Antes de
desarrollar este trabajo, me gustaría sentar las siguientes premisas
Todo lo que yo
exponga, aunque tiene un componente personal evidente, es perfectamente constatable,
en sujetos, que como yo, tenemos carencia total y absoluta de visión.
Lo que voy a expresar, son vivencias mías,
que se producen en España, País que se sitúa en el extremo sur occidental de
Europa; aunque pienso que puede ser extensivo y aplicable a muchos otros
países.
Nuestra condición de ciegos totales,
acentúa el problema, la inaccesibilidad, en la medida, en que la zona de que se
trate, así como la sociedad, esté más o menos desarrollada. Ilustraré con
hechos concretos, todo lo que aquí exponga.
El verbo
acceder, significa, ceder a. Ceder a cosas, a lugares, a conocimientos, a
gentes y así, podríamos decir, que a un largo etcétera. Accesible, es un
adjetivo calificativo, que expresa, la capacidad de acceder. Pero no todo el
mundo vivo, tiene esa capacidad. Unas veces, porque una limitación, merma,
deficiencia déficit o defecto, lo impide o dificulta. Otras veces no es
posible, porque la tecnología o la sociedad, no lo han previsto. Por ejemplo:
Yo, no puedo conducir un automóvil, ni desplazarme en bicicleta por las calles
de Madrid o la ciudad de México; pero sí puedo usar una computadora o un
teléfono celular, si estos aparatos o máquinas, están adaptados. Se trata,
pues, de hacer una vida más fácil y accesible, a las personas que o cuyos
problemas, dificultan la comunicación, la movilidad, el desarrollo físico e
intelectual, etc.
En mi país,
Los poderes públicos y el poder económico-financiero, se encargan de dificultar
al máximo, el deambular y cualquier tipo de gestión pública o privada. En las
consultas médicas de la sanidad pública, en los distintos departamentos
ministeriales y órganos autónomos o autonómicos, en las grandes superficies
comerciales, en las estaciones de trenes y autobuses, en los aeropuertos, y
podríamos seguir interminablemente, las barreras y obstáculos de todo tipo,
hacen inaccesible el discurrir de las personas con un defecto severo o grave.
Los ciegos,
nos vemos seriamente limitados, porque no podemos ver las indicaciones que
figuran en los paneles y pantallas, y nos vemos obligados a ir acompañados por
otra persona, o tenemos que pedir ayuda en el lugar de que se trate. El
problema se complica aún más, Cuando tienes que acceder a una ventanilla,
taquilla o mostrador, y tienes que retirar un número, mediante el cual, te
llaman para atenderte; pero no te llaman por tu nombre, ni se dice el número de
viva voz; el número se refleja en un panel, y en el mismo panel se indica dónde
debes ir. Esto es la consecuencia de una reducción drástica de puestos de
trabajo, incrementándose de manera extraordinaria el desempleo, y contribuyendo
al deterioro de los servicios, con daño y perjuicio a una parte importante de
la sociedad.
Nadie va a
negar, los beneficios de todo orden, que supone la automatización de los
servicios; pero pienso yo, que las síntesis de voz, no tienen siempre la
utilidad que debieran y que se requieren en estos casos.
¿Y qué decir
de las grandes superficies comerciales? Solo les falta poner un cartel o
letrero, que diga: “PROHIBIDO EL ACCESO A ESTE CENTRO DE TODO TIPO DE INÚTILES,
LISIADOS Y DISCAPACITADOS”. ¡Es el colmo! No estoy exagerando en absoluto. Y si
alguien quiere comprobarlo, como muestra, sugiero que se visiten los
establecimientos de la empresa española El Corte Inglés, o la empresa de origen
sueco IKEA. Estos últimos, se dedican a la venta de muebles y objetos de
decoración.
España, es
uno de los países del mundo, que tiene más cajeros automáticos. Si tú, ciego,
deseas realizar una operación financiera un domingo o día de fiesta a través de
un cajero, inevitablemente, tienes que pedir ayuda o ir acompañado de alguna
persona de tu familia o de tu confianza, porque los cajeros adaptados en
España, se pueden contar con los dedos de la mano.
Estoy
hablando, naturalmente, de la accesibilidad inaccesible, que es la que no me
deja acceder a operar normalmente, porque la sociedad no ha previsto que en su
seno hay miembros, que tienen problemas físicos, sensoriales y psíquicos.
Hay otra
inaccesibilidad que es consecuencia de la deficiencia o defecto del individuo,
y de esa, no estamos tratando aquí, si bien, la causa de la inaccesibilidad,
digamos que la causa primera y final, siempre estará relacionada con la propia
deficiencia; pero casi todo, es subsanable, y eso es lo que hay que corregir.
A veces,
aquello que es accesible, lo hacemos tan inaccesible, que tiene razón el refrán
que dice, que el ser humano, es el único animal, que tropieza dos veces en la
misma piedra. Yo diría que muchas más veces, y me explico:
Las máquinas y aparatos adaptados que usamos
los ciegos, suelen venir con defectos o vicios ocultos, que se van corrigiendo
con el tiempo. Pero no siempre es así. Por ejemplo: En nuestras computadoras,
hay una aplicación o programa, que consiste en una síntesis de voz, que nos
permite trabajar en condiciones muy aceptables; tan es así, que gracias a este
programa yo puedo decir lo que digo, y muchos amigos, pueden leerlo, a través
de esta maravillosa aplicación, que se llama jaws. Naturalmente, hay otras
aplicaciones que también cumplen este fin con eficacia, si bien el jaws, es de
las muy eficientes. Sin embargo, el jaws, tiene numerosos defectos o vicios,
que las sucesivas versiones, siguen repitiendo. Y para demostrar lo que digo,
pondré algún ejemplo y ya concluyo.
Nuestra
fantástica síntesis de voz, no define la y griega. Cuando nosotros escribimos,
Nanci, lo he puesto con i latina, él, nos lee, Nancy. Para los videntes que me
lean, él fonéticamente, lee, Nanki. He puesto k i latina.
Para que lea
correctamente un número romano, cuando este esté compuesto por varias letras,
hay que poner todas con mayúscula. Cuando la letra q, va antes de una u y una
a, lee ca en vez de cua. Podríamos seguir, mas no vamos a aburrir más al
lector. Reitero: Hasta el momento, las sucesivas versiones de nuestro magnífico
lector de pantalla, siguen insistiendo en los mismos defectos o vicios, que no
son precisamente vicios ocultos. Además, no corrige sobre la marcha lo que
escribes. Cuando se escribe algo incorrectamente, sale un subrayado, que indica
que lo que has escrito, no es correcto. El lector de pantalla, no lo advierte,
si bien se puede corregir, pero esta es una operación lenta, porque hay que
emplear otros comandos.
No quiero
hacer excesivamente extenso este trabajo, y sí quiero decir que no se me ocultan
las dificultades de otro tipo que tienen otros compañeros con multitud de
deficiencias físicas y funcionales. Algunas, son comunes. De todos modos, justo
es reconocer, que en mis años de juventud, yo no podía soñar, que hoy, en el
siglo XXI iba a leer un periódico, o decir lo que estoy diciendo, a través de
una computadora, y aparentemente, con no muchos recursos. No obstante pienso
que queda mucho por hacer, y espero y deseo, que las inaccesibilidades que
tengo y que son muchas, sean cada vez, más accesibles.
Autor:
Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España.