, pero a la llanta del bus.

 

¡Se me paró para atrás!

Un señor no vidente iba con su cónyuge por una vereda, sintió que un tubo de su bastón se estiró y le dijo a su cónyuge: -¿Tiene una cartera o algo donde me guarde el bastón? ¡Porque ya se me paró para atrás!-

 

¡A un lado!, ¡ciegos transitando!, ¡pero uno va disfrazado de ciego!

Un compañero tenía que llegar rápido al terminal de buses intercantonales porque en pocos minutos salía el último bus con destino al sitio donde vivía. Solicitó a un amigo vidente que lo lleve. El amigo sabiendo la prisa que tenía el no vidente, le pidió el bastón, se puso unas gafas negras y cruzaron por una calle muy transitada sin mayores dificultades, pues los transeúntes se hacían a un lado y los vehículos les cedían el paso, ¡pensaban que los dos eran invidentes!

 

Preso voluntario

Un compañero solicitó a un amigo que es ciego parcial que le ayude a subir a un taxi para ir al Terminal Terrestre, el compañero que es ciego parcial hizo paro a un carro y le hizo subir al otro compañero. Más adelante el que subió al automóvil escuchó que decían por una radio: -Patrulla número 4 ¿dónde se encuentra?- Desde la patrulla responden: -Estamos yendo a dejar a un cieguito al Terminal Terrestre-.

 

No hay diferencia...

Tres compañeros estaban esperando un taxi, hacían paro a todos los carros que pasaban, tenían la convicción de que únicamente un taxi pararía con la señal que ellos hacían. En efecto paró un carro y los compañeros corrieron en dirección al sitio donde se detuvo el carro, de pronto escucharon que un señor gritaba: -¡Esperen!, ¡esperen!, ¡ese es el carro de la basura!-

 

Cuidado el hueco

Un invidente que iba en un bus interprovincial, gritó: -¡Cuidado el hueco!- Cuál sería la sorpresa del chofer, que al frenar no vio nada y quienes sabían de la broma dijeron: -¡No se preocupe, el señor es ciego!-

 

Llamadas telefónicas solicitadas a un taxista

Este mismo compañero trabajaba alquilando un teléfono en un sitio público de la ciudad de Riobamba, en cierto día quiso irse a su casa, al entrar a un taxi manifestó: -Por favor, hágame una llamadita-.

 

¡Sin papas no hay trato!

Un compañero que se encontraba ebrio, subió con su cónyuge a un taxi y le dijo al taxista: -Por favor, lléveme a un sitio donde vendan papas fritas-, la esposa le dijo al taxista en voz baja: -No le haga caso, llévenos a la Ayacucho y 5 de Junio-, el taxista les llevó a la dirección domiciliaria de ellos y cuando el compañero tenía que bajarse del automóvil decía: -¡Yo no me bajo!, ¡porque no huelo a papas!, ¡yo quiero ir a un sitio donde vendan papas fritas!-

 

¡Guía ciega para un taxista!

Una señora ciega subió a un taxi y le dio su dirección domiciliaria al conductor, éste le dijo que le indique las calles por donde debe ir para llevarla a donde ella le había solicitado porque no sabía leer. La ventaja en esta grave peripecia es que ella tiene una buena orientación y pudo guiar al taxista hasta su casa.

 

¡Puerta aprisionadora!

Una compañera invidente tomó un taxi para llegar a su casa y al bajarse agachó la cabeza  para no golpearse en el borde del techo del automóvil, al querer incorporarse su nuca chocó con algo, extrañada tocó y se percató que había sacado la cabeza por la ventana abierta, ya que la puerta había regresado hacia ella.

 

¡Cieguito araña!

Un señor invidente pidió a una señora que le ayude a hacer paro a un carro sin aclarar que lo que quería es subirse a un bus, la señora hizo paro a un taxi y justo atrás del taxi paró un bus, el señor, confundido fue dirigido a la puerta del taxi, alzó el pie hasta el asiento del automóvil como quien quisiera subirse al techo del mismo porque pensaba que era el bus.

 

Asiento cómodo

Un amigo al subir en el bus, cuando el carro aceleró se cayó sentado en medio pasillo y dijo: -¡Este sitio está cómodo para sentarse!- y se quedó sentado allí.

 

Segundo asiento cómodo

Un compañero que tiene baja visión subió al bus y en un sitio vio según él un asiento vacío, tomó asiento y en ese momento se dio cuenta que se había sentado encima de un señor que tenía un portafolio negro en las piernas.

 

Caída con efecto masivo

Se subieron seis no videntes y un guía a un bus, como el carro iba rápido, curvó bruscamente y los seis señores se cayeron en fila, uno tras de otro al empujarse entre ellos.

 

El golpe avisa

Un grupo de personas que estaban ebrios al igual que un compañero invidente, le solicitaron a él que les guíe a un sitio donde puedan comer, (eran horas de la madrugada); el compañero subió al carro con ellos y dijo: -Sigan recto esta calle, yo les aviso hasta donde-, llegaron hasta que la calle terminaba y como el chofer también estaba borracho, al girar el volante, un lado del carro se subió a la vereda y el automóvil se viró, el compañero alzando la mano dijo: -¡Soficieeeente!-, queriendo indicar con ello que hasta ahí debían seguir recto.

 

Más ingredientes para el refresco o nuevo calzado para el cieguito

Un compañero al bajar del bus, metió el pie en un balde de refresco que vendía una señora, ella gritó: -¡Mis refrescos!- Él asustado empezó a correr con el un pie metido en el balde.

 

Zapatos pesados y duraderos

Otro invidente caminaba con su bastón y recorrió sin saberlo una calle donde recién habían puesto brea; no se percató de ese detalle aunque sus pies se pegaban continuamente a dicha sustancia. Cuando llegó a la asociación decía a sus amigos: -¡Ay, vengo cansado!, ¡los zapatos me pesan! ¡No sé por qué será!- Quienes podían ver se fijaron en los zapatos del mencionado ciego y se encontraron con la sorpresa de que ¡la brea había formado unas gruesas plataformas en el calzado!; un amigo le dijo que los zapatos le durarían unos cinco años, ¡duraron apenas unos meses!, ¡se dañaron rapidísimo!

 

Comiendo hasta por el cabello y sin haber probado bocado

Otro compañero estaba bajando unas gradas de un puente a desnivel y metió el pie en una olla de morocho, la señora se enojó y discutió con él, luego le pegó al compañero en la cabeza con un cucharón. Llegó al colegio y una amiga le preguntó: -¿Qué te sucedió? Tienes los zapatos y las bastas del pantalón sucias, ¡hasta en la cabeza tienes morocho!-

 

Hombre resorte ayuda a salir al invidente

Un compañero caminaba por una vereda sin saber que habían abierto un pozo de revisión de las líneas telefónicas, por lo que se cayó allí, sobre un empleado de la empresa de telecomunicaciones, el trabajador al sentir que alguien le caía encima trató de incorporarse y el no vidente se impulsó fuertemente ayudado por el esfuerzo del hombre que intentaba levantarse, salió del pozo y caminó rápidamente en la dirección que iba antes disimulando lo ocurrido.

 

Caído por desobediente

Un compañero ciego, dentro del plantel en el que da clases, como habían personas sordas que le molestaban, no hizo caso de la insistencia con que uno de ellos le gritaba: -¡aaaa dadada, aaa dadada...!- Dio unos cuantos pasos más y se cayó a un hueco bastante profundo del que tuvieron que sacarlo con ayuda de una escalera.

 

¡Ayuden a esos borrachitos!

Un grupo de invidentes salieron a hacer gestiones en una institución pública, cruzaron por una calle que tenía varios huecos como de un metro de profundidad, bastante anchos, la mayoría del grupo pasaron sin problemas pero los dos últimos del grupo se demoraban en llegar al destino por lo que los demás preocupados los fueron a buscar y se encontraron con la sorpresa de que se habían caído a uno de los huecos, cuando estaban saliendo de allí un señor en estado etílico gritó: -¡Ayuden a esos borrachitos a salir del hueco!-

 

Bastón volador

Dos ciegos transitaban por una vereda donde había un hueco en el que sólo podía entrar un pie; uno de ellos metió el pie en dicho agujero y al caerse su bastón salió volando a media calle.

 

La globalización no tiene límites

Entró un invidente en un local y dijo: -Señora, véndame cinco panes-, la señora enojada respondió: -Aquí no vendo pan, ¿acaso no ve que este es un local de venta de calzado?-

 

Helados de basura

Dos compañeros caminaban con sus bastones junto a un mercado, escucharon que alguien vendía helados, se acercaron algo rápido al lugar donde suponían que estaba el heladero, al tocar una carretilla que pensaban que era del heladero, pidieron dos helados y el trabajador municipal recolector de basura que era el dueño de dicha carretilla les dijo: -Más allá está el heladero-.

 

El robo a ojo cerrado o ¡practicando el fútbol!

Un compañero estaba pasando por medio mercado, (¡ustedes ya podrán imaginarse qué cantidad de obstáculos y cuántas complicaciones pueden presentarse!), empujó con el pie derecho un zapallo, luego movió el otro pie y ¡el mismo zapallo fue impulsado y rodó unos 2 metros!, la dueña del zapallo asustada gritó: -¡Un cieguito me está robando y el zapallo más grande!-, y su amigo también ciego que iba junto a él le dijo: -¡Oye, deja el fútbol para más tarde!-

 

¿Carro fantasma?

Cuando los ciegos estamos solos con el bastón y queremos cruzar la calle, sabemos el instante en el que debemos cruzar cuando no se escucha el ruido de un motor de un carro cerca. Incluso al pasar por la puerta de un garaje o la entrada de un parqueadero sabemos si debemos o no pasar por la misma referencia.

Un compañero caminaba sólo con su bastón y cruzó por la puerta de emergencia de un hospital que a la entrada tiene una pendiente, como no escuchó que entrara o saliera algún vehículo, siguió su camino normalmente, cual sería la sorpresa al chocarse con un carro que salía del establecimiento sin tener el motor encendido, pues como hay pendiente a la salida del hospital no necesitaba prender el carro; el compañero pensaba que habían llegado nuevos automóviles que no emiten ruido al desplazarse.

 

¿Incomunicados?

Un señor invidente estaba cruzando la calle pensando que ya ningún carro o bicicleta transitaba por el lugar, de pronto un ciclista que iba rápido, chocó contra el bastón del ciego y cayó con su bicicleta, el no vidente asustado, pidió disculpas esperando una respuesta de todo lo ocurrido, pero el ciclista accidentado lo único que dijo es: -Aaa, dadada, aaa-, luego hizo gestos y señales porque era sordo.

 

¿Por qué no la puso donde yo no la vea?

Un señor había dejado su bicicleta en media vereda, pasó por ese lugar un invidente y tumbó la bicicleta al chocarse; salió el dueño de la bicicleta y dijo: -¿Por qué tira mi bicicleta?- El aludido respondió: -¿Por qué no la puso donde yo no la vea?-

 

Calle modificada

Una señorita invidente escuchó que un carro transitaba por el lugar que ella consideró la esquina de la cuadra, ella debía girar justo por el lado del que salía el vehículo. ¡Cuál sería la sorpresa, al momento de girar la supuesta esquina de la cuadra!, Una señora le preguntó: -¿Qué desea señorita?, está usted en una carpintería-.

 

Acrobacia ciega

Caminaban dos señoritas ciegas por una avenida en la que a uno de los lados había una cadena para impedir que otros carros se estacionen ahí, una de ellas dio un paso, se enredó con la cadena y se dio un trampolín, se le salió el zapato y le pegó en la cabeza a ella misma.

 

Baño forzado

Un señor caminaba con su bastón por un parque en cuyo centro había una pileta grande que estaba apagada, subió unas gradas y cuando dio el último paso se cayó a la pileta.

 

El sifón ladrón

Una pareja de invidentes caminaban por un barrio de alta delincuencia, iban rápido porque era de noche y temían que los asaltaran. Pasaron cerca de un sifón y se cayó el bastón de la persona que guiaba, asustados se agacharon para intentar meter la mano por la rejilla y rescatar el bastón, un señor con un acento muy raro como de quienes consumen frecuentemente marihuana, se acercó, les ayudó a sacar el bastón y les dijo: -¡Vamos rápido!, este barrio es peligroso y no vale que les roben-. Salieron del lugar muy asustados, más por el señor que les guiaba.

 

Burro mudo

Una señorita ciega quería cruzar una carretera, la poca gente que transitaba por el lugar no le ayudaba, escuchó algo similar al sonido de unos zapatos de taco y se acercó a pedir ayuda a la supuesta señorita, al no recibir respuesta alargó la mano para tocar a la persona inconsecuente que no le hacía caso; ¡sintió una piel peluda! Al mismo rato un señor le decía: -¡Disculpe señorita, Manolito no habla!- (Manolito era un burro).

 

Yo bajo así

Dos invidentes bajaban unas gradas, uno de ellos se resbaló y cayó de pie tres escalones más abajo, el otro le dijo: -¿No te pasó nada?- A lo que el primero respondió con mucha naturalidad: -No, yo bajo así-.

 

¡Quisieron medir la profundidad del hueco juntos!

Un señor ciego le guiaba a una señora también invidente, caminaban rápido; en un lugar había un hueco por lo que él se detuvo bruscamente, pero se inclinó un poco para tocar con el bastón la profundidad del lugar y comprobar si era un hueco o un bordillo de una vereda, como ella era gorda y tenía poca facilidad de movimientos, también se inclinó agarrada del brazo de él, perdieron el equilibrio y se cayeron  los dos al hueco, con tan lamentable desgracia que se rompió el bastón.

 

Baldosas movedizas

Un ciego parcial veía un sitio que parecía cubierto con unas hermosas baldosas que brillaban, POR DONDE no pasaba la gente y lo que le parecía más extraño es que en otro lugar había aglomeración de gente que hacía cola frente a una ventanilla por lo que los que tenían que pasar a otro lugar de las instalaciones del edificio transitaban con dificultad entre la fila de gente que estaba allí; decidió pasar por el lugar de las baldosas imaginarias, cuando dio el primer paso, metió el pie en un gran charco de agua.

 

Cieguito plomero

Un señor de baja visión que en el día puede caminar sin bastón, una noche transitaba por la calle con su bastón pero con cierta dificultad al manipularlo; cuando bajó de la vereda no detectó que el sifón se encontraba sin rejilla y se cayó a unos dos metros de profundidad aproximadamente; tuvo suerte de que el sifón estuviera limpio y sin agua.

 

¡Andarán viendo, colegas!

Dos invidentes que caminaban rápido con los bastones por la calle se chocaron entre ellos, pues cada uno iba por un rumbo diferente y ninguno sabía que el otro estaba acercándose a la misma esquina de la cuadra por el lado opuesto; cada uno dijo: -¿Acaso eres ciego? ¡Andarás viendo!-

 

Asociación de clarividentes

Entró una señora a la Asociación de No videntes de Lago Agrio y a la secretaria de la institución le pidió que le lea la mano, ella asombrada dijo que no entendía por qué le solicitaba eso, hasta pensó que la señora tenía un papel en la mano y le dijo que le disculpe que como es ciega no puede leer en tinta; la señora dijo: -Yo leí en el rótulo de afuera "Asociación de Clarividentes"-.

 

Bastón con necesidades biológicas

Estaban reunidas en un hotel solo personas ciegas y ningún guía vidente, algunos iban incluso al baño que estaba cerca con su bastón, tenían armados los bastones para utilizarlos inmediatamente; uno de los invidentes se fue al baño y luego salió a seguir conversando, después buscaba su bastón en todo el cuarto, en el comedor y hasta preguntó a los camareros si habían visto su bastón. Estaba triste porque pensó que había perdido su bastón pero otro compañero entró al baño y encontró el bastón detrás de la puerta de dicho lugar.

 

Enojado por la caridad

Caminaban tres invidentes con dos personas que los guiaban, una de las guías entró a una farmacia a comprar medicamentos por lo que los tres compañeros se quedaron esperando junto a la otra guía. Pasó un señor en estado etílico y les quería dar una moneda a los compañeros, los dos primeros no agarraron la moneda porque no sabían que dicho borracho estaba dándoles dinero, la señorita vidente que estaba allí le dijo a uno de ellos que estire la mano pero no le dijo para qué y el señor mencionado le puso la moneda en la mano al no vidente, este último se enojó con la guía, le dijo que él no es mendigo.

 

¿Mandando un gran gol  con el tarro de monedas de un mendigo?

Caminaban en la ciudad de Baños de la provincia de Tungurahua varios ciegos guiados por un solo vidente; cuando estaban entrando a la iglesia de la Virgen de Agua Santa, se encontraba en la puerta un mendigo pidiendo caridad con el tarro de monedas en el piso; como es de suponerse el último ciego de la fila era el más propenso a chocarse o sufrir algún percance en el trayecto, así que cuando entró a la iglesia, se tropezó con el tarro de monedas del mendigo y se esparció el dinero del tarro hasta unos cuatro metros de distancia, el grupo tuvo que detenerse y el guía ayudó a recoger las monedas.

 

Mucha ingenuidad, o como no veo no sé nada

Un compañero estaba esperando el bus en una zona donde había mucha prostitución en una ciudad grande, se acercó una trabajadora sexual y surgió la siguiente conversación en voz baja:

-Mujer: ¡Vamos!

-Hombre: ¿A dónde?

-Mujer: ¡A la cama!

-Hombre: ¿A qué?

-Mujer: ¡A hacer el amor!

-Hombre: ¡Nooooooo!

 

Futbolista o patinador

Las personas ciegas podemos jugar fútbol al igual que las personas videntes, primero necesitamos conocer la cancha donde vamos a jugar, cada integrante del equipo debe saber en que áreas de la cancha puede moverse de acuerdo a su función dentro del equipo y la pelota debe tener en su interior pequeñas piedras, rulemanes, municiones o cualquier otro tipo de materiales que produzcan sonido cuando la pelota gira.

Estaban jugando un partido de indorfútbol los compañeros de Chimborazo y de cuenca, como la cancha era de césped y estaba mojada por una lluvia reciente era muy resbalosa, un compañero corrió tras la pelota, cuando quiso detenerse patinó y cayó sentado fuera de la cancha donde había un charco de lodo.

 

2 desayunos bien puestitos

Algunos compañeros se fueron a otra ciudad para participar en unos encuentros deportivos; una mañana dos compañeros luego de mucha espera para que les den el desayuno, al no recibirlo, salieron a buscar un restaurante para desayunar, se acercaron a un sitio donde olía a café y había bastante gente, por lo que creyeron que ese era un salón de comida; al entrar en el lugar, uno de los ciegos dijo en voz alta: -Por favor, sírvanos dos desayunos ¡bien puestitos!-, se acercó un señor y en voz baja les dijo: -Señores, esto no es un salón, es una funeraria y están velando a un cadáver-.

 

Por meón

Un compañero tenía ganas de orinar, estaba transitando por un lugar que difícilmente iba a conseguir un baño, se acercó a un camión y se bajó el cierre de la bragueta del pantalón, en ese mismo instante alguien que se encontraba en la cabina y lo había visto acercarse, tocó el claxon y el no vidente se asustó.

 

Mejor compre frutas

En las mismas circunstancias del anterior ciego, otro compañero se acercó a orinar en la llanta de un camión, la vendedora de frutas que se encontraba en el cajón del vehículo le dijo: -¿Qué desea jovencito?-

 

Bajada rápida

Quizás las tarimas son los lugares más peligrosos para los ciegos, por eso es recomendable no subir sin alguien que nos guíe o caminar de forma lenta y segura con un bastón.

Un amigo terminó una presentación musical y como no llegaba ninguna persona a guiarle para bajar del escenario, empezó a retroceder; luego de unos cuantos segundos se escuchó al público que gritaba a coro: -¡Se cae!, ¡se cae!-; el no vidente, haciendo caso omiso del público dio el siguiente paso hacia atrás y quedó colgado del borde de la tarima mientras que su guitarra se rompió.

 

Nueva coronación a la reina

Un amigo integraba un mariachi como vocalista del grupo. Un día se fueron a un concurso, luego de que cantaron como en todo evento musical, tomaron algunas copas de licor; cuando anunciaron quienes eran los ganadores del concurso, subió con su grupo a recibir el premio, al bajar su guía no se acordó de indicarle que baje atrás de él porque la escalera era estrecha, el invidente se cayó de la tarima que era de unos tres metros de alto, como su bota se enganchó en la escalera, se le salió y fue a caer en la cabeza de la reina de la ciudad donde se realizaba el evento.

 

¡Viva la fiesta!, ¡pero baila viendo!

En una ocasión un compañero bailaba con su esposa, él le pegó un pisotón y ella manifestó: -Baila viendo-.

 

Aaaay, mi leche

Siempre el mismo compañero caminaba por una calle con dirección a la Asociación, junto a la vereda, una señora había dejado un balde de leche y ella se encontraba parada arrimada a la pared contemplando el balde de leche, el compañero que venía con su bastón pegó en el balde derribándole y la señora asustada gritó: -¡Aaay, mi leche!-

 

¡Ni Dios se salva de la Ley de Discapacidades!

Un compañero fue a Misa, en el momento de la comunión había una fila grande y él para comulgar rápido sacó el carné de discapacidades y le dijo al Sacerdote: -¡Soy cieguito!, ¡soy cieguito!-

 

¿Rindiendo culto religioso a un parque?

Un señor invidente se fue de paseo a otra ciudad con su consorte que no es ciega y otra amiga que les indicaba los lugares turísticos, se dirigieron a  un parque, se fueron a sentar en una banca, como la guía les dijo -Aquí está la iglesia-, el compañero pensó que habían entrado a la iglesia y se arrodilló para elevar sus oraciones, con gran sorpresa de sus acompañantes, que se dieron cuenta que él se arrodilló porque un señor miraba desde lejos admirado cómo el invidente oraba en el parque.

 

¡El ciego Lázaro de la Biblia todavía vive!

Se fueron dos señores ciegos a la iglesia, llegaron atrasados justo al momento del sermón cuando el sacerdote preguntaba refiriéndose al evangelio: -¿Quién era el ciego?- Uno de los compañeros respondió: -Emilio Carrión-. Su acompañante le dijo: -¡Cállese, no ha de ser a nosotros que se refiere el sacerdote!-

Como no habían escuchado la misa completa, se quedaron a la siguiente celebración de la eucaristía hasta la lectura del evangelio que, obviamente era el mismo del ciego Lázaro y salieron luego de la lectura, entonces el padre preguntó: -¿Quién era el ciego?- Y una señora respondió: -¡Ahí está saliendo!-

 

Paisano tonto, ¡estás dentro del estadio!

Un compañero hincha del Olmedo de Riobamba, viajó a la ciudad de Guayaquil a oírle jugar a su equipo; entró al estadio y sin darse cuenta preguntó: -Por favor, indíqueme ¿dónde está el estadio?- a lo  que alguien le respondió: -¡Paisano tonto, estás dentro del estadio!-

 

¡Me pegué un sabroso gol!

Un buen día un compañero hincha muy hincha del Olmedo de Riobamba, caminaba por las calles con su bastón y su radio transistor, se encontraba nervioso por que su equipo estaba empatando; se acercó a un quiosco de salchipapas solicitando una gaseosa, en ese momento convirtió un gol el Olmedo y ya tenía la gaseosa en las manos, de la emoción se llevó el radio a la boca y la gaseosa a la oreja.

 

¿Las horas son como los goles?

Un compañero se encontraba escuchando el Fútbol muy concentrado, llegó el hermano, le preguntó quién ganaba y él respondió: -Son las 5 y media-, minutos después le preguntó qué hora es y el compañero respondió: -Gana la Liga 5 a 0-.

 

¡El carnet... pero de periodista!

Un señor ciego fue con su hijo de tres años a escuchar el partido de fútbol en el estadio de Riobamba, el hijo le guió hasta la entrada, cuando un señor le dijo: -¡Por favor, indíqueme su carnet!- El compañero sacó su carnet de discapacidad del CONADIS a lo que el otro señor respondió: -¡Ese no, el de periodista!- El compañero había estado entrando al área del estadio donde ingresan los periodistas.

 

Gancho saludador

Un no vidente entró a una oficina y saludó con todos los presentes dándoles la mano; de pronto un señor que no tenía la mano derecha sino una prótesis le saludó dándole la prótesis y el no vidente preguntó: -¿Quién está jugando con un gancho?-

 

Todos los borrachitos empiezan por mí

Unos compañeros se encontraban tocando instrumentos musicales y cantando, pero siempre el guitarrista iniciaba en la misma nota (mi menor), el acordeonista cansado de ese inicio musical manifestó: -Todos los borrachitos empiezan por mi-. Todos los compañeros rieron interpretando que todos los borrachitos empiezan por él; el acordeonista agregó: -Ese es mi arte, yo vivo de eso-.

 

¡Y todo por culpa del macadán!

Dos amigos ciegos salían de un curso realizado de uno de los Colegios de la localidad y caminaban por la calle, en eso tropezaron con una montaña de macadán, cayéndose allí, el uno le dijo al otro: -¡Levántate hijo!, ¡se me entró tierra al reloj!-, el otro compañero sin poder levantarse, más le hundía en la tierra al primero porque se apoyaba en él y discutieron un largo rato antes de levantarse.

 

¿Estoy con combinación?

Un compañero quería saber si la ropa que se había puesto tenía colores que combinen entre sí y le preguntó a otro: -¿Estoy con combinación?-, el interrogado respondió: -¡No te veo con blusa ni mini!-

 

¡Río artificial!

Cierto compañero se acostó cansado, prendió el televisor y se quedó dormido.

Al despertarse escuchaba el ruido de un río y pensó: -Si bajo los pies me mojo-.

Tomando valor se incorporó en la cama y se dio cuenta que el televisor estaba prendido y se había ido la emisión.

 

Acompañante sintético e invisible

El mismo compañero se encontraba haciendo un paquete y se le cayó un pedazo de cinta de embalaje. Como es ciego parcial fue solo al Terminal a enviar la encomienda; escuchaba que alguien lo seguía, esperaba que entable conversación, pero esto no sucedía. Al regresar del Terminal se agachó, tocó su zapato y se dio cuenta que tenía pegado un pedazo  de cinta.

 

¡Se equivocó de ciego!

Un invidente quería quitarle el bastón a su compañero que pensaba que iba a pasar por esa vereda; cuando escuchó que alguien con un bastón pasó a su lado, ¡le quitó el bastón!, con gran sorpresa que era un anciano ¡y no era ciego! ¡Los dos se asustaron mucho!

 

El perro que era y el perro que no era

Un compañero tenía la costumbre de en silencio acercarse a otro compañero, con su mano hacía como que le mordía la pierna y ladraba como un perro, pero un día le hizo esa broma a su amiga sin saber que un perro de verdad estaba tras de él, pegándole una buena mordedura al bromista.

 

Permisito señor ... Caballo

En el aniversario de la Asociación de No videntes de Chimborazo se realizó una competencia de la caminata con bastón por las calles aledañas a la institución, pero en la esquina de una cuadra habían dejado a un caballo en la vereda, el compañero que venía caminando le pegó con su bastón al caballo y le manifestó: -Permisito señor-.

 

¿Enamorado del caballo?

Un compañero caminaba con la secretaria  de una asociación de ciegos por una calle aledaña a un mercado, pero él iba con su bastón junto a ella, no iba guiado por la señorita. Como quería que sea su novia, le declaró sus sentimientos de amor, cuando se acercó a besarla donde él suponía que estaba, ella se había hecho a un lado porque allí estaba un caballo y el compañero besó al caballo.

 

¡Quieto carajo!

Un ciego parcial estaba yendo a la Asociación de no videntes donde está afiliado, de repente sintió que alguien le haló del buzo y pensando que era un amigo dijo: -¡Quieto carajo!-, ¡cuál sería el susto al escuchar que un caballo que era el que había mordido su buzo lanzó un soplido!

 

Permiso ... don Cerdo

Un compañero caminaba con su bastón por una vereda, sintió que el bastón chocó contra algo similar a una persona, inmediatamente dijo: -¡Perdón señor!, soy ciego-, entonces escuchó lo siguiente: -Oint, oint, oint oint-. El bastón había chocado contra un cerdo.

 

¡El ciego que sirvió de colchón protector!

Un no vidente salió con su distraída novia a caminar por un parque, iban por el borde de una grada de un metro de altura; de pronto él se resbaló, como iba agarrado del brazo de la chica, cayeron los dos ¡él quedó justo debajo soportando el peso de ella como un práctico colchón protector!

 

Colchón en polvo

Un invidente parcial pasaba por el mercado, (como todos sabemos en los mercados la gente voluntaria o involuntariamente se empuja entre sí) recibió un empujón fuerte, perdió el equilibrio y se cayó acostado sobre una tina con máchica.

 

Aplanador de relojes

Un señor ciego caminaba por una vereda donde habían muchos vendedores con su mercadería colocada en el piso; pasó pisando unos relojes, como escuchaba un ruido metálico en sus pies se movía más despacio y preguntó: -¿Qué es lo que pisé?- El vendedor dijo enojado: -¡Son mis relojes, quítese de ahí!- El ciego retrocedió pisando el resto de relojes, si hubiera tenido quien lo oriente habría dado solo un paso más adelante para no pisar los demás relojes.

 

¡Nuevo policía municipal!

Un compañero que es ciego parcial, normalmente caminaba sin bastón, pero un día se le ocurre caminar moviendo su bastón de una manera exagerada por una vereda donde habían vendedores ambulantes de comida, los comerciantes se hicieron a un lado junto con sus ollas de comida, los tanques de gas  y las cocinas para dar paso al invidente que para su sorpresa luego de pasar por el lugar, dobló el bastón, lo guardó en su portafolio y cruzó la calle sin ninguna dificultad.

 

Evasión comercial

Dos ciegos entraron a un bar y pidieron cuatro botellas con cerveza. Al instante que iban a pagar, empezaron a discutir porque los dos querían cancelar la totalidad de la cuenta. Salieron del bar, subieron a un bus y el uno preguntó al otro: -¿Pagaste tú la cuenta?-, el otro sorprendido exclamó: -¡Yo pensé que tú habías cancelado lo de las cervezas!-

 

¡Jugo fresco de mandarina para bañarse!

Un compañero caminaba con su bastón por un mercado donde estaban muchos vendedores, cruzó por un sitio sin que su bastón detecte un cargamento de mandarinas, de pronto pisó unas cuantas mandarinas y salpicó el jugo a la vendedora y todos los que se encontraban cerca.

 

¡Deliciosas las galletas que tiré al piso!

Un señor ciego estaba yendo a la parada del bus con rumbo a su casa; en el camino se chocó con un pilo grande de cajas de galletas y salió corriendo con su bastón, pero un señor lo alcanzó y le dijo: -¡Espere!, venga-. Le hizo entrar a la tienda donde estaban metiendo las cajas de galletas y hasta le brindaron café, él pensaba que le iban a cobrar de las cajas de galletas que había votado. Cuando terminaron de entregar en la tienda toda la mercadería, le preguntaron al invidente: -¿Adónde se va usted?- Él dio la dirección con tal sorpresa que ellos iban a una tienda cercana a su casa. Cuando le dejaron en la puerta de su casa, él preguntó: -¿Cuánto les debo de las galletas que voté?-, ellos le dijeron: -¡No se preocupe!, mejor tenga estas galletitas para que se sirva en su casa, son las que usted votó-.

 

¿Hablando con el aire?

Cierto compañero acudió al banco a depositar un cheque cruzado, se acercó a donde una Señorita para que le ayudara, ella le llevó frente a un escritorio, le ofreció una silla para que tome asiento, el compañero se sentó dándole la espalda a la señorita porque la silla que era giratoria se había dado la vuelta; él le decía su número de cédula y le entregaba la misma al aire.

 

¡Nalgada equivocada!

Un amigo que tiene baja visión, observó que su compañero de clase en la universidad tenía un pantalón blanco, él pensó que por esa prenda lo podría reconocer fácilmente; Pasó por allí una profesora que también tenía un pantalón blanco, el compañero le dio una palmada en la nalga y le dijo: -¡Hola Carlos!-

 

¡Vemos cuando nos conviene!

Un ciego y un vidente se pusieron a discutir, el ciego se alteró tanto que le dio un puñetazo al interlocutor justo en la boca. ¡Cualquiera diría que vio para acertar el golpe!

 

¡Se le paró ... el relojito!

Algunos ciegos totales no pueden diferenciar cuando es de día o de noche sino porque preguntan, leen la hora en un reloj braille o escuchan en un reloj parlante.

Un compañero se despertó y acudió a su reloj braille y al leer las cuatro de la mañana siguió durmiendo, pero luego de un rato un familiar golpeó la puerta y dijo: -¡Ya levántate o no vas al trabajo! ¡Son las siete y media de la mañana!- Al reloj se le había terminado la pila.

 

¡Celular invertido!

Un compañero agarró el celular para hablar, desesperado decía: -¡No te oigo, hermano!, ¡habla más fuerte!- Había agarrado el celular con las teclas hacia fuera y le hubiera sido imposible atender esa llamada telefónica si no contaba con ayuda de alguien que le dijo que dé la vuelta al celular.

 

¿Qué hace Danielito sobre la refrigeradora?

La consorte vidente de un señor ciego se fue al mercado y él se quedó con su hijo. El niño hizo una travesura y él le quería castigar por lo que el niño se escondió y aunque lo buscó por toda la casa no lo encontró; cuando la mujer regresó del mercado le preguntó a su marido: -¿Qué hace Danielito sobre la refrigeradora?-

 

¡Chinesco orientador!

Una pareja de ciegos estaban ordenando unos casets, ella le pasaba los casets cuando él le pedía, de pronto surgió el siguiente diálogo:

-Presta el caset.

-¡Ya te di!

Él algo enojado le decía: -¡Yo no he agarrado nada!- En ese mismo instante escucharon que su hija de dos años agitaba el caset como chinesco, muy emocionada.

 

Comunicación o advertencia en otros idiomas

Un señor salió de la cocina y cerró la puerta, su hija de un año y medio le decía: -¡Nuz!, ¡nuz!- Él no le hizo caso y le dijo a la niña: -Hijita, vamos a dormir- y la llevó a acostarse aunque ella no quiso e iba llorando. Al día siguiente su consorte le dijo: -¡Heriberto, haz dejado prendida la luz de la cocina!-

 

¡Papa!, ¡papa!, ¡papa!

Una niña de un año le pedía a su mamá jugo; la madre creyendo que el vaso de cristal que estaba en la mesa era de jugo lo agarró y lo acercó a la boca de la niña, pero antes de que el vaso roce sus labios lo apartaba y decía -¡Papa!, ¡papa!, ¡papa!- La señora luego de tanto insistir, movió el vaso y al sentir que no era líquido metió la mano y tocó una naranjilla.

 

Con microbios es más rica la ensalada

Hubo una reunión navideña en una  asociación de no videntes. Pidieron al conserje de dicha institución que cocine el almuerzo para todos los socios. Luego de entregarle los ingredientes necesarios para dicha labor, fueron ha hacer otras actividades. Como el conserje era bastante descuidado, dejó en una de las gradas del edificio la olla con la ensalada lista para servir; un compañero invidente bajaba apresuradamente las escaleras y metió el pie en la olla de la ensalada. Quienes supieron del incidente, salieron disimuladamente de la reunión y se fueron sin almorzar allí.

 

Calzón volador

Llegaron varios compañeros ciegos a hospedarse a un hotel porque en esa ciudad había una reunión de Asamblea de la FENCE. A dos compañeros que les tocó en una habitación bipersonal, encontraron un interior de mujer y empezaron a lanzarse el uno al otro porque ninguno quería que esté dicha prenda en su cama; Uno de ellos lanzó el calzonario y desapareció misteriosamente. A los meses volvieron a referir el tema y el uno le decía al otro: -Ni me hables de eso hermano, el calzón ha caído dentro de mi maleta y mi mujer se enojó porque pensó que le había traicionado-.

 

Lluvia de meados

Se efectuó una reunión en el campo donde asistieron personas de varios tipos de discapacidades. En la noche estaban bebiendo licor y un compañero invidente subió a su cabaña; al no encontrar ningún baño, salió a la puerta y empezó a orinar. Como la cabaña era alta como si de un segundo piso se tratara, la orina caía aspergeándose. Algunos compañeros se encontraban abajo de la cabaña y al principio pensaron que estaba lloviendo ¡pero desde las nubes!

 

Drácula quiere ir al baño

Un estudiante ciego que estaba en el internado en la Escuela Mariana de Jesús, una noche escuchaba una película de Drácula, cuando se terminó la película se levantó para ir al baño infundiéndose ánimo de que los vampiros no existen. En medio camino se asustó mucho porque sintió que alguien le tocó en el pecho con la cabeza. Era un niño menor a él que se había levantado y al chocarse con él le dijo: -Quiero ir al baño-.

 

Pie de pericote

Una pareja de invidentes se levantaron para ir al trabajo; la señora empezó a buscar sus zapatos, pero con el temor de encontrarse con una rata que por la noche había estado merodeando en el dormitorio. De pronto tocó algo caliente que se movía y retiró rápidamente su mano. El cónyuge exclamó: -¡Es mi pie!-

 

Ratones cuadrados

Los niños ciegos al igual que el resto de niños, gozan de una gran imaginación que está aumentada por los objetos y seres vivos que no conocen y se inventan una forma muchas veces alejada de la realidad. Así, una niña pensaba que los ratones son cuadrados.

 

Tocar el cielo con las manos

Gracias a ese poder imaginativo, la misma niña que escuchaba en las canciones versos que referían el "tocar el cielo con las manos", pensaba que la gente alta podía tocar el cielo con las manos.

 

¡No cierren la llave!

Un grupo de estudiantes ciegos se estaban cepillando los dientes, una chica lavaba su cepillo dental en un supuesto grifo de agua que no era constante; lo que ella no sabía era que el supuesto grifo era el agua que votaba una de sus compañeras y cuando dejó de escupir su compañera ella exclamó: -¡No cierren la llave!-

 

Sala remodelada

Un señor no vidente que vivía en una ciudadela de Guayaquil donde las casas son parecidas en varias cuadras, entró en la casa que creía que era suya, Se sorprendió porque los sillones estaban en otra posición en la sala pero de todos modos se sentó en un sillón y hasta se sacó los zapatos. Salió una señora que él no conocía y le dijo: -¿Qué desea señor?- Inmediatamente se puso los zapatos y salió ruborizado del lugar a buscar su verdadera casa.

 

Carro estático

Estaban dos invidentes en estado etílico esperando un bus, en un cantón que por la noche los vehículos casi nunca paran para llevar pasajeros; ellos hacían paro a todos los carros que pasaban pero ninguno se detenía. Oyeron que un carro se detuvo y corrieron hasta donde escucharon el motor, sin embargo, el automotor ya se había ido, así que subieron corriendo las supuestas gradas del bus. Se chocaron contra una puerta de un quiosco; cuyas escaleras eran metálicas, probablemente similares a las gradas de un bus.

 

Braille inentendible

Un señor ciego en una cocina agarró un rallador, lo empezó a tocar minuciosamente y dijo: -¡Quién escribiría estas tonterías!-

 

¡Luis Braille murió recién!

En la Imprenta Braille de la Federación Nacional de Ciegos del Ecuador que está ubicada en Riobamba, la recepcionista estaba de vacaciones y quedó en reemplazo una señora que tenía poco tiempo de haber ingresado a laborar en la institución. Cuando llegó el director, como toda una buena y eficiente recepcionista, le dijo: -Miguelito, llamaron del Ministerio de Inclusión Económica y Social y un señor Luis Braille-; él le respondió: -No puede ser el señor Luis Braille porque ya está muerto-, ella puso una cara como que hubiera hablado con un ser de ultratumba y él argumentó: -La llamada debe haber sido de la Asociación Luis Braille-, entonces ella suspiró de alivio y dijo: -Sí Miguelito, ¡de allá mismo era!-

III. Vocabulario

 

Acierto: Acción y efecto de acertar. Dar en el punto a que se dirige alguna cosa.

 

Anécdota: Relato breve de un hecho curioso que se hace como ilustración, ejemplo o entretenimiento.

 

Aspergear: Rociar, esparcir en menudas gotas un líquido.

 

Automotor: Dícese de la máquina, instrumento o aparato que ejecuta determinados movimientos sin la intervención directa de una acción exterior. Aplícase a vehículos de tracción mecánica.

 

Baja visión: Dícese de la persona que puede ver para hacer determinadas actividades como caminar sin ayuda de otra persona o un bastón, pero que hay otras cosas que no puede realizar como la lectura de un texto con letras pequeñas.

 

Bastón: Vara de una u otra materia, por lo común con puño y contera que sirve para apoyarse al andar o en el caso de las personas con discapacidad visual sirve para detectar los obstáculos e irregularidades del piso y así movilizarse solo o con poca ayuda.

 

Bastón blanco: Bastón de color blanco, utilizado por los ciegos para movilizarse sin ayuda de un guía.

 

Bombo: Tambor muy grande que se toca con una maza y se emplea en las orquestas y en las bandas militares.

 

Braille: Sistema de lectoescritura a base de puntos que es perceptible al tacto y es usado por los invidentes.

 

Canoa: Embarcación de remo muy estrecha, ordinariamente de una pieza, sin quilla y sin diferencia de forma entre la proa y la popa.

 

Cartelera: Armazón por lo general de madera que sirve para colocar allí los carteles, anuncios o fotografías.

 

Chapa: (En el Ecuador) manera despectiva de referirse a los agentes policiales.

 

Chola: Mujer mestiza que tiene origen indígena y europeo. Muñeca que representa a una mujer mestiza. Pan con dulce de raspadura en su interior, originario del cantón Guano provincia de Chimborazo.

 

Ciego/a: Persona privada de la vista.

 

Ciego/a parcial: Persona de baja visión, que tiene vista pero no la suficiente para valerse de ella en todas sus actividades diarias.

 

Ciprés: Árbol de la familia de las cupresáceas, que alcanza de 15 a 20 metros de altura, con tronco derecho, ramas erguidas y cortas, copa espesa y cónica, hojas pequeñas en filas imbricadas, persistentes y verdinegras, flores amarillentas terminales, y por frutos gálbulas de unos tres centímetros de diámetro. Su madera es rojiza y olorosa y pasa por incorruptible.

 

Claxon: Bocina eléctrica de sonido potente que llevan los vehículos. Se usa también en otros sitios, por ejemplo, en los estudios cinematográficos para dar señales.

 

Contravención: Infracción o falta a la ley que no tiene mayor repercusión en la sociedad.

 

Código Civil: Conjunto de disposiciones legales referentes a las relaciones de las personas entre sí y de éstas con el Estado.

 

Código Penal: Conjunto de normas jurídicas que estipulan sanciones a quienes cometen delitos o contravenciones.

 

Consorte: Mujer o marido.

 

Cónyuge: Mujer o marido.

 

Desacierto: Equivocación.

 

Decepción: Pesar o tristeza por un engaño, falta de verdad en lo que se hace, o se dice.

 

DEKISTEL: Siglas de un departamento de la FENCE que significa Departamento de Kioscos y Servicio Telefónico.

 

Delito: Acción de una persona que causa daño a otros o a la propiedad de terceros o del Estado.

 

Escudilla: Bandeja o plato en forma de media luna.

 

Estático: Que permanece en un mismo estado, sin mudanza en él.

 

FENCE: Siglas de la institución para ciegos que significa Federación Nacional de Ciegos del Ecuador.

 

Hospedaje: Alojamiento y asistencia que se da a una persona.

 

Garruchas: Ruedas que se colocan en las sillas y otros muebles para poder moverlas con facilidad.

 

Invidente: Ciego, que no ve.

 

Irónico/a: De ironía; Burla fina y disimulada.

 

Irritante: Que da ira.

 

Jocoso: Que causa gracia o chiste.

 

Lapso: Tiempo transcurrido en una actividad.

 

Ley: Conjunto de normas que regulan las relaciones entre las personas.

 

Maqueta: Modelo plástico, en tamaño reducido, de un monumento, edificio, construcción, etc.

 

Mediación: Medio alternativo de solución de conflictos sin llegar a juicio o habiendo litigio ante un juez, se resuelve antes de la sentencia con un amigable componedor.

 

No vidente: Persona ciega. Cabe indicar que esta palabra no consta en el diccionario, sin embargo, es muy usada en los países de habla hispana.

 

Obstáculo: Impedimento, dificultad, inconveniente. Objeto que impide el paso por un camino.

 

Ordenanza Municipal: Conjunto de preceptos referentes a una materia emitidos por un municipio para el buen gobierno de la ciudad o comunidad.

 

Pregonar: Decir y publicar a voces uno la mercancía o género que lleva para vender.

 

Punzón: Instrumento con cabeza de madera y punta metálica afilada que conjuntamente con una regleta sirve para la escritura del Sistema Braille.

 

Receso: Tiempo que dura la suspensión de actividades.

 

Recoger: Agarrar objetos que se han caído del piso y meterlos en algún recipiente o bolsa.

 

Regleta: Instrumento para la escritura del Sistema Braille, consistente en una regla con celdas ubicadas en filas unida a otra regla que tiene agujeros con fondo limitado para permitir pinchar el papel con un punzón para que se formen las letras y no se rompa el mismo.

 

Remo: Instrumento de madera, en forma de pala larga y estrecha, que sirve para mover las embarcaciones haciendo fuerza en el agua.

 

Resorte: Muelle, pieza, generalmente de metal, que puede recobrar su posición si se la separa de ella. Fuerza elástica de una cosa.

 

Rubor: Color que la vergüenza saca al rostro, y que pone encendido.

 

Rulemanes: Pequeñas esferas metálicas colocadas entre el eje y la rueda de un vehículo o las garruchas. Rodamientos.

 

Impreso en Sistema Braille en:

Imprenta Braille de la Federación Nacional de Ciegos del Ecuador.

Dirección: Londres 17-12 y Budapest.

 

Autores: Dr. Víctor Kléber Guerra Rengifo. Riobamba, Ecuador.

guerrakleber@hotmail.com

Y

Ángel H. Páez I. Riobamba,Ecuador.

angelpaezinca@hotmail.com

 

 

 

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